-Venga no quiero que lleguéis tarde al primer día de clases –Caliope se levanto de la mesa de la cocina y bajo a Alina de su lugar

-Los bocadillos –Leda coloco los tres bollos envueltos y los zumos sobre la encimera y miro a los chicos con una sonrisa

-La señora Medea espera el desayuno –Perseo, el mayordomo entro a la cocina y miro seriamente a Leda

-Venga vamos –Caliope aliso la falda de la pequeña y coloco correctamente las corbatas a los chicos  -Muy guapos

-¿Tenemos que ir tan pijos? –Ángel se miro la ropa con asco

-Es el uniforme del colegio –ella tomo a la niña de la mano y salieron de la cocina seguidas por los hermanos –Sebastián me dijo que es el mejor

-¡Pero si parecen unos niños buenos! –Néstor termino de bajar las escaleras mirándolos sonrientes

-No te burles de ellos –Caliope le señalo con el dedo –Estoy segura de que tu tambien tuviste que llevar uno en su día

-Y era peor que el de ellos –Damian salio del salón y la miro de arriba abajo ¿Dónde demonios iba así?

-Vaya Damian parece que los días en la finca te sentaron bien –Néstor le miro con una ceja levantada -¿Tu haciendo bromas tan temprano?

-Tenemos que irnos –ella miro su reloj y después frunció el ceño, como si acabara de acordarse de algo –Néstor ¿Puedes hacerme un favor?

-Claro –El la observo sorprendido ¿Un favor?

-Si llama Sebastián dile que me pasare por su oficina cuando halla terminado unos asuntos –Camino hacia la puerta con la niña de la mano y los chicos a su lado –Gracias y adiós

Aparco el auto frente a las oficinas Brestor y las miro de arriba abajo.  No le daba buena espina estar a solas con ese hombre, pero sus ganas de ayudar podían con ello.  Aun así nada podría borrar su sonrisa hoy, era el primer día de colegio de los niños.  Comenzaban una vida normal, como la de cualquier otro niño.

-¿Caliope? –Toni la observaba sonriente en la puerta de la oficina

-Hola –Ella le sonrió levemente -¿Llego tarde?

-No, acabo de llegar –la miro de arriba abajo y sonrió en aprobación, algo que hizo que ella desconfiara –Vamos a mi oficina 

Durante mas o menos dos horas estuvieron hablando de los preparativos para el hospital y de los empleados que necesitarían.  Sin duda darían mucho trabajo.

Después Toni insistió en invitarla a desayunar para a continuación llevarla al solar en el que se estaba construyendo el hospital, para ver los adelantos.

-¿Con que edad te fuiste de Grecia? –Parecía interesado en su vida personal

-Con diecisiete años –evito mirarle a la cara y se concentro en el exterior, a través de la ventana de la cafetería miro la calle.  Era un buen barrio, había oficinas, parque, un colegio, entonces vio un gran edificio en ruinas –Ese edificio ¿Cómo es que nadie lo ha reformado?

-Esta en venta –Toni miro el edificio y sonrió –Hace mucho, pero nadie lo compra

-¿Por qué? –Caliope frunció el ceño –Se ve grande, amplio y aun tiene mas terreno por delante

-Y mucho mas por detrás  Ahí podría construirse un gimnasio o un gran hotel –Toni lo miro con ambición –Pero es la ley de la oferta y la demanda.  Todos esperan comprarlo, pero tambien saben que su dueño esta necesitado de dinero y que terminara bajando el precio.

-¿Todos? –se quedo pensativa -¿Quién?

-Yo –El sonrió –Me gustaría construir un gimnasio y por supuesto Los Durtzed piensan adquirirlo para un nuevo hotel.

-¿Damian? –Ella volvió a centrar la vista en el edificio –Pero si lo necesitáis ¿Por qué esperar? Aprovecháis la necesidad de ese pobre hombre.

-Así es este mundo Caliope –se encogió de hombros, de repente su rostro cambio y se levanto de la mesa sonriendo –Damian que gusto verle de nuevo

-Brestor –Damian asintió y después clavo la vista en Caliope –Supongo que son estos los asuntos que debías atender y por eso no puedes atender a Sebastián

-Así es –Ella se levanto de su lugar –Y me acabas de recordar que Toni y yo aun no hemos acabado –fijo la vista en Brestor -¿No tenias que llevarme a la construcción?

-Por supuesto –mas que satisfecho Brestor se hizo a un lado y cortésmente espero a que ella caminara delante 

Después de visitar la obra del hospital Caliope y Toni regresaron a la oficina de el

Aunque Brestor insistió en invitarla a almorzar ella rechazo la oferta con la excusa de que tenia asuntos que resolver.  Y en cierta forma no mentía, los niños saldrían del colegio en media hora pero ella tenia algo mas que hacer . Llamo a Sebastián para preguntarle si podía recogerles y de paso así iría por su oficina. 

En lugar de subirse a su coche lo dejo aparcado en el mismo sitio y camino por el lugar, se paro ante aquel viejo edificio y lo admiro pensativa.  Sin duda podía servirle, era perfecto para eso.   Tomo el numero de teléfono que había en un cartel en la ventana y llamo, el hombre que contesto estaba muy dispuesto a enseñarle el lugar.  De hecho en tan solo quince minutos estaba allí.

-¿Señorita Caliope? –Un hombre mayor con bigote y bastón la observo con precaución

-Si, soy yo –Ella le sonrió –Disculpe la hora de llamarle pero me urgía ver el lugar

-No hay nada que disculpar –Con una sonrisa amable se acerco a ella –Soy Eliezer, disculpe la indiscreción pero ¿Es usted Caliope Durtzed?

-Si, la misma –no pudo evitar reír, sin duda alguna se estaba haciendo famosa por llegar pisando fuerte –Supongo que mi nombre ya recorre toda la cuidad

-Sus donaciones y su ayuda son el ultimo chisme –El hombre rió –Si me sigue, le enseñare el lugar

En el interior aun se veía mas grande, sin duda alguna allí había espacio suficiente para lo que ella quería.  El edificio estaba demasiado deteriorado y habría que derribarlo, pero eso era lo de menos.  Aun delante tenia algo de jardin y detrás había un campo inmenso.  Era perfecto, era lo que necesitaba.

-Supongo que querrá saber el precio –El hombre suspiro

-No es necesario –Caliope sonrió –me lo quedo

-¿Cómo? –abrió los ojos sorprendido -¿Quiere decir que lo compra?

-Si, mi abogado se pondrá en contacto con usted, arreglara el papeleo y le ingresara el dinero en cuenta o si lo prefiere en cheque –Caliope miro a su alrededor, después volvió a centrar la vista en el –Solo hay una cosa, no quiero que nadie sepa que yo lo compre

-¿No quiere que lo sepan? –El hombre aun la observaba sorprendido

-Así es –Ella asintió –Si le preguntan diga que no lo sabe  Que un abogado se encargo de todo el papeleo y ya

-Como quiera –sonrió –Pero dígame una cosa ¿Por qué acepta el precio?

-Porque me interesa el lugar –Caliope camino hacia la puerta –Y porque no veo necesidad de aprovecharse de nadie.  Si ese el valor que tiene para usted, yo lo pago.  No me importa el dinero.

Cuando Caliope llego al despacho de Sebastián las risas de el y los chicos se oían desde fuera.  Llamo a la puerta y entro despacio.

-¿Y esas risas? –Les miro sonriente

-Parece que la corbata le da alergia a Ángel –Sebastián señalo al chico y volvió a reír

-¿Pero que dices? –Ella frunció el ceño y se acerco a el

-Es que me asfixio –El bufo molesto –Y encima me regañan por quitármela

-¿Por quitártela? –Caliope aguanto la risa –A ver ahí unas normas de vestuario allí y tienes que cumplirlas.  Ya te acostumbraras.

-Yo he jugado al balón prisionero –Alejandro se acerco a ella sonriente

-Genial –se agacho y le dio un beso al niño en la mejilla y después se acerco a la silla para coger a Alina entre sus brazos -¿Y mi princesa?

-Cole –Alina la miraba sonriente y todos se quedaron en silencio. Eran pocas las veces que hablaba, pero poco a poco iba cogiendo confianza.

-Bueno y ahora dime ¿Qué era eso tan importante que tenias que hacer? –Sebastián la observo sonriente -¿Y por que la prisa en verme?

-Tienes que arreglar unos papeles de venta de propiedad –Caliope dejo a la niña en la silla

-¿Qué vas a vender ahora? –frunció el ceño -¿O regalar?

-Voy a comprar –ella sonrió –Voy a comprar el edificio Torre Sur

-¿Cómo dices? –Sebastián la observo sorprendido -¿Sabes que todos estan tras el?

-Si, pero esperan a que el dueño baje el precio por necesidad –Caliope suspiro –Algo injusto desde mi punto de vista, así que me adelante.  A mi no me importa pagar lo justo por el.

-¿Vas a comprarlo? –Sebastián aun no podía creerlo ¿Por qué? ¿Para que? –No lo entiendo

-Pronto entenderás –sonrió –Tu solo ponte en contacto con el y arregla todo.  Por cierto que nadie sepa que yo lo compre .

-Esta en ruinas –Sebastián se encogió de hombros –Una vez arregle el papeleo ¿Qué quieres que haga?

-Que lo derrumben –Caliope se mordió el labio –después te diré el resto

-Bien –El asintió –Pues me pondré manos a la obra

-¿Puedes dejarme tu teléfono? –Caliope miro el teléfono sobre la mesa –Necesito hacer una llamada

-Por supuesto –El la observo curioso, después miro a los chicos –Te esperaremos en la cafetería

-Gracias –Ella dio la vuelta a la mesa y se sentó, después descolgó el teléfono y marco un numero despacio

Los segundos en los que la llamada sonaba se le hicieron eternos, hasta que se descolgó y al fin oyó esa voz.

-¿Si? –Por un momento se quedo en silencio -¿Quién es?

-Soy Caliope –Inspiro aire profundamente –Una vez me dijiste que si te necesitaba te llamara.  Pues bien, te necesito.  Necesito un arquitecto.

PARECE QUE CALIOPE TIENE UNA IDEA, PERO CUIDADO, PUEDE TRAER MALAS CONSECUENCIAS   LA CHICA YA ESTA DECIDIDA A MANEJAR SU VIDA Y A REALIZARSE PERO NUNCA FALTAN PIEDRAS EN EL CAMINO    (A VECES NO HAY MAS CIEGO QUE QUIEN NO QUIERE VER)= CUIDADO DAMIAN, NESTOR   HAY EQUIVOCACIONES QUE SE PAGAN CARAS

OS DEJO UNA FOTO DE SEBASTIAN