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¿TE CUENTO UN SECRETO?

Pam y Alex.

Muchas veces han estado a solas, pocas son las que se cuentan secretos. Antes de su viaje Pam estuvo jugando en línea con Eva por un campeonato de combate. A Alex no le parecía nada raro verla en desvelos con esos juegos así que le deja sola y él va a dormir. Al medio día después de despertar de tal desvelada Alex se le acerca en el comedor.

— Oye Pam.

— ¿Qué pasa? — responde con una pregunta.

— Quiero contarte algo que no sabe nadie.

Pam se atraganta con el cereal, no esperaba tal conversación tan "temprano" y eso le saco de equilibrio.

— ¿Te puedo contar un secreto?

Demonios, ¿Qué respondo — pensó Pam.

— Es algo que ni siquiera mi hermano sabe, algo de mi pasado que pasó después de mi destitución de la Armada.

— No sé que decir, me tomas desprevenida, deja voy por un café para despertar y estar al cien por ciento para ti.

— Me adelanté, acabo de comprarlo, triple expreso, como te gusta.

Ya se conocen de menos en hábitos, costumbres y mañas.

— Vamos al sofá, aquí es incómodo por esas sillas que escogiste para el comedor.

— Ok, vamos allá mujer.

Ya sentados, él duda, es algo fuerte que ha cargado con sigo desde hace muchos años. Tan pesado como si fuera una tonelada de escombros sobre su espalda pero ahora es tiempo de decirlo y ella es la indicada.

— Bueno, unos meses después de la masacre en Marte que perdí la razón — dijo casi divagando — maté a ese soldado que disparó a la multitud y mató mujeres y niños.

— De esos recuerdo, hubo juicio marcial, muchos en la Armada se enteraron, Joel no decía nada al respecto — Pam estaba algo dispersa jugando con el vaso de café — creo que le dolió el que te expulsaran por hacer algo que de todos modos La Armada hubiera hecho con ese hombre.

— Bueno, después de eso, tuve castigo físico, todo era en completo sigilo y hecho por amigos de quien maté.

— Eso si no sabía — interrumpe atónita Pam.

— Por meses fue así, cada dos o tres días cuando les tocaba mi guardia apagaban cámaras y llegaba su "castigo" según su pequeño cerebro — se levanta y va a la cocina directo al refrigerador por un paquete de cervezas — perdón por eso pero necesito algo de cerveza para seguir con mi relato.

— No te disculpes, de hecho lanza una para mi, que el café no es suficiente.

— En fin, por casi diez meses estuve en esa situación, terminó mi aprisionamiento. Volví a la Tierra, pero para solo recuperarme físicamente, de lo mental eso nunca creo superarlo pero estando aquí se olvida en ratos — toma una cerveza y la termina de un gran sorbo — a los meses regresé a Marte, buscando a cada uno de mis "castigadores" varios estaban aun ahí, uno por uno fiu aniquilando de manera lenta y dolorosa.

— ¡¡¡¿QUÉ?!!! — Pam no lo creía que fuera de esa manera, vengativo y sádico, lo de sádico es pasable ya que ella es peor en batalla.

— Sus palabras de escusa eran que esas personas lo merecían, el fin que les dio su amigo que asesiné a golpes, que esas mujeres y niños lo merecían — decía como si fuera el eco en sus pensamientos — cuando les decía que si me daban ubicación del resto moriría rápido lo hacían, ya que los dejaba sufriendo o lo decían y terminaba de un tajo con mi daga en su corazón.

Ella no pronunciaba palabra alguna, solo escuchaba con toda atención todo lo que su hombre decía, de vez en cuando paraba él para ir por mas alcohol, porque era pesado todo y así se digerían mas fácil esas noticias, a cada minuto era mas intensa la explicación del pasado de Alex.

— Los últimos los tuve que cazar fuera de Marte, viajando a bases militares en sistemas lejanos — toma una pausa respirando profundo para poder continuar — el último era mujer, dude mucho en hacerlo, pero...

— El género no exime a nadie — dijo Pam tajante — se que es duro todo lo que tuviste que hacer pero se supone que si se es parte de La Armada Terrana hay que servir para el cuidado de toda persona, no dañar por solo placer.

Alex esperaba todo menos eso, creyó que le iba a reprochar tales actos que hizo.

— Es por eso que ahora peleamos en contra de esos mercenarios que tratan de joder todo — continuó Pam — estando o no en La Armada, pero fuimos parte de ella y eso nos hace pelear.

— Es la razón de haber caído tanto en el licor a tal grado de querer ahogarme en él — dijo Alex — cuando llegó mi hermano y darme la oportunidad de ayudar a personas buenas, en búsquedas de objetos o rescates de personas en su equipo fue algo bueno.

— Te conocí al fin, bueno después de un tiempo comenzamos a salir después de aquella noche en aquella luna de Júpiter — dijo sonriente Pam — nadie sabía que odiaba usar el traje espacial de presión y cada que estaba sola o con alguien que le tenía confianza me lo quitaba sin pensar en cuanto tenía la oportunidad.

— Esa vez, como olvidarla — sonrió y echo la cabeza hacia atrás — eso hizo que todo mi ser perdiera equilibrio.

— Ya lo quería hacer — dijo Pam — pero nunca tuvimos un viaje solos y en el Buitre solo Eva sabía que lo hacía y que quería hacerlo para ti.

El rostro de mi hermano se puso rojo, eso si que no lo esperaba.

— Ese era un secreto que guardaba pero cómo tu contaste uno mas grande, era mi turno — sonriente y algo acalorada lo declaró — te tenía ganas desde que comenzamos a trabajar juntos, al principio no eras mas que el hermano de mi jefe, aunque mas que jefe un gran amigo.

— Joel tiene una manera de ser que se han el respeto, aunque tu le dabas respeto una manera no muy usual.

— Es que así nos llevábamos en el escuadrón Leopardo Negro — responde Pam — a pesar de ser nuestro sargento de vez en cuando cuando metía la pata o nos metía un susto arriesgando su vida por nosotros le pateaba el culo porque todos sabemos el riesgo en un combate.

— Lo sé, en cada misión siempre busca el mínimo riesgo para todos siendo él el que carga con lo mas peligroso de cada encuentro.

— Eso lo hace líder, eso es tener e respeto de su tripulación, sus amigos o mas bien ya nos consideramos familia cuidando de todos, en fin bebé, el que hayas hecho cosas así en tu pasado o por que lo hayas hecho no importa, sino en la persona que eres y que defiendes tu honor y que la culpa que cargas es porque eres una gran persona, esa persona de la que me enamoré y que espero tener a mi lado por muchos años.

— Gracias Pam.

— Oye vamos a tu cabaña en Saturno.

— Ammmm no se va a poder, Joel me la pidió prestada para ir con...

— Jajajaja, ¿todavía quiere tenerlo en secreto? Si ya todos sabemos que andan como pareja.

— Lo sé pero tu shhhhhh, no lo supiste de mi porque ella es igual de sádica que tu y le tengo respeto.

— Miedo será, no seas cobarde jajajaja.

— Ya pues, mejor vamos a un planeta que esté no tan civilizado a perdernos unos días ¿Te parece?

— Ok me gusta tu idea, pero tu empacas, aún estoy algo con pesadez por jugar con Bermúdez anoche y para que no te enojes revisa tu cuenta de créditos, ganamos el segundo lugar en el campeonato y nos dieron medio millón de créditos jejeje.

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