Saturno, una de sus lunas. Rowss y Joel.

Después de aquel incidente de la ducha llegamos al destino, Rowss no quería verme pensando que hice a propósito lo de mi erección, no era intencional pero que divertido es ver que aquella mujer de dura coraza en sus sentimientos se ruborize solo de verme así. Haciendo caso omiso a ese berrinche le pido que suba al vehículo para ir al destino que ni ella sabía, era algo que planeé desde hace tiempo en secreto con mi hermano esperando que el tuviera todo en orden en mi ausencia. Rowss ni me mira, apenas si consigo que responda con un si o un no, cuando se pone de ese modo ni ella se aguanta. Pero en fin, aprovechando que no decía nada fue fácil concentrarme en el camino y las indicaciones que Alex me dio de su cabaña de descanso. Me dijo que tenía todo ahí, desde alimentos frescos hasta cómodas instalaciones y no lo dudo, tiene que tener bien atendida a otra fiera llamada Pam Smith.

- ¿Ya me vas a hablar mujer?

- Vete a la chingada.

- Ok, ese es un ya casi se me pasa el berrinche.

Su rostro pasó de "te voy a castrar" a "espero tengas tu testamento en orden", ya me valía porque van y vienen esos cambios de temperamento. Ya llegando al lugar su semblante cambia a uno mas tranquilo, la cabaña es impresionante, está construida en el interior de una cueva, todo un gran edificio de dos plantas, bien blindado y cubierto para evitar intromisiones.

-¿A qué me trajiste aquí Joel? - pregunta entre asombrada y algo inquietada - no eres de sorpresas pero esto si que es lindo.

- Quiero estar a solas sin que nada ni nadie nos moleste, hace mucho que no tenemos algo de paz y antes de volver a las batallas necesitamos esto.

- Ammmm, ok, si tu lo dices.

- Ve a ponerte cómoda, prepararé algo de comer, Alex tiene el licor en la gabeta junto a la pantalla en la sala.

- Antes me daré un baño, no me digas donde se encuentra que quiero ver lo hermoso que tiene éste lugar tu hermano.

Sube por las escaleras, encontrando algunos cuadros familiares durante el ascenso y en el pasillo que va a diferentes puertas, abriendo cada una buscando el baño de la ducha encuentra el estudio donde hay medallas de ambos, condecoraciones, fotos con altos mandos de la Armada. Después pasa a la siguiente y es un baño normal, pasa a la tercera una habitación sencilla, la última es la habitación principal donde hay una cama enorme, las decoraciones de color purpura, en baño una tina de hidromasaje aparte de la regadera, ella prefiere la tina, la enciende para que se regule la temperatura del agua mientras se llena y se va desnudando.

Yo veo que hay en la alacena, veo en el refrigerador y comienzo a preparar la comida, no tardo mucho en saber que prepararé, saco unos cortes de carne, las verduras necesarias, hago una pasta, después comienzo a preparar un pan en el horno, no sabía cuanto se tardaría en la ducha mas si encendió el hidromasaje. Arreglo el comedor, busco en el vehículo la sorpresa para tenerla en el centro de la mesa, unas hermosas flores color purpura, busco de entre mis cosas una música antigua que le encanta, rara porque la encontramos en una red antigua de datos que guardaba presisamente música. Un tal Bunbury fue quien mas le gustó de aquella época musical y pues quería que fuera perfecto. Tomo el control del audio e inicio el ambiente de lo que tengo para ella, se puede escuchar en la bañera lo que pongo así que estará mas relajada y su berrinche ya no estará.

- Ese tarado si que lo tenía bien preparado - dijo al escuchar esa música que le facina - aparte ya huele delicioso creo que es hora de ir saliendo de la ducha.

Al salir cubierta con una toalla ve un paquete que no estaba pero que puse después de colocar la música, es pequeño y lo abre, unos aretes hechos de una roca que encontré parecida al diamante, mas duro pero ésta de un tono morado, ve que hay una nota que dice "No necesito razones para ser así contigo, solo quiero hacerlo".

- Si, todo lo tenía planeado, que cabrón pero es lindo.

Mientras ella se vestía y bajaba al comedor ya tenía lista la comida solo esperando a que se sentara para comenzar a servir. Ya esperaba tener una velada tranquila sin interrupción alguna, apagando todo comunicador para evitar eso.

— Lista, que delicioso huele — toma asiento y cierra los ojos para percibir mejor el aroma de la comida — ¿Por qué tanto esmero en complacerme?

— Era algo que te debía, no hemos tenido una cita romántica por estar en las misiones que Jhon nos encomienda — acerqué la primer cacerola — primero vamos a comer algo rico.

— ¡¡¡Wow!!! — su reacción al oler la comida al destapar la cacerola — ya sirveme que lo quiero probar.

— Ya voy, deja traer el pan que sale del horno — corro a la cocina que no quería que se quemara el pan — ¡AUCH!

— ¿Qué pasó soperutano?

— Olvidé ponerme el guante en la mano buena.

— Jajajajaja tan menso — se acerca con hielo para ponerme en la mano.

— Gracias, ve al comedor, ahora mismo me coloco el liquido para quemaduras.

Comimos casi todo, mi sonrisa al ver que le encantó todo fue lo máximo, después nos fuimos al sofá a seguir escuchando la música, acompañado de unas copas de vino tinto. Se acomoda en mi pecho para relajarse y descansar del viaje y reposar los deliciosos alimentos que acabamos de cenar, estamos en silencio, solo sisfruntando del uno del otro. De repente siento algo más recargada a Rowss y noto que se durmió, se ve hermosa, su rostro lleno de paz, con su cabello suelto que casi no le veía así por estar siempre con el casco o sujetado. La levanto para llevarla a la habitación, se merece descansar, merece tener esa paz que vive en ese sueño profundo al que acaba de entrar. La cubro con una sabana y después bajo a limpiar todo, me coloco audífonos para escuchar música porque no quiero despertarla, dejé hecho un desastre en la cocina. Término cansado, pero no quiero subir escaleras, me siento en el sofá, destapo una cerveza, enciendo un cigarro y me pongo a recordar cosas del pasado, días lejanos de paz que como éste habían pocos ya. Aun no terminaba la batalla contra los mercenarios, batallas que aun no se libraban pero por momentos así donde se puede sentir paz es lo que hace que valga la pena de pelear.