Los Hermanos de la Noche
Los tornasoles rayos del amanecer comenzaban a alumbrar la magnífica estructura del palacio de Mondrule, despertando así a todos sus habitantes para el recibimiento de un nuevo día, un nuevo amanecer donde podían aspirar el aroma de la victoria. Hace pocos días que diabólicas marionetas los habían invadido, donde algunas personas resultaron heridas y otras muertas, sin embargo, la mayoría pudo ser salvada gracias a la proeza de los soldados del reino, sobre todo del Comandante, quien había entregado todo de sí para ganar la batalla contra el monstruo madre, a pesar de haber terminado fatalmente herido.
Los rayos del primer ocaso de la mañana se posaron en el abatido guerrero, aunque más que eso, comenzó a despertar al sentir que su rostro estaba siendo tocado por la suavidad de unos dedos, por las caricias de la mujer que tenía a su lado. Dark Link abrió los ojos, y se encontró con la intensa mirada de su compañera, quien se mostraba contenta de ver a su amado despertar. El tiempo había sido eterno para ella.
- Buenos días. – dijo ella, sonriendo.
- ¿Ah? ¿Pero qué...?
El joven trató de incorporarse de la cama con brusquedad, sin embargo, el dolor del cuerpo y cabeza lo incapacitó. La princesa lo tomó de los hombros y colocó su mejilla encima de sus pechos, otorgándole estos como si fueran almohadas. El Guerrero de las Sombras no podía sentirse más a gusto, por más que le costara admitirlo, estar cerca de ella le fascinaba, lo que provocaba que rodee sus manos en su cintura.
- Aun no te encuentras del todo bien, debes ir poco a poco. – sugirió la dama.
- Está bien... ¿qué fue lo que pasó? ¿Cuándo tiempo he dormido? – preguntó el joven, adormilado.
- Has dormido tres días seguidos, pero ese tiempo fue suficiente para que sanes tus heridas. Fue una batalla difícil, pero al final saliste victorioso junto con los soldados.
En ese momento, Dark Link recordó todo lo sucedido en la ciudadela, el como aquellas marionetas destrozaban todo lo que se hallaba a su paso, lastimando a muchos inocentes. A su memoria llegaron todos esos hechos, en especial el monstruo origen que controlaba todo desde las sombras; nunca podría olvidar la oscuridad que este emanaba, tan malévola y despiadada hasta el punto de impactarlo a sí mismo. Por un momento creyó no lograría vencerlo, o que incluso moriría en el acto.
- ¿Sucede algo?
- Sólo recordaba todo lo que sucedió... gracias por tus cuidados. – dijo, mirando a la joven con admiración.
- No es nada, cuidarte es un gusto para mí. Imagino que tienes hambre, vamos a desayunar.
La pareja se levantó de la cama, y fue ahí que el guerrero descubrió que se encontraba sin camisa y con unas cuentas vendas rodeándole el torso, en cambio Dark Zelda estaba con una de sus características ropas de dormir que le quitaban el aliento, las que sólo lucía cuando estaban solos. Juntos se sentaron en la mesa a probar cada uno de los manjares que la princesa había ordenado; leche, frutas de todo tipo y pasteles dulces y salados se encargaban de adornar los platos de las mesas, los cuales duraban poco al ser el joven el que más rápido se los terminaba. Sólo quedaban unas cuantas uvas, así que la regente tomó una y se la colocó en los labios, para después levantarse y sentarse en las piernas de su amado; sus intenciones eran bastante claras para el Guerrero de las Sombras, así que le tomó el mentón y recibió la pequeña fruta en su boca, y después de comerla la besó intensamente.
Ambos entrelazaban sus lenguas a medida que el beso se iba intensificando, mientras sus manos empezaban a tocar sus cuerpos con profundo deseo y desesperación, deseando arrancarse en el acto una a una sus prendas. Dark Link acariciaba desesperado las encantadoras y voluptuosas piernas de su mujer, mientras mordía y devoraba su delicado cuello.
- Dark Link. – suspiró ella, extasiada con los toques.
El guerrero ya estaba fuera de control, metiendo sus manos en lugares que no debía. Tomó a la dama en sus brazos y se dirigió con ella a la cama, dispuesto a comenzar con el acto pasional. La princesa desfallecía con los tratos de su amado, el sentir su aliento y sus besos chocar con su piel la volvían loca, causando que delicados gemidos empiecen a salir de su boca.
- Por favor... detente.
Sin embargo, por más que la joven deseara que la unión se llevara a cabo hasta sus últimas consecuencias, no había tiempo para eso. Había asuntos muy importantes que tenían que tenía que organizar, tanto ella como el guerrero.
- Dark Link...
- ¿Qué...? ¿Qué pasa? – preguntó, impaciente.
- Hoy no podemos, lo siento.
El guerrero se levantó impactado al escuchar las palabras de la dama, o más bien, profundamente enojado.
- ¿Qué cosa? ¿Y eso por qué? – preguntó, fiero.
La dama se levantó de la cama y se subió las tiras de su bata de dormir, luego caminó hasta su tocador y empezó a cepillarse el pelo. Su compañero estaba totalmente enojado con su repentina actitud. Era inaceptable.
- No me has respondido. – preguntó, acercándose al tocador.
- Porque tenemos asuntos que resolver, y todo se relaciona a lo que pasó hace unos días, el triunfo de los soldados y el tuyo.
- ¿A qué te refieres?
- Ya lo verás...
El guerrero desconocía el significado de las palabras de la dama, aunque lo que si percibía es que no le gustaría para nada lo que planeaba.
...
Cuando estuvieron listos, la pareja de las sombras salió de la habitación. Ambos se sentían algo frustrados de no haber podido consumar su unión, y aún tenían encendido el deseo en la piel; ya habría tiempo para eso, pues ahora lo que importaba era resolver los pendientes que había mencionado la princesa.
Luego de unos minutos, llegaron a campo de entrenamiento, donde los soldados estaban esperando la llegada de la pareja. La princesa les había ordenado que debían presentarse. Al igual que Dark Link, muchos presentaban vendas en sus brazos y mejillas, rastros de la batalla que se había llevado a cabo hace días. Aunque encima de todo eso, se veían recuperados.
- Buenos días, soldados. – dijo la regente.
- Buenos días, princesa. – saludaron los chicos.
- Me alegra verlos más recuperados. Aprovecho este momento para felicitarlos por su gran labor en la defensa del reino. Este es sólo el fruto de todo su esfuerzo, de la decisión de cambiar sus vidas y construir su propio destino, el que desde ahora será prometedor mientras se encaminen al bien. Sé que esto no ha sido fácil para ninguno de ustedes, una adaptación tremenda, pero les aseguro que todo esto vale la pena.
Dark Link y los soldados escucharon atentos las palabras de la princesa, y aunque no lo demostraron, se sintieron halagados. Inicialmente, el pensar en encaminar su vida al camino del bien les sonaba absurdo e imposible, una naturaleza que jamás podría reemplazar su malicia y oscuridad, sin embargo, el orgullo de haber hecho lo correcto los hacía sentir satisfechos, y por contradictorio que sonara, no querían dar marcha atrás.
- No hay nada que agradecer... sólo hicimos nuestro trabajo. – dijo Ryotta.
- No fue nada... hay que reconocer que sin nosotros todo se hubiera perdido. – expresó Nox, arrogante.
- Por favor, no sean tan modestos. – dijo el Comandante, irónico.
- Vaya... pues espero que demuestren la misma humildad cuando estén ante el pueblo. – dijo la princesa, seria.
- ¿Ante el pueblo? – preguntaron todos al unísono.
- Todo el pueblo se siente muy agradecido con ustedes por haberlos salvado, y es por eso que han organizado en su honor una gran celebración; han decorado la ciudadela y han preparado comida para ustedes. Así que vayan a vestirse para la ocasión y a recibir su buen trato.
La cara de los soldados al saber que tendrían que exponerse ante tanta gente no tenía precio, estaban horrorizados, pero nada se comparaba a la de Dark Link. De ninguna manera querían relacionarse con los habitantes, pues se consideraban antisociales en todo el sentido de la palabra.
- ¿¡Acaso se ha vuelto loca!? – gritó el soldado Ryotta, exasperado.
- ¡VUELVE A HABLARLE ASÍ Y TE CORTO LA LENGUA! – amenazó el Guerrero de las Sombras.
- ¡LO SIENTO MUCHO, PRINCESA, PERO LO QUE NOS PIDE ES IMPOSIBLE ¡NO LO HAREMOS! – gritó Nox.
- No queremos agradecimientos ni algarabía. Así estamos bien. – dijo otro de los soldados.
Dark Zelda se enojó al ver que los jóvenes no querían cooperar. Luego observó a su compañero para buscar de su parte apoyo, sin embargo, se llevó todo lo contrario a lo esperado.
- ¿Comandante... no va a decir nada? – preguntó, incrédula y sorprendida.
- Lo siento, princesa... pero creo que los soldados tienen razón. Esto no es necesario, ni tampoco lo deseamos. – respondió el joven, serio.
- Puedo esperar semejante falta de respeto de parte de los soldados a su cargo, ¿pero de usted, Comandante? ¡Esto es inaudito! Se supone que usted debería dar el ejemplo, y no asistir sería hacerle un desaire al pueblo que tanto los aprecia. – reclamó, impactada.
- No tenemos la costumbre de relacionarnos con otras personas, sólo le pido que entienda.
Dark Zelda no respondió nada, solamente le dio una fría y furtiva mirada al Guerrero de las Sombras. Por más que lo amara, no estaba de acuerdo con la manera en la que estaba manejando las cosas. Estaba siendo irrespetuoso con su pueblo, otro lado de su vida que tanto amaba. Por otra parte, el Comandante no estaba nada a gusto con la postura de su compañera, le sorprendía como podía pasar de ser seductora a implacable, a no dar su brazo a torcer cuando tenía algo que estipular. Sentía que si la desobedecía tendría mucho que perder... demasiado.
- ¿Esa es su última palabra, Comandante? – preguntó la determinante princesa.
El guerrero se quedó estático por varios segundos, hasta que se decidió a contestar.
- Yo... me retracto por lo que acabo de decir. En este momento cumpliremos con sus indicaciones e iremos a reunirnos con el pueblo.
- ¿Lo ven? Les dije que el Comandante nos iba... ¿QUÉ DIABLOS...? – gritó Ryotta, espantado.
- Me alegro que haya reflexionado, Comandante. Lo veré en una hora en la plaza central. Le aseguro que no se arrepentirá de su decisión. – expresó la princesa, guardando cierta doble intensión en su mensaje.
Más tranquila con el problema resuelto, Dark Zelda se retiró del campo de entrenamiento, mientras que el Comandante se quedó con sus soldados. Los jóvenes sulfuraban de rabia al ver que el guerrero no los había apoyado.
- ¿Se puede saber qué caraj...?
- ¡CIERREN LA MALDITA BOCA! En este momento nos disfrazaremos de gente e iremos a agradecerle a esas personas...
- ¡Pero Comandante...!
- ¡Y POBRE DEL PRIMERO QUE SE QUEJE! ¿¡ENTENDIDO!?
Enviándole mil y un maldiciones desde su interior a Dark Link, los soldados fueron a alistarse para su encuentro con el pueblo. El guerrero caminó tras ellos, igual de enfurecido, pues no comprendía el motivo por el que se dejó llevar por las imposiciones de la princesa, de cómo su intensa mirada lo derritió como hielo entre sus manos. No tuvo el valor para ubicarla, o más bien, deseos de hacerlo. ¿Acaso se estaba preocupando por complacerla o por decepcionarla? Aquello para él no era posible, sentires como esos eran impensables en él.
- ¿Qué me pasa...? – pensó, asustado.
...
La plaza central se encontraba completamente tomada por los habitantes de la ciudadela, quienes se mostraban felices, dichosos y ansiosos por ver a los responsables de haber salvado sus vidas, de haber defendido a su amado reino, el que, junto con la princesa, habían sacado adelante con sumo esfuerzo.
La princesa se encontraba en el centro de la plaza, y al lado de ella el Comandante del ejército de Mondrule, quien ya había tomado por costumbre ubicarse en ese sitio; detrás de ambos se hallaban los soldados, quienes no podrían estar más que... "emocionados". Minutos después, Dark Zelda se levantó de su asiento para dirigir unas palabras a su amado pueblo.
- Mi apreciado pueblo... creo que las palabras que están saliendo de mis labios en este momento no son suficiente para expresar lo que siento, tantas emociones maravillosas y desgarradoras. En primer lugar, pido un minuto de silencio y una pequeña oración para las personas que injustamente fueron apartados de nuestro lado en esta cruenta emboscada, por quienes entregaría mi alma entera por traérselos de regreso. – dijo la princesa, soltando amargas lágrimas.
Todo el pueblo guardó silencio ante las dolorosas palabras de la regente, para después dar la oración que esta les había pedido. Dark Link observó las lágrimas que la princesa estaba derramando en silencio, y aquello le provocó una sensación desagradable. Nunca la había visto de esa manera, y sin entenderlo, deseaba que eso no vuelva a ocurrir. Se había acostumbrado a verla siempre calmada, sobre todo sonriendo cuando estaban solos.
Pasado el tiempo del silencio, la princesa se limpió las lágrimas que había derramado, para después serenar su rostro y dirigirse al pueblo. Sinceramente, se sentía honrada de que hubieran armado un agasajo para sus soldados, pero le preocupaba el hecho que algunas personas se encuentren de luto.
- Me siento muy agradecida del agasajo que han armado para nuestros benefactores, pero no quisiera que se sientan presionados, pues, aunque no fueron muchas, hemos tenido muertes. – dijo la joven, preocupada.
- ¡NADA DE ESO, ALTEZA! – gritaron algunos de los presentes.
- Nosotros conversamos con las familias, y en medio de su tristeza están de acuerdo que armemos este humilde agasajo, a pesar de no contar con su asistencia por obvias razones. – indicó un hombre con su hijo en brazos.
- A pesar de su pena, se sienten agradecidos con nuestro joven ejército. No hay nada de qué preocuparse. – dijo una mujer presente.
La princesa se sintió aliviada de saber que nada había sido forzado, por lo que el evento podría continuar.
- Bueno, entonces si las cosas son así, en este momento el ejército irá con ustedes.
El pueblo entero grito emocionado ante el encuentro con los soldados, cosa que estos no tomaron del todo bien, sobre todo su Comandante. Dark Zelda se dio la vuelta y les lanzó una furtiva mirada para que no hicieran esperar a su gente, y una sutil, pero seca sonrisa a su amado.
- Comandante, contrólela, por favor. En eso usted tiene bastante experiencia, ¿no? – dijo Nox al oído del guerrero.
- ¡Enséñele quién manda! Sólo debe acercarse a ella y tomarla de su...
- Una palabra más, y habrá otro minuto de silencio en este sitio... muévanse. – amenazó el guerrero a los dos únicos soldados que más lo sacaba de quicio.
Los jóvenes entendieron perfectamente la "indirecta" del guerrero, por lo que guardaron silencio y se dispusieron a seguir sus órdenes.
- En este momento vamos junto al pueblo, alteza. Honor que nos hace. – dijo el par de jóvenes al unísono, sonriendo postizamente.
Los soldados supieron que no había marcha atrás, por lo que bajaron hacia donde estaba la gente, sonriendo de la mejor manera posible, acción imitada por Dark Link. Una vez que estuvieron ante la presencia del pueblo, este enloqueció. Los hombres les estrechaban las manos, las mujeres se les lanzaban a abrazarlos, hasta algunas más atrevidas a intentar besarlos, pero eran tantas que ninguna podía conseguirlo; incluso algunos niños saltaron hasta sus brazos para ser cargados, causando que todos los jóvenes, sobre todo su Comandante; se sientan extraños por ser la primera vez que convivían con infantes.
La dama observó encantada la escena. Se sentía orgullosa de saber que su nuevo y pequeño ejército había tenido una gran acogida con su amada gente, siendo ese otro paso para el crecimiento y avance de Mondrule.
...
La celebración duró hasta las horas de anochecer, y muy contrario a lo que pensaban los jóvenes, pasaron un buen momento. Conversaron con varias personas, en especial muchachos de su edad, muchos de ellos con personalidades similares, es decir, "algo extrovertidas". La comida y la bebida la disfrutaron enormemente, hasta el punto de repetirla más de una vez. Sin embargo, lo que más disfrutaron los soldados fue el respeto y admiración que se habían ganado del pueblo, cosa que ni en sus sueños se hubieran imaginado, cuando hasta hace poco su vida se basaba en estar entre las cuatro asquerosas paredes de su calabozo y fumando un cigarro de mala calidad. Su vida ahora valía la pena, y no solamente gracias a la nueva oportunidad que les había dado la princesa, sino por la instrucción de su Comandante, quien les enseñó a canalizar su parte mala y transformarla en buena. De alguna manera, tenían que ser agradecidos con él.
Cuando la última persona se retiró de la plaza, los jóvenes se acercaron hasta donde estaban Dark Link y la princesa. Se les había ocurrido una idea para poder agradecerle a su Comandante como se merecía, aunque esta iba a ser muy diferente a la otorgada por el pueblo.
- ¿Ya ven que no fue tan malo? – expresó la princesa, sonriendo.
- Si, princesa, tenía toda la razón. – respondió Ryotta.
- En nombre de mis compañeros, y mío, le agradezco habernos honrado de esta manera, pero mucho más por la oportunidad de tener otra vida, sirviendo a los demás. Reconozco que al inicio no nos portamos de la mejor manera, y que a veces salen a flota ciertas cosas... sin embargo, no por eso no somos gratos con usted. – dijo Nox.
- No tienen nada que agradecer, ustedes tomaron una decisión y estas son las consecuencias. Todo ha sido labrado por ustedes. A mi parecer, el mayor crédito se lo lleva su Comandante, pues él los entiende mejor que nadie, ha pasado por lo mismo y por eso pudo encaminarlos.
- Tiene toda la razón, y es por eso que nos atrevemos a querer tener un detalle con él.
- ¿Detalle?
Ante la pregunta de la princesa, la forzada formalidad que los jóvenes habían mostrado se fue al demonio, alistándose para responder como los caracterizaba.
- El grupo de jóvenes con el que conversamos esta tarde, nos recomendó un bar muy bueno, queda en el centro de la ciudadela. Queremos divertirnos con el Comandante, escuchar música, jugar uno que otro juego de mesa... y beber unos tragos. – dijo Nox, riéndose.
- ¿Ah? – expresó la princesa, sorprendida.
- Se los agradezco, pero no es necesario. – dijo Dark Link, serio.
- Ay, por favor, sólo será unas horas, además mañana tenemos el día libre y debemos aprovecharlo. No nos haga el desaire, le aseguro que no se arrepentirá. – dijo uno de los soldados presentes.
Dark Link se quedó pensando en la propuesta de sus soldados, y no le parecía nada mal, pues le daba curiosidad conocer esa clase de sitios, claro está que no estaba tan enterado como los jóvenes sobre todo los sucesos que acontecían en el mismo. Sin embargo, Dark Zelda si se imaginaba de qué podía tratarse, motivo por el que se sintió algo incómoda. Aunque no por eso podía impedirle a su amado que salga a divertirse con muchachos de su edad
- ¿Qué dice... vamos? – preguntó Ryotta, insistente.
- En serio, ya les dije que...
- Creo que no estaría mal.
Dark Link se sorprendió por la intervención de la princesa, mientras que a los jóvenes encendieron sus miradas como si de brillantes rubíes se trataran; las cosas les estaban saliendo mejor de lo esperado.
- ¿Estás... está segura, princesa? – preguntó el guerrero, incrédulo.
- Claro que sí, no tendría nada de malo. Se lo merecen, además creo que no salen muy a menudo a ese tipo de lugares, ¿cierto? – preguntó la joven.
- NOOOOO, PARA NADA... con lo estricto que es el Comandante. – dijo Ryotta, sarcástico hasta los huesos, a lo que Dark Link lo miró inquisidor.
- En ese caso, pueden ir, sólo tengan cuidado y traten de no regresar tarde.
- ¡No se diga más! ¿Nos vamos, Comandante? – preguntó Nox, animado.
- Yo... está bien, ustedes ganan. Gracias. – expresó Dark Link, algo indeciso.
- Bueno, yo me retiro a mis aposentos... hasta mañana. – dijo la princesa, mirando a Dark Link.
La princesa se retiró con una sensación vacía en el pecho, pues no deseaba que su amado se vaya, mucho menos a ese tipo de lugares que ocurría lo pensable e impensable. Por otra parte, Dark Link, muy en su interior, no tenía deseos de irse, pues la mayoría de las noches las compartía con ella y sus encantos. Ahora le iba a tocar quedarse con los deseos de lo no culminado en la mañana.
...
En el centro de la ciudadela del palacio de Mondrule se hallaba sumamente silencioso, donde sólo se escuchaba el típico cantar de los animales nocturnos. Sólo en una apartada esquina se oía cierto ruido, el cual aumentaba a medida que los soldados y su Comandante se iban acercando. Una vez que las puertas fueron abiertas se encontraron con lo que estaban buscando.
La gran barra del bar se alzaba desde el fondo de local, liderado por una mujer alta y corpulenta, cabello gris y ojos carmín; ya se apreciaba en su físico unos cuarenta años de edad; sin embargo, eso sólo se reflejaba en su aspecto, pues de personalidad se mostraba mucho más jovial, aparte de que era muy atractiva.
- ¡Vaya, pero si son mis niños! – gritó la mujer, emocionada.
Los jóvenes caminaron hasta la barra, mientras Dark Link los seguía. En el camino visualizó todas las características del ambiente. Vasos y botellas de licor regadas por todos lados, parejas devorándose a besos y caricias en las oscuras esquinas, acompañadas de algunos quejidos, incluyendo a hombres y mujeres con más de un acompañante para disfrutar. La música poseía una mezcla de calma y escándalo, perfecto complemento para el lugar rustico, y a la vez exclusivo sitio.
- Buenas noches, encantos. – dijo la mujer a los soldados.
- Buenas noches, Bertha. ¿Nos has extrañado? – preguntó Ryotta, animado.
- Me han hecho mucha falta en esta solitaria noche. Saben muy bien que ustedes son el espíritu de este lugar. Y por lo que veo, han venido con alguien más, su Comandante.
- Buenas noches, señora. – saludó el guerrero.
- Buenas noches, es un gran honor tenerlo aquí. No sabía que nuestro principal salvador fuera tan atractivo... muchas cosas se me vienen a la cabeza. – expresó, seductora.
- ¿Perdón...? – preguntó el joven, conmocionado.
- Lo que oíste y más, querido. Y no me digas "señora", pues sólo te llevo unos añitos. Permíteme tratarte como tú te mereces...
La bartendera se acercó hacia donde estaba el guerrero, y descaradamente se agarró de su brazo derecho. Dark Link se sintió muy incómodo con aquello, sobre todo por la intensa mirada de ella.
- ¿Las mujeres que salvó ya se lo agradecieron como se debe? Porque si no es así puedo encargarme...
- No, nada de eso, Bertha. – dijo Nox, deteniéndola.
- ¿Cómo? – preguntó, sorprendida.
- Al menos hoy no. Le hemos preparado algunas sorpresas a nuestro Comandante para celebrar nuestra victoria. Creo que lo mejor es dejar tus "servicios" para después. – indicó Ryotta.
- ¡Vaya desplante que me hacen! Pero está bien. Más vale que me compensen por esto. Vamos, les daré la mejor mesa en el salón privado.
- Gracias, y ya sabes que apenas llegue "la sorpresa", la dejas pasar. – dijo Nox, en tono de secretismo.
Mientras la mujer los trasladaba al salón privado, Dark Link se puso a pensar en la conversación que habían llevado los soldados y la mujer. ¿No que el bar recién se los habían recomendado en medio de la celebración? Conocían a la tal Bertha, incluso demasiado. Su mente se llenó de sospechosas dudas y se dispuso a aclararlas disimuladamente para no levantar sospechas.
- Creí que no conocían este lugar. Nos mintieron a la princesa y a mí. – acusó Dark Link al par de jóvenes.
- Por favor, Comandante, no te enojes. Fue una mentirita inocente para que la princesa te deje ir. – respondió Nox.
- Como siempre te anda agarrando... – prosiguió el otro.
- ¿Qué dijiste, imbécil? – cuestionó el joven de las sombras, fúrico.
- Ryotta quiso decir que siempre te tiene lleno de ocupaciones. No te sulfures, por favor.
- ¿Y qué te pareció Bertha? – preguntó el soldado Ryotta.
- Algo... extraña.
- ¿Viste cuando pretendía tratarte como "tú te mereces"? Talvez podrías evaluar esa posibilidad para el futuro.
- ¿Qué clase de estupidez estás diciendo? – preguntó, indignado.
- Es que ella le da un trato especial y exclusivo a sus nuevos clientes. Sino pregúntanos a Nox y a mi... la conocimos bastante a fondo.
- ¿Es decir... que ustedes...?
- Ya conoces el dicho. "Cuco viejo da buen..."
- ¡Y aquí está su mesa, chiquitos! ¡Qué la disfruten! – avisó la mujer, emocionada.
Todos llegaron a una sala privada. Bertha les enseñó a los jóvenes la mesa que había preparado para ellos, la cual estaba totalmente atiborrada de botellas de ron y cerveza hasta el tope, y uno que otro piqueo. Esta había sido otra prueba para Dark Link que los muchachos habían tenido tiempo de planificar su agasajo. Si con sólo el inicio había recibido algunas "sorpresas" no se imaginaba qué más estaba por venir.
- ¿Y qué te parece, Comandante? – preguntó Nox, emocionado.
- Todo se ve muy bien, para qué negarlo. – respondió el guerrero.
Los jóvenes se sentaron en la mesa, y como unos desquiciados empezaron a beber todo el licor que tenían en frente; ron, tequila y cerveza de todo tipo. El sonido de los vasos chocar invadían el ambiente, el limón y la sal que acompañaban al más ardiente de los tragos se consumía y desparramaba por el suelo, incluso con el tiempo solicitaron más para seguir enloqueciéndose con sus placeres. El nivel de embriaguez de los muchachos se encontraba por los cielos, aunque Dark Link estaba sólo un poco más controlado.
- Y bien... Comandante... nos has llevado a la gloria... nos has hecho gente. – dice uno de los soldados, cayéndose de tomado.
- Tampoco es para tanto, todo eso es mérito de ustedes. Decidieron salir de su miseria para ser alguien. – respondió el joven.
- Creo... que te has olvidado de un ligero detalle sobre nosotros... no nos has puesto nombre. – dijo otro.
- ¿Nombre? – preguntó el Comandante, extrañado.
- Claro, Comandante... tenemos que tener un título que nos reconozca, que nos identifique. ¿Cuál podría ser? – preguntó Nox.
- ¡LOS HOMBRES DEL GUERRERO DE LAS SOMBRAS! Bueno no, eso sonó raro... rarísimo. Olvídenlo. – expresó Ryotta, riéndose a carcajadas.
- ¡Los hampones de la noche! – exclamó un alocado soldado.
- ¡YA NO SOMOS HAMPONES, IMBÉCIL! – gritó Ryotta.
- ¿Los chicos de la luna?
- ¿Quieres que acompañe ese nombre con lazos rosas y faldas acampanadas? ¡NO!
- Los Hermanos de la Noche.
Los embriagados chicos se silenciaron al escuchar la opción que Dark Link había propuesto, demostrando que se les hacía agradable.
- ¿Los Hermanos de la Noche? ¿Cómo así? – preguntaron al unísono.
- Porque si queremos seguir triunfando, ganar prestigio en este reino, debemos trabajar juntos, como hermanos, y me incluyo en ese grupo. Por más que sea su superior no deseo que me vean como tal, sino un apoyo y guía para seguir desarrollándose física y mentalmente. Creo que este título nos describe a la perfección.
Segundos de silencio invadieron el animado ambiente, hasta que los jóvenes gritaron emocionados. El título que se les había conferido les encantaba, les levantaba el ego hasta más no poder.
- ¡Bien pensado, Comandante! Una vez más te pasaste. – gritó Nox.
- Bien, entonces así nos quedamos. "Los Hermanos de la Noche".
- ¡Dulzuras, llegó la SORPRESA! – avisó Bertha desde la distancia.
Las puertas del lugar se abrieron de par en par, despejando finalmente a la tan esperada "sorpresa". Bellas y despampanantes mujeres se encontraban en la entrada, luciendo ropas tan cortas y descubiertas que no dejaban nada a la imaginación. Cabellos negros, plateados, grises y blancos se balanceaban con gracia, brillando en distintos tamaños. No había duda que semejantes doncellas le quitaban el aliento a cualquiera, sobre todo a los recién nombrados Hermanos de la Noche.
- Buenas noches, caballeros. – dijo una de las chicas.
- ¿Pero qué hacen ahí paradas, preciosas? ¡Pasen, pasen! – gritaron los soldados.
Las recién llegadas entraron al lugar, mientras que Bertha cerró la puerta tras ellas. Las mujeres se reunieron con los soldados, a quienes besaron desenfrenadamente en la boca para saludarlos, mientras estos las manoseaban de pies a cabeza, cosa que ellas permitían gustosas. Algunas parejas se fueron a varios rincones a disfrutarse mutuamente, otras desaparecieron del lugar, dirigiéndose a donde pudieran estar más solos, y las que quedaron se sentaron en la mesa para disfrutar de las bebidas, claro está, las damas sentadas en las piernas de sus caballeros. Dark Link observó la escena sin decir una palabra, pues estas sobraban para saber lo que sucedía.
- Hola, precioso. ¿Tú debes ser el Comandante?
Inmediatamente, Dark Link se dio la vuelta para encontrarse no con una, sino con dos despampanantes mujeres, mucho más provocativas que las otras. Luego de eso, se acercaron Nox y Ryotta, con una chica en cada brazo. Ambos se miraron descarados, sabiendo a dónde querían llegar con eso.
- Espero que te guste la sorpresa, Comandante. – dijo Ryotta, riéndose.
- Dos SORPRESAS, una para cada brazo. Créame, estas damiselas son las mejores que conocerá, son las más... revoltositas. – indicó el soldado Nox.
Dark Link observó de arriba a abajo a las mujeres, y aunque reconocía que eran sumamente atractivas, de ninguna manera deseaba que ocurra algo con alguna de ellas, o ambas. En ese instante, a su mente llegó la imagen de la princesa, hermosa, sensual, despampanante y complaciente hasta la médula, dispuesta a someterse a todas sus locuras y fantasías encantada, quien lo llevó hasta los entresijos de los placeres más bestiales y vehementes, sin necesidad de ser una meretriz. Su elegancia y finura se complementaban con esa mortal faceta que sólo él conocía. Al parecer ya no había mujer que le paralizara los sentidos, nadie más que ella.
Las damas, al ver que el guerrero se había quedado pensativo, decidieron tomar la iniciativa y sentarse en sus piernas, para después acariciar su rostro con tremendo descaro. Dark Link se sintió sumamente incómodo.
- Es un honor estar tan cerca de nuestro héroe... demasiado gratificante. – dijo, mientras le acariciaba el rostro.
- ¿Te noto algo tenso, mi amor? ¿Quieres que nos vayamos a un lugar un poco más... solito? No tendrás que molestarte en decidir, no somos celosas.
- Disculpen, pero tengo que hablar con los soldados. – dijo Dark Link, mostrando seriedad.
Las mujeres ya se disponían a besar al mismo tiempo al Guerrero de las Sombras, sin embargo este, sin meditarlo, las alejó de su regazo y se levantó. Inmediatamente se dirigió hacia el rincón donde estaban Nox y Ryotta, quienes estaban bastante "ocupados" con sus pares de acompañantes.
- Levántense.
Los jóvenes rugieron frustrados al ser interrumpidos, pero se sorprendieron de ver que Dark Link no estaba en sus mismos menesteres.
- ¿Qué pasa, Comandante? Anda diviértete y déjanos hacer lo mismo.
- ¡Dije que se levanten! ¡Vamos!
Muy a su pesar, los muchachos dejaron a las mujeres para irse a una esquina más apartada. El enojo de Dark Link era más que notorio.
- ¿Qué sucede? ¿No te gustan las chicas? – preguntó Nox, sorprendido.
- Si deseas te las cambiamos. – sugirió Ryotta.
- No es necesario esto...
- ¿Ah?
- A lo que me refiero... es que no tengo ningún interés de estar con esas... señoritas.
Ante las palabras del guerrero, Nox y Ryotta se miraron el uno al otro con mirada burlesca y sarcástica. Al parecer, sus acciones habían sido realizadas con dobles intenciones.
- ¿Por qué dices eso? ¿No te gustan las mujeres? – preguntó Nox, burlándose.
- De haberlo sabido le traíamos unos... galanes. Total, aquí se aceptan todos los gustos.
- ¡NO ME REFIERO A ESO, BASTARDOS! Esas cosas no van conmigo, lo que quiero decir es que ese tipo de mujeres no me interesan en lo absoluto.
- ¿Y qué clases de mujeres le gustan? Talvez más...
- ¿Refinadas? ¿Elegantes?
- ¿Misteriosas y distantes?
- ¿Oh, mira? ¿La princesa no es así?
Dark Link no dijo nada, sólo volteó el rostro para que su mirada no lo delate, o más bien sus involuntarias reacciones al escuchar la mención de su dama. No podía negarlo, sus razones se resumían únicamente a ella, y no sólo porque físicamente le daba tres vueltas a las mujeres que se le ofrecían, sino por el juramento que le hizo de no enredarse con nadie más. Ni el mismo reconocía y daba crédito a tal lealtad.
- Vamos a hablar claro de una maldita vez, pues ya me tienen harto con sus "indirectas"... la princesa y yo sólo nos relacionamos laboral y políticamente, nada más. No sé de dónde han sacado que estamos en algo más. – aclaró e guerrero, enojado.
- Por favor, nos encontramos totalmente ebrios así que podemos hablar sin tapujos. Existen rumores, se escuchan muchas cosas entre ustedes. Además, no te hagas, ardes cuando la tienes cerca, aunque lo disimules, y no te culpo, con una mujer así. – expresó Nox, poniendo rostro de gusto.
- Con una mujer así sólo me dedicaría a...
- ¡Completa la frase y estás muerto! – amenazó Dark Link, tomando del cuello a Ryotta.
- ¿Ves cómo te pones cuando se trata de ella? No puedes negarlo. – respondió Ryotta, riéndose.
- Ya confiesa lo que tienes con ella, quedará entre nosotros. – dijo Nox.
- Ya les dije que no hay nada. Ustedes sigan en lo suyo, yo ya no tengo nada que hacer aquí. Me voy.
- ¡QUE ME VOY NI QUE UN CARAJO! Vinimos a divertirnos y eso es lo que haremos.
- ¡PERO NO CON ESAS MUJERES! – reclamó el joven.
- ¿Acaso es lo único que hay? Ya verás. – indicó Nox, sonriendo mordazmente.
- ¿No me digas que iremos a...?
- Así es. Bueno, con mucho pesar, creo que tendremos que despedirnos de esas hermosas cachorritas, pero este espectáculo no me lo pierdo por nada.
- ¿A dónde demonios iremos ahora? – preguntó Dark Link.
- A un rincón del bar un poco... animado.
Dark Link no quiso preguntar más, sólo se dejó guiar hacia ese sitio tan oscuro y clandestino que tanto emocionaba a los jóvenes.
...
El humo del cigarrillo se entremezclaba con el alborotado ambiente de aquella zona apartada del bar, demostrando que sus asistentes se encontraban eufóricos y extasiados, entregados por completo a sus placeres y vicios. Dark Link se escabulló con sus soldados por ese turbio camino, en el cual visualizaron borrachos tirados en el suelo, mujeres complaciendo a sus hombres sin nada de pudor, y unos que otros dementes jugando con armas como si se tratara de juguetes, lo cual provocaría alguna patética muerte.
Los tres jóvenes llegaron a la barra, y fue en ese instante que todos aplaudieron y gritaron desaforados, y no precisamente por el triunfo del ejército.
- ¡Vaya, pero miren quién nos visita!
Nox se puso de pie y saludó a quien lo mencionó delante del bullicio, para después a hacer lo mismo con todos los que lo rodeaban. El Guerrero de las Sombras observó curioso la imagen, razón por la que Ryotta habló.
- ¿Te sorprende? Es que Nox es toda una celebridad. – dijo Ryotta.
- ¿Celebridad?
- Ya en poco tiempo te darás cuenta.
Luego de unos minutos, Nox dejó de recibir el saludo de la gente, para después alzar la voz y dirigir unas palabras a todos.
- ¿¡A VER QUIÉN SE ATREVE!? Vamos a ver si esta noche al fin aparece alguien que pueda vencerme.
Dark Link quería saber en qué eran tan bueno Nox para mostrar semejante arrogancia, cosa que descubrió a los pocos segundos. Dos hombres se levantaron de sus mesas, y borrachos y con botella en mano le hablaron.
- ¡YO ME ATREVO!
- ¡NO, YO PRIMERO!
- ¡No chillen, nenas, con las dos a la vez para que no me lloren!
Todos gritaron eufóricos ante el reto al que había sido sometido el temerario Nox. En ese momento, los hombres se pusieron frente al soldado, para luego dirigirse juntos hacia una gran pared en donde yacía un blanco repleto de miles de rasgaduras, y no precisamente de inofensivos dardos.
Con una sonrisa mordaz, los tres sujetos aparecieron en sus manos filosos cuchillos, los cuales pretendan lanzar directo al blanco, pero no uno por uno o mirando al frente, sino al mismo tiempo y mirándose a los ojos. Todos guardaron silencio ante la espera de la escena, hasta que los protagonistas dispararon sus armas.
Los cuchillos de los hombres cayeron en el blanco, juntos, causando que todos los presentes griten eufóricos, pensando que por fin habían llegado los vencedores del campeón. Sin embargo, a los pocos segundos, el arma del soldado llegó a su cometido, cuya fuerza causó que los instrumentos de sus retadores caigan al suelo. Los había sacado de su camino, demostrando que estos no habían dado en el centro como se pensaba.
Los hombres gritaron frustrados, dando un largo trago de la botella de ron para tratar de echarle amargura a su derrota, mientras que todos gritaban como locos por la nueva victoria del reconocido campeón.
- Gracias... gracias... no podía ser de otra manera.
Ryotta rio a carcajadas ante la nueva reiterada victoria de su amigo, mientras que Dark Link mantenía una sonrisa socarrona e interesante.
- Nadie puede ganarle. Yo ya desistí a retarlo porque salí mal parado. Es invencible.
- ¿Ah sí?
Dark Link se paró de su asiento, mientras bebía un buen trago de ron de la botella que se hallaba en la mesa. Luego de eso, decidió dedicarle unos cuantos halagos a su ilustre soldado.
- ¿QUÉ? ¿ACASO ES LO ÚNICO QUE SABES CLAVAR? – preguntó, mordaz.
- ¡OOOOHHHHH!
La algarabía enmudeció para remplazar sus gritos con su expresión de sorpresa, pues, al parecer, un nuevo retador había llegado para intentar destronar al campeón. Nox miró a su Comandante con una mezcla de sarcasmo y resentimiento por haberlo avergonzado ante sus admiradores.
- Vaya, ¿pero si es nuestro Comandante? ¡HE AQUÍ NUESTRO HEROE! – gritó burlesco e irónico.
Todos gritaron desquiciados ante lo interesante que se había puesto la situación. Mentor y pupilo se iban a enfrentar. Dark Link se posicionó frente a su soldado, el cual ya tenía su preciada daga en la mano. Sin siquiera mirar la diana, la lanzó directo al blanco, con tal precisión era imposible ganarle.
Todos asistentes gritaron eufóricos ante el triunfo, mientras que Nox sólo agradecía con su ego hasta las nubes, para después dirigirse a su superior, quien arrogante lo miraba.
- Admiren a mi comandante, quien se cree todo un galante. Manda más que un corrupto capitán, y cuando mira al espejo cree ver a un Donjuán. Pretende ser llamado por título de "Alteza", cuando no es más que el perrito faldero de cierta belleza. Nos aterra con sus maltratos y habla aviesa, mientras por las noches entierra sus "ínfimas" penas entre las piernas de una distinguida damisela. "¡Terminen el entrenamiento en cinco segundos!" siempre exclama, pero yo sospecho que ese es el tiempo que dura en la...
Las palabras del soldado fueron silenciadas al escuchar un peculiar sonido, el cual en ninguna de sus victorias había evidenciado. Todos los presentes enmudecieron ante la imagen que tenían en sus ojos, una que ni en sus más alocadas imaginaciones hubieran visto. La daga de Dark Link, la que había mantenido escondida en su bota, no sólo había clavado junto en el blanco, sino que había partido en dos el arma de su pupilo, derrotándolo.
- ¿Y cómo decías que terminaba el refrán? – preguntó burlón el Guerrero de las Sombras.
En medio de la algarabía, Dark Link regresó a su puesto mostrando su orgullo con más discreción que su pupilo, al que le dio una lección de lo que es tener algo de humildad. Nox, una vez recuperado del impacto, trató de tomar su derrota de la manera más fresca posible, total, lo que importaba era divertirse. Segundos después regresó a su mesa.
- ¡Al parecer el Comandante te cerró la bocota! – gritó Ryotta.
- ¡Sólo fue suerte de principiante! Veremos si la próxima vez...
- Hola...
Los jóvenes se dieron la vuelta y se encontraron con una imagen que les quitó por completo el aliento... o más bien dos. Frente a ellos, se encontraban de pie dos hermosas mujeres idénticas, lo cual demostraba que eran gemelas. Su piel blanca brillaba cual la resplandeciente luna del reino, la que combinaba a la perfección con sus largos cabellos, liso y rizado respectivamente, tan negros como la noche, pero decorados por mechones rojizos tan intensos como sus miradas. Sus cuerpos eran un escándalo, curvas infartantes, pechos exuberantes y piernas voluptuosas. Si Mondrule poseía deidades, estas sin dudas lo eran. Dark Link volvió a reconocer el gran atractivo de las jóvenes, pero quienes se quedaron con la boca abierta fueron el par de soldados.
- ¿Qué es esto? ¿Acaso el alcohol me está haciendo ver doble belleza? – preguntó Nox.
- Yo veo doble, cuádruple... infinito. – dijo Ryotta, observando todo lo que podría de cuerpo de las jóvenes, mostrando lascividad.
Las chicas se rieron ante los impropios halagos de los soldados, mientras los miraban de manera seductora. No había duda que ellas sabían muy bien sus intenciones para haberse acercado.
- ¿Les importaría invitarnos un trago? Tenemos mucha sed. – dijo la joven de cabello liso.
- Mucha. – finalizó la frase la otra.
- Eso y más podemos darles... y con gusto. – dijo Ryotta.
- Tomen asiento. – pidió Nox.
- Muchas gracias... Oh, qué mal educadas somos. Mi nombre es Kaysa. – dijo la joven lacia.
- Yo soy Kayra. Como podrán haberlo notado, somos gemelas, siendo lo único que nos diferencia nuestro cabello. – señalo la mujer de rizos.
- Yo me llamo Nox.
- Yo Ryotta. Somos...
- Soldados del ejército del reino, lo sabemos. También tenemos el gusto de saber quién es su Comandante.
- Un gusto conocerlas. – dijo Dark Link.
- Igualmente. Permítame felicitarlo por los soldados que ha formado. – dijo Kayra.
- En todo sentido. Sobre todo a este par que se ve tan... bien dotados. – expresó Kaysa.
Dark Link sólo hizo un gesto de sorna al escuchar las insinuaciones de las jóvenes, que claramente eran para los dos que lo acompañaban. Por otra parte, Nox y Ryotta estaban obnubilados mirando a las damas, sobre todo encantados por los mensajes insinuantes que les hacían. Al parecer el rumbo de la conversación estaba empezando a ponerse interesante. El Comandante decidió enfocarse en las bebidas a su merced, dejando a sus pupilos en su plan de conquista.
- ¿Me viste durante el reto? ¿Te decepcionó mi derrota? – preguntó Nox a Kaysa.
- Para nada, al contrario. Sólo me quedó claro la magnífica puntería que tienes, y que talvez deberías aplicarla en otras circunstancias. – dijo insinuante la atrevida joven.
- ¿Ah sí? ¿Y qué me dice que eso va a ser más interesante?
- Sólo si me dejas demostrártelo.
Kaysa tomó el rostro de Nox y lo acarició descaradamente, mostrándole las verdaderas intenciones de sus palabras, o más bien, la petición que le hizo sin pena alguna. Por otra parte, Ryotta se hallaba encantado coqueteando con la otra de las chicas, Kayra, quien era tan extrovertida como su hermana.
- Tú también debes ser tan bueno como tu amigo.
- A decir verdad... él siempre me ha ganado, su puntería en estas cosas es asombrosa.
- ¿Y acaso yo hablaba del juego? Me refiero a otras habilidades. – dijo seductora y descarada.
La cercanía de la joven al rostro del soldado no fue tan controlada como la de su hermana, pues esta sin duda alguna se abalanzó a devorar sus labios, yendo directamente a donde quería. Ryotta sin ninguna duda la tomó con sus brazos y le devolvió el agresivo beso, disfrutando hasta más no poder. Por otra parte, las caricias de Nox y Kaysa ya habían tomado otro rumbo, y también empezaron gozar con sus besos y roces. Las parejas estaban totalmente fuera de control.
Dark Link vio con una sonrisa mordaz el cómo disfrutaban sus soldados la compañía de las damas, aquellas imágenes las había experimentado y gozado una y otra vez al lado de la princesa, y al parecer nunca se cansaría de ellas. Decidió alejarse para dejarlos solos, mientras que él se iría a la barra a socializar con la gente y a seguir bebiéndose lo que pudiera.
Luego de unos cuantos besos y caricias desbordadas y atrevidas, las parejas se miraron intensamente, insinuando el siguiente paso que deseaban dar.
- ¿Y ahora cómo nos divertiremos? – preguntó Nox a su acompañante.
- Somos cuatro, lo cual significa muchas cosas. – respondió Kaysa, atrevida.
Los jóvenes, por más abiertos que fueran en todo sentido, se sintieron sorprendidos por la clara proposición de las damas. Estas no iban a escatimar nada para cumplir con sus deseos, y ellos querían demostrárselo de igual manera.
- Hagamos una cosa, preciosas. ¿Qué tal si lo decidimos por la suerte? Ryotta y yo lanzaremos dos monedas, y ustedes otras dos. Si salen cuatro signos iguales, nos divertiremos entre los cuatro; si salen tres, uno lamentablemente se quedará solo... y si salen dos, cada uno se irá con su par. ¿De acuerdo? – dijo Nox, aclarando las condiciones.
- De acuerdo. – dijeron las gemelas al unísono.
Las chicas tomaron las monedas, mientras que los soldados tomaron las suyas, y sin ninguna duda las lanzaron. El resultado final fue bastante evidente, y en el fondo fue el que los cuatro deseaban.
- Parece que Kaysa comparte mí mismo destino. – dijo Nox.
- Y Kayra el mío. – prosiguió Ryotta.
- Eso quiere decir que el resultado fue mejor de lo esperado. – expresó la gemela lacia.
- A pesar de estar abiertas a todas las posibilidades. – continuó la dama de los rizos.
Cada soldado tomó a su nueva conquista de la cintura, para después separar sus caminos y esconderse entre las sombras, dirigiéndose al sitio en donde darían rienda suelta a sus alocadas pasiones, sin saber que ese sendero era un punto de no retorno para los cuatro.
Desde la lejanía, Dark Link observó cómo sus pupilos se iban con las mujeres, provocando que una sonrisa se le dibuje en el rostro, pues aquellos momentos los relacionaba con sus propias experiencias con cierta mujer fatal, la que lo dominaba en todo sentido, por más que le costara aceptarlo.
La noche seguía su animado curso, mientras el orgullo del Guerrero de las Sombras se engrandecía al rememorar todo lo acontecido en el día, a todo el aprecio que se había ganado, el respeto y admiración de sus soldados, lo que ni en sus más grandes sueños se hubiera imaginado.
Por primera vez, ahora se sentía un individuo único y completo... sin imaginarse que aquello le duraría muy poco.
...
Comentarios finales:
Hola, mis lectores. Me da vergüenza decir esto, pero acaban de leer la primera actualización del año, y créanme que hubiera deseado que por lo menos sea la tercera; pero ya saben, las responsabilidades acaban con uno, más si es trabajo de oficina; pero bueno, nada de eso me alejará de escribir y terminar esta historia, cuyo final está cerca.
Ahora DL se encuentra en plena gloria, lleno de orgullo y prestigio por todo lo que ha logrado, lo cual es sólo una consecuencia por haber decidido cambiar de vida... aunque como leyeron al final, eso le durará poco por motivos que se han de imaginar.
Y bueno, pasando a otro tema. ¿Qué tal su emoción por Zelda Breath of the Wild? Yo estoy con una ansiedad que no me deja respirar, sobre todo porque en los próximos días me llegará mi juego y creo que ahí enloqueceré. Me he spoileado algunas cosas, no pude evitarlo, pero muchas que he visto me han inspirado para nuevas historias, las que pienso publicar cuando pase un poco el hype por el juego... o quién sabe.
La próxima actualización que se viene será "Lazos eternos", aunque con la llegada de mi juego espero no retrasarla mucho, pues creo que me enviciaré jugándolo XD
Espero que este capítulo haya sido agradable para ustedes. ¡Nos vemos!
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