El acuerdo de una pasión
El sonido de la puerta cerrándose fue lo único que se escuchó en medio del silencio de la habitación, exceptuando el acelerado latido del corazón del Guerrero de las Sombras, quien se sentía ansioso por las nuevas emociones que estaba experimentando, todas causadas por aquella joven que había llegado a su vida.
Dark Link buscó a la princesa por la habitación, descubriendo que esta se encontraba asomada en el balcón; la joven contemplaba las maravillas que su amada noche siempre le regalaba. Con aquella imagen, no pudo evitar recordar el día que la había conocido, donde coincidentemente también estaba mirando la oscuridad del cielo en el palacio de Hyrule, causándole el impacto que ahora sentía... aunque mucho más intenso.
La Dama de la Luna se dio la vuelta al saber que el joven había entrado a sus aposentos, mostrándose encantada. Caminó hacia él, cerrando los ventanales tras ella, hasta que finalmente se posicionó frente a él y lo miró directo a los ojos.
Por silenciosos segundos el guerrero la contempló en trance, como si se encontrara bajo el efecto de algún hechizo al que lo tenía sometido la dama, quien también callada lo miraba. Sin poder aguantarlo más, el joven tomó el rostro de la princesa con su mano, para luego acariciarlo con deleite. Nunca se imaginó que alguna vez realizaría ese tipo de actos tan cercanos al afecto, que por primera vez descubriría la suavidad de la piel de la mujer que lo estaba enloqueciendo. Segundo a segundo, tocarla comenzaba a volverse más atrayente y adictivo. Deseaba ir más allá y no quería detenerse en su anhelo, mas aún existía algo que lo frenaba. Dark Zelda se hallaba dichosa de recibir esa clase de tratos por primera vez, pero se dio cuenta del sentir de su compañero, por lo que se abrazó a él para acercar sus labios a su oído y susurrarle unas palabras.
- No dudes... sólo tómame y siente. – susurró, seductora.
Y la joven finalizó sus palabras mordiendo con deseo el lóbulo de la oreja del villano, causando así que su poca cordura explote cual despiadada bomba.
Dark Link la tomó de la cintura con fuerza y la acercó a su cuerpo para besarla de nuevo, enardecido, deleitado y hambriento de probar de nuevo la boca que en la tarde lo había desquiciado, o más bien desde hace tiempo, pues el día que conoció a la joven había nacido en él la necesidad de conocer en ella algo más que su despampanante belleza, sino de ir mucho más allá.
Entre cada desesperado beso del joven, la princesa se dedicó a apretar su cabello mientras lamía y mordía su labio inferior, percibiendo como con aquel acto el guerrero perdía aún más el control. Los roces entre sus lenguas se intensificaron al punto de parecer sedientos de recibir más del otro, y con eso supieron que no estaban dispuestos a detenerse, sino a continuar hasta los confines de lo desconocido y anhelado.
Sin separase, caminaron para atrás hasta que ambos cayeron en la cama, él encima de ella. El guerrero empezó a besarle el cuello como un desesperado, mientras que sus manos iban y venían por encima del vestido que cubría el cuerpo que quería conocer. La joven se entregó a la placentera sensación que le estaba otorgando los labios de su hombre, quien estaba tan fuera de sí que parecía que iba devorar aquella zona en cualquier momento. No iba a negar que ella también estaba ansiosa y hambrienta en sus deseos, pero no por eso iba a perderse del disfrute de uno de los actos que tanto había esperado.
Al sentir como el villano había adentrado una de sus manos por debajo de su vestido para acariciar sus piernas, la regente lo separó de su cuerpo, causando que él se frustre por haber sido interrumpido. Los lugares fueron intercambiados, y ahora la joven se encontraba sentada encima de él. Al tener a la dama en una posición tan sugerente, el guerrero se disponía a retomar sus tocamientos, sin embargo, la princesa lo detuvo, causando que él la mire de frente y se encuentre con aquellas pupilas carmesí en las que se perdía en un abismo hipnótico, placentero y embriagante.
Al ver que su compañero la había obedecido, la joven se quitó su tiara para después desarmar su peinado, impactando al villano en el proceso al saber lo que venía luego de eso. Aunque por fuera demostrara lo contrario, Dark Zelda se sentía muy nerviosa, pues a pesar de mostrar una personalidad descarada y libre ante el hombre que le gustaba, era la primera vez que iba a entregarse a uno. ¿Sería la unión tan placentera para enloquecerla, o tan dolorosa para devastarla? Conocía bien la manera de ser del guerrero, y por eso estaba más que segura que no tendría piedad alguna con ella, pues en su mente no existía ningún rezago de consideración, y por los deseos que lo gobernaban sólo buscaba saciarse de ella hasta agotarse. La princesa sabía que aquello ocurriría, mas eso no le impidió seguir con su objetivo. Por mucho tiempo había deseado unirse al villano en cuerpo y alma, sin importarle que aquellos sentimientos no eran bilaterales. Por ese anhelo estaba dispuesta a soportar lo que sea.
Decidida a dejar de lado todo pensamiento de inseguridad, la dama siguió con sus acciones. Se deshizo de todos los adornos que cubrían su vestimenta, para luego empezar a bajar lentamente los tirantes de sus hombros, viendo que el villano se desesperaba e impacientaba por que se saque la ropa rápido, incluso el mismo quiso hacerlo, mas ella lo volvió a detener.
- Tranquilo...
Dark Link volvió a obedecer, tragándose la frustración de como la dama lo provocaba, lo torturaba en retrasar lo que deseaba, motivo por el que ella rio en voz baja. La princesa se deshizo del vestido por completo, quedándose sólo con dos delicadas prendas tan oscuras como la noche, pero que resaltaban a la perfección con la palidez de su piel. Delante del joven, descarada empezó a presumirle sus curvas de manera indirecta, moviéndose ligeramente encima de su cadera para descontrolarlo hasta el borde del abismo. Dark Link sintió que moriría del brutal corrientazo que lo invadió de pies a cabeza, centrándose sobre todo en la parte de más sensible de su anatomía; su mirada se perdía en la figura de la fémina que se encontraba encima de él, tan sensual y sexapilosa.
El villano la tomó con fuerza de la cintura para atrapar sus labios con los suyos, sometiéndolos al más arrebatado y desesperado de los besos. Sólo bastó una vez probar aquel embriagante néctar para volverse completamente adicto. Necesitaba sentir los labios y la piel de la mujer que tenía entre sus manos.
Mientras la besaba y la acariciaba con sus agitadas manos, el Guerrero de las Sombras tomó el broche de la prenda que cubría los encantos de la dama para abrirlo, cosa que se le estaba dificultando, motivo por el que sin ningún miramiento lo destrozó, aventando la delicada lencería por el suelo de la habitación. Inmediatamente buscó el encuentro con los pechos de la regente, los cuales lo dejaron enmudecido y sin aliento. Se perdió en su exuberante y apetecible forma como si se tratara de una fina obra de arte, se estremeció entero al notar aquel capullo erizado por el deseo y el placer que lo invitaban a deleitarse con su dureza y suavidad. Dark Zelda estaba fascinada de ver como su hombre estaba hechizado con uno de los signos de su feminidad, los cuales había exhibido únicamente para él. En ese instante, Dark Link se disponía a apoderarse de ellos, pero la dama lo detuvo.
- No estamos en iguales condiciones...
Y con fuerza y de un sólo tirón, la princesa destrozó la parte superior de la ropa del joven, exponiendo ante ella sus tonificados pectorales y sus fortalecidos brazos, provocando que con aquella imagen la dama lance un profundo suspiro y se muerda su labio inferior, urgida de apoderarse del hombre que la tenía bien agarrada.
Decidido a no dejarse dominar ni un minuto más, Dark Link volvió a besar el cuello de la regente, para después bajar a apoderarse del precioso par que se exponía ante él cómo dos cantaros en medio del desierto, calmando así la inmensa sed que se había apoderado de su cuerpo. Sin embargo, sus sensaciones fueron en aumento cuando escuchó que el ambiente se invadía por los dulces y desesperados gemidos de la regente, quien se hallaba en completo éxtasis al sentir como sus pechos eran tomados por el hombre que tanto le gustaba, el que con cada brutal mordida y lametón en sus pezones la enloquecía hasta olvidarse de quien era ella misma. La joven estaba tan entregada al placer que agarrar con fuerza los platinados cabellos del villano no era suficiente para apaciguar aquellas sensaciones.
La princesa separó al joven de sus pechos, quien enfurecido al haber sido detenido en sus acciones, la tomó fuerte del cabello para tenerla quieta y someterla a su voluntad, quería seguir disfrutando de ella. La monarca suspiró con fuerza, pero no porque le haya dolido, sino porque el guerrero la acostó en la cama de espaldas a él, y empezó a besar y acariciar todo su cuerpo de arriba hacia abajo, deteniéndose para arrebatarle la segunda prenda íntima. Observó por instantes la maravilla que se escondía debajo de la diminuta ropa, pero después no pudo evitar morder su parte trasera y palmearla fascinado, causando que la mujer lance otro encantador quejido ante sus acciones. Ahora si la tenía a su merced completamente desnuda, sólo para él y nadie más. Deseaba seguir despertando esas sensaciones en ella, le engrandecía el ego tener a la dama en ese estado.
Una vez satisfecho de haber besado y acariciado a la joven boca abajo, le dio la vuelta y se colocó junto a ella para besarla en los labios, caricia que de ninguna manera era menos intensa que las otras, pues la misma era la más estimulante para continuar con sus atrevidas acciones con el cuerpo de la dama, sobre todo una que desde hace tiempo deseaba hacer. Dark Zelda se estremeció al sentir como la mano del villano la acariciaba de arriba hacia abajo, deteniéndose en un punto que sabía iba a perder el raciocinio.
El guerrero empezó a explorar con deleite y curiosidad la feminidad de la dama, sintiendo como esta se estremecía ante tales caricias, pero luego descubrió aquel botón que con sólo rozarlo ligeramente, provocó que la joven retome aquel cántico de placer que entonaba con sus labios, engrandeciendo la hombría del villano. Se sentía deleitado de ver como la princesa se retorcía en sus brazos, en cómo se descontrolaba con los corrientazos que esta tenía en su ser, mas no espero que ella realizaría una acción que lo dejó estático e impactado, mientras lo miraba con inmenso deseo.
Dark Zelda metió la mano dentro del pantalón del villano para acariciar aquella zona de su hombría que se encontraba endurecida, causando en que el hombre se quede estático, inmovilizado por aquella agradable sensación que por primera vez le estaba sacando fuertes rugidos de la boca. La joven se acercó a su oreja para mordérsela sin detener sus tocamientos, para posterior a eso pedirle que le brinde más comodidad para seguirlo complaciendo, cosa que el guerrero no dudó en acatar. Ansioso, Dark Link se quitó la última ropa que tenía puesta, quedando igualado a la dama, quien extasiada observó cada zona del cuerpo del hombre, en especial la que se hallaba erguida desde antes que ella siquiera lo hubiera mirado. El hombre se recostó junto a ella y se dejó consentir al mismo tiempo que aceptaba sus candentes besos, adicional que él también empezó a tratarla como lo había hecho al inicio, motivando a que el placer vaya en aumento en ambos.
Los gemidos que nacían de las bocas de ambos se perdían entre los besos que se regalaban con descaro, provocados por las caricias que se daban el uno al otro a las partes más sensibles de sus cuerpos. Dark Zelda trataba la excitada zona de su hombre con algo de inexperiencia, pero no por eso los movimientos de arriba abajo dejaban de ser embriagantes y exquisitos para el joven, quien intensificaba sus tratos en la intimidad de la regente para sentirla temblar en sus brazos. Entre ambos se estaba llevando a cabo una competencia de placer infinito.
Se mantuvieron en ese estado de euforia y éxtasis hasta que supieron que las cosas debían irse por otro rumbo, uno enigmático, intrigante, pero al mismo tiempo deseado y agradable. Dark Zelda comenzó a sentirse nerviosa al saber lo que estaba a punto de ocurrir, mas eso no iba a causar que lo evite. Deseaba entregarse por completo al joven que desde hace mucho tiempo anhelaba... al hombre que en profundo secreto amaba.
Dark Link estaba más que listo para consumar la anhelada unión con la dama, cosa que inconscientemente había esperado desde el día en que la había conocido, en que lo había hechizado con aquella mirada carmesí y lo había provocado con cada movimiento de sus labios y cuerpo. Por fin iba a dejar de estar sediento de ella. Sin ninguna contemplación, la acomodó en la cama y se le colocó encima, para después entrar en ella con prisa y poca delicadeza, experimentando por primera vez el significado de la unión de dos seres que se encontraban entregados a la pasión y al placentero deseo de llegar a la cúspide.
El villano se sentía un poco incómodo, pero al mismo tiempo fascinado de sentir la humedad y estrechez de la regente rodeando su miembro, motivo por el que empezó con el frenético vaivén que su cuerpo le exigía por inercia, sin embargo, en el primer movimiento escuchó un ligero quejido nacer de los labios de la mujer a la que estaba haciendo suya, quien tenía el rostro volteado a un lado y los ojos cerrados, luchando para retener algunas lágrimas que salieron de ellos. En ese momento, el hombre se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, del dolor que le estaba causando a la dama al arrebatarle su pureza, quien con tal de entregársele sólo a él se sometía al tortuoso dolor de perderla. Fue en ese instante que el Guerrero de las Sombras recordó el día en el que su contraparte desvirgó a su prometida, quien a diferencia de su compañera, si mostró más signos de sufrimiento, cosa que se fueron calmando por el trato del héroe, hasta que se entregó junto a él al completo placer.
Con esa escena sintió que en su alma nacía, una vez más, un sentimiento totalmente ajeno a su naturaleza, la compasión y la consideración. Le incomodaba y molestaba ver sufrir a la mujer que hace unos minutos estaba gozando, por más que lo disimulara. Quería volver a escuchar de ella placenteros gemidos y ver como se arqueaba de gusto con cada parte de su cuerpo que le tocaba. Una vez más empezó con los movimientos dentro de ella, pero esta vez más lentos y pausados para permitirle a la dama adaptarse a su masculinidad. Mientras se encontraba en la suave envestida, con su lengua limpió una de las lágrimas que había derramado, para después besarla en la boca apasionadamente, pero reduciendo un poco aquel salvajismo que había mostrado cada vez que se apoderaba de sus labios. Dark Zelda estaba encantada con aquel trato, pero al mismo tiempo sorprendida de descubrir que el implacable Guerrero de las Sombras se estaba comportando delicado y dulce con ella, considerado con lo que ella estaba experimentando, y aunque él no dijera nada al respecto, aquella lentitud en la entrega le estaba gustando, sobrexcitándolo más de lo que ya se hallaba.
Con aquel trato, la princesa pasó de sentir dolor a un placer inmisericorde, uno que no se comparaba en lo más minimo al que había experimentado en todo este ritual de caricias y roces, aquella sensación la estaba llevando al completo desquicio. Al escuchar que aquellos gemidos que tanto le encantaban volvían, el guerrero aumentó el vaivén de sus embestidas para que aquel cántico se escuche con más fuerza, que lo enloquezca, al mismo tiempo que se llenaba del extasiaste néctar que yacía entre las piernas de la monarca.
La pareja gozaba sin medida ni clemencia la bestial danza que estaban compartiendo, cuya fuerza era tan brutal que la cabecera de la cama golpeaba la pared en la que se apoyaba, mientras los gemidos de los amantes se perdían en el apasionado ambiente. Los pechos de la princesa la estaban enrojecidos de tantos besos y mordidas a los que el joven los había sometido mientras se perdía en su intimidad, tan entregado se hallaba que ni siquiera le dolía que la mujer le enterraba las uñas en su espalda, raspándosela de arriba abajo por no saber cómo apaciguar el gozo que la estaba consumiendo, el que no quería que se detenga.
Luego de unos minutos en la misma postura, la Dama de la Luna tomó las riendas de asunto y empujó al hombre que la tenía acorralada, arrimándolo en la cabecera de la cama y después sentarse en su cadera para llenarse de su hombría, sintiéndose plena ante tan exquisita sensación. Ahora ella empezó danzar encima de él con fuerza, dándole al joven una muy sugerente vista de su cuerpo entero vibrando por el placer que estaba recibiendo, lo cual provocaba que de su boca salgan verdaderos quejidos de inmenso gozo. Dark Link aumentó la intensidad de sus movimientos al sentir como su amante lo tenía sometido, mientras que su boca buscó como un desesperado aquellos pechos que le fascinaba morder y lamer como si su vida dependiera de ello, causando que la dama se arqueé y tiemble como si un corrientazo la hubiera atacado. Ambos habían caído en un estado de euforia absoluta donde la pasión era la principal protagonista.
La cabecera de la cama siguió golpeándose con la pared, hasta que de repente se detuvo para darle cabida a la más brutal de las sensaciones. Los labios de la princesa se quedaron abiertos por el abismal orgasmo que se había apoderado de su cuerpo, centrándose con fuerza en el centro del mismo, luego de unos segundos lanzó un ensordecedor gemido por el placer recibido, mientras su perlado y sudoroso cuerpo temblaba y se tambaleaba en los brazos de su hombre. Dark Link estaba completamente tomado por el éxtasis y los espasmos de su cuerpo, disfrutando de como derramaba todo su ser en el interior de la mujer que ahora era suya, quien se había entregado a él.
Luego de que ambos se recuperaron del fulminante clímax, Dark Zelda se sintió impactada a sentir como el joven la abrazaba, besando sus pechos, cuello y labios por repetidas veces. Por un momento creyó que consumado el acto él iba a levantarse, vestirse y retirarse, mas nada de eso había ocurrido. El villano se sentía impactado con sus acciones, pero en su cuerpo nació la necesidad de tomar en brazos a la dama y marcar con su boca las zonas que más le agradaban de ella. Minutos después, ambos se acostaron en la cama y se quedaron abrazados, sin decir una palabra. Por varios minutos pensaron en todo lo que había ocurrido entre ellos, en cómo se habían dejado llevar. Dark Zelda era consciente de sus acciones, las cuales estaban dominadas por el deseo y secreto amor que sentía por el villano, mientras que este inicialmente lo había hecho por aparente lujuria, mas ahora se sentía cuestionado en sus sentimientos; algo en su interior había cambiado ahora que se había entregado por completo a la dama, a quien no quería dejar sostener entre sus brazos. Ninguno de los dos se arrepentía de su arrebatada unión.
- Quiero que te quedes conmigo...
Al escuchar la voz de la princesa, Dark Link suavizó su agarre para mirarla a los ojos con seriedad, incrédulo a lo que le había pedido.
- ¿Qué dijiste? – preguntó, sorprendido.
- Que te quedes... que vivas conmigo en este reino. – respondió ella, sonriéndole.
- No... eso no es posible. Tengo una meta y lo sabes, debo deshacerme de ese bastardo y nada ni nadie lo va a impedir. – aclaró con furia.
- Olvida esa absurda idea, a mi lado puedes tener mucho más que eso. Tendrás un lugar en este reino, en este palacio...
- No, de ninguna...
- Tendrás un lugar en mi cama todas las veces que quieras. ¿No te gustaría que lo que acaba de ocurrir entre nosotros se repita?
La princesa besó los labios de su compañero luego de realizar su pregunta, quien se quedó en silencio mientras recibía el agradable gesto, a medida que analizaba la propuesta que esta le hacía. ¿Sería capaz de abandonar el único objetivo por el que por siglos anheló independizarse de su odiosa contraparte? ¿Dejaría de lado eso por iniciar una nueva vida en un reino al que poco conocía? ¿Qué sitio tendría en Mondrule? En Hyrule no era más que un ente de las sombras que sólo se escondía a cometer bajezas para aniquilar a su enemigo, cosa que hasta el momento no había conseguido, sin embargo, en este nuevo mundo las cosas parecían distintas. ¿Qué era lo más conveniente para él?
- ¿Aceptas?
- Está bien, me quedaré en este reino... contigo. – dijo con voz baja, sintiéndose inseguro.
La regente, emocionada, se abrazó a él para besarlo apasionadamente, cosa que el villano recibió gustoso a pesar que trató de evitarlo. No había duda que la Dama de la Luna lo tenía en sus manos.
- Sin embargo, tengo unas condiciones para eso. – dijo, serio.
- ¿Cuáles?
- Nadie sabrá lo que ha ocurrido entre tú y yo. Quiero que sea nuestro secreto.
- Así será, no quiero compartir esto con nadie. ¿Qué más quieres?
- Imagino que si viviré en este reino tendré alguna función. No quiero ser un don nadie.
- Eso no tienes ni que pensarlo. Tengo preparado para ti algo muy especial, digno de un fiero guerrero como tú. – respondió la regente, sonriendo con picardía.
- ¿Qué cosa?
- Eso lo sabrás mañana, sin embargo, debes saber que habrán ciertas reglas que debes cumplir.
- ¿Ahora tú pones las condiciones? – preguntó, irónico.
- Así parece... es una manera de educarte.
El joven se sintió molesto ante las palabras de la princesa, pero sólo atinó a lanzar una sarcástica carcajada. Estaba ansioso de saber que era lo que le tenía preparado.
- ¿Hay otra condición? – preguntó ella.
- La otra es que... no te atrevas a estar con otro hombre.
- ¿Ah?
- No quiero que te acuestes con otro que no sea yo. Quiero ser el único hombre con el que compartas la cama o el sitio que se nos dé la gana. – espetó, mostrando fiereza en sus palabras.
- Eso no tienes ni que pedirlo, pues las cosas serán así. Sin embargo, por mi lado exijo lo mismo, no quiero que te enredes con otra mujer que no sea yo. – condicionó la joven, seria.
- Así será. Me parece justo.
- ¿Eso quiere decir que... somos pareja? – preguntó la princesa, expectante.
El guerrero se quedó estático ante aquella pregunta, mas eso no le impidió que sus mejillas se sonrojen. Qué sentimientos tan confusos le causaba la dama con sus peculiares cuestiones, aunque no por eso se quedaba callado permanentemente.
- Con todo esto que ha pasado... ¿no es obvio? – preguntó, sin saber qué más decir.
La joven sonrió ante la respuesta del guerrero, a quien volvió a besar en los labios para después acomodar su cabeza en su pecho, durmiéndose lentamente con los latidos de su corazón. Se sentía muy feliz con todo lo que había ocurrido, pues no sólo se había entregado en cuerpo y alma al hombre que amaba, sino que ahora compartiría con él esa tan deseada relación que veía tan lejana e imposible. Había consumado su felicidad y también cumplido con una promesa que había hecho hace tiempo a una persona importante en su vida, a quien le debía mucho.
Al notar que la princesa se había quedado dormida, Dark Link se acomodó con cuidado para no despertarla, sin dejar de abrazarla. Se le hacía increíble la decisión que había tomado de dejar de lado todas sus corruptas metas para vivir una vida al lado de la dama, en un mundo totalmente opuesto al que conocía. Nunca se imaginó que una mujer y una apasionada noche con ella hubiera cambiado su rumbo, sus expectativas.
El joven siguió reflexionando en sus acciones, hasta que en el momento menos pensado se quedó dormido, compartiendo el sueño con su princesa. Al día siguiente le esperaba el inicio de otro estilo de vida, mas lo que no sabía era si ese camino estaba destinado a desviarse.
*Continuará...
...
Comentarios finales: Hola, mis queridos lectores, espero que se encuentren muy bien. Les pido mil disculpas por el atraso, pues sé que la actualización tocaba el Lunes pasado. Desde que inició el mes he estado sobrecargada de trabajo, enferma, y un montón de cosas que me impidieron tener el capítulo a tiempo, por lo que preferí tomar las cosas con calma para traerles un trabajo que estuviera escrito lo mejor posible, en vez de escribir a la carrera y mostrarles algo totalmente mediocre.
Bueno, creo que este capítulo era esperado por todos, la unión apasionada entre los seres de las sombras, quienes no tuvieron ninguna duda en demostrarse esa mortal atracción que se tenían desde hace tiempo, trayendo como consecuencia algo muy inesperado. Dark Link ha dejado de lado sus deseos de venganza y ha decidido empezar una nueva vida junto a la regente y con otras oportunidades que conocerán en el capítulo que sigue, mas la duda es si eso será algo permanente. ¿Ustedes qué creen?
Les agradezco a todos por su paciencia y espero les haya gustado este capítulo. Ya hemos llegado aproximadamente a un poco más de la mitad de la historia, pero aún faltan muchas cosas que aclarar y descubrir.
Bueno, sin más que decir nos vemos en dos semanas. Les deseo una linda semana.
¡Nos leemos! ^^
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro