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(Bryan Adams - Everything I do I do it for you)

Sus pasos resonaron como tambores en la guerra a medida que se desplazaba por los pasillos, hasta las escaleras para el primer piso y salir por la puerta principal. Quizás algo más sensato hubiese sido preguntarle a Daniel dónde quedaban las caballerizas, considerando que la propiedad era sumamente grande. Afuera sus ojos se toparon con la hierba, los árboles y el radiante sol mañanero, pero buscaba las caballerizas, y sus ojos se movieron alrededor buscando el lugar.

                   
Escuchó un relinchido a lo lejos, y ahí divisó los establos. Corrió tan rápido como sus cansadas piernas le permitían, con la respiración agitada y el sudor recorriéndole la frente. Entró.

─ Felix ─ Llamó.

Mírame a los ojos, tu verás.
                   
Lo que significas para mi.
                   
Busca tu corazón, busca tu alma.
                   
Y cuando me encuentres allí no buscarás más.

El joven abogado estaba acariciando la cabeza de su caballo, peinando la crin del animal. Hyunjin estaba a sólo un par de metros, y claramente Felix lo escuchó, su voz lo crispó. El doncel se dio vuelta a verlo, nervioso de encontrarse nuevamente con esos ojos aceituna que lo llevarían al abismo.
                   
─ Tienes que escucharme.
                   
─ Creí que mi padre te sacó de aquí ─ Masculló el joven.
                   
─ Él hizo lo que tú no quieres, escucharme, y me creyó.
                   
─ Mi padre fue un insensato, entonces.
                   
─ Felix ─ Gruñó.

No me digas que no vale la pena.
                   
No me puedes decir que no vale la pena.
                   
Tu sabes que es cierto.
                   
Todo lo que hago, lo hago por ti.

El joven resopló y volvió a montar sobre el caballo dispuesto a alejarse tanto como pudiera del oficial. Le dio una advertencia antes de irse:
                   
─ La última vez que nos vimos te apunté con un arma, deja de ser un tonto temerario y vete porque ahora podría presionar el gatillo.
                   
─ ¿Matarías al padre de tu hijo? ─ Bramó Hwang enseñándole el arrugado papel que encontró en el departamento del doncel.
                   
Felix entreabrió los labios sorprendido e inmediatamente apartó el rostro. Con sus pies golpeó el torso del animal y este salió corriendo de las caballerizas. Pero esta vez, Hyunjin no le permitiría huir, ya estaba bastante cansado de esa rutina en la cayeron una vez que comenzaron a pelear. Uno de los mozos en los establos tenía a un caballo ensillado y listo, Hyunjin recordó que era el caballo que montaba Daniel cuando lo vio en el portón. Impulsivamente montó al animal, agradeciendo que el animal fuera tan manso como su amo no lo era. Así persiguió a Felix por el campo hasta lo que le parecieron los límites de la propiedad.
                   
"Si quieres dejarme, antes deberás escucharme, mi niño".

Mira dentro de mi corazón, encontrarás.
                   
Que allí no hay nada que esconder.
                   
Tómame como soy , toma mi vida.

Te daría todo mi sacrificio.

Cuando el caballo que montaba el policía logró alcanzar a Felix, Hyunjin supo que era el momento de poner fin a ese absurdo juego del gato y el ratón. Tomó las riendas del caballo de Felix y tiró de ellas para que el animal se detuviera.

─ Vas a escucharme, Felix, y si después aún quieres actuar como un niño malcriado, entonces te dejaré hacerlo ─ Masculló Hyunjin, molesto por la actitud ajena.

Felix torció el gesto y entornó los ojos, estaba en pleno berrinche y si no fuera una situación seria, Hyunjin hubiese devorado esos labios. Quizás cuando resolvieran el problema entonces sería correcto besarlo como ansiaba.

Hyunjin desmontó e inmediatamente fue por Felix para ayudarlo a bajar. Tomar entre sus manos las caderas del joven le recordaron cuando solía ayudarlo a saltar sobre su miembro, tan fuerte y lujurioso. Pero esta vez, Felix no lo quería cerca, su propio cuerpo lo repelía como nunca antes sucedió. De hecho, cuando se conocieron sus cuerpos reaccionaron ante el otro como piezas perfectas.

No me digas que no vale la pena luchar.

No puedo ayudarlo, no hay nada mas que yo quiera.

Tu sabes que es cierto.

Todo lo que hago, lo hago por ti

─ Fui por tus padres porque si no lo hacía entonces tendría que verte en la cárcel por el resto de tu vida. No quería que tuvieses a mi hijo en la cárcel, tampoco.

─ ¿Por qué me enviarían a la cárcel? ─ Refutó Felix.

─ Porque el fiscal sabe de quién eres hijo y... Que tu y yo salíamos.

El joven enmudeció. Su mente estaba procesando la información favorablemente, pero su corazón herido era demasiado terco como para aceptar una explicación, era como si quisiese seguir peleando, ahondando en sus heridas hasta que ya nada quedase de su corazón.

─ Amenazó con inculparte de un crimen que te daría cadena perpetua si no capturaba a tus padres. Minho y yo no tuvimos alternativa.

Felix chasqueó la lengua.

─ Lo hice para salvarte, no quería verte en la cárcel mucho menos si estabas en cinta.

─ ¿Por qué te hubiese importado? ─ Preguntó en tono duro. ─  No sólo estoy dolido por lo que intentaste hacer, sino por cómo reaccionaste al hecho de que soy un doncel. Estabas molesto y preferiste culparme...

─ Lo sé y lo lamento, en ese momento sólo podía pensar que si ibas a la cárcel entonces también te llevarías a mi hijo ahí. Estaba asustado ─ Confesó.

No hay amor, como tu amor.

Y nadie más, podría dar mas amor.

No hay ningún lugar, al menos que estés allí.

Todo el tiempo, de todas formas

Felix caminó un par de pasos, alejándose de su antiguo amante. Tomó una bocanada de aire y reprimió un quejido. Su memoria lo llevó a aquellos momentos en su vida cuando fue vilmente catalogado como anormal por parecer un doncel. En aquellos tiempos toda prueba que se hizo para demostrar si lo era o no resultaron negativas, y ahora... Ahora sabía que siempre fue lo que aparentaba. No le disgustaba, pero le asustaba volver a sentirse agredido por la intolerancia de las personas. Y tal vez no sería tan malo si Hyunjin no lo hubiese tratado igual, no cuando creyó fervientemente que su amado oficial de policía sería su caballero de brillante armadura.

─ Perdóname ─ Pidió, ─ Mo quería lastimarte, sólo... Tuve miedo...

"Miedo de perderte", completó en su mente. Pero lo perdió, intentando salvarlo o no parece que lo hubiese perdido sin importar nada. Y Felix se empeñaba en catalogarlo ahora como un simple juglar queriendo imitar a un príncipe azul, no obstante, Hyunjin nunca intentó ser su príncipe azul, siempre fue su dragón guardián y así terminó. Lastimosamente su pasado de fuego empañó sus quijotescos sentimientos y lo encarcelaron como el villano que, supuestamente, un dragón nunca deja de ser.

Aun así, esa respuesta quizás no era suficiente para Felix.

A veces las personas son sumamente tontas al no querer escuchar razones, cuando un corazón dañado se empecina en cerrarse hasta a la verdad más absoluta, hasta a la disculpa más sincera, todo por querer hundirse en su triste miseria. El dolor es tan adictivo como lo puede ser el amor, y todos quieren una probada, una tras de otra hasta que lo necesitas para vivir.

No me digas que no vale la pena.

No puedo ayudarlo, no hay nada mas que yo quiera.

Yo pelearía por ti, yo mentiría por ti.

Caminaría en la soga por ti, y moriría por ti.

─ Lix ─ Llamó ante su doloroso mutismo.

Hyunjin sintió mucho miedo, el silencio era como una maldición en ese momento. Cualquier palabra sería bienvenida, cualquier cosa menos un trémulo silencio.

─ ¿Puedes perdonarme? ─ Preguntó.

Mas Felix no respondió, y tal vez la pregunta correcta sería la que hizo a continuación.

─ ¿Algún día me perdonarás?

Cada palabra que salió de su boca y que subsecuente se convirtió en una pregunta fue lo más doloroso que pudo en su vida imaginar.

Tampoco le respondió.

─ Quise salvarte de ser condenado porque no quería perderte, y ahora soy yo el condenado e igual te he perdido.

Felix estaba dolido, atormentado por los recuerdos de ese día cuando Hyunjin lo condenó a él también, todo por ser doncel. Probablemente no era tan grave, pero el corazón de Felix no quería aceptar ningún tipo de disculpa.

─ Tal vez tenías razón ─ Dijo entre murmullos. ─ Tú y yo no somos lo que el destino deparó. No debimos nunca involucrarnos.

Sabes que es cierto.

Todo lo que hago, lo hago por ti

─ ¿En verdad crees eso?

─ Así nada de esto hubiese pasado ─ Explicó.

─ No quiero volver a la época cuando no te tenía, no quiero imaginar mis mañanas sin ti, ni sin nuestro hijo. Eres lo que quiero.

"También eres lo que quiero, Hyunjin", pensó Felix.

─ ¿Es acaso tan difícil que me perdones? Dime qué hacer, cualquier cosa, yo haría cualquier cosa por ti.

─ Sólo vete ─ Pidió en un gemido ahogado.

La terquedad inmadura era el principio y el fin de muchas batallas, y en esta fue todo el desarrollo y el lamentable final.

"Te amo", pensó Hyunjin como si fuera una despedida.

Montó el caballo con aire pesado, sus músculos atrofiados al saber que todos sus esfuerzos fueron vanos. Regresó a veloz galope a los establos, con el corazón agitado y desmoronándose, dejó al animal y se encaminó al salón para hablar con Minho. Parecía que su amigo y Jisung sí lograron resolver sus problemas. La envidia nació en él.

No me digas que no vale la pena.

No puedo ayudarlo, no hay nada mas que yo quiera.

Yo pelearía por ti, yo mentiría por ti.

Caminaría en la soga por ti, y moriría por ti.

─ ¿Te vas? ─ Le preguntó Minho.

─ No tengo ya nada que hacer aquí ─ Mencionó con tono melancólico.

─ ¿Y Felix?

─ Por el momento creo que debo irme. Luego hablaré con él sobre nuestro hijo.

Minho no indagó más no queriendo lastimar a su amigo.

─ Supongo que puedes regresar con alguien más luego. Yo quiero irme ya.

Pocas palabras intercambió con Minho antes de dirigirse al portón e ingresar en su auto. Los guardias lo miraron con burla y Hyunjin se sintió aún más miserable por ello, pero ya nada podía hacer. Empezó su regreso a Seúl, pero a poco menos de medio kilómetro se encontró con un inesperado suceso.

¡Crash!

Sabes que es cierto.

Todo lo que hago, lo hago por ti.

( 1/5)

🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂

─ B Y B Y

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