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Felix estaba nervioso y se notaba, se mordía los labios ansioso y sus manos estaban inquietas, sujetando esto y aquello sin encontrar un calmante. La noche anterior Hyunjin y su equipo fueron a allanar la casa de un mafioso y hasta ahora, nueve de la mañana, no lo veía ni sabía gran cosa sobre él. El muchacho escuchó rumores sobre lo que sucedió en dicho operativo, pero no eran en absoluto alentadores. En la mañana vio llegar a algunos de los miembros del equipo, más el Comandante no aparecía, y fue por boca de ellos que supo que Hyunjin estaba herido en el hombro. Según entendió, el mafioso puso resistencia y en medio de una batalla a balas, Hyunjin salió herido.

— ¿La herida es muy grave?

— No tanto, en realidad, pero perdió algo de sangre y la movilidad es dolorosa.

— ¿Lograron capturar a...?

— Sí, el muy idiota nos estuvo esperando en el sótano de la casa, justo donde el cargamento de droga y armas estaba.
               
Él podía hacerse una idea de cómo se llevó el operativo, muchas balas y algo de torpeza, después de todo esos prospectos de alfa actuaban por instinto cuando más podían. Dando un suspiro, regresó a su pequeña oficina para recoger su celular y salir hacia el departamento de Hyunjin, pues su corazón no estaría tranquilo hasta ver que el alto esta, aparentemente, estable.

Llegó en poco tiempo al lugar, y, como ya era costumbre, usó la llave de repuesto que el Comandante le entregó luego de convertir ese departamento en el lugar de sus encuentros más fogosos.

— ¿Felix?

La voz de Hyunjin caminando por la sala le llamó la atención. El hombre estaba vestido con un pantalón deportivo y una camiseta algo ajustada mientras que su brazo izquierdo estaba en cabestrillo por el disparo en el hombro.

— ¿Sucede algo? — Preguntó el alto al verlo.

— Quería... Ver que estabas bien.

— Lo estoy — Aseguró el mayor con una sonrisa ladina.

— ¿Necesitas ayuda con algo?

— ¿Tú no deberías estar en el trabajo, princesita?

Felix torció los labios antes de contestarle:

— El torpe de mi jefe se hirió, así que debo asegurarme de mantenerlo con vida.

Hyunjin contuvo una carcajada y le permitió al bajito revisarle el hombro, parecía tan preocupado que causó ternura en él.

— Estaba por tomar un baño y no me molestaría que me acompañes.

Dejándose llevar de la mano cual si fuera un niño pequeño, llegaron al baño donde vio a Felix llenar la bañera con agua tibia, entonces se dio vuelta y sonrojado le dijo:

— Debo desvestirte.

— Siempre que quieras.

La respuesta descarada de Hyunjin hizo sonrojar aún más al muchacho que con cuidado retiró el cabestrillo del brazo para poder retirarle la camiseta. En ese momento, Felix pensaba que mantenerlo con el torso desnudo sería ideal.

— Ponte de rodillas — Demandó el alto.

— ¿Qué?

— Quieres quitarme los pantalones, ¿O no?

Oh, Hyunjin parecía estar disfrutando de la situación en demasía. Sin embargo, Felix no se la dejaría fácil, o al menos lo intentaría.

— Eso puedes hacerlo solo.

— Oh, no princesa, necesito tu ayuda.

Cuando Felix quiso refutar, la voz de Hyunjin, tan demandante, lo detuvo.

— De rodillas.

Era una orden, y una muy caliente.

Felix se ubicó sobre sus rodillas, su rostro avergonzado quedando peligrosamente a la altura de la entrepierna del otro. La situación era bochornosa, aunque sí causó que el vientre del muchacho se calentara ante la idea de lo, seguramente, debería hacer. Era curioso que nunca antes le hubiese hecho una felación a Hyunjin, considerando la cantidad de veces que mantenían relaciones o que se coqueteaban.

— Vamos, princesa, el agua se enfría.

Con cuidado le bajó el pantalón hasta las rodillas topándose con el bóxer negro del Comandante abultado por su miembro. A Felix se le colorearon aún más las mejillas al pensar lo fácil que sería llevarse ese trozo de carne a la boca. Le retiró por completo el pantalón, y cuando quiso pararse la mano de Hyunjin sobre su cabeza le detuvo.

— Se un buen enfermero, Felix, aún te falta algo.

Resoplando, Felix hizo lo pedido, recibiendo sobre sus labios el grueso y erecto miembro del alto. Le tomó por sorpresa, pero Hyunjin parecía maravillado con esa vista que le regalaba. Torciendo los labios en una sonrisa maliciosa, Felix sacó su lengua y le dio una leve lamida al glande, el contacto le hizo gemir descarado.

— ¿Quieres más, princesita?

La respuesta se la dio al engullir el miembro tanto como podía, deleitándose con su sabor y calor, tan grueso como era no lograba caber en la boca del chico. Hyunjin siseó placenteramente, empujando sus caderas contra la húmeda cavidad de Felix, exigiendo más.

— Vamos, cariño, tómalo todo.

La boca del chico recorrió el tronco venoso del miembro ajeno de arriba abajo, sin descanso, disfrutando de como su propio cuerpo se calentaba por lo morboso de la situación.

— Maldita sea — Gruñó Hyunjin que empujaba con su diestra la cabeza del chico para que tomase tanto de su pene como fuera posible, así hasta que el líquido blanco inundó la boca del abogado. — Las buenas princesas no desperdician nada.

Y Felix se relamió los labios limpiando de ellos la esencia restante, tragándola con gula, como si quisiese más. Se puso en pie para darle un rápido beso en los labios de Hyunjin y salir del cuarto de baño no sin antes ordenarle que se lavase mientras él preparaba algo de comer.

"Felix... ¿Qué voy a hacer contigo?", pensaba mientras dejaba que el agua acariciara sus tensos músculos y se llevase el cansancio." "Cada vez que te veo... Mi cabeza da vueltas y mi corazón...".

Salió de la bañera atándose una toalla a la cintura con algo de dificultad, finalmente se las apañó para no salir desnudo hasta su habitación, esa sería una gran impresión para Felix aunque antes ya se hubiesen visto desnudos.

"Siento que estamos cometiendo un error. No deberíamos involucrarnos... no debimos, pero ya es algo tarde para pensar en que debimos parar. Ahora..., No quiero parar, no puedo parar".

Felix entró en la habitación llevando en su mano un vaso de agua y las pastillas que el alto debía tomar a esa hora. Luego de que se las entregara, se dispuso a sacar ropa para Hyunjin, esta vez no le ayudaría a cambiarse o bien podrían terminar desnudos sobre la cama y eso era poco benéfico para la recuperación del policía.

— Te preparé un almuerzo ligero, está en la estufa — Informó el joven tomando asiento en la cama — No debes olvidarte de tomar estas pastillas o se te infectará.

— Con tus cuidados, princesa, nada me pasará.

— Debes ser muy cuidadoso al mover el brazo, si haces fuerza innecesaria se abrirán los puntos.

— Lo sé, Lix, no es la primera vez que me disparan.

— Pero es la primera bajo mis cuidados.

Hyunjin estaba seguro que sanaría pronto, especialmente si Felix ponía tanto empeño, aunque sí sería una distracción pues a cada minuto quería tenderlo sobre la cama y llenarle el rostro de besos. Ese mismo pensamiento trajo preguntas a su cabeza.

— Ahora debo volver a la estación, pero, ¿Tienes inconveniente con que venga a verte en la noche?

"¿Debería ponernos un límite? ¿Debería detener esta locura ahora?"

— En realidad Nayeon se ofreció a venir a cuidarme en la noche.

La secretaria de Hyunjin, una mujer que perseguía al Comandante con firmes intenciones de llevar su relación fuera del ámbito laboral. Eso lo descubrió Felix hace un par de días por boca de una de las secretarias, los chismes ahí corrían, y entendió la fascinación que la mujer sentía por la ropa entallada, corta y escotada. Bueno, parecía que finalmente sí logró atrapar a Hyunjin.

Algo dentro de Felix se revolvió, un asco se le instaló en la boca del estómago y su corazón dolió. Ese era un muy mal indicio porque sólo podría significar una cosa: Celo, y, tristemente, los celos venían acompañados de un enamoramiento que, en este caso, era peligroso porque terminaría lastimando a uno de los dos. Un policía y el hijo de un mafioso, esa combinación tan explosiva tenía etiqueta de peligro desde un inicio pero ninguno de los dos hizo caso a lo que decía.

— Oh, supongo que sus cuidados deben ser interesantes — Murmuró algo incómodo. — Ya me debo ir. Te veré cuando te reincorpores al trabajo.

Y el alto quiso detenerlo y preguntarle si se encontraba bien, pero debía ser algo sensato y permitirle irse, así no habría malos entendidos, no más. Sólo lo vio irse con el rostro gacho y deformado en una mueca de molestia mezclada con tristeza. Dolió, a Hyunjin le dolió verlo así, y se preguntaba si mentirle con la llegada de esa mujer era lo mejor que pudo hacer.

"Que tonto soy, estuve pensando que podía cuidarte como si... Como si fuera tu novio y no lo soy. Debería poner los pies sobre la tierra o terminaré desplomándome de una muy alta nube a la que me llevaste la primera vez", pensaba Felix mientras salía del departamento del hombre de quien nunca debió enamorarse.

Un capítulo más <3

Si hay algún error háganmelo saber :3.

Sin nada más que decir...

🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂

─ B Y B Y

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