No recuerdo cuantos meses tenían viviendo en esa casa, cuando un jueves que fui mi mamá iba a lavar los trastes y no tenia agua me dijo

-¿Rosa me ayudas a traer agua?

-Tome un balde, fui a la casa donde nos la regalaban y empecé a llenar una pila que había en la casa.

En ese tiempo la hermanita más pequeña era concha ella era la bebe, pero la penúltima era mi hermanita María Eugenia (geña) ella tenia poquito que empezaba a caminar. Cuando  fui por otro balde de agua me siguió uno de mis hermanos no recuerdo quien y dejo la puerta abierta la niña geña se salió siguiéndolo cuando yo estaba llenando el balde de agua de repente escuchamos un fuerte golpe y unos chirridos de troca salimos corriendo para ver que había pasado y cual fue mi sorpresa que vi a mi hermanita tirada a unos metros de la casa y a mi mamá corriendo, gritando y llorando jalándose el pelo

Corrí a donde estaba la niña tirada mientras el señor de la troca se fue, mi mamá abrazaba a la niña la cual ya estaba muerta, yo veía todo sin poder creer lo que veía unas personas le gritaban a mi mamá que no la levantara que porque era delito otras personas le decían que ya habían tomado el número de placas, alguien me dijo

- Llama a tu papá por teléfono para que le avises

no se cuanto tiempo paso cuando llego la cruz roja y se llevo el cuerpo de mi hermana y mi mamá se fue con ella mi mamá me dijo

-Cuando llegue tu   papá le dices que se vaya  a la cruz roja allá lo espero

Yo me quede con mis hermanos  al rato llegaron los compadres de mis papás con los que habíamos llegado, no se a que horas de la madrugada serian cuando llegaron mis padres con el cuerpo de mi hermanita ya en una caja blanca, los compadres ya habían desocupado un cuarto y pusieron una mesa con un mantel en medio del cuarto, pusieron un plato con cebollas partidas con vinagre debajo de la mesa que para que no cayera gangrena,  pusieron sillas alrededor del cuarto algunas de nosotros y otras prestadas.

Yo no se como le hicieron para avisarles a los parientes que vivían en el pueblo, otros en el rancho el caso es  que poco a poco empezaron a llegar los parientes, era lo mismo que cuando se murió mi hermano Neto con la diferencia de que ahora ya no me parecía que había fiesta si no que sentía un dolor muy grande dentro de mi y parte de culpa por no haberme fijado que mi hermano me había seguido y no había cerrado la puerta. Mandamos a mi hermano Santos a avisarle a mi patrona y a la de mi hermana Chuy, mi patrona mando trescientos pesos para ayuda y que no me preocupara que fuera cuando pudiera ir. Velamos a mi hermana el viernes y el sábado temprano llego una carroza y un camión para irnos a el panteón a enterrarla.

Yo le pregunte a mi mamá

 -¿Por qué  vino un camión y una carroza? 

-Porque aquí no es como en el pueblo aquí queda muy lejos el panteón.

- Subieron a la niña a la carroza y toda la gente nos subimos a el camión aquí no hubo cohetes como en el pueblo, simplemente empezamos a caminar y caminar, hasta que llegamos a el panteón Guadalajara que le decían el panteón nuevo, aquí tampoco hubo sala de descanso si no que la carroza se dirigió directamente a la fosa, la enterraron todos llorábamos. nos regresamos a nuestra casa.

Mi mamá cuando ya que estaba mas serena me contó.

-Mira cuando vivía en el pueblo, me  quería venir a vivir a Guadalajara y le pide el milagro a San Martín de Porres, que pronto liquidarán a su padre, para podernos venir, pero pasaban y pasaban semanas y a tu padre no lo liquidaban, yo me enoje con el santo y le reclamé,  cuando estaba abrazando a la niña muerta entre la gente vi al santo me dijo

- Ya vez porque no quería que te vinieras.

Tercer casa.

Bueno pues ya que paso el sepelio, todo volvió a la normalidad, dentro de lo que cave, porque yo quede muy nerviosa, cada que regresaba del trabajo a la casa sentía un miedo terrible de llegar y que me dijeran que había pasado otra desgracia.

Pasaron algunas semanas, un domingo  fue mi hermano por mi al trabajo,  le pregunte angustiada.

-¿Y ahora que paso?

 -El riendo me dijo

-Nada solo que vine por ti para llevarte a la nueva casa.

-¿Otra vez se cambiaron? 

-Si mi mamá ya no podía vivir en la casa porque cada que salía se le a figuraba que veía a geña tirada en la calle atropellada, así es de que buscaron y ya vivimos en la colonia Morelos.

 -A mira esa colonia no esta ten lejos de aquí

-Si solo vamos a tomar un camión.

Nos fuimos a tomar el camión

 -Aquí nos bajamos.

 Caminamos unas cuadras y llegamos a la calle mojonera, a media cuadra estaba la casa, que disque casa porque no era ni más ni menos que una vecindad y yo me dije para mis adentros.

-Hora si vamos de mal en peor.

-¿Aquí viven?

 -Si, aquí vivimos, dijo el otro.

-Viven  porque yo nada más vengo de visita.

-Entramos era un pasillo largo, largo sabe Dios cuantos cuartos había, mis papás vivían casi en medio, al  entrar estaba una cocinita si es que se le podía llamar cocina, solo cabía la estufa una mesita y dos sillas, enseguida estaba un cuarto que nada mas cabían dos camas un buro,  mi mamá tenía colgadas las sillas en clavos alrededor del cuarto, la ropa, trastes, santo dios más bien parecía una carpa de húngaros.

Me dijo mi mamá

-Ni te fijes hija aquí vamos a vivir nada más mientras encontramos una casa más grande solo que yo ya no podía seguir viviendo en aquella casa que tan malos recuerdos me trae.

- ¿Y quien te dijo de este cuarto?

 - Lupe la hija de mi tía Petra ella me fue a visitar para darme el pésame, de la niña yo le conté como me sentía y ella me dijo

-Mira Concha dónde yo vivo  hay un  cuarto estaba solo.

- No lo pensé más y le dije a tu padre que nos cambiáramos.

Al rato llego mi hermana Chuy, comimos y le pedimos permiso a mi papá

- Nos dejas ir a San Pedro

-Si vayan, nada más no vengan noche

 Nos fuimos cuando íbamos pasamos por un pueblito muy feo, estaba todo empedrado pasamos por el jardín había un quiosco muy antiguo de piedra, le dije a chuy.

- Creo que nos perdimos

- Déjame voy a preguntarle al chófer.

-¿Señor si va para  San Pedro?

-Si, señorita esta el la ruta de San Rafael

-Gracias señor. 

Chuy me dijo

- Oyes imagínate que nos dijeran que aquí íbamos a vivir aquí.

-Ni loca me vendría a vivir aquí.ja, ja, ja.

-Ni, yo.

Cuarta casa.

Al poco tiempo de vivir en esa vecindad, de nuevo vino mi hermano Santos, por mi para llevarme a la nueva casa.

 -¿Y donde es la nueva casa?

 -En un pueblito cerca de San Pedro

Cuando íbamos vi que empezamos a pasar por el pueblito del que chuy y yo nos burlamos tanto por feo, a unas pocas cuadras me dijo

- Vente en la otra calle nos bajamos

- Queeeeeeeeee aquí vivimos

 -Si se llama San Andrés.

 me dije para mis adentros que horror.

Cruzamos el jardín tan feo y en la siguiente cuadra era la casa era una típica casa de pueblo, a la entrada tenia un pasillo, a la derecha había una recamara con una ventanita hacia la calle. Tenía otro cuartito chiquito que apenas cabía una cama y un roperito y si acaso una silla. Tenía un pozo de agua porque no había agua potable, un lavadero grande con su pila una cocinita, al fondo otro cuartito que servía de baño para bañarnos y otro cuartito donde estaba la taza del baño de barro le teníamos que echar agua con una cubeta obviamente.-

Enfrente de donde estaba el pozo había un corredor con piso de mosaico ahí mi mamá puso la mesa y servia de comedor, al fondo otra recamara grande. Eso era toda la casa no tenía patio pero en comparación con el cuarto de vecindad de donde veníamos la casa era un palacio. Me pregunto mi mamá

- ¿Que te parece la casa hija?

 -No pues está muy bien

-¿Verdad que si hija?

La vi tan entusiasmada que ya no le dije que la casa estaba más o menos pero el barrio pésimo, pero nunca me imaginé que ahí en ese pueblito feo iba a encontrar al amor de mi vida.