Parte /58/las maestras
Cuando salí de vacaciones de segundo año vivíamos a la vuelta de la casa de unas maestras, la banqueta tenía piso de mosaico y la calle era de bajadita a nosotros nos gustaba ir a jugar allí con el patín del diablo, otros niños tenían patines de rueditas, otros triciclos nos gustaba deslizarnos por la bajadita de la banqueta pues no había donde nos tropezáramos,
Las maestras se sentaban en la sala de su casa con las ventanas abiertas las puertas eran muy grandes parecían la entrada de la casa, cuando me cansaba me gustaba sentarme a un lado de la ventana me gustaba el olor que salía de la casa a pura madera, decía mi mamá que olía a puro cedro, una madera muy fina.
Un día que estaba descansando salió una de las maestras le decíamos la seño lola, me preguntó
- ¿Vives cerca de aquí?
-Si, aquí a la vueltita
-Te gustaría venir a ayudarle a mi hermana estas vacaciones, un rato en la mañana en cuanto comas te vas a tu casa para que puedas jugar.
-Si me gustaría, pero sabe si mi mamá me deje.
-Si quieres ahorita me acompañas a tu casa para pedirle permiso a tu mamá.
-Ándele pues vamos.
Cuando llegamos a la casa entre corriendo y le dije a mi mamá
-Mamá te habla la seño lola.
Mi mamá nerviosa me preguntó
-¿Y ahora qué hicieron?
Ella se preocupó, ya que casi siempre recibía quejas de los vecinos por alguna travesura que hacíamos
-¡No hicimos nada!
La maestra al ver a mi mamá la saludo amablemente.
-Buenas tardes señora
-Pase señorita en que le puedo servir
-Mire señora mi sobrina y yo vamos a ir a Guadalajara a tomar un curso de capacitación casi todas las vacaciones, y me gustaría que le diera permiso a su niña para acompañar a mi hermana para ayudarle más que nada como compañía, y hacerle algunos mandaditos.
Mi mamá encantada le contestó.
-Si le doy permiso, de todas maneras va a estar desquehacerada, que mejor que sirva de algo.
La maestra se despidió de mi mamá y le diciéndole.
-Muchas gracias señora, el lunes la esperamos en la casa.
.Gracias a usted -¿Cómo a qué hora la ocupan?
-Como a las 9 de la mañana está bien.
-Bueno pues allá se la mando.
Se despidieron yo la acompañe a su casa cuando llegamos me dijo.
-Pasa para que conozcas a mi hermana.
-Mira hermana esta niña va a venir el lunes a ayudarte.
Me vio, me sonrió, enseguida me preguntó
-¿Cómo te llamas?
-Rosalía Badillo Rodríguez
-¿Cuántos años tienes
-Ocho entrados a nueve
-Te espero pasado mañana, ve a jugar con tus amiguitos
El lunes antes de las nueve ya estaba tocando la puerta me abrió la señora.
-Pasa, ¿ya almorzaste?
-No
Me paso a la cocina allí estaba una señora que le ayudaba, le dijo
-Dale de almorzar a la niña por favor.
-Si señorita Nacha.
¿Te gustan los huevos a la mexicana?
y yo pensé, ¿y esos como serán? para no dejarme ver tan ignorante le dije
-Los huevos me gustan de todas formas menos crudos.
Me cocino dos huevos con salsa mexicana, le puso frijoles fritos por un lado, me dio un jugo de naranja y un vaso de leche; me dijo
- Escoge un pan
En la mesa había una panera con varias piezas de pan.
Después de que termine de desayunar yo estaba esperando que me dijera que hacer, Nacha me dijo.
-Voy a ir al mercado mientras te vas a quedar acompañando a mi mamá, y pensé su mamá si ella está bien viejita híjole cómo ha de estar su mamá.
En el corredor ya estaba sentada una señora muy ancianita, pero con muy buen oído, me senté a su lado, me pregunto
-¿ Cómo te llamas?
-Me llamo Rosalía Badillo Rodríguez, pero me dicen Rosa.
-¡Cuántos años tienes?
-Tengo ocho entrados a nueve.
-¿Y cuando cumples los nueve?
-El 23 de diciembre?
-En qué año de la escuela vas.
-Terminé segundo y voy a entrar a tercero.
-Entonces ya sabes leer.
-Si cuando estaba en parvulito me enseñe.
-¿En qué escuela?
-Con la seño Olimpia.
-Ah, si es muy buena maestra, pero muy regañona,
-Sí, pero yo no estuve con ella, a mí me enseñó a leer la seño Lupe.
-Te ves muy lista.
Saco una revista de un mueble que estaba a un lado de con ella y me lo dio, me dijo vamos a ver qué tan buena eres para leer.
Recuerdo muy bien que la revista era de Selecciones Reader's Digest, empecé a leer lo más rápido que pude.
Deje de leer para tomar aire, y me hizo una seña con la mano para que dejara de leer.
-Entendiste algo de lo que acabas de leer?
Me le quedé viendo y en mi pensamiento me dije para mi misma no entendí nada.
-¿No entendiste nada verdad?
-Le dije no. Con mucha vergüenza.
Me dijo no entendiste nada, primero porque no respetas la puntuación, ni los acentos,
Me pareció que me estaba hablando en otro idioma, tomó la revista y me dijo
- Acércate, esto todavía no te lo enseñan pero te lo van a enseñar.
Me empezó a explicar-. Cuando veas una coma te detienes un poquito, cuando veas un punto y seguido, otro poquito y cuando veas punto y aparte te detienes un poco más y aprovechas para tomar aire, y cuando veas las palabras con acento me enseñó una palabra, me dijo como la tenía que leer.
Empieza a leer de nuevo lo mismo y no leas como que vas jugando carreras, la lectura se tiene que saborear.
Y yo pensando ni que fuera comida.
Empecé a leer, el reportaje se trataba de un señor que había regresado de la guerra, estaba muy mal, porque era el capitán de su pelotón y un soldado había pisado una mina y la mayoría de sus hombres murieron.
Cuando termine de leer quedé muy conmovida con lo que había leído y ella me dijo ahora si se entendió lo que leíste te fijaste la diferencia le dije sí.
Le pregunté
-¿usted cuántos años tiene? -Se me quedó viendo
- Muchos años, muchos
-¿ Pero cuántos?
-Tengo noventa y cinco
-¡Tantos¡
-Sí. yo nací en el año 1864. Has ido a la hacienda de Santa clara?
-Sí vamos en tiempos de lluvias, a bañarnos al arroyo y a la cascada,
-Pues en una hacienda como esa nací yo,
-Pero ya esta caída.
-Si, ya son puras ruinas, pero la hubieras visto hace algunos años antes.
-¿Y usted vivía allí.
-No, en santa Clara no, pero en una hacienda parecida a esa.
Estábamos platicando, de pronto se quedó dormida, entre su hija y la señora que les ayudaba la llevaron a su cama, a mi me pusieron a pelar tomates, no se cuanto tiempo paso, la volvieron a sentar en su silla, me empezó a platicar, pero en esos momentos nos hablaron a comer.
-Vamos niña, después te sigo contando.
Comimos y yo quería que me siguiera contando pero en esos tiempos la siesta era imprescindible, Casi todas las personas dormían la siesta, Nacha me dijo
- Mientras dormimos la siesta si quieres ponte a jugar.
Me llevo a un cuarto donde había muchas cosas y me dijo.
- Este es el cuarto de tiliches, ahí vas a encontrar juguetes, pero fíjate en donde está todo para que los vuelvas a poner en su lugar cuando termines de jugar.
Era un cuarto muy grande como todos los de la casa, parecía una tienda con sus estantes, había de todo, desde muñequitas, juegos de té, juegos de mesa, puro juguete de niña, había mucha ropa de niña de diferentes edades, creo que nunca regalaban nada, muchos zapatos, pero lo que más me gusto era una hilera de vestidos de baile, de diferentes estados de la república, todos colgaditos, sus zapatos, sus collares y pulseras, había, un ropero muy grande lo abrí y tenían muchos vestidos muy elegantes, había de todo esa dos horas ni jugué se me pasó el tiempo explorando el cuarto, mientras las dos sirvientas terminaban de hacer sus labores de la casa.
A las cuatro de la tarde despertaron la mamá y la hija, pero ya no se vinieron al corredor si no que se fueron a la sala, como no había sacado nada de su lugar, me fui a la sala de la casa con la señora grande, o sea la viejita, era muy grande, había muchos libros, un tocadiscos antiguo, un piano y unos sillones muy mulliditos hasta me daban ganas de brincar el ellos, me dijo
-Siéntate, ya mero te vas porque ya no tardan en salir a jugar tus amigos.
-Y mis hermanos también.
-Cuando estaba como de tu edad aprendí a tocar el piano.
-¿usted sabe tocar el piano?
-Sí, mi papá nos puso un maestro que nos daba clases a mis hermanos para enseñarnos a leer y a escribir y todo lo que enseñan en la escuela y ese maestro también nos enseñó a tocar el piano a mis hermanos y a mí y, una maestra les daba clases a los hijos de los peones. Antes no había escuela como ahora, pero con ese maestro aprendí muchas cosas
-¿Y si salían al recreo?
-Si, nos dejaba descansar y después seguíamos aprendiendo. pásame ese libro.
-Se lo di pero no era libro era un álbum con fotografías antiguas
- Mira esta era yo
-Estaba muy bonita
-Gracias niña, mira estos eran mis hermanos, fuimos cuatro hermanos puros hombres yo no tuve hermanas, solo hermanos, - mira aquí está una foto del maestro con nosotros
-Se le ve la cara de regañón
-Si era muy estricto, pero aprendimos mucho con él.
Vimos algunas fotos de diferentes edades, hasta que llegamos a una foto de ella vestida de novia y con su esposo, yo ingenuamente le pregunté
-¿ Este es su papá?
No, él era mi esposo.
-¿Pero primero se hicieron novios verdad?
-Cuando yo era joven las muchacha no teníamos novio.
- ¿Entonces cómo se casó?
-Bueno mira cuando yo cumplí 16 años mi papá nos dijo
-Va a venir a cenar el señor don Manuel con su esposa y sus hijos a las ocho de la noche, aquí quiero a toda la familia.
-A mi papá no se le podía discutir una orden, lo que él decía eso se hacía, a las ocho de la noche en punto llegó el señor Manuel con su esposa y dos hijos y una hija, cuando terminó la cena nos fuimos a la sala, mientras los señores tomaban una copita de vino, el señor Manuel le dijo a mi papá
-Bueno señor usted ya sabe el motivo de nuestra visita, ¿cuál es su respuesta?
-Estoy encantado de que las dos familias emparentemos.
Me tomo de la mano y me dijo.
-Hija este joven va a ser tu esposo.
¿Y usted qué dijo?
yo no dije nada mi papá ya había dado su palabra y a mí no me quedaba más que obedecer.
-Como yo en ese tiempo no sabía nada de enamoramientos ni nada de nada, ya no pregunté más, pero ella me dijo
-Mira niña aunque los primeros días de mi matrimonio, yo le tenía mucho miedo, mi esposo él tenía cuarenta años yo solo dieciséis yo no sabía que tenía que hacer como esposa, pero mi esposo salio muy buena persona me quería mucho me lleno de regalos, me llevo a pasear a muchos lugares, fuimos a Europa en un barco muy grande.
- Me enseñó varias fotos de Francia, Londres, Roma, Venecia.
-¿Y usted cuántos hijos tuvo?
- Tuve cinco hijos, dos hombres y tres mujeres.
Estaba muy emocionada viendo las fotos cuando empezamos a oír los gritos de los niños que ya empezaban a jugar en la calle, Nacha me dio una bolsa con fruta de la que recolectaban de la huerta que tenían al fondo de la casa, me dijo
- Ya te puedes ir, abrió las puertas de la ventana y se quedaron viendo a los niños jugar, yo agarre la bolsa y me fui corriendo a mi casa, le dije a mi mamá
- Ya llegué le di la bolsa de fruta y me salí a jugar.
Los siguientes días, como había mucho tiempo la señora grande me seguía contando de su vida, así supe que cuando tenían veinte años de casados su esposo tenía sesenta años y ella treinta y seis, a su esposo lo sorprendió la muerte, ellos no sabían que él estaba enfermo me dijo.
-Todos los días después de comer íbamos a la sala y tomábamos una copita de vino generoso, platicaban un poco, dormíamos la siesta pero, pero el día que mi esposo murió estábamos platicando amenamente, de pronto mi esposo dio un suspiro muy hondo reclinó la cabeza en el sillón y ya no despertó, quedó muerto, me dijo el doctor que había sido un infarto masivo.-Simplemente se le cayó el corazón.
Mis dos hijos se fueron a la ciudad de México a seguir sus carreras, Manuelito, estudió leyes fue un abogado muy prestigioso, llegó a ser juez, se casó y tuvo dos hijas, pero cuando una niña tenía ocho años y la otra seis, un delincuente que había juzgado y lo metió a la cárcel lo mandó matar, como su esposa quedó viuda muy joven se regresó con sus papás que vivían en el pueblo y a los dos años de viuda se volvió a casar, con un buen hombre que quiso a mis nietas como un segundo padre estoy muy agradecida con ese señor.
-Mi otro hijo estudió canto en la universidad, se convirtió en un artista muy importante cantó en muchos teatros muy importantes, en el palacio de las Bellas artes en México, en el teatro Degollado de Guadalajara y otros países también.
-Mi hija Nacha, se iba a casar, ya tenía todo listo pero era la época de la revolución cristera, su novio era muy católico, los del gobierno descubrieron que en su casa se oficiaba la santa misa, un día fueron por él cuando se estaba oficiando la misa, se lo llevaron y lo fusilaron, mi pobre hija quedó destrozada, nunca se volvió a hacer ningún novio y se quedó soltera.
-Mi hija Lolis desde muy chiquita quiso ser maestra, la mandé a un internado a Guadalajara a estudiar porque en ese tiempo no había normal, en el pueblo, o sea la carrera de maestra. Se recibió con honores e inmediatamente empezó a trabajar en la escuela para niños, tuvo un novio que duro con el cómo tres años y hablaron de matrimonio pero él le dijo
-Si nos casamos te tienes que salir de trabajar.
-No, yo estudié para maestra me gusta enseñar.
-Entonces escoge la escuela o yo.
- Elijo la escuela.
-Y se quedó soltera, aunque tuvo más pretendientes, pero todos le decían lo mismo que las mujeres casadas no deberían de trabajar, tenían que quedarse en la casa atendiendo al marido y pariendo hijos.
-Guillermina mi tercer hija, la mamá de Chivis, se casó con un señor que tenía muchos negocios y viajaba mucho ella estaba muy enamorada, al año de casada nació Chivis, mi hija varias veces viajó con su esposo a varias ciudades del mundo siempre me dejaban a su hijita, cuando la niña tenía cinco años el señor se fue a uno de tantos viajes que hacía, en ese viaje no lo acompañó mi hija, con tan mala suerte para él y buena suerte para mi hija porque no lo acompañó, el avión se accidentó, todos los pasajeros murieron, mi hija enloqueció de dolor la hospitalizamos en un hospital para que se curara.
-Mi hija duró varios meses en el hospital, pero salió muy recuperada, y con un amigo hijo de una paciente él iba a visitar a su mamá era un arquitecto muy reconocido, cuando cumplieron dos años de tratarse se casaron, se llevaron a la niña, pero estaba muy triste y finalmente se enfermó el doctor le dijo a su mamá
-Señora la niña no está enferma simplemente es tristeza la niña extraña su vida anterior
- El doctor recomendó que se regresara con su abuelita y sus tías y que se la llevara por temporadas cortas, hasta que se quedará con ella, pero la niña nunca se acostumbró y optaron por dejarla con nosotras, nada más iba de visita en las vacaciones por algunos días, mi hija tuvo otros dos hijos una mujer y un hijo, Guillermina (Mina) y Miguel (Mike), si sigues viniendo los vas a conocer, ellos cada año vienen en esta temporada y se quedan una semana.
Lentamente fueron pasando los días, la vida en esa casa era muy rutinaria todo pasaba a la misma hora, desayunaban a la ocho de la mañana, a las diez Nacha salía al mercado, regresaba a las once a más tardar a las once y media, a las dos de la tarde comíamos, hacían su siesta y a las cuatro despertaban.
Lunes, Miércoles y viernes iba el esposo de una de las sirvientas a recoger la fruta de la huerta y a barrer, y cuidar los árboles,
Martes iba el sacerdote a darle la comunión a la señora grande, pues ella ya no iba a misa, cuando llegaba el padre con el acólito traía su campanita, desde que venían por la calle se escuchaba; las personas que encontraban al padre se hincaba en la banqueta y se persignaba porque pasaba el santísimo sacramentado.
Cuando le daba la comunión a la señora grande, rezaban una oración larga y por último el bendito, Bendito y alabado sea el santísimo Sacramentado, en los cielos y en la tierra y en todo lugar, Ave maría Purísima sin pecado original.
Siempre le daban al padre y al acólito una taza grande con chocolate con pan y su respectiva limosna,
Los jueves iba su hijo con su esposa y su hija a comer.
Me gustaba ese día pues el señor era muy divertido ese día no dormían la siesta después de comer se iban a la sala y se tomaban una copita de vino generoso, y empezaba la tertulia, el señor tocaba el piano, su esposa se ponían a cantar, siempre cantaba, la habanera, él cantaba figaro, y varias más pero de esas son las que me quedaron, más grabadas en mi mente, su hija también cantaba no tan bonito como su mamá, hasta a mí me ponían a cantar, me decía el señor.
- A ver canta una canción
- No me se ninguna
-Si sabes, que canciones te enseñan en la escuela
- Bueno cantamos el chorrito, y pin pon
-El empezaba a tocar el piano con la tonada del chorrito y pues me salía lo artista, primero con mucha pena pero como dice Gloria Trevi, me iba soltando el pelo y cantaba a todo pulmón ja,ja,ja.
Los viernes iban sus otras nietas a comer también, pero ellas no se quedaban tanto siempre estaban de carrera en cuanto comían hacían un poquito de sobremesa y se despedían ellas ya eran jóvenes, con muchas cosas que hacer.
Un lunes cuando llegue había unas maletas en el corredor y se oía mucho alboroto en el comedor, eran sus nietos que habían llegado de Guadalajara a pasar su semana de vacaciones, eran muy agradables muy jóvenes, no sé cuántos años tendrían pero platicaban mucho, ellos no llevaban reglas de urbanidad, de no hablar cuando comían, comían y reían, se alegró la casa.
Traían una maletita la abrían y aparecía un tocadiscos eran fans de Elvis Presley yo quede fascinada con las canciones, pero sobre todo de las fotos que traían las portadas de los discos, que bonito se me hizo y quedé prendada del hombre ja,ja,ja y hasta la fecha.
Aunque no entendía ni una palabra de las canciones, pero a mí me gustaban mucho, ellos se ponían a bailar el rock, la señora grande decía que era música del diablo, y que todos los que bailaban rock se iban a ir directo al infierno, pero ellos nada más les daba mucha risa y seguían bailando.
Poco a poco fui tomando confianza y también a mí me bailaban, me daban la vuelta, Mike me agarraba de la cintura y me aventaba de un lado a otro yo sentía que se me salía el corazón ja,ja,ja.
Esa semana se pasó volando, a Mina le gustaba peinarme yo tenía el cabello más o menos largo, me hacía chongos en ese tiempo se empezaban a usar, esa semana casi no platique con la señora grande, fue una semana muy divertida para mí, todos los días había visitas de jóvenes, las otras nietas también iban y era pura fiesta.
Pero el tiempo no se detiene y un lunes que llegue a la casa la encontré como siempre muy silencia, nada más se oían el canto de los pájaros y el ruido de las sirvientas haciendo sus quehaceres, la cocinera me dio mi desayuno y me dijo
- Que bueno que ya se fueron los jóvenes, ya volvió la tranquilidad a esta casa.
-¿Ya se fueron?
-Si, no ves que ya está muy silencia la casa, si me gusta que vengan pero el quehacer se dispara yo no tenía ni un rato de descanso
-Pues sí, le dije tristemente
-No te pongas triste la señorita mina te dejo un regalito me dijo que te lo diera cuando llegaras.
Me puse muy contenta adivinado que podría ser, me dio una bolsa muy bonita, era de Mina, cuando yo jugaba le decía.
-¿Me prestas tu bolsa?
Era una bolsa de tela con asas de madera, para cuando va uno de día de campo o a la playa adentro tenía un disco de Elvis Presley, unos prendedores, para el pelo una pulserita, y un monedero pequeño y adentro veinte pesos una cantidad exuberante para mí, la señora me dijo
-Pues mira te fue muy bien te dieron más cosas que a mí.
Me senté con la señora grande que ya estaba en el solecito me dijo
-Quiero mucho a mis nietos, cuando llegan me da mucho gusto verlos pero me da más gusto cuando se van -, dijo riéndose, ya tenía lista su revista para empezar la lectura del día esa ya era la última semana de vacaciones y era la última semana que yo iba a ir.
Esa última semana la señora grande me dio muchas recomendaciones.
No se te olvide todo lo que te he enseñado aunque ya no vengas sigue haciendo todo lo que has aprendido.
-Sí señora
Pasó la semana el viernes en la tarde antes de irme a mi casa llegaron la seño lola y la seño Chivi también me trajeron unos dulces otra bolsita de colgadera, y una muñequita de tela, cuando llegó la hora de irme la señora grande me dio un abrazo y me dijo
- Te ganaste mi cariño te llegue a querer, cuando quieras ven a visitarme, no te olvides de mi.
yo pensé ni que ya se fuera a morir, nos fuimos a la casa la maestra y yo con mi rotación de fruta y una bolsa con unos vestidos que me regalaron y un par de zapatos de los muchos que tenían me dijeron que escogiera unos, la maestra le dio las gracias a mi mama le dio dinero no supe cuánto y se fue, no extrañe ir porque entramos a la escuela y ya en tercero ya no era como en primero y segundo ya me dejaban mucha tarea, poco tiempo después nos cambiamos de casa al otro extremo del pueblo ya no fui, pasaron los meses, y llegaron las vacaciones de diciembre y un buen día desde que me levanté empecé a recordar a la señora grande en ratitos hasta sentía escuchar su voz,
Le dije a mi mama
-Mamá, ¿me dejas ir a visitar a las maestras?
y mi mamá se extrañó y me dijo
- ¿Y eso que quieres ir?
-Me acordé de ellas
-Está bien pero no te vayas a tardar mucho porque ahorita oscurece muy pronto
Si me vengo pronto.
me fui a la casa de las maestras, cuando llegue a la casa me extrañó ver la puerta abierta nunca estaba abierta tenían un postigo o sea una ventanita en la puerta y por ahí veían cuando llegaba alguna persona, pero ese día estaba abierta de par en par, me pase y vi a varias mujeres vestidas de negro y a unos señores, me metí hasta la cocina allí estaba la cocinera que estaba haciendo mucha comida y cuando me vio me dijo
-¿Como te diste cuenta, quien te dijo?
-Quién me dijo que, yo vine porque me dieron ganas de ver a la señora grande, me empecé a acordar mucho de ella por eso vine,
-No cabe duda ella te llamó, la señora grande ya no está con nosotros ya se fue al cielo.
-Inmediatamente me acordé cuando se murió mi hermanito que así me dijeron que ya se había ido al cielo.
-¿Se murió.
-Si, quieres verla.
-Sí, quiero verla
-No le tienes miedo a los muertos
-No,
- Ven pues
y me llevo al cuarto de los tiliches que yo quería tanto, había una puerta que daba a la recámara de la señora grande nos metimos y allí estaba en su cama con un vestido negro con las manos cruzadas en el pecho con un rosario que ella me había dicho que lo había traído de Roma y que estaba bendecido por un Papa.
Parecía dormida, le pase la mano por la cara y estaba muy helada, la cocinera me dijo
-Mirala parece que está dormidita, así la encontramos cuando vinimos para ayudarla a vestir y llevarla solecito, pero no estaba dormida estaba muerta.
En eso estábamos cuando llegaron la maestra y su hermano con unos sirios y le pusieron cuatro uno en cada esquina de la cama, y los prendieron, abrieron la ventana que daba a la calle así se usaba y la gente que iba pasando veía el cuerpo y se persignaba y le rezaba una oración al fallecido.
En eso entraron un grupito de señoras y empezaron a rezar, la cocinera me tomo de la mano y nos salimos del cuarto y me llevó a la cocina me dijo
- Te voy a dar de comer, porque dentro de un rato esto va a parecer mercado
- No entendí lo que quiso decir, me dio mi comida y mientras comía la cocinera me empezó a decir
- Pues yo no sé qué le diste a la señora grande, pero desde que empezaste a venir ella cambio, ella era muy callada y contigo sabe dios de que tanto hablaban, cuando dejaste de venir ella siempre esperaba que vinieras y tú ingrata ya nunca te paraste por aquí, hasta ahora que se murió, le dije
- Es que me dejan mucha tarea.
Termine de comer y le dije
- Ya me voy porque si no mi mama me va a regañar
- Pues avísale que al cabo aquí vives bien cerquita
-No ya no vivimos aquí ya nos cambiamos más allá del rastro (donde matan a los animales para vender la carne)
- Con razón ya nunca te volví a ver.
Salí de la casa muy triste, mi mente no dejaba de trabajar, me acordé de todo lo que la señora grande me había contado, pero sobre todo de lo que me enseñó, a leer bien, a usar los cubiertos, a lavarme las manos antes de comer y después de ir al baño, lavarme los dientes, a comer con la boca cerrada, a no criticar, siempre me decía que nunca debía interrumpir a las personas que siempre esperara a que terminaran de hablar, que cuando empezara a leer un libro siempre lo terminara, que muchas veces los libros empiezan aburrido pero después venía lo emocionante para que puedas opinar, siempre le preguntaba y siempre me contestaba, y que quiere decir opinar?, y que quiere decir criticar? yo sé que todo eso le tocaba a mi mamá enseñarme pero la pobre mujer con tanto hijo a veces no sabía ni dónde tenía la cabeza.
Cuando llegue a la casa me dijo mi mamá
- Y ahora porque traes esa cara colgada que te pasó.
- Se murió la señora grande
-Ave maría purísima, que dios la tenga en santa gloria, y cuando pasó
-Pues no saben que amaneció muerta
- A mira tuvo la muerte de los santos, sin sufrir, pero no estés tan triste ella ya estaba muy viejita y ya era tiempo de que se muriera, vente vamos a rezarle las doce verdades del mundo esa oración se les reza a los muertos. empezamos a rezar.
Pasó el tiempo y vinieron otras etapas de mi vida paso mi niñez, nos venimos a vivir a Guadalajara.
Se aproximaba la navidad de 1978, yo andaba en el centro de la ciudad haciendo algunas compras, cuando de pronto me encontré cara a cara con las maestras, Lola y a chivi, ya los años se veían marcados en sus caras, y en su pelo, las salude efusivamente pues me dio mucho gusto verlas ellas se me quedaron viendo sorprendidas pero sin saber quién era yo.
La maestra Lola me preguntó
-¿Fuiste nuestra alumna?
- No, soy Rosa, la niña que pasó un verano de acompañante de su mamá, la señora grande,
- Se les iluminó la cara y sonriendo nos sentamos en una banquita de las muchas que hay en el centro de la ciudad, me dijeron.
- Nunca tuvimos la oportunidad de darte las gracias, como se debía tu le alegraste sus últimos días a mi mamá Nacha también falleció.
-Cómo lo siento
-Gracias
-Qué es lo más recuerdas de esos días
-Todo pero lo que siempre recuerdo era la hora de la lectura de la revista de selecciones, de vez en cuando yo compro la revista, pero a veces mi situación económica no me permite darme ese lujo.
Me preguntaron dónde vivía les di mi domicilio y las invité a visitarme cuando ellas quisieran sonrieron nos dimos un abrazo nos deseamos feliz navidad y feliz año nuevo y nos despedimos.
En enero de 1979, tocó a la puerta el cartero traía un sobre amarillo con mi nombre completo y mi dirección el remitente Selecciones Reader's Digest, me quede sorprendida dentro del sobre había una nota un regalo de una suscripción por un año de la revista, mi amiga, que me la regaló, Dolores E.
Así es que soy fiel lectora de la revista, tengo un año completo para juntar el dinero de la suscripción.
Siempre recordaré a esa linda viejecita que me introdujo a la lectura.
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