Cuando tenía 11 años, ya me empezaba a fijar en los muchachos y los muchachos en mí, tenía una amiga que se llama Tomasa, ella estaba flaca, flaca, pero era más picarona que yo,  nos juntábamos para ir a la plaza a dar vueltas, claro que nosotras ya nos sentíamos muy grandes,  los primeros chiquillos que se fijaron en nosotras eran unos hermanos gemelos, y les decían los cuates, mi amiga me dijo

-¡ Mira  esos dos nos están viendo ríete con ellos

 Y pues ahí estoy  sonriéndoles, y que se dejan venir, y mi amiga me dijo

- ¿A cuál escoges?

 -Al que sea están iguales jajaja.

-Señoritas nos regalan una vuelta

 -Pues si

 Y ahí íbamos con los pegostes por un lado ni platicamos ni nada porque a ellos les daba vergüenza y a nosotras también, ahí nada más nos veíamos  de reojo, cuando ya se terminó la vuelta nos dijeron

-Gracias.

Por desgracia me vio mi hermano Santos, y corriendo fue con el chisme con mis papás, no pues cuando llegue así me fue, me dijeron

-Así es de que ya andas de bolada, primero enséñate a lavar tus calzones

Bueno una bola de insultos y por último me dijeron

-Si segues  de volada te vamos  a mandar al rancho a la cárcel de Cananea.

Así le decía mi mamá al rancho donde vivía mi abuela, porque en realidad si era como una cárcel.

El rancho

No había luz eléctrica, teníamos que sacar agua del pozo, mi abuela nos ponía a moler el nixtamal es un molinito de mano, para hacer las tortillas para comer, terminábamos con las manos todas ampolladas, todo el día nos ponía hacer quehacer pues decía que la gente desqueacerada, no más piensan puras dañerias, pero al fin niños pronto nos adaptábamos.

Nos ponía muy guapas, no le gustaba vernos con el pelo suelto, nos decía.

-A ver vengan para peinarlas traen la cabeza de culo de loca.

-Yo pensaba nunca le dije nada porque capaz que me desgreñaba, pues cuando le vería el culo a las locas

 por lo tanto nos ponía a moler una hierba que se llama popotalagua, aquí en la ciudad le dicen babosilla porque así queda el agua  babosa,  servía de goma y para que el cabello creciera y brillará, con esa nos peinaba, nos hacía cuatro trenzas dos arriba y dos abajo y nos ponía unos moños, nos jalaba tanto el cabello que los ojos parecían de chinita bien estirados.

 Toda la mañana nos tenía ocupadas, pero en la tarde, ya estábamos libres, y teníamos toda la tarde para jugar, y como íbamos en las vacaciones de verano donde los días son largos, Nos ponía a sacar agua del pozo para regar como cien macetas.

Pero en cuanto terminábamos, teníamos toda la tarde para jugar,  había varias cosas que hacer, como mi abuelo trabajaba en el ferrocarril, siempre vivieron en campamentos, cerca de la estación del tren nos divertíamos mucho viendo pasar los trenes, cuando eran de carga siempre apostamos para adivinar cuántos vagones llevaba el tren. cuando pasaba el tren de pasajeros les decíamos adiós a los pasajeros y algunas personas nos aventaban dinero o fruta, corríamos detrás del tren para agarrar lo que nos aventaban, en una ocasión un tren dejó un cargamento de tierra, muchísima tierra se hizo una montaña muy alta, todos los niños escalábamos  y desde arriba nos  deslizábamos en un cartón como trineo era muy divertido ahí quedaban los pedazos de vestido jajajaja y las regañada de mi abuela no se hacían esperar

 -Mira nada más como traen la ropa chirotas, pero por un oído nos entraba y por el otro se nos salían los regaños.

Segundo galán

Y seguí de volada el siguiente galán fue un ranchero que se llamaba Eligio y como era ranchero pues hablaba ranchero también andábamos mi amiga y yo dando la vuelta en la plaza cuando sentí que alguien me estaba viendo detenidamente, y voltee y que me le quedo viendo también yo, y que se desliza y me dijo

-¿Señorita  me regala una vuelta?

Él ya estaba más grande tenía como 18 años voltee a ver a mi amiga y me dio un codazo eso quería decir que le dijera que sí, bueno pues nos fuimos caminado y lo típico.

-¿ Señorita como se llama?

- Rosalía pero me dicen Rosa ¿y usted?

_ Yo me llamo Ligio

-Le dije muy correctamente a usted se llama Eligio

 -Si me llamo Ligio

 Se terminó la vuelta, y le dije

 -Bueno ya se terminó la vuelta.

_Señorita la invitó a tomar una pesi cola.

 -Ah, me invita a tomar una Pepsicola, yo muy correcta.

- Si señorita una pesicola

- Bueno está bien vamos a tomar una pepsicola

 Llegamos a la nevería se acercó la mesera

-¿Que van a tomar?

 -Tres pesicola

-También mi amiga fue

- Yo, pensando trágame tierra con este ranchero, nos dieron las pepsicolas, ja, ja, ja.

No la estábamos tomando muy a gusto cuando mi hermano no sé de dónde salió que se apareció en la mesa, yo sentí que se me doblaron las piernas, y yo ingenuamente le pregunté

-¿Quieres un traguito?

_Si, 

-Que agarra la botella y de un solo trago se la tomó, y se fue corriendo, le dije al muchacho

- Bueno ya me tengo que ir porque me van a regañar.

-Yo quiero volver a verla

-Pues a ver más adelantito

 Para eso ya me había preguntado dónde vivía y todo y yo como principiante le di santo y seña de donde vivía. Cuando llegue a la casa ya me estaban esperando con el fajo, me dijo mi papá como no entendiste, y zas, zas, zas, una bola de fajazos, y me dijeron y te arreglas porque te vas a el rancho,  me enoje tanto con mi hermano le dije

-Mendigo  chismoso todavía te tragaste toda mi pesi, y así y todo viniste de mitotero

-Apa, Rosa me está diciendo malas palabras, gritó mi hermano

-¿Quieres otros azotes? me gritó mi papá

Pues que me mandan a el rancho con mi Abuela de castigo por andar de bolada, cuando volví, que me dice mi amiga

 _De la que te salvaste, fíjate que tu novio Eligio te andaba buscando porque te iba a robar.

-Quee, pero si nada más fui a tomar una Pepsi, con él ni a amigos llegamos

- Pues no sé pero vino en un caballo y me dijo

- Háblale a Rosita porque ahorita mismo me la voy a llevar en mi caballo

-Ella no está por su culpa la mandaron al rancho con su abuela

-No me  estés vacilando háblale

-Que no está

-¿Y donde queda ese rancho?

-Yo no se

-No me creyo que te habías ido a el rancho y quería que le dijera dónde quedaba el rancho, que para ir por ti

-Hayyyyyyyy que miedo.

-¿Qué le dijiste?

-Mi mamá salió a buscarme y le dije

- Este viejo me esta molestando

-Lárguese de aquí, si lo vuelvo a ver rondando por la casa le voy a echar a la policía

 -Y se fue volado en su caballo y ya no volvió

 Híjole qué miedo eso me sirvió de escarmiento después supe que a los rancheros en cuanto aceptas dar la vuelta ellos ya se consideran como novios, como los tiempos cambian creo que ya no piensan igual, pero en mi tiempo así era jajaja.

Y yo que, no nada más acepte dar la vuelta con el individuo, sino que hasta me fui a tomar el refresco con él pues  se considero con todo el derecho del mundo de robarme, yo una mocosa de 11 años que en realidad me veía más grande de edad, pero me sirvió ya nunca le volví hacer caso a mi amiguita de andarle sonriendo a los muchachos jajaja.