Nosotros vivíamos en una calle a las afueras del pueblo era una calle que no estaba empedrada, era pura tierra, allí vivíamos las personas pobres y las más pobres, nosotros vivíamos a tres casas de la última casa, había un árbol muy grande que daba mucha sombra en la última casa vivía mis tíos Petra y Pedro, a la vuelta nada más había dos casitas una que era de mi abuela y otra de mi bisabuelo, a mi abuelo también lo mandaron a un rancho llamado Cofradía cerca de Atoyac, mi abuela dejo la casa tal como estaba nada más se llevo la ropa, le encargo a mi mamá que le diera vueltitas y la abriera para que entrara el sol.

Lo que seguía de la calle era un potrero grandísimo no alcanzaban los ojos a ver el final donde sembraban maíz y frijol, todo el tiempo era una vista maravillosa, cambiaban los colores según el proceso de la siembra, primero se veía la tierra árida,luego llegaban los trabajadores y empezaban a desmontar, es el arte de quitar la maleza, después empezaban a arar el terreno se veía muy bonito la tierra surcada lista para sembrar el maíz, empezaban los sembradores, se veían hileras de trabajadores, cuando empezaba a llover brotaban las milpitas se veía todo verde por donde volteara uno, poco a poco iba creciendo la milpa y se convertía primero en elotes, y después en maíz, nosotros jugábamos entre las milpas a las escondidas, podíamos jugar pero teníamos que cuidar de no romper las milpas, por último el panorama cambiaba y el color verde se convertía en color ocre, cuando el maíz ya esta listo para que lo piscaran o lo recogieran, y otra vez se veían los trabajadores, cuando terminaban de recoger el maíz, empezaban a cortar la milpa y hacían atados, para llevarlo a moler y se convertía en forraje para los animales, y otra vez volvía el mismo procedimiento el dueño de ese terreno era un señor muy rico que se apedillaba Parra, no se como se llamaba todos el mundo lo conocía por Parra el patrón.

Enfrente de donde vivíamos no había casas era una barda de una huerta muy grande donde había árboles frutales, y también sembraban una variedad de flores que llevaban a la ciudad para venderlas, mi tío pedro y otros dos vecinos aprovechaba, el espacio para poner a los burros con una cerca de alambre para que no se escaparan, ellos ocupaban  los burros para traer leña del cerro y venderla a las personas en ese tiempo todas las personas cocinaban con leña todas las personas que vivíamos en ese lugar no sufrimos por falta de oxígeno teníamos de más.