Parte /11/ Juegos y Paseos
En tiempo de lluvias, nos gustaba mucho caminar por los arroyos de agua que se hacían en las calles, nos quitábamos los zapatos, bueno casi nunca traíamos, y nos metíamos a el agua caminando, muchas veces nos herimos los pies, con vidrios, pero era muy divertido muchas veces nos caímos y nos llenábamos de lodo, nos regañaban, pero lo volvíamos a hacer,
Mis papas nos llevaban de día de campo al arroyo, estaba un casco de hacienda, y había una cascada, mi mama hacia taquitos de frijoles, y hacia fuego ponía un comal y ahí los calentaba, así es de que ya que estábamos bien cansados de mojarnos y chapotear, nos sentábamos alrededor del comal y nos poníamos a comer los taquitos bien sabroso con agua fresca de limón con chía,
A otra parte donde nos llevaban de paseo era a la gigantea era una parte donde había muchos árboles de eucaliptos cerca de la estación del ferrocarril. Había una unidad
Donde había columpios resbaladeros y sube y baja y también una unidad para jugar básquet ball. Cerca también estaban unos campos de fútbol y béisbol donde mi papa jugaba. Nos divertíamos mucho jugando entre los árboles, y en los columpios y todo lo demás, ya cansados comíamos nuestros taquitos recalentaditos y ya obscureciendo nos regresábamos a la casa,
Había muchos juegos, según la temporada por ejemplo, cuando era carnaval pues nuestros juegos eran de andar toreando y haciendo piruetas con la soga,
Cuando hacía mucho viento hacíamos papalotes y los volábamos en el cielo el que volaba más alto era el que ganaba,
Había otra temporada que jugábamos con el balero, como no teníamos uno hacíamos uno con un bote, le poníamos un hilo grueso y un palo y ese era nuestro balero
Había temporadas de las canicas, jugábamos a la lotería al juego de la oca contábamos cuentos y sustos,
Una cosa que jugamos bastante era al bebe leche, ahora le dicen avión lo pintábamos en la tierra cuando acababa de llover y durábamos horas jugando brincando, ya en la nochecita cenábamos y como comíamos bastante pesadito un plato de frijoles de la olla y un jarro de arroz endulzado con panocha y todas las tortillas que nos cupieran en el estómago, pues nos mandaban a jugar a la calle que porque si nos acostábamos con la panza llena nos torcíamos, así es de que nos salíamos un montón de chiquillos todos los vecinitos. También varias chicas grandes que se escapaban y se iban a platicar con su novio. A escondidas de los papas pues en ese tiempo no daban permiso de tener novio.
Bueno pues jugábamos a la roña que ahora se llama la traes, a las estatuas de marfil al bomba ton, al que lo baile, y muchos juegos más, cuando ya estábamos muy cansados nos sentábamos en la banqueta y nos poníamos a contar cuentos, adivinanzas y por ultimo lo más emocionante sustos, o cuentos de fantasmas, ya cuando se hacía muy noche ya nos metíamos a la casa muy asustadas de lo que habíamos platicado era muy divertido.
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