Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

SEMANA CHARLASTOR 2022: DÍA 1

Picnic in spring

En el ocaso de una tarde en el infierno, el color cobrizo del "cielo" se hacía más potente, la estrella interna del pentagrama que giraba en medio de todo iba decreciendo su brillo conforme la oscuridad de la noche comenzaba a manifestarse. No podía decirse que era una oscuridad absoluta, al menos no en el círculo del orgullo donde los reflectores y las luces de neón brillaban todo el día. No obstante, no es como si Charlie pudiera decir cual diferencia había, toda su vida había permanecido dentro de ese círculo, saliendo en muy escasas ocasiones del palacio hasta que decidió independizarse, o más bien, cuando sus locas ideas sobre la redención de los pecadores hicieron que su padre decidiera echarla bajo el pretexto de que "necesitaba conocer más sobre el infierno".

Y en parte, lo había visto como algo bueno, porque le había dado libertad que había estado ansiando por más de cien años, pero también le había arrancado de grandes posibilidades de salir adelante con su proyecto. Aun así, había logrado muchas cosas en algunos años, luchando contra todo pronóstico. Había inaugurado su hotel feliz (o hazbin hotel como le puso Alastor, como una broma terrible, pero que a la gente la había gustado al final), había logrado unir grandes amigos (entre demonios y pecadores), quien, aunque no habían confiado plenamente en su sueño, siguiendo a su lado pese a los problemas que vinieron después. Y para celebrar todo su apoyo, había decidido realizar un pequeño picnic en el centro del parque infernus del círculo del orgullo. Pese a que Vaggie estuvo en desacuerdo, pensó que como era una ocasión para celebrar, permitió que Husk trajera algunos de sus mejores licores para pasar el rato. Claro, no iba negar que luego de un par de botellas se habían descontrolado un poco, siendo Ángel uno de los primeros en comenzar un show de stripper ante la euforia de todos mientras Vaggie intentaba detenerlo, pero, a fin de cuentas, estaban pasando un buen momento y Charlie no quería interrumpir con sus fastidiosos pensamientos, no justo ese día, por eso había decidido tomarse un breve respiro y apartarse del grupo, caminando por un largo camino rocoso hasta un claro donde había la vista de un pantano de niebla oscura a tan solo metros de su ubicación.

Sabía que no debía prestar atención a sus pensamientos deprimentes, no al menos mientras estaba al lado de sus amigos y los pecadores que quería redimir. Aun así, ella no estaba del todo

— ¡Querida! —Salto Alastor en una nube de humo, apareciendo de golpe frente al rostro de Charlie y dándole un susto de muerte.

— ¡AL! ¡Me asustaste! ¿Qué sucede? —exclamo la princesa del infierno, recomponiendo la compostura después del repentino llamado del demonio de la radio justo frente a sus narices. El mismo pareció reírse de su reacción, alejándose nuevamente a una distancia prudente.

—Bueno, querida, es curioso y extraño que justamente estés tan lejos de los pobres pecadores con los cuales decidiste venir a distraerte hoy, así que decidí venir a ver cómo te encontrabas —contesto con esa voz cantarina y llena de estática, ya tan característica en él.

—Estoy bien, s-solo vine a tomar algo de aire—decidió explicar, tratando de recomponer su expresión—, todo está muy bien. No pasa nada.

—Creo que no es algo de lo que estés muy convencida —respondió certero, acortando de nuevo las distancias—, y aunque no es de mi incumbencia, no creo que sea bueno mentir sobre cómo se siente en verdad.

Charlie sinceramente se vio sorprendida, aunque era algo de esperarse, sobándose nerviosamente el brazo como solía hacer, intento explicarse con sinceridad, después de todo, Alastor y ella había desarrollado cierto tipo de confianza luego de toda su ayuda con el hotel en el último tiempo. Y bueno, quizás si necesitaba alguien con quien desahogarse.

—Tienes razón —admitió, desganada—. No es algo grave, solo que, antes de todo esto, habíamos hablado sobre sentimientos pasados con los pecadores, cosas que sintieran que no han podido dejar atrás pese a que pueden llevar muchos años muertos, creía que esto sería una buena forma, pero solo me ha recordado, lo aprisionada que me he sentido desde que nací. Atrapada en el infierno solo por haber nacido aquí, sin posibilidad de poder conocer nada más... creí que con el tiempo este sentimiento pasaría, pero ya veo que no —Charlie bufo, tratando de restar importancia al tema—... ¡De igual modo, no le des mucha importancia, hoy estamos aquí para celebrar y descansar un poco! Q-Quizás podrías acompañar a Husk con un trago, no hay restricciones esta vez —trato de decir, sin embargo, para su sorpresa, Alastor tomo de su muñeca acercándola a él hasta sostenerla en su brazo.

—Bueno querida, creo que esta vez puedo ser algo indulgente contigo y dar respuesta a tus deseos sin un trato de por medio —respondió de forma divertida, y un tanto misteriosa— ¿No te parece hora de un nuevo paseo?

— ¿A qué te refieres? —pregunto Charlie sin entender.

Pero antes de que pudiera preguntar mucho más, una serie de runas se manifestaron por todo el lugar junto con un intenso humo de color verde. Por instinto, Charlie cerro los ojos con fuerza mientras sentía como era tragada por dicho humo. Tosió un par de veces, tratando de disiparlo y sintiendo como Alastor la había soltado. Cuando por fin logro abrir los ojos, se quedó estupefacta con lo que sus ojos veían.

—Esto es... ¿El mundo humano? —y ante sus ojos un hermoso cielo de color azul se mostraba, inmenso y sublime, como nunca antes había imaginado.

Alrededor de ese espacio, ruidos de autos y una multitud de humanos caminando por unas grandes veredas transitadas. El tranvía pasando a escasos metros de ellos y a tan solo unos metros, el puente que cruzaba por el rio Misisipi en toda su anchura.

Era algo tan increíble, que se olvidó de su apariencia, así como estaba los humanos al notarla iban a horrorizarse, y temió que todo ese maravilloso sueño se rompiera por su sola culpa. No obstante, no paso mucho tiempo cuando noto que no mantenía los mismos rasgos demoniacos, su piel ya no era como la borra ni la cal, sus mejillas ahora de más color, acompañaban el brillante color de su corto cabello, haciendo juego con el hermoso vestido de color rojo que una vez ella había usado cuando había conocido al demonio escarlata.

A escasos metros de ella, estaba Alastor con su figura humana, sonriéndole como siempre, esta vez sin burlas de por medio, solo una sonrisa divertida por la expresión que Charlie tenía.

— ¡Bienvenida a New Orleans, querida! ¡Mi dichoso hogar, es un poco caluroso, pero podrás acostumbrarte pronto! —soltó una risotada mientras volvía a tomarla del hombro, acercándola a él.

Charlie no podía creerlo, era una visión tan hermosa, tantos colores, tanto brillo y miles de personas.

— ¿Esto es real? —le pregunto, viéndolo algo curiosa y tímida, sin poder acostumbrarse a su anterior forma. Alastor, por su parte, soltó de nuevo otra burla.

— ¡Que va! Esto no es más que una farsa, una simple imagen producto de mis memorias, nada de esto es real ni ninguna persona puede interactuar con ninguno de nosotros—expreso sin temor y sin moderación—, aun así, espero pueda servirte de congoja y cumplir a medias esa pequeña ilusión tuya —indico, volteándose a verla. Y eso fue más que suficiente para el pobre corazón de Charlie que se vio completamente complacida, brincado como la niña que ya no era pero que aún mantenía esa ilusión latente dentro de ella—. Ahora bien, como el único local, es mi deber mostrarte el lugar

A partir de ahí, Alastor la llevó a sitios famosos, como Jackson Square, para ver actuaciones callejeras de ragtime, pasando por el famoso, Café du Monde, y que, pese a que no pudieran comprar pasteles o buñuelos recién horneados, cubiertos con gruesas capas de miel y azúcar en polvo, Alastor se comprometió en hacerle algunos cuando regresaran de nuevo al hotel y Charlie no pudiera evitar suspirar de anticipación, como si le estuvieran dado la entrada al cielo de los pasteles dulces. Luego de ello, pasearon en los famosos tranvías de Nueva Orleans, permitiéndole maravillarse con las vistas que pasaban mientras Charlie veía todo con una gran sonrisa. En todo ese momento, Alastor la guío pese a que no hubiese el temor de chocar con la gente, simplemente la atravesaban, pero, aun así, el siguió maniobrando rápidamente para que no se quedaran atrapados en un lugar por mucho tiempo, y Charlie solo podía agarrarse a su brazo y aferrarse a su sombrero con euforia mientras se apresuraba a seguirle el paso.

Luego de ello, se refugiaron por el Congo Square disfruntando del fino viento de la primavera, con las hojas en flor y el sol de la mañana calentado sobre ello. En ese momento logro saber más sobre Alastor, mucho más que las veces anteriores. Sabía de qué Alastor era oriundo de esa zona, este lo había recordado en varias oportunidades, haciendo referencias en relación a la comida y eventos de dicha ciudad. Pero en ese breve paseo, le había contado más cosas de su vida antes de morir. Como que no había un mejor lugar, pues allí podía conseguir el mejor jambalaya o el mejor jazz, además se entero de cosas como que su amor por la radio comenzó con su difunta madre, quien le había dicho que su naturaleza locuaz lo convertía en un locutor de radio, y se recordaba que siempre estaba cantando las melodías que sonaban en la radio de la casa mientras ella cocinaba su comida. platos franceses-criollos favoritos, cuyas recetas todavía recuerda y prepara incluso ahora para Charlie en el hotel, revelando cómo él también era un gran aficionado a la comida, a pesar de su falta de afición por los dulces. Todas esas cosas hicieron sentir a Charlie un millar de sentimientos que no sabía cómo explicarlos, ver esa faceta tan humana del demonio de la radio le hizo recordar, que pese a que este no sintiera ni quiera nada por la redención, aun había cosas tan maravillosas dentro de él y eso la hizo sentir tan plena y feliz.

Al final de cuentas, como se trataba de una simple ilusión, la misma termino muy rápido. Nuevamente se encontraron en pequeño claro de aquel lúgubre parque en el centro del infierno, pero, aun así, el sentimiento de pesadumbre y tristeza que cargaba Charlie había desaparecido. Y finalmente se sentía más repotenciada, todo gracias a un gesto tan desinteresado por parte de Alastor.

—Gracias Al, por todo esto —agradeció la princesa de todo corazón—- No sabes lo mucho que esto me ha animado, te estoy verdaderamente agradecida— y hubo algo en su mirada, algo en esa deslumbrante sonrisa que el demonio escarlata no pudo identificar y trastoco lo más profundo de su ser.

—No hay de que querida, siempre es un gusto...

Sin embargo, sus palabras fueron interrumpidas al sentir el suave tacto de una mano sosteniendo la suya. Al bajar la mirada, estaba nuevamente aquella deslumbrante sonrisa de Charlie que le inventaba a seguirle nuevamente hacia donde estaban los demás.

— ¡Vamos con todos, seguramente podemos poner algo de música para bailar de nuevo!

De nuevo, aquel palpitar extraño y confuso se presentó en el pecho de Alastor. Las orejas removiéndose y un ligero calor en su rostro. Era una reacción sorpresiva. Quizás, hubo algo más que simplemente mostrar una escenificación de la primavera que el recordaba, hubo un punto más profundo e íntimo que llego hasta ellos, afectándolo especialmente a él, que tuvo que carraspear la incómoda vergüenza que le hizo sentir el reconocimiento de había algo más que sentía por aquella princesa de lo que él estaba dispuesto a admitir. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro