Héroes y villanos
Advertencia, contenido +18 más adelante, disfrutenlo.
Hace muchos años, en la ciudad pentagrama, un niño nació con el dónde para crear arcoíris cada vez que de sus ojos fluían lágrimas. De repente, numerosos casos de niños con habilidades se registraron en todo el mundo y poco a poco, el 50% de la población mundial tenía un poder especial que lo diferenciaba de otros.
Con el exponencial crecimiento de esos dones, personas con valores inescrupulosos los aprovecharon para cometer fechorías. Por eso, en un mundo donde los poderes sobrenaturales dominaban, la paz era constantemente amenazada por villanos despiadados. Sin embargo, en medio de la oscuridad, surgieron personas con una moral inquebrantable dispuestas a luchar por la justicia.
Es así como nace la heroína de luz: Sunshine Charlie. Una joven que con 25 años dedica su vida en una lucha incansable contra los villanos que buscan desestabilizar la paz del mundo.
Desde temprana edad, Charlie mostró una bondad y compasión extraordinarias. Su corazón radiaba luz y su sonrisa iluminaba las vidas de aquellos que la rodeaban. Pero cuando descubrió que tenía un poder especial, decidió usarlo para proteger a los inocentes y enfrentar a los villanos que buscaban desestabilizar el mundo.
Así que, a medida que luchaba contra los villanos, Sunshine Charlie no solo los derrotaba con su poder, sino que también tocaba los corazones de las personas con sus buenas acciones. Ayudaba a los necesitados, inspiraba esperanza y recordaba a todos que incluso en medio de la adversidad, siempre había luz y bondad en el mundo. Fue tal su esfuerzo y deseo de alcanzar un mejor mañana para sus ciudadanos, que su moral y buenas acciones se ganaron el corazón de las personas, quienes la admiran no solo por salvarlos de los peligros, sino también por su valentía y determinación.
Su fama se extendió rápidamente y ganó el cariño y admiración de las personas. La gente la llamaba Sunshine Charlie, una luz brillante en tiempos oscuros. Y es que no solo era una heroína poderosa, sino también un símbolo de la esperanza de que el bien siempre se sobrepondría sobre el mal y la luz siempre llegaría al iluminar el mañana.
Sin embargo, un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y las acciones irresponsables implican terribles consecuencias. Eso lo supo desde muy joven, por ello, se ocultó su verdadera identidad tras una máscara. Gracias a un terrible accidente, perdió a sus padres y debió cambiar su nombre para evitar ser perseguida por su pasado. Ahora Charlotte "Magne" era una simple joven que era dueña de una afable cafetería en los suburbios de ciudad pentagrama, pero Sunshine Charlie se convirtió en una heroína de luz. Dotada de la capacidad de controlar y manipular la luz, podía crear barreras protectoras, lanzar rayos brillantes y sanar heridas con su toque.
Pero detrás de la máscara, Charlie también lidiaba con sus propios desafíos. Mantener su identidad en secreto y equilibrar su vida personal con su deber como heroína era un desafío constante. Sin embargo, siempre encontraba fuerzas para seguir adelante, recordando el impacto positivo que podía tener en el mundo. A medida que Sunshine Charlie enfrentaba a los villanos y protegía a los inocentes, su legado crecía. Su valentía y compasión resonaban en los corazones de las personas, inspirándolas a ser mejores y a luchar por la justicia en sus propias vidas.
Hasta que él apareció.
En una noche oscura y tormentosa, un terrible villano conocido como el demonio de la radio apareció en Ciudad Pentagrama. Un hombre de vestimenta y cabellos escarlata, ataviado de un monóculo y un gran micrófono como cetro. Con su singular sonrisa, llamo la atención de aquellos que lo vieron por primera vez en el centro de la ciudad, pero eso solo fue una fachada dentro de su terrible engaño. Ese malvado ser tenía el poder de controlar las ondas radiales y utilizarlas para sembrar el caos y el terror en la ciudad.
El demonio de la radio comenzó a transmitir una terrible masacre a través de las ondas radiales. Sus palabras llenaron los corazones de las personas de miedo y desesperación. La ciudad entera quedó paralizada por el terror que se había apoderado de ella.
Sunshine Charlie no podía permitir que esto continuara. Con valentía y determinación, se enfrentó al demonio de la radio, dispuesta a detenerlo y proteger a su amada ciudad. Pero, para su sorpresa, fue derrotada muy fácilmente. Por primera vez en su vida había aparecido un villano de tal poder que la deshizo en un abrir y cerrar de ojos, destruyendo sus barreras y conteniéndola con brazos espectrales que treparon por todo su cuerpo, impidiendo su movimiento.
Estos poco a poco las estrujaron, lacerando su carne y comprimiendo sus huesos, gritos desesperados de ayuda fueron expresados, pero nadie vino en su rescate. Solo era ella contra un mal inimaginable.
El demonio de la radio se rio de su debilidad y su falta de poder, ridiculizándola en vivo ante todos. Con tranquilidad, se acercó hasta ella sosteniendo un mechón de su largo cabello dorado y sonriendo de manera cínica, la obligo a esbozar una sonrisa en su rostro transformado por el pánico.
—Sonreí querida, no estas completa sin una sonrisa —le dijo.
Con un solo movimiento la dejo en la cima de un edificio a merced de la inclemente lluvia. Herida y agotada, el peso de la realidad cayó sobre sus hombros, dejándola presa del pánico. No la mato porque no era suficiente, era solo un pequeño ratón en la trampa del gato, quien la dejo con vida para poder seguir jugando con ella luego.
Y con ese pensamiento, un terrible peso se cernió sobre su espalda, así como las lágrimas bajaban sobre su adolorida cara.
De la noche a la mañana, su reputación como heroína de luz se vio manchada y su credibilidad quedó en entredicho. Los medios de comunicación se volvieron en su contra, acusándola de ser ineficiente y cuestionando su capacidad para proteger a la ciudad.
Las cosas no mejoraron una vez tuvo que permanecer fuera de los reflectores. Obligada a permanecer en casa mientras se recuperaba de sus heridas, el demonio de la radio tomo terreno, trasmitiendo cada noche más y más terror, sumiendo a la ciudad pentagrama en un infierno en la tierra. Ese villano era un asesino a placer, que no tenía escrúpulos, a pesar de jactarse cierta moralidad al no asesinar ciertos tipos de personas.
Pero eso no impidió que la furia y la frustración consumieran a Charlotte. A pesar de la tristeza y la decepción que sentía, Sunshine Charlie no se dejó vencer. Sabía que debía encontrar una manera de derrotar al demonio de la radio y restaurar su reputación como heroína.
Con determinación renovada, Sunshine Charlie se sumergió en un intenso entrenamiento. Aprendió a controlar aún más sus poderes de luz y descubrió nuevas habilidades que le permitirían enfrentarse al villano con más fuerza que nunca.
Poco a poco, Sunshine Charlie comenzó a ganar pequeñas batallas contra el demonio de la radio. Cada vez que lo enfrentaba, demostraba su valentía y su compromiso con la ciudad que amaba. Aunque los medios seguían siendo escépticos, las personas comenzaron a verla como una verdadera heroína una vez más.
Sin embargo, pese a las breves derrotas que obtuvo, el demonio de la radio no desapareció tan fácilmente. Charlie intento darle caza, pero era increíblemente difícil encontrarlo. A diferencia de otros villanos antisociales, este parecía desaparecer en la faz de la nada y aparecer cada cierto tiempo, sin dejar ningún rastro de su origen y eso le dio la idea de que era igual que ella, un superhumano que se escondía bajo una identidad secreta y por eso lograba matizarse tan bien entre todos los demás.
Por eso, decidió intentar encontrarlo fuera de su identidad secreta para hallarlo con mayor facilidad y usando un rastreador que logro instalarle en su última misión, ella y su equipo esperaban encontrar una pista para poder encerrar al demonio de la radio de una vez por todas.
Sin embargo, era más difícil de lo que esperaba.
—Quien diría lo escurridizo que resultaría ser ese maldito bastardo —decía Vaggie mientras se controlaba para no chocar su puño contra la pantalla de la computadora mientras la búsqueda volvía a dar un resultado negativo.
—Bueno, no por nada es el archienemigo de nuestra querida Sunshine Charlie, además de bueno, el chulo de fresa es un maestro de la desaparición —comentaba de forma jocosa Ángel Dust mientras tomaba una taza de chocolate caliente a un lado de la chica de tez morena. A un lado, Charlie intentaba alzar los ánimos.
—No debemos desanimarnos, nadie dijo que sería sencillo, además, el tipo controla las ondas radiales, es un milagro que la señal de
—Sí, gracias a dios Baxter se afianzo bien con las protecciones esta vez —comentaba Vaggie mientras iniciaba una vez más la búsqueda en la computadora—. Ugh, deberé rediseñar el campo de búsqueda, eso puede que me tome horas.
—Sí, jeje, si quieres puedo encargarme con Ángel de la cafetería por hoy, así luego puedes tomarte un descanso —le ofreció y la joven agradeció, alzando un pulgar arriba como señal de aceptación.
A pesar de lo ironico que resultaba. La guarida supersecreta de Sunshine Charlie no estaba en un gran edificio revestido de tecnología y con un sistema de seguridad infalible como el de Iron Man en los comics. Ella era dueña de una acogedora cafetería llamada "Sunshine Brew", donde trabajaba junto a sus dos amigos y aliados en la lucha contra el crimen: Vaggie y Ángel Dust. Ambos eran jóvenes sin poderes, pero que por las circunstancias se unieron a la lucha de Charlei contra el crimen.
Juntos, formaban un equipo formidable tanto en la protección de la ciudad como en la preparación de deliciosas bebidas.
Pero durante sus tiempos libres, Charlie y sus amigos disfrutaban de momentos de relax como cualquier otro ciudadano común. Compartían risas, historias y sueños mientras saboreaban una taza de café caliente. La dinámica entre ellos era única y especial, forjando una amistad sólida y un apoyo incondicional.
Esa mañana Charlie recién abría la cafetería en un soleado día de primavera. Como la principal fuente de su poder era el sol, disfruto el calor que este le proveía, así como el maravilloso sentimiento de que ese sería un buen día con excelentes resultados para su búsqueda.
Así como las buenas acciones desde temprano en la mañana, la joven heroína disfrutaba de preparar un buen café y preparar un delicioso desayuno para sus amigos mientras servía los muffins y panecillos en el aparador de la tienda. Iba tarareando una alegre canción cuando sintió la puerta de la cafetería abrirse.
—¡Bienvenido! —saludo Charlie, sonrojándose una vez noto con anhelo quien había llegado.
En los últimos meses, aquel hombre de cabello castaño y anteojos había estado recurriendo a la tienda siempre a la misma hora, sentándose sentaba en el mismo lugar, sumergido en un libro mientras disfrutaba de su taza de café. Tenía el porte de un caballero y era extremadamente apuesto.
Su presencia llamó la atención de Charlie, quien lo encontraba encantador y misterioso.
Cada vez que el caballero visitaba la cafetería, Charlie se esforzaba por brindarle un servicio excepcional. Le preparaba su café favorito con especial atención, esperando que notara su dedicación y amabilidad. Aunque solo compartían breves palabras, Charlie no había podido evitar tener cierto interés en él, pero nunca se había animado a hablarle un poco más que un saludo o despedida.
Sin embargo, Ángel Dust no tenía ese problema.
—Oye cariño ¿puedo chuparte el pene? —le dijo de forma extremadamente escandalosa y sexual. Charlie se alarmo temiendo una represalia de parte del cliente, pero este solo se quedó viendo al chico, hasta sola una sola carcajada.
—¡Ha! No —rechazo al instante y así como llego, se retiró en calma de la tienda mientras el joven de ojos bicolor recibía una terrible reprimenda de parte de su amiga y jefa. Mas este se excuso, encogiéndose de hombros.
—Oye, no es mi culpa que tu no tengas la suficiente valentía para decirle lo mucho que quieres cogértelo —le dijo mientras el color subía a las mejillas de la avergonzada heroína—. Por Jesucristo, es increíble cómo puedes partirle la madre a un villano, pero no puedas decirle más que un "hola" al tipo que te atrae.
En su defensa, Charlie intento decirlo cuando un gran estruendo y chillido de júbilo se escuchó en la trastienda y Charlie tuvo que salir corriendo hacia allí para encontrar a Vaggie con un pendrive en mano, estirándolo para que lo vieran.
—¡Lo encontré! —grito emocionada por su logro. Al fin tenían una dirección específica a donde tenían que ir.
Nunca pensó que la única pista que tuvieran del demonio de la radio fuera de un antro a las afueras de la ciudad.
Era demasiado extraño, quizás se trataba de una trampa del demonio, pero Charlie estaba más preocupada por la seguridad de las personas que yacían allí dentro que la suya propia. Miró el lugar con detenimiento, estaba abarrotado y muchas personas disfrutaban de la fuerte música y el alcohol. Era fácil actuar desapercibido, pero la heroína tenía un as infalible.
Con Vaggie, su fiel compañera, vigilando desde su escondite secreto y escuchando todo a través de micrófonos ocultos, ella le diría que tan cerca estuviera de aquel villano. De ese modo, podría actuar rápido y tomar acciones sin dañar a nadie. Así, Charlie se adentró en la multitud junto a su ayudante Angel Dust.
Sabían que para infiltrarse en el antro y encontrar al villano, debían pasar desapercibidos. Por lo tanto, necesitaban vestimentas que los ayudaran a mezclarse con la multitud y no llamar la atención.
Por su parte, Charlie decidió vestirse de manera casual, con jeans oscuros, una camiseta básica y zapatillas deportivas. Esta apariencia no era tan alejada de lo que usaba normalmente para salir, así que le serviría mezclarse con la multitud y no llamar demasiado la atención.
Por otro lado, Angel Dust optó por un look más atrevido y llamativo. Sabía que en un antro, la gente solía vestirse de manera extravagante, por lo que decidió aprovechar esto a su favor. Se puso un vestido corto y ajustado de lentejuelas de colores brillantes. Complementó su outfit con tacones altos y accesorios llamativos como collares y pulseras. Con este look audaz, Angel Dust se camuflaría entre los asistentes y nadie sospecharía entre otros tantos grupos de personas.
Ambos sabían que debían tener mucho cuidado al moverse por el antro. Debían actuar con naturalidad y evitar llamar la atención.
Se movían entre las personas con cautela, evitando cualquier mirada sospechosa. Charlie aprovecho el ir a comprar una bebida para escuchar cualquier conversación de alguna persona, o a ver si reaccionaba el geolicalizador.
Por otro lado, Angel Dust utilizaba su apariencia llamativa para distraer a las personas y desviar la atención de su verdadero propósito. Bailaba con energía en la pista de baile y hablaba con los asistentes como si no pasara nada.
Sin embargo, después de dar vueltas en círculos y no tener noticias de Angel, Charlie empezó a preocuparse. Vaggie regañó al chico través del auricular, recordándole que estaban en una misión importante y que no debía perder tiempo bailando con desconocidos. Pero este le aseguró que no se preocupara, que estaba infiltrado de manera efectiva.
La heroína suspiro, no era extraño que pasaran esas cosas, especialmente al ser este un amante de las fiestas y las salidas nocturnas.
Mientras se desplaza por el lugar, intentando encontrar alguna pista sobre el paradero del Demonio de la radio, Charlie nota una presencia inquietante observándola desde la distancia. Un mal presentimiento surgió en la boca de su estómago, pero a pesar de ello, Charlie decidió buscar a Ángel para asegurarse de que estuviera bien. Sin embargo, la voz alarmada de Vaggie capto su atención.
—¡Lo encontré Charlie! ¡Está cerca de tu posición! —le advirtió la morena y la joven rubia se tensó, mirando disimuladamente a su alrededor, pero no había forma
—¿Está muy cerca? —pregunto en un susurro, Vaggie empezó a teclear rápidamente en la computadora.
—Está a solo unos metros de distancia, muévete entre la multitud, está más delante de tu posición —le indico.
La heroína apresura su paso, intenta seguir el pitido de localizador aumentando hasta que esta estremece en sus oídos con fuerza, casi al punto de aturdirla un poco.
Una mano se interpuso en su camino, Charlie casi salta por aquello, mirando con pánico quien se había puesto en su camino.
—Oye cariño ¿quieres bailar?
La joven rubia miró al hombre frente a ella por un momento. Físicamente era alto y fornido, no se parecía nada al demonio de la radio, aunque bien pudiera ser una fachada, pero el localizador no reaccionaba a él, por lo que no podía serlo.
—No gracias, estoy buscando a un amigo que se me perdió —se disculpó e intento apartarse para seguir la búsqueda, estaba tan cerca.
Pero el hombre insistió y tomó su mano. En ese momento, Charlie sintió un intenso calor en su mano y se quejó de dolor. Alzó su mirada hacia el hombre, quien la veía con deseo.
—No te resistas bebe, o puedo calcinar tu brazo en este instante —amenazo.
Charlie lo observo con cuidado, pensando que hacer. Fácilmente podría tirarlo al suelo, pero llamaría mucho la atención al hacerlo. Él la tenía firmemente sujetada del brazo, por lo que zafarse sin esfuerzo podría hacer que le rompiera un hueso, causando otro alboroto.
Muchas soluciones vinieron a su mente, pero todas terminaban con ella llamando demasiado la atención. Entonces el pitido del localizador se volvió loco, dando a indicar que su objetivo se estaba acercando a ella.
—¿Qué está pasando Charlie? ¡Ese tipo va hacia a ti en este momento! —dijo alarmada.
La heroína vio a todos lados, sin encontrar al verdadero culpable. El tipo frente a ella estaba perdiendo la paciencia, jalándola del brazo para que reaccionara.
—Oye ¿estas sordas? Te dije que vinieras conmigo —bramo.
Antes de que pudiera reaccionar, otro hombre con una gran sonrisa se acercó y separó al hombre de ella.
—Disculpe estimado, pero creo que la dama no quiere ir con usted a ningún sitio, es mejor que se retire —le dijo el hombre sonriente con tono amable pero firme, había puesto de forma protectora a la heroína, quien se quedó un momento, absorta, mientras lo veía. Por otro lado, el otro hombre no se quedó simplemente de brazos cruzados.
—No te metas donde no te llaman ¿Eres estúpido? Ella viene conmigo —no obstante, por alguna razón el abusador se quedó congelado de pánico viendo al hombre sonriente, quien hablo con el mismo tono lleno de firmeza.
—Dije, que la dama no quiere ir con usted a ningún sitio y es mejor que se retire —ordeno.
La amenaza implícita en la voz de aquel caballero pareció ser suficiente para espantar al abusador del lugar. Charlie se quedó algo pensativa con eso, cuando su salvador se volteó para hablarle.
—Parece que se ha ido con el rabo entre las piernas, pero no te preocupes cariño, no creo que vuelva a molestarte de nuevo —comentaba y un estremecimiento de júbilo llenaba el corazón de la heroína.
Era él.
Charlie reconoció de inmediato al hombre sonriente como aquel chico que siempre visitaba su cafetería.
Era en verdad curioso, no espero encontrarlo allí en ese lugar. No parecía ser del tipo que recorría esos sitios, pero allí estaba. Y le había salvado.
—G-Gracias —apenas fue capaz de decir en su conmoción.
No podía creerlo, la había salvado. No lo había necesitado, pero lo hizo. Era un sentimiento tan extraño para ella cuando normalmente ella era la que salvaba a las personas.
—Descuida cariño, fue una suerte reconocer tu hermoso cabello dorado entre la multitud —comento este de forma despreocupada—. Pero es más curioso verte aquí, el mundo en verdad es pequeño.
Sin poder evitarlo, su rostro se inundó de rojo al procesar el halago tan directo que le había hecho. No pensó que su crush de la cafetería le fuera decir algo más que hola, quiero tal café, hasta luego. Eso era un sueño.
—S-sí, es verdad, es una gran coincidencia —decía ella.
—Mi nombre es Alastor querida, es un verdadero placer conocerte —se presentó este y Charlie casi se derritió al escuchar su nombre.
Eso era como un sueño, cuando de repente la voz escandalizada de Vaggie al otro lado de la línea.
—¡Charlie él está en tu posición! ¡Está a tu alrededor o a unos metros de distancia, el localizador no precisa con claridad, pero está cerca! —decía ella y el terror paso un momento a la expresión de la heroína cuando recordó lo que hacía allí.
No había venido a jugar o a pasarla bien, había ido a buscar la pista de la identidad del demonio de la radio. Y estaba cerca en ese momento, pudiendo ser peligro potencial para todos, no podía dejarlo libre.
No podía perderse la pista, estaba tan cerca en ese momento, pero justo estaba hablando con su crush de hace tantos meses que eso parecía un castigo terrible.
—Y-Yo...
Tenía que separarse de Alastor y buscar la pista del demonio de la radio, de lo contrario también podía llegar afectarlo a él.
—Yo tengo que...
—¡Desapareció maldita sea! —exclamo la morena, golpeando el escritorio con su puño y soltando un quejido al no medir su fuerza.
Charlie escuchaba todo en su oído mientras su vista estaba enfocada en el apuesto hombre frente a ella, este enarco una ceja, viéndola mientras una risa divertida salía de su boca.
—Acaba de aparecer al otro lado de la ciudad, el muy maldito se escabullo en nuestras narices —bramo está sobando su mano con frustración —Lo perdimos otra vez.
—¿Eso significa que puedo ir a coger? Encontre un tipo con una verga gigante aquí —decía Ángel al otro lado de la línea y Vaggie exclamo, presa del asco.
—¡No nos digas las mierdas que vas a hacer! ¡Eres un maldito irresponsable! Estamos en medio de una misión importante y lo único que te importa a ti es cogerte a....
Charlie se quitó el auricular y lo apago mientras devolvía su mirada al hombre, este seguía viéndola curioso y ella rogo a los dioses no parecer un bicho raro. Si el demonio de la radio había desaparecido del lugar, eso significaba que tenía pase libre para ser solo Charlotte por esa noche.
—Es un gusto conocerte, me llamo Charlotte Magne, aunque mis amigos me llaman Charlie, puedes decirme como mejor gustes —le dijo ella con una sonrisa.
—Charlie ¿eh? —dijo este con un singular interés en él.
—S-SI —dijo nerviosa, había metido la pata. Ella siempre decía su nombre de pila, sin usar su apodo por el temor a ser asociada a con Sunshine Charlie. Pero la torpeza había cegado todo su raciocinio en presencia de Alastor, pero tenía que ser más cuidadosa, no podía dejar ese tipo de cosas a la ligera.
No obstante, este se acercó a ella peligrosamente cerca, tomando su mano para besar su dorso de forma bastante elegante. Al abrir los ojos, este quedo con su vista fija en ella.
—Es un apodo curioso, en verdad queda perfecto en ti —expreso y Charlie sintió el rostro bastante acalorado por la cercanía, no imagino estar en una situación así con él.
Charlie no puede evitar sentir una extraña conexión con este personaje intrigante.
—¿Y qué haces hoy por aquí? ¿Viniste con algunos amigos? —pregunto este—, no pareces del tipo de chica que viniera sola a un lugar como este. Yo por lo menos, fui obligado por unas amistades que trabajan en este lugar.
—Lo mismo digo, no soy alguien que salga demasiado —no pudo evitar decir la heroína con una ligera risa, este la compartió acercándose hacia ella y sonriendo con aire coqueto, un estremecimiento recorrió el cuerpo de Charlie.
—Algo hoy me hizo pensar que tenía que salir de mi zona de confort —susurro y las mejillas de Charlie enrojecieron con su mirada—, y fue una decisión acertada, ya que pude encontrarte aquí.
Con cortesía, el joven hombre la invito a una de las mesas donde pidió bebidas para ambos mientras conversaban sobre algunas cosas relacionadas a ellos, sus ocupaciones, gustos y algunas cosas
—Soy locutor en el segmento vespertino de 666News
—¡No puedo creerlo! Siempre escucho tu programa todas las tardes, no puedo creer que seas tú —comentaba ella con emoción, el pecho de Alastor se hincho de orgullo, sonriendo divertido ante su exaltación.
—Es siempre un gusto conocer a quienes escuchan con tanto animo mis programas, aunque son tus deliciosos los que debería alabar, nadie me ha hechizado tanto con ese elixir de los dioses como los que tú preparas, o quizás solo los que hizo mi madre alguna vez —dijo mientras se reía a carcajadas.
—No es para tanto —decía ella, sus mejillas enrojeciendo nuevamente de vergüenza.
—Oh querida, en esta putrefacta ciudad no hay café que merezca la pena sino el que tú preparas, los demás son solo agua colada con sabor a café —mencionaba este y Charlie no pudo evitar sentirse muy halagada por ello.
Ambos continuaron charlando durante largo rato, compartiendo historias y risas. A pesar de lo que parecían ser ciertas diferencias, de credo o personalidad descubrieron que tenían mucho en común y disfrutaron de una noche agradable juntos. Al final de la noche, Charlie se despidió de Alastor con una sonrisa en el rostro, agradecida por la oportunidad de conocer a alguien tan interesante y misterioso como él.
—Qué coincidencia. Siempre es agradable encontrarse con alguien conocido en un lugar inesperado.
Una nueva canción comenzó a sonar en los altavoces y las luces de neón acompañaron el grito de euforia del nuevo DJ que estaba subido en la tarima. La gente empezó a acumularse en la pista y Charlie los miró desde su sitió cuando una mano
—¿Bailas cariño?
Get up on the floor
Dancin' all night long
Get up on the floor
Dancin' till the break of dawn
La heroína lo miró, sonriendo de forma encantadora y aceptando su mano para correr ambos a la pista al ritmo de la canción que sonaba.
Get up on the floor
Dancin' till the break of dawn
Get up on the floor
Dancin'
Entraron al centro de la multitud, rodeados de luces de colores y música vibrante. El ambiente estaba lleno de energía y emoción, sonriéndose mutuamente.
All the time
My baby you on my mind
And I don't know why
Yeah, but the feeling is fine
Can't you see
Yo' honey you are for me oh
It were meant to be
—Eres una gran bailarina querida, no pensé encontrar alguien que con quien pudiera bailar tan a gusto —comentaba este mientras la tomaba de su mano para darle una vuelta y dejarla caer sobre su brazo, ella se rió encantada.
—¡Lo mismo digo!
Dancin' in the moonlight
Gazing at the stars so bright
Holding you until the sunrise
Sleeping until the midnight
A medida que avanzaba la canción, Alastor y Charlie se acercaban lentamente el uno al otro en la pista de baile. Sus miradas se encontraron, y en ese momento supieron que estaban compartiendo un momento especial.
Everytime when I look in your eyes
I smile with pride happy that you're mine
Do you know, your love is true, I know
You are the best thing that has happened to me
En ese momento, todo parecía perfecto. La discoteca, la música, el baile... todo se unía para crear un instante mágico entre Alastor y Charlie. Era como si el mundo entero desapareciera, dejándolos solos en su propio universo.
Y la heroína podía sentir una electricidad extraña entre ellos, una cadencia que nunca antes había sentido y esa sensación de necesidad surgía de aquella mirada escarlata que se reflejaba en el hombre que tenía frente a ella.
¿Qué era eso?
¿Dónde antes había visto esos ojos?
Sentía que los conocía de algún lado, pero no recordaba donde, pero la tenían hipnotizada.
Get up on the floor
Dancin' all night long
Lentamente, en medio de la multitud de personas que bailaban con sus cuerpos pegados entre ellos, ambos dejaron de bailar, mirándose fijamente. Un deseo implícito refulgía en la mirada de cada uno y un suspiro apenas contenido fue sopesado por los labios del contrario.
La música estallaba en sus oídos, los gritos y los empujones de la gente eran molestos, pero no importaba, una vez que sintieron sus cuerpos acercarse, aquel fuego que había nacido desde el primer momento que se vieron, pareció explotar de golpe.
Get up on the floor
Dancin' till the break of dawn
Get up on the floor
El final de la canción se acercaba, pero Charlie no quería que aquel momento terminara. Se aferraron el uno al otro, prolongando ese instante mágico todo lo que pudieron.
Dancin' till the break of dawn
Get up on the floor
Dancin'
Finalmente, la música llegó a su fin y Alastor y Charlie se separaron lentamente. Sus rostros con cierto color, el jadeo típico de la falta de oxígeno y el deseo de volver a perderlo si era en la boca del contrario.
En un suave movimiento, la mejilla de la joven heroína fue acariciada y ella cerro los ojos, presa del estremecimiento que llego con su toque.
No fueron necesarias las palabras para que ambos entendieran que no querían que la noche simplemente terminara allí.
Las cosas se encendieron tan rápido que ni siquiera se dieron cuenta cuando llegaron a pasar todos los controles de aquel diminuto hotel. La puerta de la habitación cerro y Charlie fue acorralada contra ella mientras sus labios eran apresados ferozmente por los del locutor.
Con fuerza, este sujeto sus manos encima de su cabeza mientras con su mano libre levantaba la blusa de Charlie, provocando un jadeo desesperado en ella. El leve sabor del licor aún se sentía, pero era como si fuera un elixir que tenía a Charlie presa de un terrible calor que la inundaba en todo el cuerpo y se concentraba cada vez más en su vientre.
Ambos parecían una avalancha difusa y vaporosa mientras comenzaban a avanzar por la habitación, retirando cada una de las prendas de sus ropas las cuales fueron cayendo en su camino a la cama. La espalda de Charlie toco el mullido colchón demasiado rápido, haciendo que cierta ráfaga de realidad cayera sobre ella con un reconocimiento que le hizo entrar en pánico.
Como en todas las veces que debía salir encubierta, tenía su traje de combate puesto. El problema es que, para usarlo con facilidad, debía estar desnuda bajo la ropa que tenía en el exterior y este se materializaba de forma automática una vez tocara el collar que estaba reposando en su cuello. No había pensado en terminar de ese modo esa noche, así que si bajaba más su mano en ese momento...
—Parece que el día de hoy tenías algo diferente en mente que solo salir a divertirte —dijo el locutor con un tono profundo y burlón, el color inundo todo el rostro de Charlie una vez noto como este se dio cuenta de su problema.
—N-No es lo que piensas —dijo ella levantándose un poco para verlo, su rostro extremadamente rojo y muerta de vergüenza.
—¿Es así? —pregunto él tanteando un poco la zona, rozando con uno de sus dedos su lugar sensible mientras ella hacía para atrás la cabeza, llena de necesidad—. Parece que deseabas que algo así pasara.
No había sido su intención. Nunca lo fue en verdad.
—¿Cariño?
No quería que pensara que era una mujer desesperada.
No podía dejar que él pensara que solo lo había aceptado para eso.
Sin embargo, antes de que sus pensamientos acelerados siguieran amenazándola con llorar tan patéticamente allí, una mano acaricio su rostro, llamando su atención.
—No haremos nada de lo que tú no quieras —dijo este con seguridad, mirándola a los ojos.
Charlie se quedó estupefacta.
Alastor había pensado que había tenido miedo y se había detenido allí, esperando por una reacción consensuada de su parte. No hubo burlas, no hubo desprecios, solo paciencia y comprensión.
Y eso hizo que algo singular amenazara con brotar en su pecho, aunque era demasiado pronto.
Por lo que solo se quedó con el sentimiento de deseo, dejando que este volviera a brotar en ella.
—No... Está bien —dijo, sopesando el contacto y correspondiendo su toque—, quiero sentirte así, s-solo... solo no pienses que soy una mujer fácil —dijo ella cubriendo su rostro.
Sin embargo, en lugar de lo que ella había esperado, este simplemente soltó una ligera risa, besando un mechón de su cabello.
—Es usted una persona muy interesante, señorita Magne —susurro para luego acercarse a su oído lamerlo con suavidad, logrando que ella volviera a estremecerse y las cosas empezaran a calentarse poco a poco.
A diferencia del acelerado paso que iban llevando al principio, lo demás fue mucho más pausado, disfrutando cada paso y cada pedazo de piel reclamado. Charlie jadeaba con cada beso que Alastor dejaba sobre su piel que ahora se encontraba completamente expuesta, había un reclamo interno por querer dejarlo en las mismas circunstancias, pero este apenas había abierto su camisa dejando su torso al descubierto y no la dejaba tocarlo, era frustrante, pero a su vez, tan placentero.
El locutor iba bajando, dejando besos por todo su cuerpo, deteniéndose un instante en rosados pezones, lo que la hizo gritar de éxtasis. Una de sus manos la soltó y llevo su propia extremidad a su intimidad, tanteando su entrada y jugueteando con los fluidos que de esta salían. Charlie era toda una mancha difusa de jadeos y gemidos que aumentaron en cuanto introdujo un dedo dentro de ella. A su vez, dejo de juguetear para besar sus labios e introducir un segundo
—Estas listas —dijo y Charlie noto como abría el paquete de condón para ponérselo, logrando que nuevamente se pusiera nerviosa.
No era su primera vez, ni mucho menos era la primera vez que se acostaba con alguien de forma casual. Su vida universitaria había sido un caos desmedido en el que aprovecho de disfrutar todo aquello que anhelo sentir, aunque nunca tuvieron el resultado satisfactorio que esperaba. Pero había pasado demasiado desde la última vez que temía que fuera doloroso para ella.
—Por favor, h-hazlo lento —pidió con vergüenza, y escucho como la voz de Alastor dio un soplido, sosteniéndose fuertemente contra ella.
Con un rojo brillante cubriendo sus orejas, este le dedico una escueta sonrisa llena de una mezcla de diversión y deseo.
—Puedes generar el efecto contrario si lo dices con esa voz, dulzura —expreso este con voz ronca y la heroína se sintió mareada por esa imagen tan sensual, que solo la hizo asentir, esperando el momento en que sus cuerpos se unieran.
La besó de nuevo, paseando sus manos alrededor de ella mientras seguía empujando sus dedos dentro de ella un poco más. Cuando considero que se encontraba lista y que la necesidad era ya demasiada para aguantarla, le dio una última mirada esperando una confirmación de su parte para continuar. Y ella lo miró, con aquellos ojos llenos de deseo mientras asentía en silencio.
Charlie sintió un escalofrío recorrerla cuando este rozo sus pliegues, y ella intentó con todas sus fuerzas reprimir el gemido que se le escapó, lo que sólo galvanizó más a Alastor hasta que finalmente se introdujo en ella.
Y toda cordura desapareció en la heroína en ese momento, cuando el dolor y el placer la inundaron de golpe, mientras se abrazaba a Alastor como una tabla salvadora, incapaz de aguantar ahora todos los gemidos de placer que con él vinieron.
Este se mantuvo quieto un momento antes de empezar a moverse contra ella, resistiendo impulso de hacerlo más fuerte, a pesar del tremendo placer que amenazaba con nublar su juicio. La joven de cabellos rubios no estaba en mejores condiciones, temblando profusamente por la plenitud que estaba experimentando. Sujetándose a su cuello y besando el espacio entre su hombro como una necesidad inhumana de tomar algo más de él.
Era como si su piel fuera una especie de droga para ella, porque al sentir como este la tocaba, besaba o acariciaba su cabello mientras se movía suavemente, hizo que poco a poco empezara a relajarse lo suficiente como para sentir un cosquilleo cada vez que este empujaba y los jadeos iban subiendo poco de tono hasta que tuvieron que ser silenciados cuando sus labios se presionaron con los de él nuevamente.
No sabía que había en él, que lo hizo diferente a todo lo demás y que hacía que con solo tocarla estuviera a punto de tocar el cielo, su voz, sus labios, el fornido toque de sus manos, todo era tanto y a la vez era tan suave, que parecía que no comprendía nada de lo que ella misma estaba sintiendo.
De repente, este salió de ella y antes de que pudiera dar un jadeo, la volteo, dejándola con el rostro contra la cama y entrando muy profundamente, logrando que soltara un grito de placer. Nunca nadie la había tomado de esa forma, nunca nadie la había tomado de esa forma tan violenta y gentil a la vez, con cada movimiento de sus caderas sentía que estaba más cerca del clímax y podía oír como él estaba pronto también.
Sus movimientos comenzaron a ser más frenéticos mientras la sostenía de las caderas, apretando sus nalgas contra él. Sus piernas y muslos dolían, sopesando el agarre contra esto y una que otra nalga ocasión que hacía que Charlie casi gritara su nombre. Con cada profunda estocada que daba en su punto de placer, se sentía desfallecer de placer hasta que finalmente alcanzo limite luego de haber aguantado tanto.
La esperada liberación llego como un estallido cuando sintió una fuerte mordida en su hombro mientras el sostenía contra ella en su propio orgasmo, abrazándola fuertemente mientras Charlie apenas podía con el placer que sentía. Se mantuvieron un momento en esa posición hasta que este se alejó de ella, permitiendo que todo el peso de cuerpo reposara sobre el mullido colchón, donde repentinamente el peso del sueño la tomo y se desvaneció entre los brazos de Morfeo.
A su lado, Alastor miró el resultado de sus acciones con una sonrisa satisfecha. Disfrutando un momento más de aquella vista antes de caminar hacia el baño para tomar una ducha que solo duro unos minutos antes de que saliera vistiendo solo una toalla, viendo como Charlie seguía dormida en la cama, ahora un poco más acomodada, abrazando una de las almohadas.
Eso le hizo reír un poco, por lo ingenua y sencilla que era al quedarse tan fácilmente dormida con un desconocido, quien fácilmente podría tomar su vida con un certero movimiento de sus manos. Y con un chasquido de sus dedos, su vestimenta anterior cambio, dejándolo con un traje escarlata de rallas que era muy bien conocido.
Había carteles con su nombre por toda la ciudad, exigiendo su cabeza a un precio exuberante, mientras la determinada Sunshine Charlie buscaba la forma de llevarlo ante la justicia. Era tan irónico que hubieran tomado caminos similares, buscando las verdaderas identidades, pero él la descubrió primero.
Con una risa oscura, se sentó al borde de la cama, mirándola dormir tan plácidamente.
Tan serena, tan pacífica. Fue tan difícil esperar hasta ese momento en el que estaba finalmente a su merced, que luchaba por no querer enrollar sus manos alrededor de su cuello.
No, había preparado todo el camino para hacerla caer de la peor forma.
Durante varios meses estuvo observándola, sin interactuar, sin llegar a ella de forma directa, solo conociendo sus hábitos, su dinámica, sus amistades, su personalidad y como se mostraba sin esa mascara. No fue una sorpresa comprender que era el mismo tipo de persona con o sin mascara, quizás espero un poco de hipocresía como otros tantos enmascarados que luchaban por lo que ellos clamaban por justicia, pero Sushine era diferente. Ella era una heroína en todo el sentido de su palabra y era sumamente molesto que fuera tan difícil de quebrar.
No importa cuántas veces la venció, cuantas veces machaco su orgullo, destruyo su reputación, ella siempre siguió de pie, con ese ilógico brillo en sus ojos dorados. Dispuesta a no ceder en sus principios, ni detenerse hasta capturarlo.
Entonces, ¿Qué haría al descubrir que había estado de forma tan íntima con su archienemigo jurado? ¿Sus ojos perderían finalmente aquel estúpido brillo? Marchitándose en su pánico y terror.
Lamiéndose los labios, el villano disfruto en éxtasis del pensamiento, mientras imaginaba el rostro de la heroína plagada en la máxima desesperación.
Sería un banquete que no estaba dispuesto a desaprovechar.
Invoco su micrófono, cambiando con ello el color de su cabello y la forma de su peinado, sus dientes se convirtieron en colmillos afilados y sus ojos se tornaron de un brillante rojo escarlata, conteniendo unos diales espectrales en ellos.
El demonio de la radio estaba en ese lugar y era Alastor.
Dándole una última vista a la joven heroína, le dejo una tarjeta al lado de la cama y una pequeña nota, no podía dejar que las cosas acabaran allí, su verdadera identidad aún tenía MUCHO con que jugar con Charlie, ese era solo el comienzo de todo.
—Charlotte Morninstar, heredera de la extinta casta de villanos Morningstar, será un verdadero placer verte arrodillada en la máxima desesperación.
Bueno, he de decir que ha sido el capítulo más largo que he escrito de este especial, por eso tarde un poco más en publicar, pero he quedado prendada con esta idea, y es que un Alastor Villano luchando contra Charlie heroína es un AU que me volvió loca, no se como no pensé en algo similar antes, pero bueno, estoy pensando en hacerlo un fic más largo ¿Qué me dicen ustedes? Sigan atentos al resto de capítulos del especial, aun faltan varios días por venir.
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