DAY 2: AU Heaven

 Segunda parte de mi primer AU ángeles y demonios, dejo aquí el enlace del capítulo 1. 

¿Cuántos siglos habían permanecido así?

Mirándola con añoranza, oculto desde las sombras, procurando su bien mientras su corazón podrido parecía revivir cada vez gracias al amor infinito y eterno que recibía de su dulce Charlotte. La pequeña serafín era la única creación elevada por el todopoderoso que Alastor no podía resentir. Cada vez que la veía brillar con su luz celestial, sentía una mezcla de admiración y dolor. Sabía que su naturaleza demoníaca lo mantenía alejado de ella, y aunque su deseo era protegerla, la idea de que pudiera sucederle algo gracias a su propio egoísmo lo atormentaba.

Porque sentía que estaba acercándose demasiado a la oscuridad.

Hubo un tiempo en el que ansío con toda su alma verla consumida por el dolor y la desgracia, viendo como sus amadas almas humanas se quemaban en lo más profundo del infierno gracias a sus egoístas acciones, pero al conocer su luz, supo que ella no merecía eso. Ella debía brillar más que nadie, como la estrella del mañana que era.

Y en la luz más brillante, no había lugar para la oscuridad.

Así que había tomado una decisión, aunque se eso implicara que ella encontrara la felicidad lejos de él.

Una noche, mientras la luna iluminaba el cielo, Alastor se acercó a Charlotte, quien estaba sentada al borde de un lago, su reflejo brillando en el agua. Ella alzó la mirada, feliz de sentir su presencia, pero su sonrisa cedió cuando observó la tristeza en sus ojos.

De inmediato se levantó de su lugar, corriendo para ver qué le sucedía cuando este con una firme señal le indico que se detuviera. Charlotte lo miró confundida, hasta que esté, teniendo un nudo en la garganta por primera vez en su vida inmortal, tomó la fuerza para hablar lo siguiente:

—Charlie —comenzó, su voz suave pero firme—, creo que es hora de que te alejes de mí.

Los ojos del dulce ángel se abrieron en sorpresa, qué pasó desde la confusión hasta la tristeza interrogante.

—No entiendo ¿Sucedió algo? —la joven serafin se echo hacia atrás, incapaz de creer lo que le decía. Sus manos se apretaron con fuerza, mirando al demonio en busca de una mejor respuesta a lo que decía— ¿Mi padre te ha dicho algo de nuevo?

—No es nada de eso, mi adorable ángel —la detuvo en sus divagaciones—. Tu padre no tiene nada que ver en esto, yo mismo he tomado esta decisión.

Charlotte giró su rostro hacia él, sorprendida. Sus ojos llenándose de profusas lágrimas.

—¿Por qué hablas así? —preguntó, su voz llena de confusión—. ¿Acaso no hemos encontrado consuelo el uno en el otro? ¿Acaso.... has dejado de amarme?

—Jamás —aseveró, dejando al ángel mudo y sin comprender—. Ni aunque pasen eones y mi existencia amenazara en convertirse en polvo, yo jamás abandonaría este sentimiento que existe en mi pecho.

—¿Entonces...?

—Porque estoy amenazando tu propia existencia —declaró—. Tu luz es demasiado brillante para este mundo, y yo... yo soy un demonio. Un ser oscuro y contaminado que solo conoce el odio y el ansia de generar dolor a otros. No puedo ofrecerte lo que mereces.

—¡Pero me lo diste! Diste toda tu alma y corazón para mi, haciéndote el ser más feliz de todo el universo —lloró ella desconsolada, eso no podía estar sucediendo.

—Y fue una gloria para mí, cada momento pasado a tu lado —admitió Alastor, su corazón apesadumbrado—, pero no puedo ser el motivo de tu sufrimiento y de tu posible traición. Si decides seguir este camino, solo encontrarás desdicha y dolor. Tu camino es hacia el cielo, junto a los tuyos, a las manos de ese ser que te protegerá de todo mal. Solo quiero que seas feliz, incluso si eso significa estar lejos de mí.

Charlotte sintió un nudo en su pecho. La idea de separarse de él era insoportable. No podía dejar que eso sucediera.

—¿Y si mi felicidad está contigo? —preguntó, su voz temblando—. No puedo imaginar un futuro sin ti a mi lado.

Alastor la miró, sus ojos llenos de tristeza.

— No podemos estar juntos. Te quiero viva, aunque no sea conmigo.

Sin embargo, en ese momento, Charlotte sintió que su corazón latía con fuerza. Había tomado una decisión.

—No quiero ser solo un ángel en el cielo. No si eso significa que no podre seguir a tu lado de nuevo. Quiero ser capaz de caminar siempre a tu lado y si eso implicara

El demonio la miró, reconociendo las peligrosas llamas que en los ojos dorados del ángel, con seriedad se acercó a ella tomándola de las manos, necesitaba asegurar su protección fuera como fuera.

—Si lo haces, no podrás ser capaz de ayudar a tus amados humanos, solo estarás atada a ver su sufrimiento por toda la eternidad —expresó.

Sin embargo, la amable y dulce mirada del ángel solo se enfocó en él y su preocupación hacia lo que ella más amaba. Siempre tan atento, siempre tan protector. Por eso lo amaba tanto.

—Todo estará bien —le dijo tomando sus manos y llevándolas a sus mejillas—. Seré un puente entre ambos mundos. Aunque este en el infierno, ayudaré a aquellos que han perdido su camino, y quiero hacerlo contigo.

Alastor la miró, sorprendido.

—¿Estás segura de esto? Si decides esto, no podrás regresar al cielo. No podrás ver a tus padres de nuevo.

Una sonrisa melancólica cruzó el rostro de ella. Sabía que esto ocasionaria muchos problemas, sus padres y sus amigos estarían muy tristes por ello, pero no iba a detenerse.

—Lo sé —respondió ella con determinación—, pero aunque les lleve tiempo, ellos entenderán porque estoy haciendo esto. Quiero estar a tu lado y ofrecer a los pecadores una segunda oportunidad. Es una decisión egoísta, pero estoy dispuesta a asumir las consecuencias de mis pecados.

Alastor, con una sonrisa de orgullo y asombro, se acercó a su frente, dejándo un beso. Charlotte, como siempre, lo sorprendía de un modo que jamás podría explicar. Porque esa era su bella ángel encantadora.

—Entonces, todo esto amerita una propuesta apropiada —declaró.

Y con un gesto solemne, el rey del infierno se arrodillo ante ella,

—Yo, Alastor, juro estar siempre a tu lado, aunque las brasas del infierno se congelen, mi amor por ti jamás se extinguirá. Reinarás aquí por sobre todos los que mueran y entre los demonios alcanzaras los mayores honores. Habrá siempre un castigo para los que te injurien, los que no traten de propiciar tu ánimo y tus buenas acciones con su lealtad, ofreciendote lo que más te mereces: la corona del infierno.

Charlotte extendió sus alas, que comenzaron a brillar intensamente. En un destello de luz, se transformó, sus plumas doradas tornándose de un negro profundo, pero aún conservando un destello de luz en su interior. Se convirtió en un ángel caído, pero no fue rechazada por Dios; en cambio, fue vista como un regalo, un símbolo de esperanza para las almas perdidas.

—Ahora, serás reina del infierno, la guía de aquellos que buscan redención. Yo te protegeré desde las sombras, caminando siempre a tu lado, asegurándome de que las almas del infierno no te hagan daño.

Y Charlotte asintió, acercándose a él para cerrar el pacto eterno de su amor.

Juntos, comenzaron su nueva misión. Charlotte se adentró al infierno, donde las almas atormentadas clamaban por ayuda. Con su voz melodiosa, busco ofrecer consuelo y esperanza, iluminando el camino hacia la redención. Y Alastor se mantuvo siempre a su lado, asegurándose de que ningún demonio interfiriera en su labor. Su amor por ella se convirtió en su fuerza, y aunque ella había sido el ángel más amado por dios, se convirtió también en el ser más amada por el demonio. 

Muchos me habían pedido la segunda parte de ese AU que escribí para la charlastor week 2023 y que mejor forma de traer su actualización y final que en esta nueva semana de amor al Charlastor, de verdad ame escribirlo y espero lo hayan disfrutado, nos leeremos mañana en la siguiente historia <3