Estación de invierno
Estela vestía su mejor vestido. Sentada en las escaleras, veía
como sus compañeros, jugaban disputándose las mejores
canicas; las bautizadas "payasos". Tomaron sus canicas y
corrieron a casa.
Estela, divisa la lluvia que se aproxima golpeando los tejados.
Emprendió la huida; su madre había advertido, no fuese a mojar.
A mitad del camino, estela corría lo que más podía, y el ruido de la lluvia era más cerca.
Próxima a la puerta, agotada, cedió a detenerse, y cubrir su cabeza con las manos, enseguida una gota, poso en su muñeca, la lluvia, se había detenido a sus espaldas, se esfumo.
D. Alexander M. G.
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