Alcohólicos Anónimos
Bob mira a Rodolfo esperando la señal; detrás de ellos los chicos están temblando, tal vez sea el miedo o la abstinencia, a estas alturas es casi lo mismo. Están desesperados por atreverse a atacar el almacén de víveres de esos humanos modificados por el virus V666. La situación los tiene al límite, llevaban días sin poder dormir, y hace apenas una semana perdieron a uno de los suyos por unas frenéticas convulsiones, no pueden esperar más.
El mundo se volvió loco cuando esos bichos aparecieron y quisieron tomar el control de todo. Una horrible guerra de poder fue desatada y los "vampiros" salieron triunfantes, pero a un costo muy alto para el planeta. Las antiguas estructuras de poder fueron desbaratadas, una guerra por controlar lo que quedó fue desatada, y las migajas de la civilización se caían a pedazos mientras las enfermedades, la escasez y el virus dividían aún más a la población.
Ahora, un pequeño equipo luchaba por sobrevivir en una sociedad que siempre los había rechazado y que ahora les negaba ayuda. Ser rebeldes en un mundo distópico nunca es fácil y menos si luchas contra una especie superior. Su única ventaja era que esos monstruos colmilludos le tenían pavor al sol, y habían escogido ese sitio en particular porque estaba en el desierto.
Al fin Rodolfo dio la señal y todos entraron. Transcurrieron algunos segundos antes que se adaptaran a la oscuridad, no querían arriesgarse a usar linternas y ser descubiertos, pues sus enemigos poseían sentidos mejorados. Debían ser cuidadosos y silenciosos para tener éxito. Las cajas del preciado líquido estaban ante sus ojos, a solo unos escasos pasos de sus cuerpos mal cuidados. Bob lloró en silencio, Rodolfo aguantaba los deseos de saltar de alegría y Ramona sorbió un moco que amenazaba por salir. En medio de aquella emocionante cuasi victoria una voz comenzó a hacer eco por las paredes del almacén. Dimitri daba un discurso en su lengua natal, las alucinaciones se habían vuelto cada vez más intensas para él en los últimos días. Los chicos habían insistido en traerlo por ser el más ancestro. El viejo bigotón era casi como un abuelo para todos, pero el corazón blando del grupo los iba a condenar.
―Yo callo al soviético ―dijo Ramona con su característico tono ronco acercándose al obeso señor.
Ramona la flaca trató de taparle la boca con sus huesudas manos al viejo, pero el esquelético cuerpo de la mujer no era rival para la fuerza inspirada de Dimitri que ahora gritaba aún más alto. Los demás se comenzaban a mover hacia la pareja para tratar de detener aquella conferencia cuando las luces del lugar se encendieron de golpe. Todos quedaron quietos, incluido el causante del barullo. Pronto se vieron rodeados por unas personas de aspecto juvenil y pálido. Los intrusos comenzaron a disparar las pistolas de plasma, solo el calor intenso era capaz de hacer daño a los desgraciados seres de la noche. A pesar de la resistencia tenaz, pronto se acabó la energía de las armas y los vampiros aprovecharon para dejar inconscientes a los humanos.
El líder de los vampiros había mandado a llevar a su presencia a los tipos capaces de entrar a su almacén y dispararle a los suyos. Simplemente pudo mandarlos a matar, pero se sentía aburrido rodeado de tanta pulcritud y lujo. Después de asesinar personalmente a todos los líderes importantes del mundo, se sentía vacío, sin motivo para existir.
Lo habían elegido para experimentar con el V666 porque un sicario desalmado y sin familia no provocaría en los activistas muchos deseos de abogar por sus derechos.
En el mundo existen muchos desalmados y no todos son criminales, algunos usan corbata o uniformes, mientras otros, batas blancas. Sus días de conejillo de indias fueron terriblemente dolorosos, pero cuando lo inesperado ocurrió y los resultados mostraron una mejoría en el ADN, fue lo que necesitó para escapar y vengarse de esos inferiores que lo trataron como animal después de que él se pasó la vida haciendo el trabajo sucio de políticos e instituciones. Un desechado con suerte, pero un desechado al fin.
Había logrado un nuevo orden mundial basado en el caos y la anarquía, por eso justamente se cambió el nombre. Caos había mejorado a todo aquel que estuviera en contacto con él, casi como un dios capaz de aportar gracia divina a sus seguidores; pero, aun así se escuchaban en los pasillos que el clan comenzaban a ver el virus como una maldición y no como la evolución a la superioridad que él tanto había predicado para que se agruparan a su alrededor. Los dioses siempre tienen detractores malagradecidos que no aprecian su sacrificio.
En medio de aquellas inconformidades internas este grupo de inadaptados trataba de enfrentársele. Debía intimidarlos, mostrarle quien manda, así que se presentó frente a ellos sentado en su trono y les habló pausado:
―El último humano que se enfrentó a mí, un tal Johnny Walker, está embotellado en esa pared ―dijo el líder de las criaturas señalando a la calavera que reposaba en una gran botella de wisky al fondo del salón―. Por mi mente no podía pasar que aun existieran personas tan osadas como para repetir la hazaña.
― ¿Qué venden lasaña? ―gritó Ramona desde la esquina―. Vaya, y yo que creía que solo consumían alcohol.
Mientras más los veía Caos estaba más seguro de que esos hombres de mediana edad medio desnutridos, de panza aventada y sudor ácido eran unos locos. El motivo para infiltrarse en sus almacenes le provocaba curiosidad. ¿De dónde esa manada tan patética sacaba el valor? ¿Cuál era el motivo que los empujaba al suicidio? Si sus seguidores obtuvieran una pasión así, de seguro no se quejaran tanto. Caos decidió despejar sus dudas:
― ¿Quiénes demonios sois y por qué se les ocurriría entrar a uno de nuestros almacenes?
―Somos un grupo de apoyo, existimos desde antes del V666 ―respondió Rodolfo.
Caos arrugó la frente y achicó los ojos, ahora entendía menos.
―Somos Alcohólicos Anónimos y venimos a reclamar nuestro derecho por consumir el néctar de la inmortalidad ―recitó Bob con orgullo.
―Adiós al anonimato ―resopló Ramona desde la esquina.
La risa de Caos resonó por el salón. A esos locos no les faltaba un tornillo, carecían del engranaje entero.
Ramona rio a la par sin entender el chiste, y dijo:
―No entiendo el chiste.
―No es broma ―reclamó Bob―. Siempre nos han marginado, pero ya ni siquiera intentan ayudar. Antes simplemente tenían que cargar con nosotros, pero ahora que el alcohol es para ustedes, ni siquiera gastan su tiempo. La desintoxicación debería ser un proceso gradual, con apoyo y medicamentos, con atención especializada, pero para qué preocuparse de unos borrachos, somos una especie en peligro de extinción.
― ¿Y qué propones? ―cuestionó Caos― Para ustedes es un simple vicio, sin embargo nosotros no podemos vivir sin él.
―Si crees que un vicio es simple no sabes nada de la vida ―reclamó Rodolfo―. Y si piensas que nosotros podemos vivir sin alcohol puedes visitar a nuestros hermanos caídos de camino a este lugar. Mira a Dimitri, está amordazado porque habla sin parar, preso de unas alucinaciones que se lo llevaron fuera de su cuerpo. Hemos pasado días sin dormir porque las pesadillas son como nuestra nana. El alcohol provoca cosas horribles en las personas y es cierto que lo mejor es no comenzar, pero solo somos unos pobres condenados que deseamos escapar de los problemas y pasar nuestros últimos momentos en paz. Lo mejor hubiera sido dejarlo pero muchos de nosotros llevábamos años intentándolo, incluso antes de ustedes, no es tan simple.
Caos caviló un momento. El motivo de toda esta locura era la supervivencia ligada a un placer. Nada te motiva más que el peligro de una muerte inminente. Tal vez sus salvajes seguidores necesitaban luchar por vivir y no simplemente quedarse sentados a que les lleven su trago. Era una idea interesante.
―Tu eres el líder, ¿verdad? ―preguntó Rodolfo después de un largo silencio.
Caos asintió.
―Te tengo una propuesta, ¿y si aceptas el término "vampiro" con más exactitud? Serías rico y esa cara de niño castigado se borraría de tu rostro. Ustedes son depredadores, estar aquí en sus mansiones sin hacer nada no está en su naturaleza. Les gustaría tener una presa.
―Explícate ―exigió Caos.
―Y si venden alcohol y después lo extraen del cuerpo de los humanos. Esos colmillos suyos deben cumplir alguna función, ¿no? ―expuso Rodolfo―. Así todos salimos ganando. Alcohol para todos.
― ¡Qué viva el alcohol! ―escandalizó Ramona
Los vítores de los borrachos resonaban por el lugar. Los ojos rojos de Caos se contrajeron. El motivo de su existir siempre estuvo ante él. De humano fue un cazador, las capacidades que le fueron dadas solo podían tener un propósito: mantener controlada la población humana. Los vampiros tendrían que cazar para poder subsistir, ya no se quejarían de manera miserable por los rincones.
Esa noche un nuevo régimen fue implantado para humanos y vampiros por igual. Una nueva era nació.
Esta historia demuestra que hasta unos inadaptados pueden cambiar el mundo, no siempre en la dirección correcta pero no se puede ser perfectos. Y tú, levántate de ese sillón y sale a cambiar el mundo, no importa cuál sea el motivo solo deja de ser un vampiro perezoso y conviértete en un Alcohólico Anónimo.
⚠️ ADVERTENCIA:⚠️
El alcoholismo puede provocar graves consecuencias a la salud física y mental de los seres humanos, así que a menos que seas un vampiro, por favor, mejor no empezar.
ESTE ES UN MENSAJE DE LA ESCRITORA.
GRACIAS.
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