CAPÍTULO XXIII: ¿TÚ?
Mi calma pide a gritos tu tormenta. David Sant.
POV YTHA
Si creen que sus vidas son intensas, no tienen una idea de lo que significa la palabra intensidad. Luego de toda la escena que había vivido en mi cuarto, que dejó mis hormonas por los cielos, tuve que bajar a almorzar y fingir que no pasó nada. Las miles de interrogantes de mis padres lograron aminorar la tensión del ambiente pero podía sentir la mirada fija del guardián clavarse en mi persona.
- ¡Cuánto me alegro de que les haya ido tan bien en el entrenamiento!- intervino mi madre demostrando su fe en mis inexistentes habilidades- ya verás que mañana lo hacen muchísimo mejor y en unos días ya pueden pasar a la fase física.
-*¿fase física? Si por una leve conexión mental saltaron chispas no me imagino que pasaría con la conexión física*- una sonrisa se esbozó en mis labios por mi autochiste mental.
- si es por tener más de lo de esta tarde podría arder entero- su voz resonó en mi cabeza y puso mis vellos de punta. Automáticamente lo miré y una risita traviesa lo hizo bajar la cabeza con disimulo.
- *¿no se supone que el lazo solo se usa para cuestiones importantes?-alcé una ceja- además, ¿cuándo vas a enseñarme a controlar los pensamientos que no quiero compartir?*
- ¿y perderme la posibilidad de escucharte pensar lo sexy que se oye mi voz en tu mente? Nah, no lo creo.- una risa estruendosa acompañada de un poco de agua que tenía en la boca salió desparramada atrayendo la atención de mis padres que ignoraban el debate mental que sostenía con Ardián.
- lo siento es que me atoré- dije tratando de arreglar el asunto lo que parecía no interesarle a mi guardián ya que no disimulaba ni un poco su rostro lujurioso.
La cena terminó con "tranquilidad", si es posible utilizar ese término en estas situaciones. Me encaminé a mi cuarto y automáticamente caí rendida por el exhausto día.
Estaba en un lugar muy raro, nunca había estado en esta habitación. Todo estaba lleno de polvo y tela de arañas como si no hubiese sido tocado en siglos. Extrañada por esta nueva localización caminé por el amplio salón tratando de comprender dónde me encontraba.
Era bastante grande, las paredes eran de un color claro aunque la suciedad no dejaba que pudiera identificar a plenitud la tonalidad, largas cortinas polvorientas del color de la sangre tapaban las ventanas. Todo el suelo era de madera oscura y en el centro de la habitación colgaba un majestuoso candelabro del techo.
- sería un hermoso lugar sin todo este polvo- dije apreciando cada detalle. Los esquineros de cada ventana eran dorados con complejos grabados, todo muy delicado, juraría que hasta majestuoso de no ser por las cantidades cósmicas de suciedad que vivían en este sitio. Con cada paso que daba una estela de polvo se levantaba del suelo dispersa por el aire haciéndome estornudar en repetidas ocasiones.
Seguí mi escáner visual percatándome de la presencia de tres sillas en lo que parecía ser un escalón superior, me acerqué para poder detallarlas mejor. Sus tamaños eran diferentes entre sí pero en lo demás eran iguales: doradas con extraños tallados y con forros rojos. Mis manos acariciaron los grabados y me ganó la curiosidad de sentarme en una de ellas.
Sacudí levemente la mayor y me senté con mucho cuidado teniendo que fuera a doblegarse y dejarme desparramada en el piso. Cuando me senté un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- ¡Auch!- un pinchazo en el dedo me hizo levantarme al instante mientras todo el salón iba recobrando vida y color como por arte de magia.
Las paredes blanquearon, las cortinas dejaban a la vista las amplias ventanas, el candelabro brillaba y múltiples personas caminaban ahora por el salón. Ya no había rastros de polvo o abandono sino que parecía que de un momento a otro estaba en el medio de una gran fiesta. Todos murmuraban y reían en voz baja como disfrutando del ambiente hasta que enmudecieron y un silencio sepulcral llenó el aire. A paso firme, con un traje espectacular, hizo entrada. Su cabello negro ondeaba libremente, los anchos hombros y la recta espalda evidenciaban su rango superior.
- bienvenido su majestad- anunció un elfo que salió de las sombras mientras todos hacían una reverencia. Estaba anonadada, reconocería ese cabello y ese cuerpo dónde quiera que estuviera sólo por el hecho de haber soñado con esta persona la mitad de mi vida.
-*¿Qué es este lugar, porqué estoy aquí?*- mis sueños de un modo u otro siempre eran repetitivos así que me resultaba extraño estar en un plano desconocido y me resultaba aún más extraño encontrarme con el caballero ahora fuera de su armadura, verlo más humano por decirlo de algún modo y no como algo inalcanzable. Pero como todo en mi vida era un desastre las luces me cegaban imposibilitado apreciarle el rostro a plenitud.
Tomó asiento en la silla donde antes me había sentado y todo se reanudó a su alrededor, las personas volvían a hablar y hasta el aire volvía a correr. Estudié detalladamente sus movimientos cuando el elfo que lo había presentado llegó a si lado.
- majestad- saludó solemne- espero que disfrute de la ceremonia, hemos preparado un ..
- Al grano Neil- pronunció con esa voz que me removía- ¿ Qué han sabido de ella?
-*¿ Ella? ¿Acaso estaba casado, buscaba a alguien?*
- nada su majestad- anunció Neil, como le había llamado mi caballero, mientras bajaba la cabeza apenado.
- Necesito más que un simple nada Neil, es hora de que dejes de hacer el papel de incompetente y me traigas información útil o ya sabes lo que pasará- su tono era gélido, amenazador, como si toda su aura se tiñera de negro. Verlo en este plano me decepcionó un poco ya que lo tenía idealizado como el salvador de mis sueños.
- Si mi señor- el pequeño elfo había palidecido tres tonos más como si las amenazas previas le hubieran llegado a los huesos.
Intenté acercarme un poco más pero la suerte nunca está de mi lado así que me echó a patadas del sueño.
Abrí los ojos y de un tirón me incorporé en la cama. Tenía demasiadas preguntas en la mente, refresqué mi rostro con agua y me dirigí a la habitación del único que podía aclarar todos mis enredos mentales: mi guardián.
Caminé a su cuarto mis manos sudaban y mi corazón martillaba con ferocidad. Mis pensamientos eran un caos y mi respiración aún más. Ya delante de su puerta respiré hondo y levanté la mano para tocar.
- entre mi lady- me sobresalté al escuchar su voz ya que no tenía modo de saber que vendría- sus pensamientos la delataron en el trayecto hasta aquí- su explicación una vez más me parecía coherente- pase, la estaba esperando- esta última frase me erizó todo el cuerpo pero entré a paso decidida, necesitaba explicaciones y él me las daría.
¡Hola mis bolas peludas!¿como están? Yo he tenido una semana bastante ajetreada de hecho tenía este capítulo escrito hace como dos días y no había tenido chance de rectificarlo y poderlo subir, pero espero que haya valido la pena la demora jjjj.
Ahora sí, ¿Que creen que sea el nuevo escenario, quien será el misterioso hombre, qué busca, qué está pasando en ese lugar y por qué los sueños llevaron a nuestra Ytha a este lugar? Espero me sorprendan con sus teorías besis mis gatitos hermosos ♥️😻
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