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Capítulo 5 [Pongamos al dia]

Una fresca mañana de trabajo, se escuchaban los múltiples pasos de las personas por las calles. En el aire se respiraba el fresco olor de tierra mojada debido a la lluvia de la noche. Homura, se dirigía a su empleo en su cafetería. Estaba algo cansada, ya que en la noche había tenido una horrible pesadilla. La razón de la pesadilla no era importante por ahora, pero el impacto emocional la había dejado inquieta. Había sido emboscada por una de sus amigas en el sueño, lo que la había perturbado más de lo que quería admitir. De repente, sintió unos brazos que la rodeaban desde atrás.

—¡Buenos días, Homura! —exclamó Ame, su cabello castaño se veía más brillante y sus ojos llenos de felicidad y esperanza, mientras la abrazaba.

Homura sonrió y se giró para devolver el abrazo.

—¡Ame! Buenos días. Necesitaba este abrazo —dijo Homura, agradecida por el gesto de su amiga.

—¿En serio? —ella deladeo la cabeza la pelirroja solo asintió —Vamos, te invito un café antes de que tenga que irme al trabajo —ofreció Ame, guiándola hacia su propia cafeteria.

— Es curioso que me invites un cafe en mi propia cafeteria — la joven solo rio.

— Bueno pensaba ir hacia alla, pero mejor te llevo a otra cafeteria — dijo Ame ahora arrastrando a Homura hacia otro lugar.

El exterior del local tenía un encanto rústico, con una fachada de ladrillo a la vista y ventanas grandes adornadas con cortinas de encaje blanco. Un cartel de madera con letras elegantes colgaba sobre la puerta, anunciando el nombre del lugar: "Café Serendipia".

Al entrar, las dos amigas fueron recibidas por un ambiente cálido y acogedor. El interior estaba decorado con una mezcla de estilos modernos de color rosa. Las paredes estaban cubiertas con papel tapiz floral en tonos suaves de aun más rosas y crema, complementado por molduras de madera oscura. El suelo de madera desgastada crujía suavemente bajo sus pies, añadiendo un toque de nostalgia.

—¿Todo bien, Homura? —preguntó Ame, notando la tensión en el rostro de su amiga.

—Bueno ignorando el hecho de que me trajiste a la competencia, Sí; es solo que tuve una pesadilla horrible anoche. Me dejó bastante inquieta —respondió Homura, removiendo su café lentamente.

—¿Una pesadilla? Cuéntame, ¿qué pasó? —preguntó Ame, curiosa.

Homura tomó un sorbo de su café y suspiró.

—Bueno, en el sueño, una de mis amigas me emboscaba. No sé por qué, pero la situación me hizo sentir completamente indefensa. Era como si no pudiera moverme ni escapar. Me desperté sudando frío y no pude volver a dormir bien — dijo ella sintiendose triste.

—¡Qué horrible! —dijo Ame, con empatía—. Los sueños pueden ser tan intensos a veces. ¿Sabes qué amiga era?

—No estoy segura. Todo era muy borroso, pero la sensación de traición y miedo fue muy real —explicó Homura, mirando por la ventana con expresión pensativa.

—Quizás sea el estrés del trabajo y todas las responsabilidades nuevas —sugirió Ame—. A veces nuestra mente procesa las cosas de maneras extrañas.

—Puede ser. Pero definitivamente no ayudó a mi descanso —dijo Homura, esbozando una leve sonrisa—. Gracias por escucharme, Ame. Necesitaba sacarlo de mi sistema.

Terminaron la conversación rápido debido a que cada una iba tarde a su trabajo, Ame como la buena samaritana que es llevo a Honura a su trabajo primero para luego ella irse después.

—¡Hola, chicas! —saludó Hikari, sonriendo mientras colocaba unos menús en las mesas—. ¿Listas para otro día agitado?

—Más o menos hermana —respondió Homura—. Necesito algo de energía extra hoy.

—No te preocupes, Homura. Hoy te tenemos una sorpresa especial en el menú —dijo una mesera, guiñando un ojo.

El día transcurrió con su ritmo habitual de trabajo. Homura coordinaba con su equipo, revisaba diseños y daba retroalimentación.

Hikari trabajaba diligentemente, y la sinergia del equipo era palpable. Sin embargo, Homura no podía sacudirse la sensación de que algo significativo estaba a punto de suceder entre ella y su novio Tailer.

Su mente seguía volviendo a la carta que había encontrado, y sabía que eventualmente tendrían que hablar sobre ella. Sin embargo, por ahora, estaba agradecida por la presencia de Ame y decidida a afrontar cualquier desafío que se les presentara juntos.

A la hora del almuerzo, todo el equipo se reunió en el restaurante "Gardenia" para disfrutar de la comida especial preparada por dos cocineras novatas. Mientras comían, compartieron anécdotas y risas, lo que ayudó a aliviar la tensión que Homura sentía.

Volvamos ahora al trabajo de Ame quien estaba por fin en horarios de comida, degustando se un "musgo repetidor" qué le había regalado Hikari antes de irse a su trabajo.

—Entonces, Lau, ¿cómo va esa historia que nos contaste la otra vez? —preguntó Ame, tratando de distraerse un poco del estrés.

—Ah, eso... Bueno, todavía no sé si fue un sueño o algo más —respondió Lau, riendo.

— Hoy otra amiga tuvo otro sueño extraño que era sobre infidelidades, ¡su novio salía con su hermana! —reveló Ame haciendo que los presentes e sorprenderían.

Mientras todas rumoreavan de que se trataba eso, Ame miro a lo lejos a Marek quien comía y veía unos videos en Internet sobre un Láser algo interesante dentro de si ella sabia que su amigo estaba presente con ella pero no eran tan cercanos como antes.

Tenía que hacer algo para volver a los viejos tiemposm

"Piensa Ame, piensa" usaba ambos índices para hacer un gesto en su frente.

Y seguía y seguía pero no daba nada

¿Qué fue de el?

¿Habra algo que no sepa?

Tenía una idea y si, había que ponerse al día.

"Quién diría que Ame se encontraba tan cerca de mí" pensó Marek recordando con grandeza esos momentos con Ame de niños.

Lamentablemente terminó el almuerzo y con eso Ame se tuvo que resignar a hablar con el en ese momento y volver a las labores empresariales, toda una magnate de negocios la mujer está.

Ame se sentó en su escritorio, repasando algunos informes mientras trataba de concentrarse en su trabajo. Para ella la revelación de que su nuevo empleado; Marek, era en realidad su viejo amigo de la infancia, la había dejado aturdida. Se preguntaba cómo habían llegado a ese punto y qué significaba para su relación profesional.

Decidió que necesitaba hablar con Marek y aclarar las cosas de una vez por todas. Después de todo, no podía permitir que sus sentimientos personales interfirieran con su trabajo.

Tomó una respiración profunda qué parecía más una bocanada de aire y se levantó de su escritorio, dirigiéndose hacia la sala de descanso donde Marek solía tomar su café.

Cuando llegó, encontró a Marek sentado en una mesa, concentrado en su teléfono de nueva cuenta. Se acercó lentamente y se detuvo frente a él, sintiendo un nudo en el estómago.

—Hola, Marek —dijo, tratando de sonar tranquila y profesional.

Marek levantó la vista de su teléfono y la miró con una sonrisa.

—Hola, Ame. ¿Qué tal estás? — saludo serenamente.

Ame se sintió momentáneamente desconcertada por la normalidad de su saludo, pero decidió seguir adelante con la conversación.

—Bien, gracias. Escucha, creo que necesitamos hablar sobre algo importante — dice aun sin sonar muy convencida de lo que iba a hacer.

Marek entendió a lo que se refería así que se levantó y guardó su teléfono en el bolsillo.

—¿Qué pasa? ¿Todo está bien? — pregunto extrañado.

Ame se mordió el labio nerviosamente antes de continuar.

—Es sobre nuestra relación profesional. Ahora que sé quién eres realmente, creo que necesitamos establecer algunos límites claros para asegurarnos de que no haya ningún conflicto de intereses.

Marek asintió lentamente, pareciendo comprender la gravedad de la situación aunque dentro de el sentía que ella iba a poner una barrera.

—Entiendo. No quiero que nuestras circunstancias personales afecten nuestro trabajo. Podemos establecer algunos límites si eso te hace sentir más cómoda — como que decía no parecía a lo que sentía.

Ame se sintió aliviada al escuchar su respuesta y solo lo miro.

—Gracias, Marek. Aprecio tu comprensión — finalmente hablo y se iba a retirar.

Ambos sabían que habían tocado un tema delicado, pero también sabían que era importante abordarlo para poder seguir adelante con su relación profesional.

Después de su conversación en la sala de descanso, Ame regresó a su escritorio con un sentimiento aún peor que el anterior. Hablar con Marek había sido difícil, pero ahora se sentía extraña es como si le hubiera puesto una enorme barrera qué serviría para que manejarán la situación de manera profesional.

Sin embargo, a medida que avanzaba el día, Ame no podía evitar pensar en la conversación que habían tenido y en lo complicado que era equilibrar sus sentimientos personales con sus responsabilidades laborales. Se preguntaba si sería capaz de separar completamente sus emociones cuando se trataba de tratar con Marek en el trabajo

— ¿Y si lo invito a salir? —pensó en voz alta mirando un punto fijo de la pared.

Mientras reflexionaba sobre esto, recibió una llamada de uno de sus colegas que necesitaba ayuda con un proyecto urgente. Ame se puso manos a la obra, concentrándose en su trabajo y tratando de dejar de lado sus preocupaciones por un momento.

— Gracias por eso Ame — agradecía un joven.

— No te preocupes Ivan para eso estamos aunque me debes unos Doritos — reclamo ella y el joven solo asintió aceptando su capricho.

Regreso a su silla a lado de la otra licenciada quien le regalo un chocolate que gustosamente se devoro.

"La historia nunca olvidara tu coraje y sacrificio" pensó Ame al comerse al señor cremino.

A pesar de ver al joven ella seguía en su mente pensando, y no podía evitar preguntarse cómo se sentía Marek con respecto a toda la situación. Se preguntaba si también estaba luchando por separar sus emociones personales de su trabajo, o si era capaz de mantener una distancia profesional.

Decidió que necesitaba hablar con él de nuevo, esta vez para asegurarse de que estaban en la misma página en cuanto a cómo manejar su relación en el trabajo.

Se levantó de su escritorio y se dirigió hacia la sala de descanso una vez más, decidida a abordar el tema de manera abierta y honesta.

Al llegar a la sala de descanso, encontró a Marek sentado en la misma mesa de antes, concentrado en su trabajo. Se acercó lentamente y se detuvo frente a él, esperando a que levantara la vista y la mirara.

— Hola de nuevo... — saludo ella nerviosa.

— Hola —respondió pero se extraño por que vino por segunda vez — ¿Vienes a regalarme por estar en la zona de descansos? — pregunta el.

—Ah; no, nada de eso — relajaba el entorno y el solamente seguía viendo su teléfono con más diseños.

— ¿Entonces a que viniste? — cuestionó.

—Sigo sin estar segura de los límites que ponemos — dijo Ame aun nerviosa.

—Venga ¿que es lo que quieres? —su tono se notaba frío.

— No se si quieres salir conmigo después para que nos pongamos al corriente sobre lo hemos hecho en el día a día.

— Mmm... —lo medito y solo Asintió — Vale, vamos a las 7:00pm en Gardenia.

— Vale, me parece bien —responde ella para irse.

Después de su conversación sobre establecer límites claros en el trabajo, Ame y Marek continuaron con sus responsabilidades laborales, pero no pudieron evitar intercambiar algunas anécdotas entre sí durante los momentos de descanso.

— ¿Entonces enciende la luz y la luz se va a poder dormir? — lo leía de Internet.

— No entiendo eso — respondió Marek quien estaba comiéndose un caldo de pollo.

—Se me acaba de ocurrir un chiste o bueno más que ocurrir recordar — comenta Ame y Marek arquera una ceja.

— ¿Y de que va?

— ¿Como maldice un pollo a otro poyo? —pregunta risueña Ame.

—No lo se, ¿Cómo?

— Caldito seas — soltó la broma y ambos rieron.

La hora de comida pasa volandl, mientras disfrutaban de una pausa para comer, Ame compartió una historia divertida sobre un incidente vergonzoso que le había ocurrido durante una presentación importante en la universidad.

Marek se rió con ganas y compartió una historia propia sobre un día en el que había tropezado frente a toda su clase durante la escuela secundaria, lo peor es que fue con un insecto.

La risa y el intercambio de anécdotas ayudaron a aliviar la tensión entre ellos y fortalecieron su conexión personal. Se dieron cuenta de que podían ser amigos y colegas al mismo tiempo, y eso les dio confianza para seguir adelante con su relación en el trabajo.

— Aun recuerdo que se me bajo la azúcar y me robaron mi trabajo final de la evaluación — dice Marek entre risas.

— Vaya que tus compañeros eran unos inútiles — añadió Ame aun llena de carcajadas.

A medida que pasaban los días, Ame y Marek se sentían más cómodos el uno con el otro, compartiendo historias, ideas y bromas mientras trabajaban juntos en proyectos importantes. Aunque había desafíos que enfrentarían en el futuro, sabían que podían confiar el uno en el otro para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Con el tiempo, Ame y Marek se fueron conociendo mejor en el trabajo ahora como las versiones maduras de cada quien, y sus interacciones se volvieron más fluidas y naturales.

Durante sus horas de trabajo, encontraban momentos para compartir anécdotas y chistes, lo que aligeraba el ambiente y fortalecía su vínculo como colegas y amigos.

— Ame, necesito un informe sobre la cadena del Láser DNA y el CF.

— En seguida jefe, Marek hechame la mano — le pido a él quien hacía un gesto en la muñeca.

— No sale — musito mirando su muñeca.

— ¿Qué haces? — pregunto alzando una ceja.

— Dijiste "hechame una mano" no me la puedo quitar fácilmente — esto hizo que Ame riera y así hicieron el trabajo.

Entonces comenzaron el informe mientras trabajaban en otro proyecto conjunto teniendo ocho cosas acumuladas.

Ame mencionó una película que le encantaba y Marek inmediatamente mostró interés en verla. Decidieron organizar una noche de cine en casa de Marek después del trabajo, donde podrían relajarse y disfrutar de la película juntos.

— No empieces sin mi —Ame tomaba su bolso para salir de la oficina.

—Ni Tu sin mi — el toma su Mochila y se dirige a su casa.

La noche de cine resultó ser un gran éxito, y Ame y Marek pasaron horas riendo y compartiendo comentarios sobre la película todo tan normal. Fue durante esa noche que comenzaron a darse cuenta de cuánto disfrutaban de la compañía del otro fuera del entorno laboral.

— No puedo creer que el fantasma se haya ido así nada más — reclamaba Ame quien portaba una ropa cómoda.

Ambos sentados en el sillón de la casa de Marek, Ame vestía una playera qué tenía la frase "Your my Hero" y un logo de un círculo de color gris, también tenía unos shorts tipo pijama.

En cambio Marek traía ropa casual un playera tipo polo de color azul y unos shorts de mezclilla.

— Es parte de la vida — dijo el sereno.

A medida que pasaban más tiempo juntos tanto en el trabajo como fuera de él, Ame y Marek desarrollaron una amistad sólida y genuina. Se apoyaban mutuamente en los momentos difíciles y celebraban los éxitos juntos, formando un equipo fuerte y unido que era capaz de enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

— Creo que lloverá — vio por la ventana como caían las grandes gotas de lluvia —corrección, esta lloviendo.

— Uy, ¿te parece que me quede a dormir? —pregunta Ame y Marek solo sonríe.

— No tengo otra opción, así tu duerme en mi cama yo dormiré aquí en el sillón.

Ame lo tomo del hombro para darle la vuelta y tacleaelo para tumbarlo al sofá.

—Me parece mejor si tu y yo dormimos en la sala — dijo Ame quien estaba encima de él en silencio.

Sus miradas se cruzaban pero ninguno decía nada, el silencio reinaba y era tan placentero que pareciera que desconectaron la señal de sus cabezas.

De la misma forma las cabezas de cada uno se iban acercando a la del otro y sus labios se tocaron.

Fue corto, fue sin emoción, y ni lo sintieron fue entonces que un relámpago le hizo perder el equilibrio a Ame para caerse a un lado de su amigo.

— ¿Quieres un chocomilk? — pregunta Marek quien esta como si nada.

— Si, me parece bien — responde Ame de la misma forma.

Vaya que si se desconectaron de la vida.

Esa noche fue una noche pacífica por los primeros veinte minutos pues una masacre de almohadas llego para después de eso caer rendidos en la pequeña cama que habían hecho en la sala.

— Oye, si que tienes fuerza. —decía Marek con cansancio.

— No soy una débilucha — responde riendo.

—Deberíamos hacer esto más a menudo — dice Marek transpirando.

— Me acuerdo aun aque así fue como pasamos la última noche en la playa, después de visitar la mansión hsams — dijo Ame con nostalgia

—Quizás recuperemos el tiempo ahorita con las bobadas que no hicimos de adolescentes — explica Marek y Ame solo le avientan una almohada.

Aunque sus vidas estaban llenas de responsabilidades laborales y personales, Ame y Marek encontraron consuelo y alegría en la presencia del otro, sabiendo que tenían a alguien en quien podían confiar y apoyarse en todo momento. Su relación en el trabajo había evolucionado hacia algo mucho más profundo y significativo, y estaban agradecidos por haber encontrado a un amigo tan especial en el lugar más inesperado.

— ¿Te vas a mudar? — pregunta Marek — ¿O para que traes esa maleta?

— Pues ya que casi siempre vengo aquí me parecía buena idea dejar cosas aquí en tu casa.

Lo medito y no le pareció mala idea así que la dejo tener parte de su ropa interior en su casa.

— Solo no vayas a husmear. — reclamaba cómicamente —aunque no me molestaría — murmuró lo último.

— Neh yo respeto — dijo el sonriendo

— Por tu hospitalidad te traje uno pastel.

De gustaron una tarta de frutas explosiva para después hacer más peleas entre ellos y después jugar juegos de mesa donde el azar era lo peor para ambos.

A medida que Ame y Marek continuaban compartiendo momentos juntos en el trabajo, también encontraban tiempo para ponerse al día sobre los años en los que estuvieron separados y no se hablaron.

Una tarde, durante una pausa para el café, Marek compartió una historia sobre su tiempo en Checoslovaquia, donde había estudiado secundaria. Habló sobre las dificultades que enfrentó al adaptarse a un nuevo país y un nuevo idioma, pero también sobre las amistades que hizo y las experiencias que lo ayudaron a crecer como persona.

— Y pensar que me ignorabas — se deprimió la chica y Marek solo le dio un abrazo de lado.

— Neh neh, no pude más que nada enviarlos.

Siguo narrando como era difícil mandar mensajes, el como las labores lo dominaba constantemente.

Ame escuchaba con atención, sintiendo una mezcla de admiración y simpatía por lo que Marek había pasado. Después de que terminó su relato, compartió una historia propia sobre su tiempo en la universidad, donde había luchado con la presión académica y la sensación de no encajar.

A medida que intercambiaban historias, Ame y Marek descubrieron que tenían mucho en común en términos de experiencias de vida y desafíos superados. Se dieron cuenta de que habían estado más cerca de lo que pensaban durante todos esos años en los que estuvieron separados, y lamentaron no haberse mantenido en contacto.

— ¡Uno! — gritó Marek y Ame sonrió malignamente.

— Más cuatro, más cuatro, más dos más dos y te bloqueo te bloqueo.

— ¡Con un demonio lo que faltaba! —tirón su mano de cartas que era un 3 amarillo.

También se dieron cuenta de que el tiempo pasado no podía cambiarse, y que lo importante era el presente y el futuro que estaban construyendo juntos. Se comprometieron a seguir adelante con su amistad y a no dejar que nada los separará de nuevo, sabiendo que tenían mucho que compartir y aprender el uno del otro.

— Odio este juego.

Con cada historia compartida y cada momento juntos, Ame y Marek se acercaban más el uno al otro, fortaleciendo su vínculo y construyendo una amistad que sabían que duraría mucho tiempo. Estaban agradecidos por haberse encontrado de nuevo en el trabajo y por tener la oportunidad de redescubrirse el uno al otro en un nuevo contexto. Juntos, estaban listos para enfrentar lo que el futuro les deparaba, sabiendo que tenían el apoyo y la amistad del otro para guiarlos en el camino.

Fin del capitulo 5

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