Capítulo 4 [¿Eres tu?]
¿Qué es lo que se suele pensar al tener dolor?
Dolor físico, dolor virtual, dolor mental, dolor espiritual o dolor económico.
¿Qué harías si todos esos dolores te atacarán constantemente?
Para Ame la respuesta sería, combatirlos como pensaría la mayoría de personas, tranquilizarlos, quizás sobre todo encontrar la raíz del problema y poder llegar a solucionarlo, todo era una montaña rusa de emociones la vida es una montaña rusa que tiene sus altas y bajas, para ella esto es una mezcla extraña revoloteando en su mente de la manera más escandalosa posible. Últimamente, había sentido como si estuviera llevando el peso del mundo sobre sus hombros, con cada día trayendo consigo nuevas responsabilidades y desafíos que eran complejos en varios aspectos.
Ahora Ame sentada en la nueva oficina, estaba rodeada de papeles que eran bocetos de trabajos por entregar, estaba explorando los múltiples trabajos en el nuevo ordenador que le habían dado con muchos documentos a revisar, asumiendo ella el cargo de diseñadora tenía que cumplir con todas estas actividades para cumplir.
— Woah — admiro el lujo de la oficina.
Y aunque estaba emocionada por el trabajo que tenía de por medio el dinero, también se sentía abrumada por la responsabilidad que había caído sobre sus hombros. Desde el momento en que entró por la puerta esa mañana del primer día, había sido recibida con un flujo constante de preguntas, solicitudes y problemas urgentes que necesitaban su atención inmediata incluso sin ella saber el contexto del trabajo o del anterior jefe que renunció debido al estrés masivo.
— ¿Entonces el almacenista renunció tras los dos meses? — preguntó Ame sorprendida.
— Se decía que tenía problemas románticos, muchos de los rumores fue que tuvo más de 10 novias en un año — comentó una de las compañeras
— No sé si sorprenderme o asquearme — dijo otra chica.
Los miembros de su equipo buscaban su orientación y aprobación en cada paso del proceso creativo, y Ame se esforzaba por mantenerse al día con las demandas de su nuevo rol. Hora de comida, momento para poder relajar un poco el entorno, sin embargo había datos que aún tenían a la joven algo presionada, incluso si ya había transcurrido más de dos semanas en su nuevo cargo y seguía sin poder acostumbrarse al ritmo.
— Y te cuento, se me subió el muerto el otro día — una chica comentaba a Ame quien alzaba una ceja de curiosidad.
— Cuéntame, cuéntame — Ame se había ganado la confianza de la mayoría de miembros del equipo de diseño gráfico siendo que estos les contaron anécdotas que ella podría interesarle para distraerse al menos un poco sobre la carga del trabajo
— Tengo tres hermanas, Karla, Luz y yo ¿si? — dijo la chica contando con los dedos para luego mirar su celular.
— Si Lau — confirmó saber la identidad de las hermanas.
— Entonces yo ese día tenía ganas de dormir y como es más fresco su cuarto de ellas me fui a su cama a recostarme, y aunque sabía que no había nadie, avise que estaría en el cuarto de Luz — dijo Lau con entusiasmo.
— Mmm... — otra chica escuchaba la historia interesada.
— Entonces resulta que en mi casa hay cuatro cuartos, los de mis padres, el de mis hermanas y el mío, como el de mis hermana Luz es más fresco, me gusta quedarme a dormir ahí de vez en cuando y luego me echan a patadas de ahi jaja, entonces con esto en mente es importante para el sueño.
— Okey... — A Ame le estaba interesando el chisme que la joven contaba pese a contar lo mismo ya dos veces..
— Entonces yo recuerdo claramente que no había nadie en mi casa, estaba totalmente sola y en la casa hay 7 puertas, las de las 4 habitaciones, la del baño, el closet o bodega, y la puerta de la salida — si, estaba volviendo a contar la historia pero con detalles adicionales.
— Si, si. — la chica aun vivía con sus padres pese a tener 22 años de edad, ella no la juzga ya que esta igual y ella es más grande.
— Entonces yo me fui a dormir, cuando entro en un sueño extraño, recuerdo claramente que yo estaba en mi casa, que de hecho pensé que no era un sueño por que era igual, entonces fue cuando iba a servirme algo de comer por que ya tenia hambre — comentó ella sonriente de verguenza lo que solto una risa en las demas.
— ¿Te diste cuenta que era un sueño? — preguntó la otra chica.
—Si, me di cuenta de que había una puerta blanca extraña en casa siendo que son 7 en mi casa todas de color negras, por ello al abrirla vi un mundo diferente, algo inusua — esto intrigo aun mas a los oyentes de la anécdota.
— Ora... — se sorprendió una.
— Eran unas ruinas, la puerta estaba situada en el centro de lo que parecía un anfiteatro viejo pero ya destruido en su mayor parte — seguía narrando.
— ¿Escuchaste algo? — pregunto Ame.
— Si, creó que sí fueron muchos "Tu tu turu tu ru" luego de un suspiro y más de esos con voces de fondo que cantaron en otro idioma —explicó extrañando a las presentes.
— Interesante detalle — comentó Ame interesada en el sueño.
— ¿Pero te dio miedo? — preguntó otra compañera.
— Más que miedo, me extraño el lugar, el entorno y sobre todo que soy curiosa pero no pude salir del agua que había debajo — ella suspiro — osea donde estaba dicha puerta, cuando volví a casa cerré la puerta para escuchar las voces de mis papás, pero estas venían de la puerta que acababa de cerrar.
— ¿Osea que ellos estaban en esas "ruinas" del lugar? — Laura solo asintió.
— Algo así, ya que al volver a abrir la puerta me encontré con un lugar nevado, una cabaña de fondo en lo que parece ser una pequeña isla, el agua estaba congelada y podría decir que era una mini isla dentro de un lago — seguía explicando Laura.
Ame escuchaba con fascinación mientras Laura continuaba narrando su extraño sueño. La historia era intrigante y despertaba su curiosidad más profunda en todos los que la escuchaban. Se preguntaba qué significaban esas ruinas en su sueño, sobre todo la cabaña y si tenían algún tipo de conexión con su realidad.
— La cabaña del inconsciente — musito Ame al recordar su niñez, por como lo narraba Laura ella pensó en el lugar que fue con Marek antes de tomar caminos diferentes
— ¿Dijiste algo? — ella negó con la cabeza riendo un poco.
— ¿Y luego? —preguntó Ame, ansiosa por escuchar el desenlace de la historia, ella sonrió, pareciendo disfrutar de captar la atención de sus compañeras de trabajo.
— Entonces cerré la puerta de nueva cuenta ya algo aterrada por lo que veía, siento como en la pierna con una fuerza sobrehumana me jala para caminar hacia la puerta, la vuelvo abrir ahora encontrándome con otra mini isla con un pozo.
— ¿Un pozo, como lucia? — pregunta Xi.
— Parecía un pozo lleno de piedra labrada, con un ave graba, sobre todo tenía un pequeño techo con una cubeta, en ella había un martillo.
— ¿Algo más? — pregunto indiferente otra chica.
— Cuando regresó escucho a mi familia, la veo de hecho sin embargo hay un detalle, hay otra yo en la habitación — explicó sorprendiendo a los oyentes.
— ¿Eres así como un fantasma? — preguntó la compañera.
— Asi es Xi... — afirmó Lau asintiendo lentamente — para continuar, seguía viendo que mi familia gritaba desesperada y solamente veía de un momento a otro como todos se ponían a llorar.
— ¡¿Qué pasó después?! — la otra chica se emocionó saltando de la mesa, ganándose la atención de los demás haciéndola sonrojar para sentarse cómodamente llorando.
— Pues resulta que me desperté justo en ese momento —continuó Lau—. Fue como si algo me hubiera sacado abruptamente del sueño. Y cuando abrí los ojos, me encontré de vuelta en mi propia cama, en mi propia habitación lo que lo hace aun peor.
— ¡Vaya, qué sueño más extraño! —exclamó una de las chicas, asombrada por la narración de Lau.
Ame asintió compartiendo idea con su colega de trabajo, procesando la historia en su mente. El relato de Lau le recordó a las historias de aventuras que solía leer cuando era niña, llenas de misterio y magia. Se preguntaba qué significaba el sueño de Lau y si tenía algún tipo de mensaje oculto.
— ¿Crees que significa algo? —preguntó Ame, dirigiéndose a Lau, ella solo se encogió de hombros, reflexionando sobre la pregunta.
— No estoy segura —respondió— Pero fue una experiencia muy real, como si realmente hubiera estado en ese lugar. Tal vez fue solo un sueño, o tal vez fue algo más. Quién sabe, con lo del muerto fue eso más que nada el que reapareci en mi cuarto.
La castaña estaba sintiendo una chispa de intriga crecer dentro de ella. Sabía que debía haber algo más detrás del extraño sueño de Lau, algo que aún no se revelaba completamente. Decidió guardar la historia en su mente para reflexionar más tarde, sintiendo una nueva energía y emoción ante el misterio que se presentaba ante ella.
— Gracias por compartir tu historia, Lau —dijo Ame, sonriendo—. Me has dejado pensando.
Solo le sonrió de vuelta, encantada de haber entretenido a sus compañeras de trabajo con su narración. Y mientras el almuerzo continuaba y las risas llenaban el aire, Ame se encontró sumergida en un mundo de posibilidades y misterios, ansiosa por descubrir qué más le deparaba el destino.
Pasada la hora de comida y esa intrigante historia sobre el sueño y muertos, siendo lo más impresionante la exactitud y precisión con la que lo narro, ya relajados volvieron al trabajo para ponerse manos a la obra y seguir como de costumbre.
Terminada la jornada de trabajo cada miembro del equipo se regresaba a casa fue cuando podemos ver que Ame caminaba por las calles iluminadas levemente por las luces de la ciudad, ella se encuentra perdida en sus pensamientos, sobre todo por la peculiaridad de que un joven se llama como su amigo de la infancia, ella sentia dentro de si que era el mismo joven que conocio. Su mente se llenaba de preguntas y especulaciones sobre el chico que acababa de conocer, haciendo que una sensación cálida y familiar creciera en su pecho con cada recuerdo de su conversación.
— Usted ahora será la jefa de aqui, le tengo todos mis reportes sobre estos trabajos — comentaba Marek serio entregando todos sus apuntes.
— Oye, esto esta muy bien ordenado — dijo Ame sorprendida de ver los reportes con Folio, fecha, orden de trabajo y seccion del area, lo que lo hacia facil de leer.
— Si, cuesta hacerlos, aun asi aqui esta para que pueda poner en "orden" lo que falta — dijo Marek quitando un poco su seriedad, aunque en su tono se notaba un poco de molestia.
— Siendo sincera, siento que tu debiste ser el jefe de los diseñadores graficos, estas mucho mas preparado, sobre todo tienes tiempo en la empresa que yo — comento ella algo incomoda a lo que el sonrie tranquilizandola.
— Si no me eligieron es por algo, si a ti te eligieron es por algo, asi funciona la vida hay que saber acatar ordenes — aclaro el joven sonriendo — como diria mi buen amigo "Siempre positivos, nunca negativos" y luego le ponen un zanahoriatops anfibio jeje.
— Claro, claro, aunque necesitare ayuda para adaptarme con las situaciónes nuevas.— comento ella para verlo a la cara y pensar en lo familiar que se le hacía.
— Yo te ayudo, aunque luego se me va la cosa — decia mirando todavia otra pila de hojas que tenia que archivar y quizas destruir unas cuantas.
— Te hare mi ayudante — no supo ni por que dijo eso.
Dicha conversación con el joven la mantenia intrigada, imaginando que quizas sea el mismo "Marek" pues como ella lo dijo la primea vez que lo conocio "Nunca había escuchado ese nombre" asi que las posibilidades podrian ser muy altas.Asi al llegar a casa, su madre notó su expresión pensativa y se acercó con una mirada de preocupación en su rostro.
— Hola, cariño. ¿Estás bien? Pareces estar en otro mundo — la madre de Ame parecia estar preocupada, las madres saben cosas y juro que matare al pajarito que le dice cada cosa que hacen los hijos.
— Sí, mamá, estoy bien. Solo estaba pensando en algunas cosas del trabajo — esta trato de sonreir, sonrisa que no engaña ni aun mosquito.
— ¿El trabajo? ¿Todo está bien allí? — pregunta esta sorprendida.
— Sí, todo está bien. Solo tuve un encuentro interesante con un nuevo compañero de trabajo hoy, eso es todo — respondio Ame asintiendo de forma serena, la madre de Ame estudió su rostro por un momento antes de sonreír con complicidad.
— Ah, entiendo. Un nuevo compañero, ¿eh? ¿Alguien especial? — Ame se ruborizó ligeramente ante la insinuación de su madre y trató de disimular su nerviosismo.
— Mamá, no empieces. Es solo un compañero de trabajo, nada más, ademas lo conoci hoy, no puede gustarme si no lo conozco — lo que no sabia es que ya lo conocía.
—Yo nunca dije que te gustara — la madre lahbía puesto patas para arriba — Bueno, si lo dices. Solo recuerda que siempre estoy aquí si quieres hablar sobre cualquier cosa, ¿de acuerdo? — dijo ella con una sonrisa indulgente.
Ame asintió con gratitud, sintiéndose reconfortada por el apoyo y la comprensión de su madre. Con un suspiro, dejó de lado sus pensamientos sobre Marek por el momento y se dispuso a disfrutar de una tranquila noche.
Ame se encontraba en su cuarto mirando las cartas que tenía sobre él, entonces se levantó para mirar su celular y poder repasar algunos informes cuando la imagen de Marek se coló en sus pensamientos una vez más. Desde que había descubierto que su nuevo empleado era en realidad su viejo amigo de la infancia, Marek, su mente había estado llena de recuerdos y emociones encontradas.
Recordaba los días felices que habían pasado juntos cuando eran niños: las aventuras en la playa, las risas en el parque y las interminables conversaciones bajo las estrellas. Pero también recordaba cómo se habían separado, cómo la distancia y el tiempo habían hecho que su amistad se desvaneciera lentamente hasta convertirse en poco más que recuerdos borrosos.
Ahora, con Marek de vuelta en su vida de una manera tan inesperada, Ame se encontraba luchando con una serie de emociones contradictorias. Por un lado, estaba emocionada de tener la oportunidad de reconectar con su viejo amigo y revivir algunos de los momentos más felices de su infancia. Pero por otro lado, se sentía preocupada por lo que esto significaba para su relación profesional.
Ame valoraba su trabajo y se esforzaba por ser una jefa competente y respetada. Pero ahora que Marek estaba trabajando para ella, temía que sus sentimientos personales pudieran interferir con su juicio profesional. ¿Podría separar sus emociones y tratar a Marek como a cualquier otro empleado? ¿O seguiría siendo incapaz de ignorar la conexión especial que compartían?
Estas preguntas seguían dando vueltas en la mente de Ame mientras intentaba concentrarse en su trabajo. Sabía que tenía que encontrar una manera de equilibrar su vida personal y profesional, pero no sabía por dónde empezar. Lo único que sabía con certeza era que Marek había vuelto a su vida de una manera que nunca había imaginado, y ahora tendría que descubrir cómo manejarlo de la mejor manera posible.
Por otro lado podemos ver a Marek quien cerró la puerta de su apartamento con un suspiro, sintiéndose agotado después de un largo día de trabajo siendo que incluso se sentó en el suelo frente a la puerta. Mientras se quitaba los zapatos y los dejaba caer a un lado suyo, su mente comenzó a trabajar sobre su nueva jefa y las preocupaciones que tenía sobre su estilo de liderazgo.
— No sé qué pensar sobre esta nueva jefa. Parece que va a ser bastante estricta conmigo. Solo espero no meter la pata y terminar en su lista negra. —dijo pese haberse portado bien, la actitud de Ame era severa en general.
A medida que Marek reflexionaba sobre su día, los recuerdos de su encuentro con Ame en la oficina comenzaron a inundar su mente ¿Por qué sentía que ya la conocía?. La sonrisa amistosa de Ame, su risa contagiosa y la calidez en sus ojos dejaron una impresión duradera en Marek, y no pudo evitar sentirse atraído por la conexión que compartieron en ese breve momento, pese saber lo severa que se portara sabia que hay bondad en su ser
— Ame... ¿por qué su nombre me resulta tan familiar? ¿Por qué siento que la conozco de alguna parte? — pensó pero luego se dio cuenta de algo — ¿Un cliché de telenovela?
La imagen de Ame seguía apareciendo en su mente, trayendo consigo una sensación de calma y comodidad que Marek no podía explicar. Aunque apenas se conocían, Marek se sentía inexplicablemente atraído por la joven y deseaba poder conocerla mejor.
— ¿Será la misma Ame? — se cuestionó el.
Con un suspiro, Marek decidió dejar de lado sus preocupaciones sobre su jefa por el momento y permitirse disfrutar de la sensación reconfortante de los recuerdos de Ame. Sabía que el tiempo revelaría más sobre el misterio que rodeaba a esa chica encantadora, y estaba ansioso por descubrir qué más el destino tenía reservado para ellos.
Marek se sentó en el rincón acogedor de su habitación, rodeado de una pila de cartas y postales que había recibido en los últimos años. Con una mezcla de curiosidad y anticipación, tomó una carta de la parte superior de la pila y comenzó a leer las palabras escritas a mano por Ame. Cada línea evocaba recuerdos de su infancia juntos y momentos compartidos en el hotel junto al mar.
Carta de Ame:
Querido Marek,
Espero que esta carta te encuentre bien y que estés disfrutando de la vida donde sea que estés. Han pasado meses desde que nos vimos por última vez, y cada día me pregunto cómo estás y qué estás haciendo. Extraño nuestras conversaciones y aventuras juntos, y echo de menos la forma en que solíamos reír y soñar bajo las estrellas.
Me he dado cuenta de que no has estado respondiendo a mis cartas últimamente, y eso me preocupa. No sé si estás ocupado o si algo está pasando en tu vida, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre.
Por favor, házmelo saber si necesitas hablar o si hay algo en lo que pueda ayudarte. Nuestra amistad significa mucho para mí, y no quiero perder el contacto contigo.
Con cariño,
Ame.
Al leer cada palabra de la carta lo hacía con una mezcla de emociones, sintiendo una punzada de remordimiento por no haber respondido a estas cartas antes. Se dio cuenta de que había estado tan atrapado en su propia vida y preocupaciones que había descuidado a su amiga de la infancia, y se prometió a sí mismo hacerlo bien.
— Le enviaré una carta — se dijo a sí mismo con determinación
Con determinación en su corazón que le duró unos segundos por que le dio hambre, Marek se dispuso a comer algo para luego, responder a las cartas de Ame y reconectar con su amiga perdida. Sabía que sería difícil explicar por qué había dejado de responder, pero también sabía que la amistad que compartían valía la pena luchar, lo sabía, sin contar que la mancha de catsup no saldría facil de ahi..
Se sentó frente a su escritorio, con una hoja de papel en blanco frente a él y una pluma entre los dedos. observó la carta de la chica para pensar en la forma de justificar la tardanza Había pasado tanto tiempo desde que había tenido noticias de ella, y la sensación de remordimiento por haberla ignorado durante tanto tiempo pesaba sobre él.
Con un suspiro, Marek comenzó a escribir, dejando que las palabras fluyeran de su corazón aunque este no pueda saber ni que esta diciendo.
Querida Ame,
No sabes cuánto lamento haber tardado tanto en responderte. Me siento avergonzado por haber descuidado nuestra amistad de esta manera, y te pido disculpas por el dolor que te he causado al no estar presente cuando más me necesitabas.
Han pasado muchas cosas desde la última vez que nos vimos, y me gustaría poder contarte todo en persona. Pero por ahora, quiero que sepas que valoro nuestra amistad más de lo que puedo expresar con palabras. Extraño los días que pasábamos juntos, explorando el mundo y soñando con un futuro lleno de posibilidades.
No tengo excusa para mi falta de comunicación, excepto que me perdí en mi propio mundo y me olvidé de lo que realmente importa. Pero eso está a punto de cambiar. Prometo hacer un esfuerzo real para mantener el contacto contigo y estar ahí para ti de ahora en adelante.
Por favor, perdóname por mi negligencia y déjame saber cómo puedo compensar el tiempo perdido. Estoy aquí para ti, ahora y siempre.
Con todo mi cariño,
Marek
Marek leyó la carta una vez más antes de doblarla y sellar en un sobre. Se sintió un poco más ligero después de expresar sus sentimientos, y se comprometió a no dejar que la distancia vuelva a interponerse entre él y su querida amiga. Con un suspiro de alivio, se levantó de su escritorio y se dirigió hacia el buzón más cercano, listo para enviar su carta y dar el primer paso hacia la reconexión con Ame.
Otro día se preparaba y Marek estaba yendo de camino al trabajo para seguir ganándose el pan de cada día.
Marek estaba sentado en el escritorio de su jega, revisando algunos documentos cuando notó un sobre blanco que sobresalía del montón de papeles. Lo levantó con curiosidad y lo examinó más de cerca. Para su sorpresa, reconoció su propia letra en el sobre. Con las manos temblorosas, abrió el sobre y extrajo la carta que había escrito hace tanto tiempo, pero nunca había enviado.
Sus ojos recorrieron las palabras familiares, recordando cada línea como si hubiera sido escrita ayer. Cada palabra resonaba con una sinceridad y un arrepentimiento que Marek no podía ignorar. Mientras leía, su corazón se llenaba de emociones encontradas: remordimiento por haber descuidado a su amiga, alegría por haberla encontrado de nuevo y un profundo anhelo de reconectar con ella.
Fue en ese momento, mientras releía su propia carta, que Marek notó la presencia de alguien detrás de él. Levantó la mirada y se encontró con los ojos de Ame, su jefa, que lo observaban con una mezcla de sorpresa y comprensión.
— ¿Marek? —dijo Ame, su voz apenas un susurro.
Marek asintió lentamente, sin poder apartar la mirada de los ojos de Ame. En ese instante, todo pareció detenerse a su alrededor mientras se enfrentaba a la realidad de que su jefa era en realidad su amiga de la infancia, Ame.
— Ame... —murmuró Marek, sin poder encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.
Ame se acercó lentamente a él, con una expresión de asombro y ternura en su rostro. Se detuvo frente a él y extendió la mano para tomar la carta de sus manos temblorosas.
— Esta es tu carta, ¿verdad? —preguntó Ame, su voz suave y comprensiva.
Marek asintió, incapaz de apartar la mirada de los ojos de Ame. En ese momento, todas las barreras entre ellos parecieron desvanecerse, dejando al descubierto la conexión profunda que compartían.
— Lo siento, Ame —susurró Marek, su voz llena de arrepentimiento—. Lo siento por no haber respondido antes, por haberte ignorado durante tanto tiempo.
Ame le devolvió la mirada, sus ojos brillando con una mezcla de emociones.
— Está bien, Marek —dijo Ame suavemente—. Lo importante es que nos hemos encontrado de nuevo, y ahora tenemos la oportunidad de empezar de nuevo.
Marek asintió lentamente, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. Sabía que había cometido errores en el pasado, pero ahora tenía la oportunidad de hacer las cosas bien. Y esta vez, no iba a dejar que nada ni nadie se interpusiera entre él y su amistad con Ame.
Cuando menos lo espero la joven lo abraza así correspondiendo lo que se había perdido por tantos años.
Fin del Capítulo 4.
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