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Parte única

Hola de nuevo, bienvenidos a esta nueva historia.

Espero les agrade tanto como a mi.

Esta libre de drama, para mí es mi propio lugar seguro.

Tenemos a Louis, Alfa.


Harry, Alfa.

Y a Mily.

Empecemos…

—Pequeña mocosa, ¿dónde estás? —corría maldiciendo por todos lados. 

—Vamos pequeña mierda. —jadeó desesperado.

—Maldición, tu madre me matará pequeño engendro. —El alfa se movía con desespero. Giró en búsqueda de las dos coletas que sujetaban el perfecto peinado de la pequeña cachorra, ¿o era una trenza? 

—¡Diablos debía poner más atención! —se reprendió a sí mismo sintiendo los nervios correr por su cuerpo.

Bien ahora si estaba asustado, muy asustado, su hermana definitivamente lo iba a matar, Louis había sentenciado su hora de muerte. 

Agudizó sus sentidos para localizar a su pequeña sobrina al no encontrarla, estaba dispuesto en ir a buscar algún policía para que le apoyara a dar con el paradero de esa pequeña traviesa. 

Pero claro, solo a él se le ocurre jugar al escondite en el parque con un enorme bosque con una niña de tan solo 5 años. 

《 Pequeña rata 》—pensó.

Desesperado pasó sus manos por su cabello tirando de sus pequeños mechones, divisó a un policía y se apresuró tomando el camino para ir y pedir ayuda cuando de repente su agudo oído captó la sutil risa de la niña. 

Se dio la vuelta pasando su mano sobre su agitado corazón, no importándole las personas a quien empujaba. 

Emily se encontraba sentada con una enorme sonrisa en sus labios, pero no prestó atención del lugar ni el entorno en que estaba, al fin pudo respirar aliviado. 

—¡MILY! —gritó desesperado—. Pequeña sabandija.

La niña al ver el furioso rostro de su tío furioso se carcajeó tapando su rostro con ambas manitas, nunca admitiría que le encantaba hacerlo enojar porque parecía un gatito gruñón. 

—Mierda… —suspiró por el corto tramo que había corrido para llegar hasta donde a pequeña se encontraba. 

—¿Mierda? —preguntó la pequeña repitiendo la palabra con su dulce e inocente vocecita.

El nervioso alfa abrió los ojos dándose cuenta de su grave error. 

—No digas nada pequeña mocosa, ¡oh por la luna esto realmente es un mierdero! —jadeó aliviado en tato se recomponía del tremendo susto que pasó. 

La pequeña volvió a reír por el rostro rojo de su tío preferido, quien la veía algo sentido y molesto.

—¿Dónde diablos te metiste? Acordamos no alejarnos de ese enorme árbol.

—Fue por amor tío, Lou. —respondió Mily con ojitos soñadores y grandes suspiros. 

—¿De qué rayos hablas? 

—Del amor, tío Lou, pon más atención. —La niña recostó su cabecita acomodándose confiadamente. 

—No entiendo, Mily ¿De qué hablas mocosa? 

Su pequeña sobrina señaló con su dedito índice apuntando hacia arriba y ahí fue donde Louis levantó la vista apreciando unas largas piernas. 

Literalmente la omeguita se encontraba sentada sobre unos pies y ella se sujetaba con cariño a la tela. 

Sus ojos seguían subiendo hasta… 

¡Oh! 

Era un bello ¡NO! Un hermoso y divino alfa, con su cabello bien peinado, vestía un traje algo peculiar: de pantalón gris, un saco estampado con flores rosas y cremas, además dos enormes broches que tenían forma de León. 

El muy descarado tenía una sonrisa de infarto y esos ojos que parecían un laberinto de follaje verde donde ya estaba perdido y sería imposible encontrar salida. 

Se veían fijo como si ambos no podían creer lo que no tenían en frente. 

Mily decidió hablar, ya que al parecer su futuro esposo y su tío favorito no decían nada 

—Tío, él es Harry; Harry, él es mi tío Lou, es más lindo de todos los tíos.

Harry quedó sin palabras al ver a ese hermoso hombre, con esas vans unos skinny Jean que se ajustaban perfectamente. 

Y que ni en broma podría ser real que se le vieran tan bien a alguien más como lo hacían en él, una simple playera blanca y un tipo camisa tipo mezclilla desabotonada.

Para ser sinceros, esa silueta y su porte parecía ser de otro mundo, además de su olor terroso que hizo que su alfa quisiera correr en medio del denso bosque. 

Y después de unos breves instantes la habilidad de hablar de Louis regresó, carraspeó un poco extendiendo su mano para saludar a su futuro alfa. 

—Lamento mucho esto, es un placer conocerte como ya dijo el engendro, mi nombre es Louis.

El bello chico sonrió aceptado el saludo estrechando su mano. —El gusto es mío y como dijo esta princesa, soy Harry.

—¿Te causó algún inconveniente? Bueno, aparte de estar prendida como una garrapata a tu pierna. —preguntó con algo de pena.

—En realidad no. —sonrió. 

Louis formando una línea recta con sus labios y se agachó para tomar a la pequeña que se rehusaba a soltar al alfa. 

—¡Mily, basta! Eso es grosero, esto es raro y bien sabes que no debes hablar con personas extrañas. —regañó a la pequeña que hizo un pequeño puchero. 

—Pero tío Lou, Harry es como un príncipe, un príncipe de cuento. —suspiró enamorada—. ¿Qué no ves? Además, tenían animalitos, les estaban tomando muchas fotos y ese alfa de ahí se veía muy hermoso. —dijo señalando con su pequeño pulgar a Harry.

Louis dirigió la mirada enarcando las cejas al alfa que parecía tener las mejillas de un carmín muy lindo. 

Este al ver la expresión dudosa del hermoso chico que tenía al frente frunció su ceño un poco pensando en sus palabras. —Estábamos en una sesión, soy modelo. —comentó tímido. 

Louis se sintió apenado creyendo que su linda sobrina habría estropeado el trabajo de Harry. 

—Lo siento tanto, Harry, no era nuestra intención, solo me di vuelta 5 segundos, literalmente.

—No te preocupes, en realidad fue como una refrescante tenerla, todo estaba siendo aburrido.

—Por favor sé sincero, ¿tu sesión se estropeó? —preguntó intentando separar a Mily del agarre que la pequeña tenía con la pierna del alfa. 

—No, ya te dije que no te preocupes, ha sido lindo tenerla, es muy educada y respetuosa.

La pequeña dio una enorme carcajada —todo lo contrario a mi tío lindo. —canturreó burlona. 

—¡Oye! No seas grosera. —reclamó el alfa de ojos azules.

—Eso dice mi mami. —Mily volteó a ver al príncipe de cuento—. ¿Pero mi tío es muy lindo, no es así, Harry? —preguntó la pequeña batiendo sus pestañas al alfa. 

—Cachorra… —Louis le llamó en tono de reproche. 

—Pero si eres muy tierno. —dijo la pequeña omega con un puchero en los labios. 

—Es hora de irnos pequeña, Harry debe seguir trabajando y además me tienes que explicar ¿cómo diablos llegaste hasta aquí? 

Esta vez fue Harry quien respondió —Tenía estas fotos con un pequeño cordero y un cerdito y pues Mily se acercó a jugar un poco con ellos, espero no te moleste. 

—¿En realidad me preguntas eso, amor? —inquirió el castaño.

El alfa se sonrojó riendo tímido por el apodo —Si, bueno, cualquiera pensaría otra cosa, no lo sé.

—¿Así que debo desconfiar de ti? —preguntó haciendo cosquillas a la pequeña quien se soltó de su agarre y se aferró al cuello de su tío para después depositar un tierno beso en su mejilla, Harry apreció la adorable vista con una gran sonrisa en su rostro. 

—Invítalo a un helado o le diré a mami que me perdiste. —Le susurró sonriendo con fingida inocencia. 

Pequeña mierda inteligente” pensó Louis. 

—Harry, me preguntaba… bueno ambos... —balbuceó nervioso aún con la niña en brazos.

—¿Qué cosa? —cuestionó el alfa que aún se encontraba sentado sobre esa rústica banca. 

—Ven y pasa un rato con nosotros, te invito a un helado por los inconvenientes, es lo menos que puedo hacer. 

Sin pensarlo tanto el alfa sonrió mostrando sus dos lindos hoyuelos y Louis supo que estaba totalmente perdido —Bien, será un gusto, solo espera que vaya y me quite este atuendo. —Harry se puso de pie algo intimidado a causa de la mirada del bello alfa de ojos azules. 

—Claro, cariño, aquí esperamos ¿No es así, Mily? 

—Prosupuesto, Harry toma todo el tiempo necesario. —La pequeña dijo sonriendo aún con sus manitas entrelazadas tras el cuello de su tío, aún le dificultaba decir algunas palabras.

—Por supuesto, aquí te esperamos. —Louis repitió la palabra para que su sobrina supiera la forma correcta de decirla.

Al ver al alfa desaparecer de su vista dirigió su atención a su sobrina —Mily, eso que hiciste estuvo mal cariño.

—Lo sé tío Lou y lo siento, pero eran animalitos y los pude acariciar. —respondió animada queriendo ablandar el corazón de su tío para que no la riñera. 

Louis bajó a la niña inclinándose hasta quedar frente a ella —A ver, amor, quiero que entiendas algo, ¿bien? No puedes ir simplemente y separarte de cualquiera de nosotros solo porque te llamó la atención algo, no debes hablar con desconocidos, no podría perdonarme si algo te pasara en verdad me asuste pequeña. —Suspiró hablando sus facciones—. Para nuestra suerte Harry parece ser un alfa decente, pero no todos son así, ¿entiendes pequeña rata? 

Los ojitos color miel de la omeguita se cristalizaron y su labio inferior resaltó mostrando un bello puchero —Lo siento, tío.

—Ya no te preocupes pequeña, pero debes prometerme que nunca jamás volverás a hacer algo como eso. 

—Lo prometo por la garrita. —dijo alzando su dedito meñique. 

—Perfecto pequeña mocosa, eso espero ¿bien? 

—Lo juro. —Se animó limpiando las traicioneras lágrimas que se escaparon de sus ojitos. 

Louis la abrazó y la mimó por unos momentos —Bien, ahora limpiemos esas mejillas o no querrás que tu futuro esposo se enoje conmigo pensando que te hice sentir mal.

La pequeña soltó una pequeña risa —En realidad me gusta más como tío. —tapó su pequeña boca al ver la ceja alzada de su tío. 

—Pequeña impertinente ni se te ocurra decir algo, no avergüences a tu tío. —pasó sus manos sobre su rubio cabello dejando un beso en su frente. 

—Te quiero tío Lou, eres el mejor de todos.

—¿Será porque soy el único? 

—No. —respondió riendo por las cosquillas que se ganó—. Eres el mejor porque eres Louis. —Lo abrazó pidiendo ser alzada. 

Se refugió en el olor de alfa, mientras tanto Louis veía a Harry acercarse con unos pantalones de mezclilla negros que se ajustaban perfectamente a sus piernas, una camisa negra con puntos blancos, botas negras y anillos adornados, los dedos de su mano. 

Era tan guapo, que perdió el aliento al verlo caminar a donde él estaba. 

—Listo, siento si demoré demasiado. 

—Todo bien, por aquí cerca tenemos una heladería, ¿o prefieres esa cafetería con ricos postres? 

—A donde vayas yo te sigo.

—Vamos a casa entonces. —comentó la cachorra que se escondía en su cuello de su tío, Louis le dio un suave pellizco y por tal acto él se ganó una pequeña mordida. 

Harry vio con ternura la infantil, pero juguetona pelea, Louis al ver el rostro rojo de su sobrina a causa de la risa preguntó —Vayamos por un café, ¿qué dices mocosa? 

—¡Sí! —gritó. —Quiero una porción de ese pie de cablabaza 

—Te encanta la calabaza, ¿no, amor?

—Eso, si me encanta. —Louis acomodó bien a la omega en sus brazos y dirigió el camino hacia la cafetería. 

—Así que eres modelo. —Louis dirigió la vista al tímido alfa que caminaba a su lado.

—Sí, es lindo, me gusta, me encanta la idea de transmitir emociones y esas cosas en una imagen, ¿y tú? 

—Soy un criminal. —respondió sin duda y con algo de seriedad.

Al ver el rostro de asombro del alfa se rio —Es una broma, Harry, en realidad soy arquitecto y decidí tomar unas vacaciones.

—Me alegro de que hicieras eso, fue lindo conocerte… es decir, conocerlos, a los dos. —Harry dijo con un leve sonrojo en sus mejillas 

—¿Así qué es mutuo? 

—Lo esm —respondió y ambos se sonrieron. 

Sin sentir el viaje llegaron a la cafetería, Louis bajó a su sobrina ganándose un pequeño quejido, empujó la puerta haciendo sonar la campanilla del pintoresco lugar y les cedió el paso a ambos. 

Al entrar el olor a pan recién horneado y café les invadió haciéndolos suspirar. Era un lugar agradable, cálido y acogedor. 

Se acomodaron en una de las mesas dejando a la cachorra en medio de los dos esperando ser atendidos, una omega con una gran sonrisa se acercó con libreta en mano. 

—Bienvenidos, es un gusto que nos acompañen, mi nombre es Merie y tendré el gusto de atenderlos ¿qué les puedo servir? 

Louis sonrió amable —Hola, el gusto es nuestro, yo deseo un café cargado sin azúcar y una porción de tiramisú.

—Con gusto ¿Y ustedes? —levantó la vista al terminar de anotar.

—Yo un pie de calabaza y chocolate por favor. —pidió la pequeña y la omega rio enternecida 

—Será un placer, lindura.

—¿Y usted? —preguntó dirigiéndose a Harry. 

—Un café con leche, sin azúcar y una rebanada de pastel de zanahoria. 

—Muy bien, en unos minutos tendrán su orden. —dijo antes de retirarse.

Mily era una pequeña omega que aún le era imposible ser discreta o guardarse sus pensamientos, a Louis le parecía que Mily había llegado al mundo para avergonzarlo como aquel día en donde salieron a jugar el deporte favorito de su tío, Mily pateó la bola muy fuerte y fue a dar cerca de unas omegas que empezaron a chillar indignadas y escandalosas. Cuando Louis se acercó para pedir disculpas, las chicas al notar la belleza del alfa empezaron a dejar salir su dulce y empalagoso olor. 

La pequeña al notar las intenciones de las omegas corrió a donde su tío tomando su mano y una de ellas habló. 

—¿Esta pequeña dulzura es tu hija alfa? La pelinegra se acercó apretujando la mejilla de Mily. 

—No me toques. —dijo la pequeña pasando su mano bruscamente por donde la omega pasó su mano. 

—¿Tienes mami? —preguntó otra de ellas caminando con coquetería para intentar apantallar al alfa. 

La pequeña gruñó, en realidad muchas de las actitudes que poseía era porque las imitaba de su tío —A él solo le gustan los alfas, así que shu. —Las ahuyentó meneando sus manitas para espantarlas. 

La risa de Harry lo regresó de sus recuerdos.

—Eres muy hermoso, Harry, igual que mi tío Lou.

—Gracias, Mily, eso es muy lindo.

—¿Tienes novio? —cuestionó con una pequeña sonrisa en sus labios.

—¡Cachorra! —jadeó Louis—. Mily, ya hemos hablado que no debes invadir a las personas con preguntas y menos si son de su vida privada. —instruyó con paciencia. 

Louis no entendía como su linda sobrina no poseía filtros, claro que la pregunta no le molestaba porque le interesaba saber el estado de Harry, pero había dicho novio y el alfa parecía algo tímido. 

—Tranquilo no me molesta —Harry se entrometió—, y respondiendo a tu pregunta, no tengo alfa. —dijo sin darse cuenta de la última palabra. 

Algo en el interior de Louis se encendió llenándolo de felicidad. 

—Mi tío Lou tampoco tiene alfa, mami dice que son algo tontitos porque mi tío es el alfa más hermoso de todos. —La pequeña hizo un exagerado ademán. 

Ambos soltaron tímidas sonrisas escuchando a la pequeña seguir hablando de forma tan cantarina. 

La mesera llegó con sus órdenes dejando cada plato a quien le pertenecía. Pasaron un buen rato platicando y conociéndose un poco más, al cabo de unos minutos el celular de Louis sonó notificando que era su hermana quien llamaba. 

—Era tu mami, mocosa, ya es hora de regresar.

—¡Pero tío Lou! Yo quiero contarle cuál será mi vestuario en mi fiesta a Harry.

—¿Por qué no lo invitas? Así el mismo lo verá.

—Es una buena idea. —La pequeña giró su rostro—. Harry, lamento no traer una invitación, pero me gustaría mucho, pero mucho, muchísimo, que vayas a mi fiesta.

—Gracias, Mily, en realidad no quiero molestar. 

—No, no molestas, ¿verdad tío, Lou? —giró su rostro abriendo sus grandes ojos azules.

—Claro que no, cariño.

—Ves, Harry. —aplaudió emocionada.

—Bien, entonces será un honor, ¿cuándo será? 

—Este sábado y será de princesas. —chilló emocionada.

Louis aprovechó la oportunidad viendo directamente al alfa —Harry, podrías darme tu número de celular, así te mando la ubicación exacta.

—Bien. —sonriendo el rizado aceptó el aparato para agendarse en los contactos de Louis. 

El alfa de ojos azules pagó la cuenta después de haber tenido una pequeña discusión con Harry para dividirse el gasto, claramente Louis ganó alegando que él fue el de la idea y que por ellos su sesión había parado. 

Mily se despidió con un abrazo del alfa y Louis le dijo adiós alzando la mano 

—Estaré esperando tu mensaje Louis. 

—Que tengas una linda tarde Harry, te veo el sábado y gracias por todo. 

Esa misma noche el alfa de rizos recibió un texto.

¡Hola, Harry! Te saluda Louis, el tío de la pequeña 
pero linda revoltosa, te dejo la ubicación del lugar, 
estaremos muy felices si nos acompañas. 
Mily no deja de hablar de ti. 

                    Hola, Louis, muchas gracias. 
                      Ansió que llegue el sábado
                      y poder verlos. 

Ambos alfas sonrieron deseándose buena noche con la emoción a flor de piel por haberse conocido y que ahora podrían verse de nuevo. 

Louis prometió comprarle un muy lindo y caro regalo a su sobrina, al fin y al cabo fue gracias a ella que conoció a ese bello alfa.
                             

Los días después de su encuentro se estuvieron hablando por mensaje comentándose de cómo fue su día o, simplemente hablando, de cosas sin sentido. Se desvelaron un par de veces quedándose dormidos con los celulares en mano. 

Sábado por la mañana la casa de donde sería la fiesta estaba decorada con muchos globos por todos lados, adornos morados y lilas. Un enorme peluche de Pascal estaba sobre uno de los sillones de la sala principal, la pequeña omega se volvió totalmente loca cuando su tío Lou llevaba en manos el enorme peluche que era un poco más alto que él. 

La pequeña se encontraba disfrazada de Rapunzel con un perfecto peinado y un lindo vestido. 

Había obligado a Louis a vestirse como Flynn asegurando que si no lo hacía su disfraz no tendría sentido, ¿y quién era Louis para negarse a esos lindos ojos? 

Ambos jugaban en el patio saludando a los pequeños invitados hasta que la hermana de Louis asomó la cabeza por la puerta diciendo que en la puerta preguntaban por él. 

El alfa caminó siendo seguido por Mily hasta llegar a la entrada encontrándose con un Harry quien sostenía un enorme regalo en manos y una gran sonrisa. 

—Hola, espero no llegar muy tarde. —saludó. 

—HARRYYYY —gritó la omega corriendo para abrazarlo—. Llegaste Harry, creí que no vendrías.

—No podía perdérmelo cariño y mírate este hermoso hasta creería que eres la verdadera Rapunzel.

—¿Conoces a Rapunzel? 

—Sí, es una de las princesas preferidas de mi sobrina.

—¿Por qué no la trajiste Harry? 

—Porque no vive cerca, pero si algún día me visita podríamos organizar una fiesta de té, ¿qué te parece? 

—Anosbroso.

—Asombroso, pequeñam —intervino Louis. 

—Hola, Louis, tú también luces muy bien. —halagó sonriendo al inspeccionar el atuendo del alfa. 

—Lo mismo digo Harry. —respondió apreciando la vista. 

La pequeña omega rompió el momento de las miradas tomando a Harry de mano para llevarlo afuera y presentarle a todos a su nuevo amigo. 

Decir que la familia de Louis estaba encantada con Harry era poco, todos lo adoraron cuando la pequeña lo presentaba con orgullo. 

Salió para ver a su sobrina arrastrar al alfa con sus amigos, en especial en el ahora matrimonio de Liam y Zayn. 

Escuchaba cómo le explicaba que dentro del estómago de Zayn crecía un pequeño hermanito para ella. 

Harry congenió perfectamente con los dos y hablaron para conocerse un poco. Luego de un rato, Louis buscó al alfa de rizos para ofrecerle algo de beber y llevarlo a la cocina. 

—De verdad todos te adoran. —dijo sirviendo un poco de té frío 

—Son muy amables, tienes una familia muy linda.

—Es muy pronto para que digas eso, no los conoces.

—¿Qué dices? Pero si son encantadores —dijo sorbiendo un poco de té sin quitar la vista del alfa. 

Louis se burló tomando una actitud sigilosa y graciosamente atemorizante, se acercó rodeando la silla donde el lindo alfa se encontraba sentado, habló cerca de su oído causando un escalofrío.

—Así empiezan Harry, lucen tiernos y encantadores, pero luego te atrapan y te hacen venir a las comidas familiares, cumpleaños y en Navidad te hacen usar esos suéteres con adornos exagerados y feos. —terminó con susurros como si de un secreto se tratara. 

Harry abrió sus labios dejando escapar una pequeña bocanada de aire intentando calmar su inquieto pecho no atreviéndose a darse la vuelta y encarar al alfa —Eso suena muy lindo, yo desearía tener a mi familia cerca para poder hacer algo así. —respondió nervioso.

—Lo lamento no quería traerte recuerdos tristes. —Louis regresó para estar frente a él. 

—Está bien, todo fue por cumplir mi sueño y ser modelo. 

—Bueno nuestra casa es tu casa, bueno en específico esta no es mía, ¿pero tú entiendes no? 

—Claro muchas gracias. —Y como si de invocaciones se tratase, la mami omega de Louis se apareció dando a su pequeño un fuerte abrazo.

—Mi lindo cachorro, mi Lou estás muy delgado. Espero dejes de consumir tanta comida chatarra, mi bebé hermoso qué lindo es tenerte en casa. 

—¡Mamá! Para que tenemos un invitado. —rogó con las mejillas rojas viendo a Harry darle tiernas miradas. 

La omega se volteó viendo al alfa y saludando cortésmente para después atraerlo a ella con un cariñoso abrazo. 

Luego de unas palabras y tal y como Louis dijo, Harry ya estaba invitado al próximo almuerzo familiar. 

Compartieron la tarde juntos sin querer despegarse uno del otro, el alfa de Harry saltaba muy feliz cada que Louis lo encaminaba poniendo su mano sobre su espalda baja presentándolo con una gran sonrisa a los demás invitados. 

La fiesta acabó y todos regresaron a sus hogares, Harry se había quedado un momento más a petición de Mily, pero ya se estaba haciendo tarde y no quería ser grosero abusando de la hospitalidad de la linda familia de Louis. 

Se despidió de todos y el bello alfa de ojos azules fue a dejarlo a su auto 
—Me encantó tenerte con nosotros Harry, eres bienvenido cuando quieras. 

—En realidad tienes una bella familia, Louis.

—Gracias seguiremos en contacto, ¿no? 

—Me encantaría.

Bien es ahora o nunca pensó Louis, su madre le había dicho que no siempre había segundas oportunidades en la vida y que conocer a Harry no había sido una casualidad, a la omega le pareció perfecto para su hijo y a su Lou perfecto para Harry. 

—Y a mí me encantaría que saliéramos, ¿qué dices alfa? —preguntó Louis temiendo perder la oportunidad de no verlo de nuevo.

El corazón de Harry latió frenéticamente, no se esperaba esa propuesta, pero a decir verdad agradecía que Louis decidiera hacerlo, pues su lobo se volvía loco estando cerca y no fue capaz de imaginarse que no volverían a verse de nuevo. 

—Claro que si. —dijo sonriendo caminando con un poco de valor para abrazar al alfa. Al separarse se ruborizó y camino a su auto agitando su mano en forma de despedida. 

Aprovecharon hablar cada noche poniéndose al día de lo que sucedía con ellos, el tiempo era bueno y la conexión en ellos crecía cada vez más. 

Ahora fue Harry decidió tomar la iniciativa llamándole para invitarlo a dar un paseo y ver una película. 

La necesidad de verlo era más grande que su propio nerviosismo. 

Así que aquí estaban caminando por el parque con risas tímidas, sabiendo con claridad de este sentimiento que cada vez era más fuerte. 

Louis le contaba sobre el complejo de apartamentos que debía visitar y Harry sobre su próxima sesión de fotos. 

Para Louis era fácil el poder hablar con Harry, su voz ronca y pausada le provocaban calma. 

Y Para el alfa de ojos verdes escuchar la cantarina voz de Louis era como una oleada de frescura. 

Conversaron animadamente hasta llegar al cine, Louis se dio cuenta de que al alfa le disgustó un poco, así que sugirió un cambio de planes y ahora se encontraban sentados en los columpios del parque, su sola compañía era más que suficiente, cuando estás con la persona correcta el tiempo lo era todo. 

—Estoy en desventaja Harry, lo sabes. 

—Prometo llevarte pronto con mi loca familia. —respondió Harry con mucha ilusión con la sola idea de llevar a Louis a casa de sus padres. 

—Muero por conocer a tu madre, me has hablado tanto de ella que ya creo que la conozco. —río recordando los miles de mensajes que se han enviado contándose todo lo referente a sus vidas. 

—Lo sé y créeme que en cuanto regresen del viaje haremos una cena y tendrás un lugar especial en la mesa. 

—Eso suena encantador, cariño. —Le regaló una de esas sonrisas que mostraban las arruguillas alrededor de sus ojos. 

Harry las amaba y solo tenía el deseo de escribir con besos sobre ellas y recitarle con caricias el puñado de fuegos artificiales que le hacía sentir. 

Hacía un poco de frío la tarde pasaba y Louis ofreció poder empujarlo, Harry aceptó muy feliz, sus risas se podían escuchar a distancia y en realidad no había mejor momento que este, el cabello de Harry bailaba con el viento y la nariz de Louis se encontraba roja por lo helado de la entrada de la noche. 

Se sentían tan libres, tan íntimos y tan ellos que nada importaba. 

Cuando la velocidad bajó, Louis se acercó por delante atrayendo las cuerdas metálicas hacia él acercando al alfa hasta que sus narices rozando. 

—Te sienta muy bien la luz de la luna. —Louis habló soltando el aire formando pequeñas nubes de vaho con su aliento. 

Harry algo nervioso se removió intentando pararse, pero se fue de boca cayendo sobre Louis quien solo reía enternecido admirando los hoyuelos que aparecían en sus mejillas, Harry le vio directo a los ojos y habló —parece que tienes una constelación en los ojos Louis.

El alfa con mucha cautela posó sus manos sobre la cintura de quien tenía sobre de él y que parecía no importarle en lo más mínimo estarlo aplastando. 

Al ver que no lo incomodó con su toque hizo pequeños remolinos sobre el abrigo de su alfa. 

No se dejaron de ver en ningún momento hasta que Harry peinó su flequillo bajo la intensa mirada Louis y fue acercándose hasta su nariz para dejar un tierno beso sobre ella. 

Se puso de pie extendiendo su mano para ayudar a un Louis con sonrisa embobada a levantarse. 

—Es hora que te lleve a casa es tarde y no quiero que enfermes  —dijo Louis moviendo su mano hasta llegar a la de Harry para entrelazar sus dedos. 

—Eres todo un caballero, mi príncipe valiente. —exclamó sonriente por el agarre.

Louis apretó sus manos volteando a ver una banca que se encontraba cerca de un enorme roble que era iluminado por un lindo faro que daba una linda y romántica vista. 

Harry al notar lo que Louis veía los dirigió hasta ella y tomaron asiento, sobre el desgastado metal —Me encanta salir a caminar por la noche, pero no me gusta hacerlo solo. 

—Bueno, pues ahora tienes un príncipe valiente y un gran caballero dispuesto a acompañarte. —murmuró Louis acariciando la piel lechosa del alfa con su pulgar. 

—Estaré esperándote todas las tardes cuando el sol este a punto de ocultarse. —bromeó mostrando nuevamente sus hoyuelos 

Louis, hipnotizado por su belleza, llevó su mano acunando su mejilla, se acercó hasta quedar frente a él —¿Puedo?
—preguntó.

Harry asintió y automáticamente cerró los ojos cuando notó a Louis acercarse a él sin quitar la vista de sus labios. Era un pequeño roce justo en la comisura, pero sus corazones latían erráticos por la emoción. 

Abrió los ojos notando por primera vez un pequeño rubor en las mejillas de su alfa, así que ahora él se acercó y unió sus labios en un tierno beso. 

No era algo subido de tono, solo algo especial y lindo. 

Al separarse se vieron directo y Louis besó repetidamente sus mejillas terminando con un corto beso en su frente. 

El farol alumbraba la tierna escena de los amantes, la enorme luna fue testigo de que nada era casualidad en esta vida, era solo el destino cumpliendo su cometido. 
                           

Al pasar los días desde su salida aquella noche, aún se mimaban con tiernos roces, besos y caricias. 

El cambio de estación se veía y el invierno arremetió con todo, dificultándoles el poder verse como ambos deseaban hacerlo. Harry estaba quedándose donde su mejor amigo Niall, un pequeño omega ya emparejado con un amigable alfa de linda sonrisa. 

Esa tarde Louis le hizo la invitación de salir a cenar, así que ahora estaba intentando buscar un atuendo que fuera digno de su salida. 

—Creo que podrías ir con un costal de papas y aun así, lo dejarías asombrado —Niall le sonrió a través del espejo. 

—Solo quiero estar lindo para él. —refunfuñó el alfa rizado.

—Ya lo eres Harry, no te preocupes. —dijo Shawn besando la sien de su omega. 

—Estoy nervioso, él es tan lindo. —suspiró nervioso—. Hemos acordado acomodar horarios para reunirnos con sus amigos y así puedan conocerse. 

—Eso sería genial. —aplaudió el omega. 

Al cabo de unos minutos estaba listo, optó por un estilo casual y elegante, sonriendo satisfecho con los resultados. Le encantaba la ropa y jugar con las telas, constantemente era alagado por su buen ojo con la moda. 

Se despidió de sus amigos para ir hasta su auto y llegar al apartamento de Louis, quien le había invitado a conocerlo, pues, el alfa estaba orgullo del diseño y quería mostrarle a Harry un poco de su trabajo, de ahí ambos saldrían al restaurante para cenar. 

Sin duda alguna era una vista maravillosa, el lugar tenía sentido estético exquisito, grandes ventanales con elegantes cortinas cubriendo los vidrios transparentes. Suspiró sintiendo la ráfaga de frío viento que azotó su cabello por unos instantes, así que se apresuró a tocar el intercomunicador para avisar que estaba abajo. 

Segundos después, la voz de Louis se escuchó a través del aparato —Adelante, Harry.

Sonrió cuando la alarma de la puerta sonó indicándole que podía pasar, se dirigió con pasos apresurados a su destino. 

Al llegar a la puerta principal dio unos leves toques y al instante el alfa lo recibía con una gran sonrisa plasmada en los labios. Louis se acercó posando sus manos sobre su cintura y Harry rodeó su cuello con sus largos brazos mientras se saludaban con unos cuantos besos. 

—Es muy lindo aquí. —dijo asombrado dejándose guiar.

—Gracias, amor.

—Sí que tienes talento Lou, me encantaría vivir en un sitio como este. —murmuró pasando sus manos y detallando todo lo que sus ojos veían. 

—Podríamos solucionar eso. —respondió coqueto, pero al parecer el alfa no había escuchado. 

Harry seguía caminado, inspeccionado todo el lujo, no era para nada incómodo, se sentía bien, todo se sentía como un hogar. 

De la nada un enorme rayo se dejó ver en el cielo y a los pocos segundos un enorme estruendo sonó. Harry dio un pequeño brinco, pues desde cachorro les ha temido a las tormentas. 

Dio unos pasos atrás sintiéndose asustado de pronto y con un poco de vergüenza de que Louis se diera cuenta. 

Pero Louis sintió el miedo de su alfa, así que se acercó acariciando su mano para llevarlo al enorme y cómodo sillón. 

—Calma, bebé, te tengo. —susurró atrayéndolo a su pecho. 

—Lo siento, me da pena, pero en realidad odio esas malditas cosas. 

El azul soltó una gran carcajada y Harry levantó la vista indignada —Oye, no te burles. —dijo con un puchero en sus labios. 

—No amor, no me estoy burlando, es solo que me causó gracia la forma en que te has expresado, es la primera vez que te escucho maldecir. 

—Aún no me conoces bien, Tomlinson. —espetó mientras escondía su rostro en el cuello del alfa inhalando su embriagante y relajante olor. 

—¿Deseas algo de beber? Podría hacerte un chocolate o lo que mi príncipe desee.

—Aquí estoy bien, así que ni se te ocurra levantarte. —rozó su nariz sobre su dorada piel. 

Segundos después más rayos y truenos retumbarlos en el cielo gris, dando paso una torrencial tormenta, provocando que Harry se apegara más a él. 

Era claro que no podrían salir, así Louis le ofreció quedarse a cenar en su apartamento, vieron una película y cuando fue el momento le invitó para ir a la cocina, no soltaron sus manos durante el tramo. 

El ambiente era relajante gracias a que su alfa logró tranquilizar su irracional miedo a la fuerte lluvia. 

Cocinaron una rica pasta y la acompañaron con una copa de vino, pero a medida que pasaba el tiempo parecía que la tormenta empeoraba cada vez más y más.

La lluvia era fuerte y el estruendoso viento azotaba varias puertas y ventanas. 

Un enorme rayo retumbó por todos lados y Harry se apegó más al costado de Louis, este sonrió y lo atrajo a su pecho para calmarlo, besó su cabello deleitándose con su olor, todo estaba oscuro, pues no había energía eléctrica. 

Louis hizo el intento de pararse para encender algunas velas que guardaba para estas muy extrañas ocasiones, pero le fue imposible por el enorme cuerpo que lo estaba abrazando. 

Volvió a intentar, pero lo único que ganó fue un gruñido del alfa. 

—Cariño debo ir por algunas velas y algo para arroparte. 

—No es necesario Lou, eres muy cálido. —respondió el alfa en sus brazos.

—Alfa testarudo. —dijo subiendo a Harry a su regazo, el alfa un poco sorprendido se aferró a su torso.

—No. —volvió a refunfuñar pensando que se iría, pero lo que pasó fue que Louis lo sujetó fuerte haciendo que sus piernas se enredaran en su cintura y como si fuera un tierno koala lo cargó hasta llegar a los estantes. 

Harry estaba escondido en la curvatura de su cuello haciendo unas cuantas cosquillas a causa de su respiración. 

Regresó al sillón y con cuidado se sentó y encendió unas cuantas para tener iluminación. 

Era perfecto la luz de la vela hacían el rostro de su alfa se viera más hermoso de lo que ya era. 

Pasa la noche conmigo, bonito —le susurró acariciando su mejilla. 

Harry le sonrió mostrado uno de sus hoyuelos —Me encantaría. —respondió abrazándose más a él. 

—Hoy tenía una sorpresa para ti, algunos planes, pero creo que todo aquí es perfecto. 

Harry se sentía feliz y completo en los brazos de Louis —Todo es perfecto siempre que estemos juntos. 

—Lo sé amor, pero quiero preguntarte algo.

—¿Qué cosa? 

—¿Aceptarías concederme ser tu novio? 

Harry se levantó de golpe dando una leve palmada en el pecho de Louis —ALFA tonto, no puedes soltar algo así de la nada —recriminó emocionado.

Louis se carcajeó levantando los hombros —Pensé que dirías que si. —dijo pasando uno de los rebeldes rizos de su alfa tras su oreja. 

—Pues claro que acepto. —se inclinó buscando rozar sus labios con los del contrario. 

—Gracias. —pasó sus manos por la definida espalda del alfa buscando una pequeña cajita de donde sacó una linda gargantilla. Sonrió al ver los ojos iluminados de su ahora novio, con cuidado lo ajustó y percibió el olor de Harry salir dando a entender lo feliz que estaba. 

Afuera seguía diluviando, Harry mandó un mensaje a su mejor amigo para informar de su pequeño inconveniente pidiendo que no se preocupara, pues pasaría la noche con su novio, mañana sería sábado y no tendrían trabajo. 

Louis se puso de pie tomando en sus brazos a su adormilado alfa y se encaminó hasta su habitación, solo le quitó la gabardina y lo recostó en las suaves mantas y muchas almohadas. 

Cuando lo vio acomodado tuvo este deseo de tenerlo todas noches por el resto de su existencia junto a él. 

Pues ese lugar le pertenecía a Harry, su Harry. 

Intentó despertarlo muchas veces, pero parecía que el alfa tenía el sueño pesado, su intención era que se pusiera una pijama para que lograra dormir más cómodo, pero no lo logró, así que solo se acostó a su lado arropándolo bien para que no pasara frío, pero todo fue en balde, pues a los instantes Harry lo uso como almohada pasando una de sus largas piernas sobre las suyas. 

Lo abrazó y ambos durmieron tranquilos, Louis sabiendo que Harry estaba bien en sus brazos y Harry con la seguridad que su Louis lo protegería de la tormenta. 

A la mañana siguiente el alfa de ojos azules estaba despertando buscando el calor que le hacía falta a su lado.

Levantó su rostro de la almohada y lo buscó, pero no lo vio por ningún lado. Al instante se desanimó pensando que había ofendido por recostarlo junto a él, así que fue al baño y se limpió, al terminar fue en búsqueda de un vaso con agua para beber, y enviarle un mensaje para saber qué había sucedido. 

A medio camino el olor a comida recién preparada le rodeó y sonrió al ver a Harry de espaldas sirviendo los platos. 

Se acercó por detrás, pasando sus brazos por la cintura, besando su cuello. 

—Buenos días, cariño.

—Hola, alfa, disculpa el atrevimiento, pero quería cocinar para ti. —sonrió girándose para besar sus labios. 

Louis le abrazó suspirando cuando su nariz rozó la piel del alfa, sintiendo cómo los vellos de Harry se erizaban bajo su tacto. 

—¿Y si pasas todo el día junto a mí? 

—No quiero molestar Lou.

El alfa lo vio con ceño fruncido moviendo su rostro de un lado a otro para negar —¿cómo dices eso alfa? 

—No lo sé. —levantó los hombros con un tierno puchero. 

—Ahora eres mi novio, ¿recuerdas? 

—Claro que si. —ladeó la cabeza sonriendo tímidamente.

—Hombre, entonces porque dudas y la verdad me encantaría tenerte a mi lado todo el tiempo.

—Lo sé, mi lobo se ha pegado mucho a ti. —comentó feliz.

—No hay que decepcionarlo entonces.
—dijo atrayéndolo a sus brazos 

Pasaron el día juntos repartiéndose todo el cariño que podían, organizaron una salida con sus amigos el próximo fin de semana, presintieron que se formaría una linda amistad. 

Pasaron unas semanas desde que Harry quedó atrapado con Louis en su apartamento y desde entonces les era casi imposibles estar alejados. 

Hubo un momento en que Harry debió viajar por un contrato con una revista, fue casi un mes tortura para ambos y de ahí acordaron que como máximo estarían alejados dos semanas. 

Nunca faltaron a su promesa. 

Volvieron a reunirse con sus amigos, conectaron muy bien y cada que podían se juntaban a comer o a tomar un café. 

Bromearon y comentaron sobre la pronta llegada del bebé del omega amigo de Louis que estaba embarazado. 

Niall era simplemente bello y cautivador, quien era muy protegido por su caballeroso alfa. 

Liam y Zayn congeniaron muy bien con Harry contándole un par de cosas vergonzosas de Louis y este juró que se vengaría más adelante. 

Después de un rato tranquilo y agradable regresaron a sus casas para descansar, pues el siguiente día Mily estaría con ellos, ya que la pequeña omega estaba de vacaciones. 

—Tío Lou. —gritó corriendo con sus brazos abiertos esperando ser recibida por el alfa.

—Hola, pequeña mocosa.

De inmediato la omega se escondió en su cuello buscando su olor, Harry despedía a su cuñada en la puerta, en tanto ella le informaba que regresaría por la tarde para llevarla a casa después. 

Harry caminó a la entrada y la pequeña se escondió tímida por la mirada del alfa 

—Oye sabandija no saludarás a Harry? 

—No. —respondió con voz suave.

—¿No? —preguntó Harry con un pequeño puchero apareciendo en sus labios.

—No porque me robaste a mi tío Lou. —Le regaló una sonrisa melancólica.

—Pero si aún me tienes Mily. —La bajó y se inclinó hasta su altura y seguir hablando. 

—Mily el lugar que tú ocupas en mi corazón, nadie te lo podrá quitar amor, ahora es más difícil vernos porque regresé a trabajar y tú ahora estudias porque eres una omega grande, fuerte y valiente amor. 

La pequeña apartó la mirada hacia otro lado para ocultar sus ojos cristalizados —¿Aún me amas? —Le preguntó con su voz quebrantada. 

—Claro que si y Harry sabe perfectamente eso, ¿verdad amor? 

—Así es cielo. —extendió su mano para la pequeña omega y la tomó suavemente 

—¿Tú no estás molesto conmigo? —le preguntó al alfa frente a ella. 

—No cariño, no podría gracias a ti, conocí a tu loquito tío.

Una chispa de ilusión se encendió en los ojos de la pequeña —¿lo dices en serio?

—Pues claro, hasta he considerado que eres mi mejor amiga. —susurró.

Los alfas rieron enternecidos por los pequeños brincos de emoción que la pequeña daba por todos lados 

—Tú también serás mi mejor amigo Harry y el esposo de mi tío Lou. —gritó emocionada.

Ambos abrieron los ojos algo nerviosos 

Mily corrió a buscar su maleta, pues pasaría un día con ellos, muy emocionada sacó un set de esmaltes para uñas que Louis le compró para que se pintara las uñas con ahora su nuevo mejor amigo. 

Harry estaba enternecido de la imagen que tenía al frente, alfa y omega, cada uno se ocupaba de una de sus manos, ambos con la punta de su lengua fuera de sus labios y ceño fruncido haciendo notar su concentración. 

—Terminamos tío Harry. —Mily aplaudió emocionada viendo su magnífica obra. 

—Son tan lindas, gracias. —habló el alfa de ojos verdes apreciando la pintura en sus uñas 

—Que bueno que te guste amor, te hacen ver muy bello. —Louis dijo provocando un gran sonrojo en las mejillas de Harry. 

—Gracias, ambos lo hicieron muy bien. —felicitó Harry besando la cabecita de la cachorra. 

Así pasaron la tarde entres risas y pequeños y tontos juegos, hasta que se hizo de noche y Louis llevó a la omega a su habitación, porque sí, Mily tenía su propia habitación en casa de su tío. 

Después de contarle un cuento y llenarle su lindo rostro de besos, salió de la habitación apagando la luz para ir en búsqueda de Harry. 

Su alfa estaba parado lavando algunas tazas que quedaron de la cena, se acercó por detrás pasando sus manos por la cintura que le volvía loco y entrelazarlas frente a su plano vientre, acercó su resto recostándolo sobre su enorme espalda mientras se inundaba de su olor. 

Pudo escuchar las pequeñas risas que le regalaba gracias a las provocadoras caricias que le repartía. Así que depositó un tierno beso justo bajo su cuello y se sentó en la encimera esperando que Harry terminara con lo que hacía. 

El rizado se estremecía ante el contacto de su alfa, la ola de sensaciones que sentía le hacían débil. 

Al terminar secó sus manos con un trapo y limpió las gotas de agua que brincaron por ahí. Se giró encontrándose con un Louis que le sonría tierno y lindo. 

El alfa de ojos azules extendió sus manos y abrió sus piernas para dejar un espacio entre ellas para que Harry llegara hasta estar muy cerca de él. Caminó dejándose abrazar y mimar por su bello alfa. 

Se tomó unos largos instantes aspirando el olor acurrucándose más en la curvatura de su cuello. 

Harry dejó un beso en su alborotado cabello y se separó para ir a cambiarse de ropa. 

—Amor. —Louis llamó con tono indignado. 

—Dime, cariño. —levantó una ceja riendo al ver los brazos cruzados de su alfa mientras balanceaba sus pies cubiertos con medias negras brillantes. 

—¡Cárgame! —demandó en tono serio y expresión neutral.

—¿En serio? 

—¿Tengo cara de estar bromeando, Styles? —Louis apretó sus labios para evitar reír del rostro sorprendido del alfa. 

—No. —dijo suave, acercándose despacio, abriendo sus manos. 

—¿Acaso tú hermoso y sensual alfa atrevido ibas a dejarme solo en esa enorme encimera? —coqueteó. 

Harry se carcajeó pasando sus manos bajo esas piernas que lo volvían loco, ayudó a su alfa a enroscarlas alrededor de su cintura y Louis se aferró a su cuello riendo orgulloso. 

—Nunca podría dejarte, tienes un extraño magnetismo que siempre me tiene rondando a tu alrededor. 

—¿Será mi belleza? —preguntó socarrón. 

—Puede ser. —respondió apretando su agarre para subir las gradas. 

—Lo sé amor, soy irresistible, pero tú eres jodidamente sexi y lindo y bello y me vuelves loco. —le susurró al oído provocando un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. 

—Calla Lou.

—Cállame. —respondió moviendo las cejas de arriba hacia debajo de manera coqueta. 

—Eres insoportable. —respondió con su rostro totalmente rojo. 

El castaño se carcajeó atrayéndolo para darle un abrazo, acarició sus pequeños rizos que se acomodaban debajo de esa coleta que le encantaba. 

—Deja de distraerme con toda esa belleza alfa y llévame a dormir. —Louis reprendió en broma. 

Harry lo tomó nuevamente caminando con Louis acurrucado en su pecho mientras subía por las escaleras hasta llegar a su habitación. 

Se lavaron los dientes y se pusieron ropa apropiada para dormir, Louis estaba recostado sobre su enorme y cómoda cama esperando a que Harry saliera del baño ya con su pijama puesta. Cuando escucho el sonido de la perilla de la puerta abrirse hizo a un lado las mantas para hacer lugar a su alfa. 

Abrió los brazos invitando a Harry a recostarse sobre su pecho sabiendo que le encantaba hacerlo. 

—Le debo tanto a esa pequeña. —reflexionó el alfa de ojos verdes tranzando pequeños círculos en la piel de Louis. 

—Creo que ya pagué lo suficiente cuando la lleve el otro día de compras y casi se traía toda la tienda. —se quejó.

Harry apretó su agarre restregando su rostro sobre la piel de su alfa. 

Louis podía sentir aquel sentimiento removerse en su vientre, se deleitó con el aroma de su alfa. 

—Te amo. —dijo abrazando el cuerpo que se encontraba cómodamente sobre él, bajo la calma de la noche, trazo los lunares de su espalda dibujando líneas imaginarias. Pero se detuvo al escuchar los sollozos de Harry. 

—Harry, amor, ¿qué sucede cariño? —preguntó preocupado intentando tomar su rostro para verlo 

—Louis... dijiste que me amas. —respondió negándose a subir la mirada. 

—Así es, te lo he dicho porque en realidad te amo. 

—No es justo. —hipó desconsolado.

Louis preocupado y triste se imaginó que su alfa no sentía a lo mismo que él —Harry, no te preocupes si tú no sientes lo mismo que yo estoy bien. —intentó confortarlo. 

Y eso fue suficiente para que el alfa rizado se levantara rápidamente creyendo que hizo sentir mal a su alfa —Digo que no es justo porque yo quería decirlo primero, te amo. 

Louis sentía la marca del destino en su pecho, así como Harry, con miles de revoloteos que recorrían su interior. 

—Te amo aún más. —respondió y ese te amo más podría sonar trillado y vacío, pero ellos perfectamente sabían que el significado. 

Porque ese «te amo más» era amar sobre todos los problemas que vengan, amar sobre las dificultades y tormentas, más a los complejos y miedos. Amar sobre todo, por eso él te amo aún más. 

Porque sí, se amaron más que el miedo irracional de Louis a las arañas, pero Harry estuvo ahí para él. 

Más que las noches frías donde el rizado lloraba desconsolado en los brazos de su alfa cuando había sido insultado en algunos de sus trabajos por no querer un omega ni ser el prototipo de alfa. 

Más que cuando Louis iba a escondidas de Harry a poner en su lugar a todo aquel que le hacía daño a su bello novio. 

Más que Harry discutiendo con Louis para que se alimentara adecuadamente. 

Fue más fuerte que el enojo de Harry cuando Louis un día se hincó en una cena familiar sacando del bolsillo de su pantalón una pequeña caja con una sortija que los uniría, Harry lloró alegando que él quería ser quien pidiera matrimonio. 

Su amor creció más cuando Louis dijo —PASA LA VIDA junto a mí, porque yo deseo, quiero y necesito pasar la mía contigo. 

Hoy se encontraban frente a frente uniendo las vidas y de manos unidas, con livianos trajes y una perfecta puesta de sol a fondo. 

Todos aplaudieron cuando la encargada de la ceremonia dijo “Pueden besarse”

Louis cargó a Harry dándole vueltas por el aire, sabiendo que en sus manos tenía su mundo y su felicidad. 

Ahora siguen más fuertes que nunca, el tiempo los abrazó de la forma más linda, pues, ahora caminaban con cuidado para proteger al pequeño omega que va tomado de sus manos balbuceando palabras sin sentido y mostrando sus dos primeros dientes con orgullo a sus papis. 

El pequeño Santi llegó dos años después de su matrimonio, ambos estaban ansiosos de convertirse en padres y cuando llegaron a la sala de adopción no cabían de felicidad. La dinámica en aquel lugar era diferente, pues, decían que el destino era el encargado de poner en sus manos a quien sería el nuevo integrante de su familia y así fue, cuando llegaron, muchos niños corrían de un lado a otro conociendo a las parejas, pero ningún cachorro se detuvo con ellos, hasta que escucharon unas sonoras risas y al voltear vieron a un pequeño castaño de ojitos marrones y rosadas mejillas abrir y cerrar sus manitas pidiendo ser levantado. 

Harry se emocionó hasta el llanto cuando la beta que sostenía al pequeño se acercó a ellos y se los presentó asegurando que el bebé parecía haberlos elegido. 

El cachorro omega se escondió en el cuello de alfa rizado cuando estaba en sus brazos y acurrucó dejando su naricita justo donde estaba su fuente de olor, sonriendo a Louis. 

Cuando sus familiares y amigos conocieron al pequeño, todos quedaron enamorados de Santi, en especial Mily y la alfa cachorra de Liam y Zayn. 

Y así es como la vida hace sus mejores jugadas, mostrándote que cuanto menos te lo esperes y donde menos te lo imagines puedes encontrar a tu compañero de vida, y quizá pasen un rato, una noche o una vida entera juntos. 

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Hola

Soy sincera al decir que me encantó escribir este pequeño OS.

Espero les haya gustado tanto como a mi.

Les deseo lo mejor de lo mejor.

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