Veía a JiMin. Estábamos en su patio sobre una manta. Él estaba dormido y yo acariciaba su cabello.

Se mueve y abre los ojos, me sonríe y me acerca más a él, abrazándome.

-Hola, bebé.

-Hey, roncas un poco.

JiMin se ríe y oculta su cara en mi cuello.

-Tú hablas.- JiMin carraspea -¿Entonces volvimos?

-No, no te he preguntado nada y tú a mí tampoco.

-Te toca, yo lo hice la primera vez.

-Bueno, pero la próxima es tu turno.- Bromeo.

-Hecho.

Agarro de las mejillas a JiMin y las apachurro repetidas veces.

-Pececito, no pececito, pececito, no pececito.

-Me duele un poco.

-Seamos novios de nuevo, JiMin.

-No.- Yo ruedo los ojos.

-No te volveré a preguntar.

-No te enojes, precioso.- Se ríe JiMin.

-Ni te preocupes, ya estoy enojado.

-¿Sabes qué? saldremos este viernes y tendremos una cita bien donde te pida ser mi novio de una manera formal.

-¿Enserio?

-Síp, te lo mereces, precioso.- Yo sonrío y trato de besarlo pero él pone su mano en mis labios antes de que pudiera acercarme lo suficiente.

-Epa, nada de besos, no eres mi novio.

-¡JiMin!