Capítulo Único
Por el cumpleaños #62 de Sirius Black
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Tomó el sobre que el guardia había lanzado dentro de su celda con dedos temblorosos. ¿Sería su citación al juzgado? Esperaba que sí, ya quería salir de aquel lugar a pesar de solo haber estado tres días encerrado, tres días desde... eso. ¿Harry estaría bien? ¿Remus estaría cuidando de él? Oh, Remus. Lo extrañaba tanto y más aún desde que habían peleado.
¿Cómo había sido posible que él pensase así de Moony? Su Moony. ¿Qué había pasado por su mente para creer que había sido su novio el espía dentro de la orden? Sí, su novio, porque a pesar de que Remus hubiera tomado varias de sus cosas del apartamento donde vivían tras aquella pelea, ninguno había dicho que ahí se acababa su relación.
Sentado en el frío suelo de la asquerosa celda donde lo habían metido injustamente, miró el sobre blanco y le dio la vuelta. Su corazón dio un salto de alegría al notar de quién era el sobre. A la mierda el Ministerio y su citación, prefería mil veces algo de Remus. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Volteó la cabeza hacía atrás, hasta que su mirada se posó en la pared de piedra de su celda. Ahí había tres pequeñas líneas verticales una al lado de la otra. Con una piedra más pequeña que encontró debajo del catre que le habían dado las había marcado. Quería tener una manera de contar el tiempo que pasara ahí, aunque suponía que no sería mucho.
Era tres de noviembre, su cumpleaños, del cual no se habría acordado a no ser por los gritos de su prima esa misma mañana. Por los sucesos recientes su memoria no se había percatado de ello, razón por la que le sorprendió que Bellatrix sí lo recordase. No solo tenía que haberla soportado desde niño, ahora también tenía que soportarla en Azkaban. Creía que tener a Bella al lado de su celda era mil veces peor que tener un dementor al frente suyo.
Eso significaba que Remus se había acordado. A pesar de haber estado peleados, ¡se había acordado! ¡Hasta una carta le había enviado!
Su mirada volvió al sobre que traía en manos, los latidos de su corazón acelerados. Con sumo cuidado intentó quitar el sello de la carta con sus uñas. Una vez logrado, sacó el pergamino dentro de este y lo desdobló.
Sí, era de Remus, la prolija letra con la que la carta había sido escrita no dejaba espacio a dudas. Se sintió como un chiquillo con su primer enamoramiento al sentir esos nervios en el estómago, pero a decir verdad, el castaño había sido la única persona de la que alguna vez se había enamorado y amado.
¡La carta era de Rem! Cuando saliese de ese asqueroso lugar, lo primero que haría sería ir por él y harían el amor como tantas veces lo habían hecho en Hogwarts. Cuidarían de Harry y serían los mejores tíos-padrinos-padres del mundo.
Con esos nervios aún a flote, como si de la primera carta que su novio le enviaba se tratase, empezó a leer.
No creas que no estoy enojado contigo, lo estoy y mucho. Aunque eso ya debes saberlo. No solo estoy enojado, estoy totalmente decepcionado. Te aplaudo, y lo digo en serio, jugaste muy bien tus cartas.
Decirle a todos que yo era el traidor, convencerlos de que yo era el traidor y tú hacerte el santo; te funcionó muy bien. Ni siquiera a mí se me pasó por la cabeza que pudieras hacer algo semejante a esto. Te odio Sirius Black.
Mis amigos están muertos por tú culpa. Supongo que aquello de la maldad en todo aquel que llevase sangre Black era cierto. Luego de que te quejaras y no hicieras nada sobre la maldad en tu hermano y que creyeras de mí el traidor; debí haberlo esperado.
Tranquilo, supongo que también debe haberte dado asco el tener que salir con un hombre lobo y que además, es un mestizo. ¿Eso también fue parte del show?
Realmente me da asco haber estado con alguien como tú y lo digo en pasado, porque cualquier mierda que hubo entre tú y yo se acabó. Nada de esto tuvo que pasar. Me dan ganas de vomitar en solo pensar que hubo un "algo" entre tú y yo.
Y odio hacerte esto en tu cumpleaños. Feliz cumpleaños, por cierto.
"No eres tú, soy yo" y toda esa mierda, sabes que es una mierda porqué en este caso sí eres tú, todo esto ha sido por ti. Y me duele Sirius, realmente lo hace. Así que espero que te pudras en ese infierno que llaman Azkaban. Púdrete, con todo el cariño te lo digo, púdrete Black.
Nunca debió ser tuyo, R.J.L
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Las lágrimas cayeron por sus mejillas. Le dolía el pecho y sentía que le faltaba la respiración. Remus no pudo haber pensado todo eso ¿verdad? Remus no podía creer lo que los medios decían, él no había hecho nada.
Su labio inferior tembló, apretó sus rodillas contra sí mismo, dejando la carta que había roto su corazón y alma en mil pedazos a un lado. Empezó a mecerse de atrás hacia adelante sin soltar sus piernas, sus ojos desenfocados en algún punto de la oscura celda.
Todo pequeño rastro de alegría que pudo haber quedado en él tras la trágica noche de Halloween, habían desaparecido por completo. Y aunque Remus lo dejase de amar, él lo seguiría haciendo incluso después de su último aliento.
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