Extra I: El Dolor de la Pérdida
Una mujer estaba tratando de llegar a su casa a una velocidad increíble. Se la había pasado las últimas horas rogando que lo que le habían dicho por teléfono no fuese más que una mala broma. Sin embargo, sus ojos se llenaron de lágrimas al notar la cantidad de personas que estaban rodeando su hogar. Bajó de su auto y caminó hacia donde estaban las autoridades. Las cuales le detuvieron de inmediato.
-Señora, no puede estar aquí - El policía volteó a ver a una de sus compañeras para que se encargara de la mujer.
-Esa es mi casa - La azabache sintió las lágrimas caer de sus ojos debido a la situación - Por favor, necesito ver a mi hijo.
-Lo lamento, deben llevárselo y... - El joven observó con tristeza a la mujer, pero justo en el momento su superior apareció.
-Loon, déjala pasar - La mujer de cabellos platinados le extendió a la mujer un pañuelo de papel para que se secara las lágrimas.
-Si señorita Puppet - La Blackbear le agradeció al muchacho y a la superior con un asentimiento de cabeza y se alejó de ellos.
La de piel pálida caminó hasta donde estaban las ambulancias y los médicos le permitieron reconocer el cuerpo en ese instante, por lo que abrieron la primera bolsa. En esta se dejó ver el cuerpo de un joven moreno y de cabellos castaños. La mujer cerró los ojos sintiendo como su corazón se rompía en pedazos al ver al amado de su pequeño de esa manera.
Los médicos volvieron a cerrar la bolsa y ella se encaminó a la otra ambulancia para revisar la bolsa donde estaría su hijo, pensar eso la destrozó. Él debería ser quien la enterrara a ella, no a la inversa. Pero ella había mantenido al demonio en su casa y ahora lo pagaba con creces.
Cuando la bolsa fue abierta y ella pudo observar el cuerpo sin vida de su pequeño fue cuando no pudo más con toda la situación. Su cuerpo cayó a la fría calle y rompió a llorar como una niña pequeña. No soportaba el pensar que su hijo jamás volvería a su lado. No era justo que sus amigos perdieran a su bebé de esa forma.
Sus ojos no pudieron evitar enfocarse en la puerta del que fue su hogar por tantos años y lo maldijo con furia. Ese lugar sería por siempre el recordatorio de que había fallado en proteger a sus niños. Les había fallado de la peor de las maneras y ahora lo estaba pagando.
Sintiendo el dolor que solo la pérdida de un hijo podía dejar.
Pero les buscaría justicia a ambos menores. Ella misma se volvería la justicia si era necesario. Porque no iba a permitir que el hombre que destruyo a sus pequeños se quedara impune. Ella iba a destruirlo.
-Lo que das es lo que recibes, pero a veces tú debes ser lo que reciben los demás - Con esas palabras ella se puso de pie y salió de la escena de crimen.
Ella tenía muchas llamadas que hacer y un hombre al que rastrear.
En momentos como estos agradecía que ella y sus amigos hubiesen sido entrenados para asesinar. Porque ella iba a usar todo lo que había aprendido antes de tener a Fred para hacer un infierno la vida de su futuro difunto esposo.
-Se fue, sin saber que el dueño de la solitaria tienda no caería sin luchar - Cantó la canción de su hijo mientras se iba finalmente del lugar.
Ella estaba dolida, pero ese dolor iba a hacer que la venganza supiese mucho más dulce.
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Bueno, si digo la verdad. Este extra tenía que ser completamente diferente.
Tenían que ver a los tres padres sufrir por la pérdida de sus pequeños, pero en lugar de eso quedó esto. La verdad me gustó mucho, aun si no tenía nada que ver con la idea original.
El siguiente extra será azúcar y romance. Lo prometo.
Actualización Final: 2 de 3
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