Day 2 - Moonlight
Bajo el balcón de la bella Kagome, se juntaron los mariachis.
- ¿Crees que es buena idea esto, Miroku? - preguntó InuYasha, mientras registraba la billetera. - Me van a salir caros los compadres estos.
- El sacrificio es necesario. Después de todo, aún Kagome no te perdona que le hayas roto la bicicleta.
- ¡Señor Cucaracha! - le gritó un mariachi.
- ¡Por Dios! Se dice "InuYasha", no "Cucaracha".
- Eh, sí, señor Muchacha, nosotros...
Miroku se partió de la risa.
- Tú deja de reírte, y ustedes dejen de pronunciar mal mi nombre o no les pago.
- Está bien, está bien... ¿Qué le cantamos a su novia?
- ¡Chale! ¡No lo había pensado! - Inuyasha se colocó la mano en el mentón. - ¿Qué propones tú, feo?
- Le cantamos "Nos estorbó la ropa". Esa todos la piden siempre.
- Ay, no la conozco, pues, esa misma, ¡Canten!
Comenzó a sonar la música, las trompetas retumbaban en el silencio de la noche, y el cantante se preparaba para entonar. Kagome se asomó al balcón, curiosa y emocionada por el gesto. Todo bien hasta que la letra comenzó a tomar un tono... curioso...
- ¡Nos estorbó la ropa! Dejamos que las prendas se cayeran. La noche estaba fría porque nevaba, pero de nuestro amor se hacía una hoguera...
- ¡Paren eso! - gritó Kagome. - ¡InuYasha! ¡Corre!
- ¿Por qué?
Se escuchó un disparo, y salió el abuelo Higurashi con escopeta.
- Muerto quien le dedicó la canción.
Señores y mariachis salieron corriendo como más pudieron. Al otro día, Kagome le estaba curando el disparo a InuYasha.
- Sabes, pudiste solo haberme cantado "Luz de Luna", igual te hubiera perdonado.
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