Prólogo
Escabullirse en las aguas del mundo no era fácil y es casi imposible nadar en ellas sin ahogarte por un momento.
El mundo puede ser un lugar magnífico si eres correcto para los habitantes, pero se hace realmente difícil sobrevivir si no eres lo que ellos buscan, se vuelve agobiante nadar y cada vez estar más lejos de la orilla de la felicidad. El mundo es realmente difícil y más si apenas estás empezando a nadar en él.
Jeon JungKook sabe lo que es el mundo y tiene apenas 18 años. Su padre y madre lo rechazaron al saber que era omega. Tuvo que irse de ese que algún día fue su hogar y corrió a escabullirse en el mundo.
Su mejor amigo Yugyeom lo acogió en su casa mucho tiempo y a JungKook cada día lo enamoraba más. Yugyeom jugó con él, lo destruyó pedazo por pedazo y nunca pudo recomponerse, él todavía tiene las palabras del alfa en su mente. Para Yugyeom solo fue un juego, un juego que duró un año. Un año que fue más gritos y prohibiciones del alfa que la felicidad y el amor que este tendría que dar. Algunos golpes de por medio llegaron y JungKook se acostumbró a aquello, se acostumbró a que el amor tiene que doler, que el amor tienen que ser gritos, se acostumbró al daño que le provocaba el alfa.
Los meses pasaban y el celo del omega había llegado. Lo paso con cierto alfa, por supuesto, y con ello también venía en camino un pequeño cachorro. JungKook no supo qué hacer, sabía que el alfa no se lo iba a tomar bien, él sabía que ese era su fin. Dos meses pasaron y le dijo al alfa, su ira se desencadenó y los gritos no tardaron en llegar. JungKook se sentía devastado, sus lágrimas corrían por sus mejillas, su corazón estaba hecho pedazos y solo le quedaba pensar en ese pequeño ser que llevaba dentro suyo.
Yugyeom lo echó de la casa y ahí supo que estaba en la mierda.
Noches de frío adornaban Seul y él tenía que soportarlo, no tenía la ropa adecuada para la ocasión, ya que toda esta la tenía su pequeño cachorro de apenas once meses. Todo iba de mal en peor, no tenía un techo seguro, estaban en el banco de un parque en ese momento. JungKook lloraba viendo a su angelito dormir, él no le podía dar la vida que desearía darle.
El pequeño techo que tenía lo consiguió al poco tiempo de que Yugyeom lo echó de su casa. Este se fue al carajo cuando no tuvo más dinero para pagarlo. Trabajó cuatro meses en una casa de comida, pero su cachorro ya no lo dejaba hacer las cosas bien y lo echaron. La renta no se pagaba y al mes de esto lo echaron de ese pequeño y malgastado lugar.
Su bebé no conoce lo que es un techo desde que nació, su pequeño cachorro no sabe lo que es tener un nido calentito y cómodo donde dormir, no tiene un padre protector que lo cuide, no tiene los besos de las dos partes en la mañana, no sabe casi nada y aunque todavía es muy cachorro, él sabe que entiende cosas. Él ve cómo mira a esos niños que se ríen con una mamá y un papá a su lado y ve la tristeza cuando mira a su alrededor. Su vida no es como la planeó y no sabe cuando va a ser el día en el que cambie.
La noche estaba helada y su pequeño temblaba en su pecho, sus sollozos fueron más fuertes, él no tenía nada que ofrecerle al cachorro, no tenía nada para darle. Fracaso como madre, o al menos eso pensaba él.
Holiiis, esta es una adaptación qué tenía en mi anterior cuenta (la cual fue eliminada) así que la estaré resubiendo por aquí. Créditos y gracias solo a @louxharry91_01 por permitirme adaptar su historia al jikook. ¡GRACIAAAAS! 🩷
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