Capítulo 4O
Cuando eres joven todo es más apasionante, sientes tanto que te puedes romper fácilmente, tu corazón late a la mínima muestra de afecto, te rompes con solo un grito. Haces que todo sea más intenso, más vivo.
En la casa de JungKook no todo iba bien, necesitaba a su padre más de lo que podía admitir. Aquel alfa era el mano dura, en pocas palabras, el "no demuestro afecto" y todo eso dolía. Todos sabían que sería un omega y eso hacía que las muestras de afecto sean menos, su padre lo detestaba, quería un alfa, pero todos sabían que el pequeño JungKook no lo sería.
Un día el pequeño JungKook conoció a Yugyeom, un niño malo, siempre estaba en problemas, pero era tan lindo. Muchas veces quiso acercarse pero muy pocas veces le prestó atención. Un día el pequeño JungKook creció y, aunque no se diera cuenta, muchos alfas lo veían con hambre y uno de ellos era YuGyeom. El omega y sus amigas vivían hablando de él, pero ellas le decían que nunca lograría conquistarlo.
Yugyeom se acercó a él un día.
─Hola─. Dijo amigable, regalándole una sonrisa. Iban caminando por el pasillo de la escuela. JungKook estaba en shock─. Estamos en la clase de literatura, ¿verdad? Compartimos primero y tercero ese lugar.
JungKook estaba anonadado, el chico que le gustaba le estaba hablando.
─S-si, estamos juntos en literatura.
─Lo sabía. Me preguntaba si me ayudarías con el trabajo de la clase pasada, soy muy malo en esa materia.
─Claro, no hay problema─dijo, gritando de manera interna.
Y así comenzó todo, se llevaron muy bien desde el comienzo y lograron conectar, o eso pensaba JungKook. Toda la escuela sabía de la reputación de Yugyeom, era un tipo violento con los omegas, era alguien de mente cerrada, tenía un carácter podrido y que solo buscaba personas para follar. Todos sabían eso, menos el omega, aunque a decir verdad nunca quiso escuchar aquello, para él Yugyeom era perfecto.
─Chicas... Yugyeom es mi novio─. Dijo con superioridad.
─No es posible─. Dijo una de ellas.
─JungKook... no creo que sea buena idea, su reputación...
─Cindy, deja de ser envidiosa, todas esas cosas son mentiras. Es el chico más dulce del mundo.
Cindy es envidiosa, pensaba. Pero cuando quedó solo en la calle llorando le dio la razón.
Yugyeom era el mejor alfa del mundo, era atento, daba algo de afecto, las palabras cursis no le gustaban mucho, pero no importaba. Todo era color rosa pastel, pero poco a poco la paciencia del alfa se agotaba, quería follar a JungKook, pero él no quería. Lo fue alejando de las personas para cumplir más rápido su objetivo, no quería que hable con otros alfas, quería follarlo primero.
JungKook se presentó como omega y lo echaron de la casa... Fue la oportunidad perfecta. Pero no todo salió como pensó, seguía sin dejarse follar. Comenzó a tratarlo mal, comenzó a gritarle, a reprocharle, a ser su peor pesadilla. Pudo follarlo cuando su celo llegó, fue la mejor experiencia para Yugyeom, pero la peor para JungKook. Necesitaba a alguien y ¿Quién mejor que el amor de tu vida? Imagino que todo sería perfecto, que sería cuidadoso, que le daría besos, que le diría palabras dulces. Pero nada fue así. Fue todo brusco, rápido, no hubo afecto, no hubo besos, no hubo palabras lindas, sólo era un alfa saciando su necesidad. Una vez que la acción terminó no hubo un beso de buenas noches, no durmieron abrazados y cuando sintió que se durmió, JungKook se permitió llorar. Busco su contacto, pero Yugyeom solo se dio la vuelta. Se fue al baño a verse, tenía marcas de "amor" por todo su cuello. Ninguna le hacían recordar nada parecido a ese sentimiento.
Aunque todo fue horrible para él, lo justificó. Se dijo que las primeras veces nunca eran románticas, seguramente todos los omegas pasaban por ello, era normal. Se dijo que era su deber saciar al alfa.
JungKook seguía siendo ese adolescente que sentía todo a flor de piel, pero poco a poco eso se iba apagando. Yugyeom hacía que se apague.
Los celos obsesivos siguieron, los gritos también, el infierno no terminaba y JungKook seguía amandolo. Los traumas se hicieron más grandes y el adolescente dulce ya no estaba. Sólo era alguien que esperaba más de la persona incorrecta.
Pudo conseguir un cuarto aquella noche, cuando se fue de la casa del alfa, era vieja y el olor a humedad le daba náuseas, pero que mas daba, era lo único que tenía.
Lloro a mares, diciéndose que Yugyeom podría volver, que podría haber un futuro, que serían una linda familia.
─Tu papá no decía eso en serio, estaba jugando. Tú le importas mucho─. Le decía a su plano vientre─. A mí también me quiere. Sé que me grita mucho, pero es su forma de querer─. Se decía a sí mismo.
En la oscuridad de aquel lugar se decía que todo iba a estar bien, nadie le iba a decir eso, así que se consolaba él mismo.
"Eres un estúpido" "No sirves para nada, JungKook" "Amo tu trasero y amo follarlo" "Nadie te quiere, ni siquiera yo, imbécil"
★ ★ ★ ★
JiMin tuvo que volver al trabajo, no quería hacerlo, pero era hora. Al entrar al edificio vio a Lisa al teléfono, le dijo un pequeño "hola" al que ella respondió igual y se fue a su oficina. Se puso al tanto con algunos papeles y así transcurrió su mañana y mediodía. La puerta se abrió y apareció su secretaria.
─Hola, JiMin, perdón por entrar así. El tal Kim YuGyeom quiere tener una charla contigo.
─Dile que tengo trabajo, lo agendo después─. Dijo sin sacar la vista de su laptop y con voz seria.
─Está abajo. Es muy insistente─. Dijo Lisa suspirando al final.
JiMin suspiró.
─Dile que pase.
Unos momentos más tarde entró un alfa bien vestido, de traje color gris, color de pelo negro azabache y ojos color grises. Su olor era potente, cosa a la que no estaba acostumbrado JiMin.
─Hola, señor Park─. Dijo acercándose a su escritorio y tendiéndole la mano a forma de saludo. El alfa correspondió al saludo.
─Dime JiMin, por favor.
─Hola, JiMin.
─Es un placer, YuGyeom. ¿De dónde eres?─. Dijo haciendo un gesto con la mano para que tome asiento en un pequeño sofá que había en su oficina.
─Soy de Mandeok-dong, Busan, allí estudié y comencé con los negocios. Pero últimamente estoy haciendo negocios aquí en Seúl─. Dijo sentándose.
─¿Qué me puedes ofrecer?─. Preguntó con curiosidad
─Tengo contactos en Latinoamérica, creo que podría servirte.
Pues, la empresa no venía mal, pero expandirse a otros lugares que no sea Europa no estaría mal.
★ ★ ★ ★
─Un gusto, YuGyeom.
─El gusto es mío. Podríamos tomar o comer algo, para arreglar los negocios con más tiempo.
─No es mal plan.
─¿Tienes omega e hijos?─preguntó levantándose de su asiento.
Pensó en negarlo y explicar su situación, pero ¿Qué pasaría si alteraba un poco su realidad? Nunca se enteraría.
─Si, los tengo.
─Ya me parecía. El olor de alguno de los dos me recuerda a alguien, pero debe ser cosa mía.
─Seguramente.
Ese alfa no podía conocer a su omega de ninguna parte y menos a su cachorro. Claro que él no tenía idea que aquella persona a quien le dio la mano es la misma que hizo de la vida de JungKook un infierno.
El día terminó nuevamente y se dirigió a su hogar, una vez allí su omega le abrió la puerta, como es de costumbre, y él lo abrazó.
Su olor, su olor traía consigo uno de los peores momentos de su vida. El olor a YuGyeom lo inundaba, su alfa estaba apestado de ese horrible aroma. Todo se volvió gris, las lágrimas salieron, no estaba en sí, su mente trabajaba más rápido que cualquier parte de su cuerpo y su sistema de defensa estaba alerta. Los recuerdos lo invadieron y no podía ver más que a un JungKook vulnerable y un alfa violento, no podía escuchar otra cosas que sus maldiciones, gritos y palabras hirientes.
JungKook estaba estaba sentado en el sofá de la sala, JiMin notó que algo no estaba bien cuando sintió mojada su camisa unos momentos después de abrazarlo, lo llevó hasta allí, pero no respondía a su voz. JungKook estaba perdido en los recuerdos.
─Te amo, YuGyeom.
─No empieces, JungKook.
─Perdón por el golpe del otro día, amor, pero tú te lo buscaste.
─Te amo, JungKook─. Dijo para que JungKook acceda a tener sexo.
─JungKook─. Escuchó a lo lejos.
─No quiero que me lastimes más, por favor─. Dijo en un susurro.
Estaba metido en sus pensamientos, en su dolor pasado, en todo lo que el jodido de su ex-novio le hizo pasar y no podía salir del trance.
─Kookie, soy yo. Soy JiMin─. Dijo tranquilo, tratando de no alterarlo.
No entendía que pasaba, hacía mucho tiempo que no tenía una una reacción así, creyó que estaba mejorando. No sabía que la había provocado y eso lo preocupaba.
"¿Cómo alguien podría amarte? Imbécil."
─Quiero que deje de doler─dijo y una lágrima se deslizó por su mejilla.
─Estoy aquí, mi amor─dijo acercándose de a poco para poder abrazarlo. Sus feromonas se hicieron presentes y al fin el omega pudo salir de su pequeña película de terror.
─No quiero que vuelva, Minnie─. Dijo en un susurro.
─¿Quién, Kookie?
JungKook no dijo nada, no quería que JiMin supiera que aquel alfa con el que seguramente haría negocios era la otra parte de los cromosomas de Beoms, su ex-novio y también su agresor. No quería meterlo y a la vez le daba miedo que aquella persona le hiciera daño a su alfa o a él, no quería causar problemas, pero con solo su olor ya había hecho mucho.
★ ★ ★ ★
─¿Estás mejor?─preguntó JiMin tratando de no volcar el té que le había preparado al menor, para así poder entregárselo.
─Sí. Estoy mejor─. Respondió fingiendo una sonrisa.
─¿Seguro?─. Tenía que asegurarse bien.
─Seguro, alfa.
Alfa. Por dentro su lobo estaba moviendo la cola al escucharlo pronunciar aquello.
─Okey. Aunque si noté tu sonrisa falsa. No soy tonto, omega─. Dijo como una madre a su cachorro. JungKook solo agachó la mirada.
─Lo siento. No me pasaba esto hace mucho y no me recupere del todo, pero estoy bien.
─¿Hice algo mal?─. Preguntó inseguro, con la mirada preocupada a un lado de él. El omega lo miró y dio un sorbo al té que le preparó.
─No, amor, no has hecho nada. Hay días donde los fantasmas vuelven.
─Lo siento.
─No es tu culpa, Minnie.
─Quisiera que no tuvieras que haber pasado por tanto, quisiera que tus fantasmas se vuelvan los míos para que tú no tengas que lidiar con ellos. Quisiera protegerte de todo, JungKook.
El menor lo miró, sus ojos se cruzaron con la mirada del mayor, el verde y el azul se unieron como solo ellos podían hacerlo. JungKook no sabía que había hecho bien en esta vida como para tener a alguien tan hermoso como JiMin, pero aunque le cueste, lo agradecía. Agradecía cada puto día por tener a ese tierno alfa que poco a poco juntó todas las piezas de su corazón y las unió para poder amarlo. Porque mirando aquellos ojos, que demostraban todo lo que él representaba para JiMin, se dio cuenta que lo ama, el quererlo ya paso al siguiente nivel, ya no puede seguir negándose.
─No puedes salvarme de mí mismo, Minnie.
─Lo sé.
─Te amo.
El silencio reinó entre los dos. JungKook no sabía qué pensar, hace unos días el mismo hombre que tenía a un lado le había dicho aquellas dos palabras y él no había contestado, ahora era JiMin quien no lo hacía.
─Lo siento. No tienes que responder─. Dijo para tratar de arreglar de algún modo la situación.
─Te amo, Kookie─. Dijo con una sonrisa.
JungKook volteó a mirarlo y le correspondió la sonrisa.
─Te amo, te amo, te amo─. Dijo JiMin y rompió el espacio entre los dos para besarlo.
─Te amo, alfa─. Dijo una vez que se separaron.
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