Capítulo 3O
Sus labios estaban unidos. JiMin no sabía que necesitaba esa clase de contacto o al menos no hasta que el menor se atrevió a juntar sus preciosos labios con los suyos.
Sí, era tímido y sí, capaz no era el mejor de los besos para muchos, pero dios, para JiMin era la puta gloria. Sentía como si estuviera en el cielo y un ángel lo estuviera besando, joder, se sentía demasiado bien. JiMin se atrevió a mover sus labios y probar un poco más de JungKook, un poco más de su sabor.
JungKook, JungKook sentía que estaba flotando, el beso para él era perfecto, era la gloria misma. Sentía como si sus labios y los de JiMin estuvieran hechos para estar juntos y es que era imposible no pensar aquello si encajaban perfectamente. Los dos se sentían bien, los dos sentían como si estuvieran en el más sagrados de los cielos.
JungKook tímidamente invitó a la lengua de JiMin para que pueda explorar más y JiMin acepto gustoso la invitación del omega. No saben cuanto duro aquel acto, podrían haber sido minutos o tal vez horas, pero tampoco les importa a decir verdad. No fue salvaje, no fue necesitado, solo era un acto puro, con cierta inocencia de hecho, se estaban terminando de conocer a través de aquel contacto. No fue algo rápido, no fue algo pasajero, solo se estaban dando el atrevimiento de permitirse dejarse llevar por un momento, se estaban permitiendo dejarse dominar por sus lobos.
JungKook terminó a horcajadas del mayor, éste le sujetaba la cintura al menor con suavidad y las manos del castaño estaban en el rostro del mayor. Sus labios bailaban a un ritmo que solo ellos podían dar, no se apresuraban a que terminase aquel simple pero tan íntimo vaivén de caricias, pero hubo un momento donde se permitieron tomar un poco de aire, sus frentes chocaron y se quedaron en silencio, sintiendo su pecho subir y bajar por lo agitados que estaban.
Cerraron los ojos y quedaron respirando el aroma de ambos mezclados, JungKook ronroneó por la calidez que le brindaba el aroma. Ninguno se atrevía a decir alguna palabra porque no sabían que aportar al momento. Todo fue tan único y especial que no querían romper la esencia de la ocasión.
Sus lobos se conectaron e hicieron que todo sea tan peculiar que no había palabras para describir el sentimiento de ambos, lo único que quedaba decir era que estaban sin habla.
─JiMin...─. Susurró el castaño con su frente pegada aún a la del mayor.
─Shhh─. Dijo despacio el de ojos verdes, solo quería sentir la cercanía del omega, solo quería sentir sus fragancias mezcladas.
JungKook abrió los ojos y miró de nuevo los labios del mayor, no lo pensó dos veces o, mejor dicho, no pensó y dejó cortos besos en aquellos labios que se habían vuelto sus favoritos. JiMin sonrió por la acción, tratando de corresponder a los pequeños piquitos que dejaba JungKook.
─Tus labios se convirtieron en una de mis cosas favoritas.
─¿Ah sí?─. Dijo JiMin dándole ahora un pequeño beso al omega.
JungKook solo sonrió y suspiró, nunca se había sentido tan cálido y tan relajado en su corta existencia.
JiMin abrió sus ojos y vió el rostro del omega en la oscuridad, era tan perfecto a su parecer, nariz pequeña pero hermosa, labios hinchados de tanto besarlos, cabellos desordenados y un pequeño flequillo pegado a su frente, ojos azules como el cielo, piel tan suave como un algodón, JungKook le parecía perfecto.
─Dios, eres tan hermoso─. Dijo mirándolo a los ojos y acunando su rostro. El omega se sonrojo por el cumplido y JiMin volvió a besarlo, se había vuelto una adicción.
JungKook suspiró en el beso, se sentía tan especial así, los labios de JiMin le daban una calidez que no sabría explicar, lo hacían sentir tan amado que dolía, las caricias que le brindaba en su piel, acariciando tan suavemente, como si fuera de porcelana, como si se fuera a romper. Se separaron sonriendo y se miraron a los ojos, el omega acomodó algunos rizos del alfa, su cabello era muy suave.
─En serio eres muy bonito, Kookie.
JungKook sonrió y agachó la mirada, estaba muy sonrojado como para mirarlo.
─Tú también eres muy lindo, alfa─. Dijo dulcemente.
El corazón de JiMin dejo de latir, sus pulmones no podían recibir el oxígeno necesario y su alfa no dejaba de chillar. JungKook no midió lo que había dicho, solo le nació y cuando se dio cuenta se puso nervioso.
─Lo siento. Yo no quería llamarte así, enserio lo siento, yo ¿me pase verdad? Es que-
JiMin lo cortó con un pequeño beso.
─No me molesta que me digas alfa.
─¿En serio?
─Sip.
─Creo que es momento de dormir, ¿no crees?
─Creo no podría dormir sabiendo que tengo a uno de los omegas más hermosos durmiendo a mi lado, mejor seria si me quedo admirando su belleza.
Las mejillas de JungKook no dejaban de encenderse cada vez que el alfa le decía algo lindo, no podía evitarlo, el tono de voz con el que lo decía era tan dulce y seductora al mismo tiempo.
JungKook se acostó a un lado de JiMin y acomodó a Beomgyu en el medio. Para la sorpresa de ambos el bebé ronroneó al sentir la presencia de ambos y se acurrucó en JiMin. JiMin miró al omega como pidiendo permiso de poder abrazar a su hijo, JungKook solo le sonrió y acto seguido el alfa lo acurrucó más en él.
Y así se encontraban, JiMin de costado acurrucado junto a Beomgyu y JungKook en el otro costado siendo atraído un poco más cerca por una mano del mayor, no sabe como llego esa mano a su cintura pero así estaban. El omega de JungKook no podía estar más feliz y JungKook, JungKook parecía estar soñando.
Algo removiendose lo despertó, se quejó un momento pero algo seguía moviéndose a un lado suyo. Abrió los ojos sin querer hacerlo y cuando lo hizo se dio cuenta que no estaba en su habitación, miró el enorme ventanal que radiaba una tenue luz a través del cristal y se despejó. Los recuerdos de la noche anterior volvieron a su mente.
JungKook. Beso. JungKook. JungKook lo besó. Los dos se besaron. Estaba en la habitación de JungKook.
Recorrió con la mirada un poco del espacio y luego volteó la mirada a un lado suyo. Ahí estaba Beoms, sentado frotándose los ojos, era raro que se despierte primero, pero siempre hay una primera vez para todo. JiMin le sonrió y el bebé lo saludó con un puchero, haciéndole entender que él no quería despertarse.
─Hola, pequeño. ¿Estás bien?─. Susurro JiMin. El bebé negó con su cabecita.
El día se notaba mucho más frío y la atmósfera lo confirmaba, la calefacción no aguantaba las bajas temperaturas que hacía en ese momento.
─O─. Dijo el bebé.
─¿Qué?
─O─. Volvió a repetir.
JiMin trataba de entender lo que decía, pero nada. Admiraba que JungKook supiera con una sílaba o una letra descifrar lo que el cachorro quería decir, él no tenía esa habilidad. Empezó a tratar de relacionar palabras que terminen con la letra o.
─¿Sueño?─. El bebé negó. El alfa seguía pensando en palabras al azar, pero no se le ocurría ninguna que se asemejara a lo que Beomgyu quería decir.
Luego intentó ser más coherente y pensar algo que está pasando ahora y que termine en o.
─¿Frío?─. El cachorro asintió.─¿Tienes frío, pequeño?─. Volvió a asentir.
El instinto de JiMin le hizo pensar en que se acurruque nuevamente en él.
─Ven aquí, cachorro─. Llamó JiMin con los brazos un poco abiertos.
El bebé se abalanzó hacia JiMin y éste lo puso en su pecho, como si fuera un bebé recién nacido, el cachorro busco al instante su cuello y se hundió en él, respirando así la esencia natural del alfa. JiMin los tapó bien a los dos y empezó a dar pequeñas palmaditas en su espalda para ayudarlo a dormir, eso vió que hacía su madre con sus hermanos y funcionaba.
─¿Mejor?─. Preguntó en un susurro. Sintió como el bebé asentía.
Una vez que sintió la respiración de Beomgyu relajada se dedicó a olfatear el aroma del lugar, todos los aromas mezclados lo hacían sentir tan cálido, tan en paz, tan en casa. Era su aroma favorito sin duda.
Volteó a un lado para ver a JungKook, estaba en una esquina de la cama matrimonial y lograba ver que temblaba un poco a causa del frío.
─Kookie─. Susurró dulcemente JiMin. No hubo respuesta como se esperaba─. Kookie, amor─. Llamó nuevamente y tampoco hubo reacción─. Cariño─llamó un poco más fuerte, pero igual o más dulce que antes.
JungKook se removió un poco tratando de buscar calor.
─¿Qué pasa, Minnie?
El alfa sonrió por el apodo, no sabe de donde salió, pero le gusta, definitivamente le gusta.
─Ven un poco más para aquí, amor, te vi temblar hace un momento.
El omega apenas entendió lo que dijo, sin embargo de igual manera le hizo caso al alfa. Se movió hasta JiMin y se acurrucó en él, ronroneando por el calor que le brindaba.
─Me gusta que me llames amor─dijo poniendo una pierna sobre la del mayor.
─Y a mí me gusta llamarte así. Kookie, estas helado.
─Tenía algo de frío─. Dijo con la voz un poco ronca por su recién despertar.
─¿Por qué no me dijiste? Podría haber puesto alguna otra manta en la cama.
─No quería despertarte, estabas durmiendo muy profundamente. Eres aún más lindo cuando duermes, ¿te lo dijeron?─. Dijo acurrucándose n más en JiMin si es posible. El alfa rodeó a JungKook con su brazo libre, dejando su mano en su cintura.
─¿En serio? No, nunca me lo dijeron─. Susurró JiMin muy cerca del oído del menor.
Una corriente eléctrica pasó por todo su cuerpo. No se había dado cuenta de la voz gruesa de JiMin por el despertar reciente y eso hizo que todo su cuerpo temblara. La mano de JiMin se encontraba ahora en su estómago haciendo pequeños círculos, Dios, eran toques leves y dulces, pero el omega de JungKook reaccionó de otra forma.
JungKook quería golpearse mentalmente, recién se habían besado y su cuerpo ya estaba pidiendo algo más, no podía ser.
Los leves toques de JiMin hacían que la respiración del omega aumentara y el alfa se había dado cuenta, claro que lo había hecho.
─¿Estás bien, Kookie?─. Susurró nuevamente cerca de su oído y su aliento caliente chocando en éste. Otra corriente atravesó el cuerpo del castaño.
─¿Mhm?
─¿Estás bien, cariño?
Dios, su voz rasposa y su tono seductor estaban volviendo locos sus sentidos. No sabía si podría controlarse, no quería comportarse así, pero algo en su omega había despertado.
Los círculos de JiMin fueron viajando hacía su ombligo y JungKook sentía que no llegaba el suficiente aire a sus pulmones. Los dedos del mayor contornearon su ombligo y luego bajaron un poco, llegando a la orilla de los pantalones del omega. JungKook respiraba mucho más fuerte que antes y JiMin estaba tratando de controlarse. Tocó la tela por arriba, pero decidió parar, no era el momento.
JungKook estaba con los ojos cerrados, disfrutando de los toques que le brindaba JiMin, podía sentir sus pantalones algo mojados. Pero de pronto la mano del mayor dejó de moverse y regresó a su cintura.
─¿Por qué... por qué paraste, Minnie?─. Preguntó el omega volviendo a respirar con normalidad.
─No es el momento, Kookie, esta Beoms aquí. Puede que en algún momento se dé la ocasión indicada.
Joder, estaba de esa forma con su hijo presente, se quería golpear.
─Lo siento, yo, perdona. No quería sentirme así, pero mi omega...
─Tranquilo, cariño, no tienes que darme explicaciones, comprendo.
JungKook se levantó un poco para ver al alfa y le sonrió apenado. Con mucha timidez se acercó a sus labios y le dejó un beso en ellos.
─Otro... por favor─pidió casi suplicando el de ojos verdes. El omega sonrió y lo besó de nuevo, haciendo ese beso más largo.
Se separaron sonriendo y el menor pudo notar a su bebé en el cuello del alfa, sonrió, le pareció lo más tierno del mundo.
Se sentía feliz, después de tanto tiempo podía sentir esa calidez en su pecho, por primera vez en un largo tiempo se sentía completo. El aroma de los tres mezclado en el ambiente era todo lo que necesitaba para estar bien, no quería que terminara ese momento.
JungKook se acostó nuevamente a un lado del alfa y éste volvió a poner su mano en la cintura del menor, ambos se quedaron dormidos con una pequeña sonrisa en su rostro.
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