Capítulo 05.
La mañana de Jungkook empezó normal, nada cambiaba en su rutina. Se levanta, va al baño, se cambia y toma su café, no le puede faltar el café. Así que está a punto de marcharse. La empresa está con mucho trabajo estos días y a decir verdad el alfa va algo tarde. Deja su portafolio en el pequeño sofá que tiene en la sala y va por un abrigo, el que se pone ahora es de color gris, también lleva con él otro beanie y una bufanda. Sale del edificio y va rumbo a su trabajo, el mecánico lo llamó y dijo que su auto estará en unos cuatro días más, eso significa que tendrá que ir por cuatro días más en tren. La verdad no le molesta, es lindo caminar un poco.
Camina un par de calles, va mirando el camino, no tiene nada interesante para pensar. Cuando menos lo espera está cruzando la calle y llegando al parque. Llega a este y mira a las personas caminando frente de él, había bastante gente allí. Todo iba normal, todo hasta que escucha a una familiar voz, pero ya no era cansada, notaba el miedo en aquella voz.
—N-No, yo no robé nada —dijo el omega rápido, su miedo era notable en su voz y seguramente en el aire, su aroma natural de miedo no tardaría en sentirse.
—No mientas, omega, yo sé bien que ese es mi abrigo. Dámelo —dijo el alfa, su ceño estaba fruncido y su voz era potente. El miedo de Jimin crecía, el rostro de Jihoon se ponía de igual manera cuando se enojaba.
—En-Enserio no le robé nada —dijo él agachando la mirada, no podía sostenerle la mirada al alfa.
—¿Entonces por qué bajas la mirada, eh? Yo sé bien que ese abrigo estaba en algún banco de por aquí, tú lo robaste y por tu culpa mi omega está enojada, ¡devuélveme ese puto abrigo! —dijo gritando lo último. Jimin estaba peor, su respiración empezó a ser acelerada. Todo comenzaba con gritos y a veces seguía con golpes. ¿Será que esta vez va a ser así?
Jungkook escuchó todo, había parado para ponerle atención a la voz del omega y terminó escuchando toda la conversación, si se le puede llamar así. Vio como el omega castaño agachó la cabeza, seguro apenado por la situación y él no sabe el porqué, pero se enojó. Caminó los pasos que le faltaban para llegar hasta ellos.
—Dame mi puto abrigo, que tú estés en la calle no te da derecho de estar robando las cosas que ves en el parque, nadie te mandó a abrir las piernas y terminar así —dijo apuntando al cachorro, quien estaba inquieto y con los ojos brillosos, seguramente estaba por llorar pensó Jungkook.
Este se enojó más con su comentario, nadie tenía derecho a comentar nada sobre su vida o el porqué estaba en la calle, era su vida y nadie la conocía, nadie sabía su historia y aquel alfa no tenía derecho a hablarle así. Tocó el hombro del rubio y este giró la cabeza sobre sus hombros y lo miró.
—¿Y tú qué quieres? —dijo de mala gana.
—No tienes derecho a hablarle así —dijo directo.
Jimin estaba aterrado, pero llegó a escuchar una voz que le pareció conocida. Levantó la cabeza y vio de quien se trataba, era el alfa de la noche anterior, era el dueño del abrigo.
—¿Y a ti qué mierda te importa cómo le hable? Es un ladrón y le hablo como se me dé la puta gana —dijo prepotente. Jungkook lo miró con el ceño fruncido.
—Él no es un ladrón.
—¿Cómo mierda lo sabes? Ni siquiera lo conoces.
—Tú tampoco lo haces, así que no sabes si lo es verdaderamente.
—Ese abrigo es igual al que perdí y estoy seguro de que es ese.
—¿Tú sabes cuántos abrigos así hay en el mundo? Ah, si, miles. Así que no puedes venir y decirle a la primera persona que vez que lo que lleva puesto es tuyo.
—¿Tú lo viste bien? —dijo y volvió a mirar al omega, rebajándolo con la mirada, luego miró al alfa—. No tiene ni para comprarse un par de zapatos, ese abrigo tiene que ser robado —Jungkook se enojó el triple con aquel comentario.
—¿Tú te oyes al hablar? Que esté en la calle no significa que sea ladrón, hay gente mucho más decente y respetuosa que tú y seguramente vive en la calle. Yo si fuera aquel omega ya te hubiese mandado a la mierda por lo idiota que eres, pero es respetuoso y no lo hace —dijo el alfa apuntando al castaño y caminando más cerca del otro alfa.
—¿Tú sabes si es ladrón? ¿No, verdad? Así que no hables como si lo conocieras hace mil años.
—¿Sabes que? Tienes razón —el rubio sonrió triunfante—. No lo conozco y tampoco sé si es un ladrón o no, pero te puedo decir con certeza que ese abrigo no es tuyo.
—¿Y cómo lo sabes?
—Ese abrigo es mío, yo se lo dí en la noche —el otro alfa dio una fuerte carcajada.
—¿Tú le diste eso? ¿En serio quieres que te crea eso? Los dos sabemos que ninguno le daría ese abrigo a este omega, no vale tanto como la prenda.
—No todas las personas somos tan mierda como tú, yo tengo corazón. Y, ¿sabes?, te equivocas, él si lo vale, no lo conozco pero estoy seguro que vale mucho —dijo Jungkook mirando al omega quien estaba atento a la discusión, se miraron por un momento pero el omega desvió la mirada—. Ese abrigo es mío y yo se lo dí, créelo porque es la verdad.
—Demuéstralo.
Jungkook no respondió. No sabía cómo demostrarle a aquel idiota que ese abrigo le perteneció a él en algún momento, pero entonces recordó que tenía diez mil wones en el bolsillo izquierdo.
—Tenía diez mil wones en el bolsillo izquierdo, si todavía están ahí significa que el abrigo era mío y que el omega no es ningún ladrón.
Se acercó lentamente al omega, este está diciéndole cosas al oído de su bebé. Jimin sintió pasos cerca suyo, le dijo a su cachorro que no tuviera miedo, que se relajara y levantó su cabeza y vio al alfa a unos centímetros de él. Se alarmó, no le gustaba tanto la cercanía de aquel desconocido.
—No te asustes, solo quiero demostrarle a este idiota que este abrigo no es de él y que no eres ningún ladrón, ¿está bien? —susurró Jungkook para que solo escuchara el castaño. Jimin asintió aún dudoso, pero asintió—. En el bolsillo izquierdo habían diez mil, ¿puedes fijarte si todavía están allí? —dijo un poco más fuerte para que el rubio le tomara atención.
Jungkook se alejó y se puso al lado del otro alfa. Jimin lo miró y Jeon hizo un gesto para que lo haga, acomodó a su cachorro mejor con la otra mano y antes de meter su mano izquierda en aquel bolsillo le habló.
—Tranquilo, angelito, ese alfa solo nos quiere ayudar, ¿si? —el bebé miró a Jimin y le dio un asentimiento.
Jimin prosiguió y revisó el bolsillo, de él sacó los diez mil wones. El alfa rubio quedó boquiabierto, él estaba seguro que el alfa que estaba al lado suyo estaba bromeando, pero él realmente le dio aquel abrigo de mucho dinero a ese omega. Se fue sin disculparse, Jungkook lo vio alejarse, le hubiese gustado una disculpa, pero al menos no lo molestaría por aquella prenda.
Se acercó un poco al omega y este lo miró de nuevo alarmado.
—¿Puedo sentarme? —preguntó, ya iba tarde al trabajo, sentarse un rato no haría diferencia.
Jimin lo miró, no sabía si decirle que si, seguía siendo un desconocido. Pero tenía que agradecerle con algo así que lo dejó sentarse. Se hizo a un lado y corrió la mochila que había a un lado, la puso en el suelo. Estaban en silencio, no era incómodo, pero a Jungkook le agarró algo de curiosidad por el omega.
—Ese tipo es un idiota, no entiendo cómo existe gente así —dijo pero no recibió alguna respuesta o algún comentario sobre el tema—. Lo hubiese golpeado si fuese otro tipo de persona, pero odio la violencia —el omega seguía sin hablar—. ¿Estás bien? ¿No te hizo daño, verdad?
—No me hizo daño, gracias por preguntar —dijo secamente Jimin, atrayendo a su bebé más cerca.
—¿Cuánto tiene? —dijo refiriéndose al cachorro.
Jimin lo miró confundido pero luego entendió.
—Tiene once meses —dijo y volvió su mirada al frente.
—¿Cómo se llama? —preguntó el alfa curioso.
—No le puedo decir, lo siento —dijo el castaño sin mirarlo.
A Jungkook le recordó a su secretaría, no le gustaba la formalidad, pero lo dejó pasar.
—¿Por qué no puedes decírmelo?
—No lo conozco.
—No les haré daño.
—Eso no lo sé, no puedo confiar en usted solo porque me dio algo, lo siento.
Jungkook suspiró, quería tener una conversación en confianza, entendía la situación, pero de igual manera quería que le tenga confianza, no entendía la razón de aquello.
—¿Siempre eres tan desconfiado? —preguntó mirándolo y Jimin lo miró mal por un momento, pero unos minutos después desvió la mirada. Jungkook se arrepintió de haber hecho esa pregunta.
—Sabe señor, estar en la calle te hace saber por las malas que no todas las personas son buenas. Así que sí, siempre soy desconfiado y más si es un alfa. Por si no se dio cuenta tengo un cachorro y lo tengo que cuidar, no puedo estar hablando con cualquier persona y no sé porque estoy hablando con usted —dijo mirando al frente, en ningún momento volteó a mirarlo.
—Si, tienes razón, lo siento. Yo... soy un idiota, perdón, enserio perdón —dijo Jungkook agachando la cabeza, estaba apenado. No sabía lo duro que debía ser estar en la situación del omega y lo pintó de desconfiado. Volteó a ver al cachorro, este lo vio y apartó la mirada, por alguna razón el bebé no podía estar con alfas cerca.
Jimin estaba aterrado, tenía a un alfa al lado suyo y le estaba hablando. Le molestó un poco la última pregunta, pero se dio cuenta que no fue con mala intención cuando vio de reojo su reacción, le pareció tierno.
—¿Tu bebé siempre es así con los alfas? — preguntó aún mirando al cachorro.
—Si —contestó Jimin. Jungkook enserio quería que no fuera tan seco al contestar, pero lo entendía o al menos trataba de hacerlo.
Hubo otro momento de silencio y Jungkook se resignó a la idea de que el omega no quería tener una charla con él, respetaba aquella decisión.
—Creo que es momento de irme, discúlpame si te molesté —dice Jungkook. Hace un ademán para levantarse pero la voz del omega lo detiene.
—Gracias.
—¿Mm? —Jungkook no había escuchado del todo bien a Jimin.
—Gracias —dijo un poco más fuerte.
—¿Por qué? —pregunta confundido el alfa.
—Por defenderme, gracias por eso. Hace mucho tiempo nadie había hecho eso por mí —dijo él mirando a Jungkook, pero desviando un poco su mirada al decir lo último.
—No es nada, ese idiota merecía una paliza —dijo él y Jimin rió. Era una risa algo tímida, pero era bonita y Jungkook apreció aquel sonido.
El alfa se levantó del banco y estaba apunto de irse, pero nuevamente el omega interrumpió la acción.
—Espera... —dijo tímidamente.
—Dime —dijo volviendo a girar su cuerpo a la dirección del castaño.
—Esto es tuyo —dijo tendiéndole el billete.
Jungkook sonrió divertido.
—Déjatelo —dijo el alfa haciendo un gesto con la mano para que no le dé importancia.
—Pero es tuyo.
—Ahora te pertenece, a ti te hacen más falta que a mí.
Esas fueron las últimas palabras de Jungkook antes de irse, dejando a un Jimin con la palabra en la boca y el ceño algo fruncido, pero terminó aceptando el dinero que le había brindado.
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