treinta y tres
JungKook tenía poco tiempo antes de irse a Estados Unidos junto a YoonGi, el tour estaba apunto de comenzar y eso significaba alargar el poder arreglar las cosas, o por lo menos ofrecer la disculpa que el de piel canela se merecía.
Al día siguiente de confesar todo a JiMin; después de haber descansado de muy mala manera por los nervios, salió de su departamento a las cinco am, no era un viaje corto; y aunque llegase tan temprano, sabía que TaeHyung ya se encontraría despierto, el granjero iniciaba su día a altas horas de la mañana para que le diera tiempo a todo.
Así que ahí se encontraba, con sus pantalones cargos negros, una camiseta del mismo color oversize y su cabello aún húmedo por haber tomado una rápida ducha antes de salir de casa. Hoy no vestía un traje de chaqueta o camisa arreglada, porque no era el mánager Jeon JungKook, era simplemente Gguk yendo a buscar a la persona que más amor le había hecho sentir.
De vez en cuando apretaba el volante entre sus dedos, estaba nervioso, porque la había cagado tremendamente y sabía que había un gran porcentaje de posibilidad que las cosas se fuerana volver complicadas; bueno, más complicadas aún.
>> En qué momento las cosas se hicieron un nudo irreversible, yo solo era un joven centrado en su trabajo y acabé enamorado del novio de otro artista. << Pensó sintiéndose una vez más culpable; pero bueno, ya estaba hecho, y además en concreto él siempre intentó que Kim confesara qué estaba pasando, pero el chico de campo nunca encontró la valentía de hacerlo.
Cuando menos los espero, intentando llegar a una idea clara sobre qué decirle al mayor; o por lo menos qué palabras eran las concretas para disculparse, llegó allí; desde fuera todo estaba tal y como recordaba. 05:47 am.
JungKook estacionó el auto y salió de él con prisas, aún así nervioso, e inseguro de lo que pudiera pasar.
Aún no eran las seis y media, así que dudaba que el de cabellos chocolates hubiera empezado a trabajar en la granja, pero estaba seguro de que si que estaba despierto. Y siendo Tae, obviamente que la puerta de su pequeña casita iba a estar sin seguro, cosa que Kook siempre había odiado que hiciera, pero Kim decía que nadie iría a la mitad de la nada a robar; y bueno, la verdad es que tenía razón, nunca le había pasado nada.
El joven abrió la puerta, sin atreverse a entrar, encontrándose con uno de los tantos gatitos que Kim tenía por toda la granja. -- Oh; hola Vainilla. -- Saludó a media voz, agachándose para acariciar al minino que ya se encontraba restregándose contra él al reconocerle. Este era el gatito más casero entre todos, así que había podido compartir más tiempo con él.
Un golpe en la planta de arriba le hizo mirar hacia las escaleras; conociendo al dueño del lugar, seguro se había tropezado con algo. Inconscientemente al recordar uno de los tantos momentos de torpeza de TaeHyung, una sonrisa se le escapó.
No sabía si tenía que subir, esperar allí en la entrada; o tal vez llamarle por teléfono y decirle que se encontraba allí ¿Cómo debería de actuar? Antiguamente simplemente subía sin avisar y le sorprendía entre besos que Tae siempre agradecía, porque el de piel canela siempre le había hecho saber cuanto le gustaba cuando JungKook llegaba sin esperarlo.
Ahora no estaba tan seguro de que eso fuera a ser así.
Claro que el granjero no tenía timbre como para hacerle saber que alguien estaba allí esperándole; pero... tenía una graciosa campanita al lado de la puerta; Kook nunca pensó que en algún momento la iría a usar, pero ahí estaba. Era la única idea ética que se le ocurría.
Tuvo que dejar de mimar a ese gatito, que aún no dejó de pasearse por sus botas militares incluso cuando el chico se colocó de pie. -- Bien... allá vamos. -- Se animó, tomando la cuerda que colgaba de la campanita y moviéndola para hacerla sonar.
Qué bien que el chico no tenía vecinos, sino posiblemente JungKook se hubiera metido en posibles problemas.
Para ser honestos, el azabahce tenía que admitir que se estaba sintiendo ansioso, porque segundos habían pasado y el contrario no había hecho acto de presencia por las escaleras ¿Por qué no bajaba? Sus ojos brillantes estaban atentos a aquel lugar, deseando ver como las piernas largas de Kim bajaban por estas, sin embargo, fue sorprendido cuando la voz del susodicho vino de arriba.
Jeon alzó el rostro, enfocando en la ventana de la segunda planta, en concreto la ventana que había en la habitación del granjero. Kim había asomado su cabeza para ver quien le llamaba esas horas, no era lo más común, por eso quiso hacerlo desde allí. -- ¿G-gguk? -- Inquirió sorprendido, como si no pudiera creer que ese chico se encontrase allí.
-- Hola... uhm ¿Podemos hablar? Por fav- --
-- N-no lo sé; no sé si e-estoy preparado. Tienes novia. No sé si... si quiero hablar contigo sabiendo eso. -- Dijo no demasiado alto, pero JungKook enterándose igual ante el silencio de la madrugada.
-- Tae; no tengo novia, ella no es más que una compañera de trabajo con la que tampoco me he comportado como debería. Déjame explicártelo todo, por favor. --
El mayor le miraba desde arriba con su cuerpo partido en dos, su corazón y cerebro estaban en una disputa intensa dentro suyo.
>> Dale una oportunidad. <<
>> Me va a hacer daño otra vez. <<
Y lo que le hizo querer darle una estúpida oportunidad fue que le sonriera, pero sin alguna pincelada de felicidad, al contrario era una sonrisa cansada; la de una persona devastada. -- Pasa... -- Fue lo último que dijo antes de desaparecer de la ventana, yendo hacia las escaleras para ya estar en la planta baja y darle el encuentro.
El de cabellos oscuros quería correr hacia dentro y estrecharlo entre sus brazos en cuento tuviera la ocasión, pero no podía, sentía que no tenía el derecho, y lo que más temía era incomodar a Tae, porque sabía que era alguien que siquiera se quejaría si eso estuviera pasando.
TaeHyung temía hacer sentir mal a las otras personas, por eso siempre se callaba como se sentía o qué le parecían las cosas; por eso es que lo de JiMin resultó así; y lo que más temía Jeon es que con él hiciera lo mismo de no contar lo que pasaba por su cabecita, por su corazón. Él quería ser esa persona que le diera la confianza necesaria para poder compartirlo todo sin miedo.
Se había quedado en el umbral de la puerta esperando a que el de piel canela hiciera acto de presencia por las escaleras. Allí estuvo en un instante, bajando despacio con sus cabellos ondulados alborotados y su mítico pijama de cuadros de un par de tallas más grandes.
-- Pasa... v-vas a coger frío si sigues ahí fuera, además has venido sin abrigar. -- Dijo agachando la mirada con las mejillas encendidas, era algo que no podía remediar, cuando veía a ese chico su cuerpo se volvía completamente loco. Aunque hoy el corazón le dolía, porque había muchas cosas las cuales no se habían solucionado. -- ¿Quieres que te baje un suéter o algo? --
-- No hace falta, Tae; estoy bien, solo quiero que hablemos, aclarar todo antes de irme. -- Pidió con voz suave, adentrándose en la casita y cerrando la puerta después de fijarse que Vainilla había entrado junto a él.
-- Vale... vale, pasa a la sala; en seguida estoy, quiero mi chocolate caliente ¿Tú quieres algo? --
JungKook negó con una suave sonrisa, esta menos preocupada, esto le recordaba a esas tantas veces que había despertado en este lugar. Cuando el mayor se fue a la cocina, él se dirigió hacia el lugar dicho, tomándose la libertad de ir hacia la chimenea para poner un poco de leña y prenderla. La casa de TaeHyung era tan fría como acogedora.
Dejó que ya la habitación se fuera calentando poco a poco, sentándose en el sofá para esperar al contrario; los pocos segundos que tardó en llegar. -- ¿S-seguro que no quieres algo para taparte? Pusiste la chimenea... -- Preguntó abrazando con sus manos la taza de chocolate.
-- La he puesto por ti, has bajado sin calcetines y seguro tienes los pies fríos, además de que te estas tomando un chocolate caliente, quiero que estés a gusto mientras conversamos. --
Con su cabeza asintió, sentándose en la otra punta del sofá, con sus piernas encogidas mientras miraba hacia el mánager; quien estaba sentado mirando hacia la chimenea. -- ¿Cómo está JiMinie? -- Se atrevió a preguntar para iniciar la charla.
>> Así que eso es lo primero que quieres saber. << Rió un poco para sus adentros Jeon. -- No en su mejor momento. Ha iniciado con la terapia y está reconociendo unos traumas con los cuales ha estado conviviendo y no era consciente. Además, ayer por la noche le confesé lo que pasó entre nosotros. -- Contó, con sus orbes clavados en el fuego. -- Y bueno, tiene algo con YoonGi hyung. --
-- ¿T-traumas? -- Tae se sentía sorprendido de no conocer tanto a su mejor amigo como él creía ¿Cuántas cosas se habría estado guardando JiMin al igual que él? Por lo visto no era el único que sufría en silencio. -- Lo de YoonGi-ssi lo esperaba... ellos hacen muy buena pareja... --
Aún recordaba como el pálido le había mirado al pasar a buscar a JiMIn ese trágico día, ese joven parecía ser capaz de lo que sea con tal de tener a salvo al modelo. -- Sí; se complementan bastante bien. -- Le dio la razón al contrario, preguntándose cómo estarían ellos dos después de lo que había confesado ayer. -- Tae, tal y como te he dicho siempre, aún creo que deberías de hablar con él; JiMin lo merece, tus disculpas y tus explicaciones. Hazle saber que no es que algo estuviera mal con él; simplemente que los sentimientos cambiaron. --
-- L-lo sé, lo tengo planeado... -- Murmuró apretando la taza entre sus dedos -- Quiero mucho a Mimi, siento mucho todo lo que ha pasado y siento ser un cobarde... t-tendría que haberle dicho, le he hecho demasiado daño... no puedo perdonármelo... te metí también en un p-problema a ti... --
Y aunque en ese momento no le había estado mirando, JungKook supo por como su voz se habría roto que seguramente sus ojos se habían empapado. Tae estaba escondiendo su rostro detrás de sus manos temblorosas y taza humeante. -- Tae... -- Le llamó en un suspiro, acercándose a él siquiera sin razonar.
Con cuidado puso sus manos sobre las mejillas de piel canela, acunando su rostro el cual se iba mojando por lágrimas indeseadas. -- L-l-lo siento de verdad, lo siento mucho. -- El castaño le miraba con un involuntario puchero sobre sus labios con la intención de callar los sollozos que se querían escapar.
Su rostro sonrojado por el llanto y mojado por este mismo, haciendo que sus manos se manchasen. -- Lo siento yo también, TaeHyung... aquí ninguno nos hemos librado de cometer actos tontos... -- Dijo, moviendo sus pulgares por encima de las ojeras contrarias, intentando limpiar las lágrimas. -- Intentemos arreglar todo lo que podamos ¿Vale? Todos tenemos unas disculpas que ofrecer... --
El azabache estaba perdido; cómo había siquiera podido pensar en abandonar al más mayor. Lo dejó solo y sin explicación durante largos días, intentando llenar de besos otro cuerpo para intentar acostumbrarse a otra piel; haciendo lo posible para adaptarse a otra calidez. Pero es que sus manos picaban por tocar a Tae, por abrazarle y resguardarle entre sus brazos.
-- Gguk ¿Y-y ella? ¿Quién es ella? ¿P-por qu- --
-- Ella es una compañera de trabajo como te he dicho. Antes de conocerte a veces teníamos relaciones sexuales esporádicas. -- Inició, quitando las manos del rostro ajeno una vez que había dejado de llorar, colocándolas sobre sus propias piernas, jugando un poco con la tela de sus pantalones en busca de apaciguar los nervios. -- Cuando JiMin se enteró de que tenías un amante, me sentí horrible, un asco. El proceso de ver a hyung durante y después de aquello ha sido como clavarme lentamente estacas en el alma, entonces pensé que lo único que podía hacer por él, para enmendar lo que hice o a lo que contribuí, era dejarte. Y para hacer eso, también me tocaba olvidarme de ti. --
Kim bebió de su taza con la intención de no llorar de nuevo, porque tan solo pensar que ese chico en algún momento le había tenido repulsión o se había arrepentido de haber estado con él, le era demasiado doloroso. -- Entonces; os acostasteis... -- Resumió, tragando después un poco de su chocolate.
-- Lo hicimos, pocas veces, porque siquiera podía dejarme llevar. Algo estaba mal conmigo y no sabía identificarlo. Al final era simple, no podía no quererte, TaeHyung. Saber que estaba haciendo algo que podía dañarte, me estaba dañando a mi, porque lo que más deseaba era poder haberte conocido en otras circunstancia; que lo nuestro hubiera sido correcto desde el primer momento... pero en ningún sitio viene escrito que la vida es justa ¿Sabes? A veces hay que hacer de tripas corazón y solucionar los problemas que la vida te presenta. --
-- E-entonces ¿Qué pasó con ella? -- Inquirió, dejando la taza en la mesita que tenía a un costado del sofá, pudiendo abrazar sus piernas.
-- Hablé con ella. No fue agradable, pero era lo que tenía que hacer. Días después entonces hablé con JiMin, justo ayer. Y hoy me encuentro aquí hablando contigo. --
El castaño asintió despacio, tenía preguntas que quería decir, y aunque le daba miedo escuchar las respuestas; más miedo le daba vivir en la incertidumbre. -- Y... ¿Qué tienes p-pensado para nosotros? ¿N-no lo intentaremos porque la vida es injusta y pone a la persona correcta en el lugar equivocado? -- Inquirió con miedo.
-- No es lo que me gustaría. De hecho, lo último que le dije a JiMin hyung es que lo sentía por todo, pero no por enamorarme de ti; porque en serio eres todo lo que necesitaba para encauzar mi vida. Solo existía, no vivía; y tú me has hecho disfrutar hasta de lo más común, TaeHyung; gracias a ti he sido algo más que un joven rodeado de contratos y papeleos de empresa. --
Las palabras habían endulzado los oídos del castaño, aunque él mismo dudase si de verdad había sido capaz de hacer algo tan bonito por otra persona; últimamente se daba cuenta de que la había jodido demasiado. -- Entonces... uhm, si te pido que seas mi novio de manera formal... t-tú... --
-- Espera, espera, espera. -- Rió enternecido el más joven, haciendo que el otro frunciera un poco su ceño y abultase su labio inferior con las mejillas sonrojadas, estaba avergonzado. -- Te quiero mucho, y claro que quiero que seas mi novio; pero quiero dejar todo bien hablado antes. Lo de ella, lo de mi compañera ¿Eres consciente de que no hubo algún sentimiento, no? En serio no quiero que cara al futuro vaya a ser un problema. --
-- B-bueno, claro que me resulta incómodo y me dan ganas de reclamarte, pero creo que se dio por un montón de sucesos infortunados; y llevaba mucho tiempo, uhm, queriendo f-formalizar lo nuestro... --
Los labios del menor se estiraban con suavidad ante la compresión ajena, le hacía sentir tranquilo que el otro pensase de aquella manera; finalmente podía descansar un poco su cabeza y horribles pensamientos, ellos se querían y era lo importante. -- A mi también me gustaría formalizar lo nuestro, pero ¿Te importa si tardamos un poco más? Voy a pasar un tiempo fuera, mañana empieza el tour de YoonGi, no me gustaría que lo nuestro se diera de esa manera. --
-- ¿Cuánto tiempo te vas? -- Preguntó el mayor estirando sus piernas para dejarlas sobre los muslos del mánager, quien posó sus manos en estas, dejándole masajes suaves sobre estas.
-- El tour dura unos meses, pero habrá momentos que volvamos aquí para descansar. Me gustaría por lo menos esperar hasta que volvamos de América, solo eso. Quiero hablar con YoonGi, con JiMin hyung, quiero que tú también hables con ellos; y sobre todo, quiero ser yo quien te pida que seas mi novio. ¿Puedes esperar un poquito más? -- JungKook le miraba con una sonrisa de labios cerrados, adorando la carita sonrojada del granjero.
Y TaeHyung aceptó, porque sentía que si él se lo pedía podría esperarle la vida entera si fuera necesario. -- Vale, entiendo, Ggukie... lo haremos de esa manera. -- Dijo removiéndose un poco hasta inclinarse hacia delante con los brazos abiertos.
Jeon no necesitó alguna palabra, supo que lo que el otro esperaba es que lo rodease con sus brazos, lo pegase a él y le besara en la curvatura de su cuello con cariño. Ante la calidez que el menor le ofrecía, Tae cerró los ojos, enredando sus largos y maltratados dedos por el trabajo entre los cabellos ajenos. -- Te eché mucho de menos, casi me rompes el corazón en mil pedacitos, Gguk... -- Volvió a hablar en voz baja, escuchando una risa áspera salir de los labios del otro.
-- Perdón, TaeHyung-ah, por primera vez, no sabía qué hacer con mi vida... después me di cuenta que tú eras parte de ella, y que definitivamente no quería seguir sin ti. Lo siento por haber hecho un lío de todo. -- Respondió, besando con toda la inocencia y cariño que tenía para ofrecerle su mandíbula, ascendiendo por sus pómulos. -- Y sobre todo gracias por ser más que comprensivo. --
-- No pasa nada, lo solucionaremos juntos ¿Verdad? --
-- Verdad, Tae, verdad. -- Susurró sobre sus abultados labios, robándole un beso con sabor a chocolate que le devolvió la esperanza de volver a vivir tranquilo.
RyeoWook estaba preocupado, ya hacía un par de días que había tenido que ir a buscar a JiMin de madrugada al apartamento en el que vivía desde hacía meses. En el auto, le había estado contando lo sucedido con YoonGi, JungKook y TaeHyung entre demasiados sollozos, hipidos y maldiciones incomprensibles por el llanto.
Desde entonces, el jovencito no había salido de la habitación que le había ofrecido en su casa para hospedarse mientras se sentía mejor. El representante desde luego agradecía demasiado el hecho de que JiMin le pidiera quedarse allí, con él y su mujer embarazada, en vez de solo en su antiguo apartamento.
Era un claro síntoma de madurez emocional en el modelo. Antiguamente seguramente el chico siquiera le hubiera llamado para que le pasase a buscar, sino que se hubiera ido solo andando a su antiguo apartamento y pedir ayuda siquiera habría sido una opción.
Pero no, ahí estaba, en su hogar porque había sido capaz de apoyarse en alguien más, RyeoWook se sentía tranquilo por esa parte, pero por la otra no podía parar de pensar que no había visto a Park abrir la puerta en días, en esa habitación tenía baño privado, así que tampoco había una excusa para verle con frecuencia aunque fuera de horas en horas.
-- Tranquilo, amor, por la noche le escuché venir a la cocina para comer algo. Seguro que está descansando. -- Le animó su pareja, depositando un beso sobre su mejilla y además le ofrecía un poco de la tarta que había preparado la noche anterior para poder desayunarla a la mañana siguiente, es decir, hoy.
-- Sí, eso está bien... -- Murmuró, dejando una caricia en la ya abultada apenas barriguita de ella, que se había sentado a su lado en la mesa del comedor.
Wook encendió la televisión para ver las noticias, como cada mañana era rutina; desayunar con la mujer que más amaba mientras veían qué tenía que contar el mundo. -- Hoy tengo una revisión, pensé que le podía decir a JiMinie de venir, creo que es algo que le haría ilusión y saldría de la habitación ¿no crees? --
Ante la idea el hombre sonrió, obviamente ese chico iba a salir si se trataba de su ahijado. -- Por estas cosas te considero la inteligente de la relación, cariño. -- Bromeó el castaño, escuchando la risa contagiosa de ella. Y como si toda la conversación hubiera sido escuchada por el más joven de la casa, este se dignó a hacer acto de presencia después de tanto.
El modelo venía vestido con un pijama que RyeoWook le había ofrecido, es decir, demasiadas tallas más grandes que la propia; y además, unas gafas de sol que usaba para tapar su deplorable aspecto. -- Vaya outfit; ya eres toda una celebridad que viste raro. -- Intentó el mánager bromear, recibiendo un cortés dedo del medio de parte del joven.
-- Buenos días Wook-ah, buenos días noona, buenos días bichito. -- Saludó con voz ronca a los "tres".
-- ¿Quieres tarta, Minie? La preparé ayer y está deliciosa. Siéntate en la mesa, vamos, vamos. --
Ella siquiera había dejado que el modelo contestase, con miedo de que fuera una negativa.
EunHye era alguien demasiado servicial por pura naturaleza; de hecho cuando RyeWook le conoció le ponía incluso un poco inquieto, supuso que a lo mejor la chica había sido criada en un ambiente conservador en el que la mujer era la que tenía que ofrecerse a hacer todo, pero no. Era simplemente que su pareja era demasiado servicial y amaba hacer que los demás estuvieran bien.
Formaba parte de su personalidad.
-- Buenos días a ti también, JiMin-ah, nos alegra mucho verte por aquí después de días ¿Pensaste mucho? -- Inquirió el hombre, levantándose también para traerle un chico una taza de café con canela, sabiendo perfectamente como era que le gustaban a él.
-- Algo así... -- Susurró con la mirada perdida en la mesa de madera, sin siquiera prestarle atención a las noticias que sonaban de fondo.
EunHye se sentó a su lado, dejando el plato con el dulce frente a él. -- Hoy tengo una ecografía ¿Vendrás? -- Le preguntó con una de sus sonrisas dulces, esas que la caracterizaban. JiMin juraba nunca haber conocido a alguien que fuera tan risueño.
-- Uhm, claro que sí, iré a ver al bichito. -- Dijo apoyando su cabeza en el hombro de la mujer mientras su mánager le traía la taza de café. Por un momento se sintió en familia, como si estuviera con sus dos padres; o por lo menos con las dos personas que velaban por él.
-- Toma, si quieres más de lo que sea, pídelo. -- Wook dejó la taza en la mesa, después sentándose frente a ellos dos. -- No has estado durmiendo mucho ¿no? -- Se atrevió a preguntar, pero su respuesta era obvia, el chico se veía bastante ido; y además, desde la habitación que compartía con su pareja lo habían podido escuchar llorar.
Sin tener energías para hablar en alto, el antiguo rubio se encogió de hombros. No sabía cuanto habría dormido, cuantas horas habían pasado, o en qué día se encontraban, porque siquiera había tomado su teléfono una sola vez.
Se la había pasado llorando, pensando, regañándose a si mismo, compadeciéndose, recordando a Tae, maldiciéndose, extrañando a YoonGi, queriendo pegar y abrazar a JungKook. Demasiadas cosas como para siquiera intentar relatar.
" Hoy 26 de febrero, en directo ahora mismo, 08:31 am, nuestros periodistas están en el aereopuerto para ver la partida de nuestro artista Min YoonGi, Suga." Anunciaba la periodista de las noticias, entonces captando por completo la atención de JiMin. >> Hoy es su primer concierto.<<
Varios periodistas lo grababan y otros intentaban hacerle preguntas, pero el pálido, a diferencia de como solía ser, andaba con prisa, con gafas de sol y cubrebocas, además de la capucha de su hoodie oversize, con JungKook cubriéndole de todos por los pasillos del aereopuerto.
"El joven rapero inicia su tour en los Estados Unidos ¿Cuántos habéis tomado vuelos ya para ir a verle?" Siguió hablando ella, Park quedándose congelado en dirección a la pantalla.
-- ¿JiMin, pasa al- -- Intentó hablar el hombre, siendo interrumpido.
-- EunHye noona ¿A qué hora tiene ecografía el bichito? -- Dijo tomando la mano de la mujer.
Ella se sorprendió un poco por la repentina pregunta. -- A las once tenemos que estar en el hospital, Minie. --
El menor asintió, no soltando la mano de aquella chica que tanta tranquilidad le transmitía, desayunando con su mano libre. -- Intenta comprar vuelos para a partir de las doce, Wook-ah, tengo que estar esta noche allí. --
YoonGi se sentía estúpido, porque era su noche, era un momento de suma importancia para él, el primer día del tour. Habían millones de personas ahí vitoreando su nombre, miles de luces bañando el oscuro mar del público. Entonces ¿Por qué había algo en su pecho que no le dejaba respirar tranquilo?
Bueno, siquiera sabía por qué le extrañaba, claro que era consciente qué es lo que estaba mal; y es que le faltaba el chico de pomposas mejillas detrás del escenario, le faltaban sus gritos, sus besos mientras se cambiaba de vestuario.
Había soñado con aquello, y ahora se había dado un chocazo contra la realidad.
-- ¡Rápido, rápido, rápido! ¡Cambiadle la chaqueta! -- Gritaba alguien del staff mientras el corría hacia donde las estilistas le estaban esperando para cambiar su atuendo.
Personas lo estaban desvistiendo, quitándole el sudor y retocando su peinado.
-- YoonGi-ah, casi has terminado, ha sido excelente. -- Felicitó SeokJin, quien se encontraba en el backstage junto a JungKook, este último extendiéndole a su artista una botella de agua que no dudó en tomar.
El pálido estaba mucho mejor con su mánager, a pesar de que por culpa de la tardía charla fuera que JiMin y él habían acabado discutiendo. No se lo echó en cara, porque le era imposible el no empatizar con el más joven; y porque comprendía a todos, incluso llegaba a comprender a TaeHyung aunque no le hiciera gracia.
Podía entender por qué JiMin se había puesto así, solo quería creer que el menor en algún momento también le comprendiese a él, que entendiera que no podría haber abandonado como si nada su mejor amigo y mánager; él quería esperar a que el azabache hubiera solucionado todo a su tiempo.
Pero bueno, las cosas no habían salido como lo esperado. -- First love es la que te queda por presentar, el piano ya está listo allí arriba. -- Dijo Jeon, acariciando su espalda con cariño mientras le terminaban de retocar el maquillaje.
-- Bien, allá voy... -- Dijo carraspeando un poco, ya sintiendo como su garganta se estaba resintiendo después de todo el tiempo rapeando encima del escenario con el frío. -- Pide al hotel que suban después a mi habitación vino, por favor. -- Fue lo último que le pidió el azabache al más joven, yéndose por los pasillos para volver al escenario.
JungKook suspiró, con su vista clavada en la espalda de su arista hasta que su teléfono vibró dentro de su chaqueta. "Espero que a YoonGi-ssi le esté yendo bien. :) Te quiero. Espero que descanses pronto, en EEUU es de noche." Y un emoji de una vaca y un corazón lila. -- Eres tan lindo... -- Susurró, mirando la fotografía que el granjero se había atrevido a mandarle, un selfie de buenas noches en el que se veían apenas sus ojos avellanas y ese lunar en la nariz que tan bonito le parecía.
Si supiera que el de piel canela disfrutase yendo de viaje a ciudades grandes y transitadas le hubiera sugerido venir a lo mejor; pero era conocedor de que esto no era para nada parte de los gustos de Tae, y posiblemente hubiera aceptado por compromiso, así que prefería echarle de menos y contar los días para volverlo a ver.
-- Después cenaré con YoonGi-ah, lo digo por si estás muy cansado, tranquilo que él no estará solo si quieres ir a dormir. -- Dijo SeokJin haciéndole un masaje en los hombros al mánager del rapero.
Y para no mentir, a Jeon eso le sonó como música angelical para sus oídos. -- ¿De verdad? Es que no pienso si quiera en probar bocado después, solo puedo idealizarme llegando a la cama y tirarme en ella, me voy a fundir con el colchón. -- Bromeó cerrando los ojos, disfrutando de como los dedos del mayor hacían presión donde debían para relajar sus músculos.
La melodía del piano junto a la voz rasposa de YoonGi cantando aquella canción tan personal se pudo escuchar; y ellos dos no pesaban perdérselo, o por lo menos no estar cerca. Así que se quedaron en una de las esquinas del escenario, donde no se les veía, viendo como el de ojos felinos rapeaba con sus orbes cerrados; con todo el público acompañándole.
El club de fans de YoonGi eran posiblemente los más fieles de la industria. Eran su orgullo.
Los aplausos ensordecieron los oídos del artista, quien no dudó en hacer una reverencia a todo el mundo, escuchando todo el estruendo que hacían agradeciendo las actuaciones. Como era de esperarse Min incluso se quedó unos minutos más, dándoles una pequeña charla sobre salud mental que siempre gustaba dar; y más ahora que había conocido de cerca a una persona tan rota como lo era JiMin, personas que no habían hecho nada, pero la vida se lo había puesto complicado.
Algunas lágrimas incluso se le habían escapado, porque ver a algunas de las personas del público sollozar mientras le miraban con ojos brillantes era sin duda impactante; deseaba estar rodeado de ellos siempre y poder borrar cada uno de sus problemas.
Desde ese momento el nudo en su pecho lo único que hizo fue fortalecerse, no por nada en concreto, eran simplemente demasiadas emociones en muy poco tiempo. Le hubiera gustado disfrutar un poco más el inicio del tour, aunque tenía que decir que sus fans le habían levantado el ánimo. -- ¿Qué quieres de cenar? Lo pido mientras te duchas. -- Se ofreció el tatuador, peinando los cabellos del artista, aunque aún estuvieran húmedos por el sudor.
-- Lo que sea está bien, algo de carne si puede ser. -- Pidió, escurriéndose por el asiento de piel sintética del auto. Tener a SeokJin por lo menos le estaba impidiendo sobrepensar.
El mayor siempre estaba ahí para sacarle tema de conversación, y además le había prometido tatuarlo mañana en el hotel, y Min como persona que intentaba ser positiva, se aferraba a todo esto. JungKook, quien iba conduciendo, ya le había dicho que se iba a ir directamente a la cama, cosa que entendía, su mánager había estado haciendo un trabajo muy duro desde hacía tiempo, tenía que estar agotado.
Así fue como entre charlas tontas con SeokJin y caricias de su parte el tiempo pasó. Era tarde, en concreto las 00:24 am, y la ducha que se estaba dando le estaba sentando mejor que ninguna otra. El agua le estaba ayudando a relajarse; el pensar en el vino de después, aún más.
Cuando salió de la ducha pudo escuchar ruidos en la habitación, supuso que ya había llegado el servicio de habitaciones junto al tatuador. YoonGi apenas se movió un poco el cabello con una de las toalla para quitar el exceso de agua y se envolvió en uno de los albornoces del hotel, después de ponerse su ropa interior.
Ante la vista Kim tuvo que fruncir sus labios, no es como si él no hubiera pensado aprovechar la noche de hoy y sobre todo la extraña ausencia del mocoso modelo, del cual no le habían querido explicar nada ¿Por qué no estaba allí en un día tan importante? -- He preparado la mesa para los dos. -- Dijo señalando con su mano hacia la pequeña mesa frente al ventanal descubierto, donde todas las luces de los edificios altos se podían apreciar.
-- Seok-ah ¿Por qué todo esto? -- Inquirió en una risa el pálido.
Apreciaba mucho a su hyung, llevaban mucho siendo amigos, pero por alguna razón todo lo que el castaño estaba haciendo le resultaba de lo más extraño. O puede que estuviera haciendo lo mismo de siempre, pero ahora tuviera lo vocecita de JiMin en su cabeza avisándole de que ese hombre tenía otras intenciones con él. -- Porque te quiero, y porque te lo mereces ¿debe de haber otra razón? -- Respondió en el mismo tono divertido mientras le llenaba la copa de vino.
Con esa explicación se conformó, sentándose en la silla y echando su rostro hacia detrás. -- Fue un buen concierto, la gente ha disfrutado mucho. --
-- Lo ha sido, YoonGi, ellos están muy agradecidos contigo. Uhm, a pesar de que todo haya sido fascinante para ellos ¿Cómo estás tú? Has estado taciturno... -- >> Necesito saber por qué él no está aquí para saber qué tantas posibilidades tengo. <<
-- JiMin... tenía otras cosas que hacer, lo extraño, eso es todo. -- Abrevió mintiendo, hablar del tema le era doloroso.
Bueno, el más alto captó rápidamente que eso no era del todo cierto y que simplemente le estaba esquivando la pregunta. Pero no pasaba nada, el mismo YoonGi tenía pensado beber vino y sabía a la perfección que tan honesto se ponía el azabache cuando bebía, era cuestión de tiempo.
Tiempo que fue pasando mientras cenaban y comentaban cosas triviales; el menor de ambos sirviéndose él mismo el vino cada vez que se le acababa y el otro simplemente riendo de las tonterías que ya el rapero comenzaba a decir, con sus orejas rojas por el alcohol.
-- ¡Que podría usar hoy la cama para follar y no para llorar toda la jodida noche como un gilipollas! -- Soltó con los brazos estirados hacia arriba, encendiendo todas las alertas en la cabeza de SeokJin.
-- Ya... eres tú el que eliges la segunda opción, porque sabes que aunque él no esté aquí, podrías tener relaciones en esa cama. -- Murmuró elevando una de sus cejas de manera sugerente, con sus brazos cruzados sobre su torso. -- De todos modos, no es como que tenéis una relación consolidada ¿o si? La última vez que vi al modelo por poco me saca los ojos por estar cerca tuya. --
-- N-no la tenemos, pero es como si lo fuera. En algún momento se lo pediré, cuando esté seguro de que lo que siento es recíproco, cuando él me mire como yo... lo miro. -- Explicó frunciendo sus labios con un sabor de boca amargo, el cual le hizo volver a beber de su copa. -- No le gustas, porque yo te gusto. --
Kim rió enternecido por la imagen frente a él, pocas veces antes había visto a YoonGi hecho tan desastre. Seguía vestido con el albornoz, este un poco desacomodado dejando ver gran parte de su torso pálido, sus cabellos aún no se habían terminado de secar y sus mejillas y orejas estaban sonrojadas, sin hablar de sus ojos brillosos.
Era muy bonito, muy atractivo para los ojos del tatuador que llevaba tanto tiempo reprimiendo sus sentimientos por ese chico. Nunca pensó que Min estuviera dispuesto a llevar una relación por su carrera, por eso nunca quiso reconocerse siquiera a si mismo lo mucho que le gustaba su amigo. Pero cuando apareció JiMin todo cambió.
¿Por qué? ¿Por qué YoonGi era capaz de arriesgarlo todo por ese chico que se había portado mal en un inicio con él? -- ¿Y como te sienta a ti que tú me gustes? -- Inquirió a media voz relamiendo sus abultados labios, con el corazón acelerado cuando una sonrisa lasciva se había dibujado en el rostro ajeno.
-- ¿Por qué querrías saber eso, hyung? --
-- Para saber que tan posible es que te fijes en mi de vuelta. Yo- a ver... -- Kim tuvo que tomar aire, repentinamente se estaba poniendo nervioso, y que el más joven lo mirase así no ayudaba en absoluto. -- YoonGi, si hay alguna parte de ti que esté consciente de verdad, que me escuche bien. Me gustas, lo haces desde hace demasiado tiempo como para siquiera recordar desde cuando. Yo, siendo honesto, creo que puedo ofrecer más que él, puedo... Y-yoon... --
Las palabras se le habían atorado en lo más profundo de su alma cuando las manos del pálido le habían tomado las mejillas, acunando su rostro para poder acercarlos ambos. Sus frentes quedaron juntas y las respiraciones se mezclaron. -- Seokie... te quiero muchísimo. -- Fue lo primero que le dijo; y el nombrado siquiera podía creer estar viviendo esto.
Ellos dos habían tenido varios encuentros sexuales, pero el menor nunca lo trató de esta forma, nunca le dio cariños o le trató dulce. Sus pulsaciones iban tan rápidas como para escucharlas y sus labios picaban por querer tomar los del otro como antiguamente había hecho muchas veces. -- Yo también te quiero mucho. -- Respondió moviendo su nariz con suavidad, acariciando así la del otro.
-- Pero... -- "pero a JiMin no habrá nadie que se le pueda comparar." Iba a decir, hasta que la puerta de la habitación sonó. Sin siquiera separarse demasiado, el azabache miró hacia la puerta; no entendía quien podía estar llamando a tales horas. Con todo el esfuerzo del mundo puesto en no terminar con la cara en el suelo, se levantó para ir a abrir. -- Espera, ahora seguimos hablando, tatuador coqueto y bonito. --
El castaño de mejillas sonrojadas se sorprendió ¿Por qué alguien llamaría justo ahora? -- ¡N-no! Estabas por decirme algo importante. -- Se quejó el más alto, yendo detrás del artista entre risas los dos. En un instante se encontraron jugando al "pilla-pilla" por toda la habitación.
Min correteó apoyándose en la pared, era la primera vez en todo el día en el que reía de manera más honesta, abriendo la puerta sin siquiera pensar, simplemente se había sentido como "llegar a la meta" en ese juego en el que se había hundido con su hyung.
El rostro sonriente de JiMin fue lo que vio, sorprendiéndose demasiado >> ¿Tanto he bebido? <<
-- ¡YoonGi hyung, sorp- -- Quiso decir el de mejillas abultadas.
-- ¡Yoon-ah! ¡O me besas o terminas de decirme! ¡Pero soluciona lo que acaba de pasar! -- Exclamó por encima suyo SeokJin, creyendo que la persona que había llamado a la puerta era alguien del hotel sin más. El castaño se había abrazado a la espalda del rapero con una gran sonrisa por haberlo conseguido atrapar, escondiendo su sonrojado rostro en la curvatura de su cuello.
Lo único que le extraño de la situación era el estar riendo solo, sin la otra melodiosa risa haciéndole compañía. Es lo que le hizo alzar la cabeza, encontrándose con quien menos ganas tenía.
Y joder, todo lo feliz que se había sentido estos minutos se habían ido al traste al darse cuenta como ellos dos se estaban mirando. Como JiMin sin decirle nada, le estaba diciendo todo a través de sus ojos brillantes. El menor siquiera gritó como había hecho otras veces o le mandó al diablo como solía hacer; aquello realmente le mostro a Kim las pocas energías que parecían quedarles al modelo.
-- V-vine lo antes posible, pero los vuelos se atrasaron... -- Se explicó Park, apretando con una de sus manitas su maleta de equipaje, y alzando la otra para darle un ramo de flores a YoonGi. -- Esto es para t-ti; pude ver un poquito del concierto a través de cuentas fandoms de twitter... e-están resubiendo videos... Felicidades, estuvist- --
-- JiMin, no ha paso nada. -- Aclaró rápidamente el más mayor, porque a pesar de que el menor estuviera hablándole con tranquilidad, podía ver a través de sus ojos castaños que dentro suyo había una tormenta.
-- Daechwita f-fue increíble y... y... oh, First love con el piano también... -- Siguió hablando, ignorando lo dicho por el rapero; solo podía centrarse en la frase que SeokJin había exclamado y en como sus manos se aferraban al cuerpo del pálido desde su espalda.
La mano que sostenía el roma de flores comenzó a temblar, iba a colapsar en cualquier instante; o al menos así se sentía. Fue cuando esos pequeños ojitos estuvieron a punto de rebosar y su voz tembló al intentar hablar que YoonGi enfureció en un solo instante. -- Joder, SeokJin, quítate, suéltame por favor. --
Pidió, el chico haciéndolo despacio, porque lo último que quería era dejar ir al músico; pero lo tenía que hacer. Tenía que dejarlo ir, de todas las maneras posibles.
Vio en primer plano como Min siquiera se lo pensó al abrazar por la cintura al más joven, estrechándole entre sus brazos mientras este se deshacía en un llanto incontrolable; ni él mismo entendía como le quedaban fuerzas para seguir llorando después de todos estos días.
JiMin se aferró al cuerpo del chico que tanto quería, sintiendo como este le apretaba contra si mismo mientras le susurraba al oído. -- No pasó nada, te lo prometo, no pasó, y tampoco iba a pasar... --
Y él le creía, pero estaba asustado, claro que era consciente del desastre que era él y todas las cosas que tenía buenas SeokJin, las cuales por cierto nunca diría en voz alta. Su corazón se estrujaba solo de pensar que YoonGi podría haberle reemplazado. -- Te amo, te a-amo. -- Hipó el de mejillas regordetas, calentando de manera inexplicable el corazón de un tenso Min.
El rapero deslizó sus manos hasta que quedasen en los muslos del más joven, así pudiendo tomarle en peso. JiMin tenía sus piernas rodeando su cintura, aún no soltaba el ramo y se encontraba sollozando sobre el hombro del mayor. -- Mi vida... no llores más, sabes que yo más, no llores, se me rompe el alma de verte así dos veces en la misma semana por mi culpa... -- Pidió el de ojos felinos tomando el equipaje de su pareja.
Con intención de entrar en la habitación miró al precioso tatuador, quien parecía no tener palabras. -- Seok-ah, ve a tu habitación, por favor. -- Pidió con suavidad, no queriendo pagar nada con él.
-- N-no, termina lo que ibas a decir. Te he dicho que te quiero, me dijiste que tú también ¿Qué ibas a decir después? --
-- Que te quiero, pero nadie podrá comparar a JiMin; nadie me hará sentir la mitad de lo que él. Así que, por favor, tengo cosas que solucionar. -- Ahora su voz si había salido más dura, solo quería que esta mala racha acabase, hablar con JiMin y que a partir de ahora las cosas fluyeran bien.
Bien, esto tenía que tomárselo como una batalla perdida, tenía que estar idiota si después de esto pensase que tenía algún tipo de posibilidad con el mayor y claro que no. Ahora le estaba viendo de rodillas, entre las piernas de Park, que estaba sentado en la orilla del colchón.
El rapero le secaba las lágrimas con delicadeza y JiMin buscaba apoyar su mejilla en una de esas manos que con tanto amor y gentileza le trataban.
Sí, era el momento de irse. SeokJin siquiera se preocupó en mirar si se le olvidaba algo antes de salir directo a su habitación.
-- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué viniste, Minie? -- Preguntó sonriendo como un tonto, porque verle allí, que le haya dicho que lo amaba y le hubiera comprado flores era algo que lo emocionaba.
-- Pensé... pensé mucho estos días y- hyung, me duele que no me hubieras dicho nada, m-me duele pero lo entiendo. Y-y no quería seguir así, perdón por ser egoísta y no venir al primer show, era muy importante para ti, l-lo siento, fui una vez más un inmaduro y- --
-- Bombón, estabas enfadado; es normal... que hayas venido después dice mucho de ti ¿Sabes? --
El de mejillas abultadas negó con su cabeza, últimamente solo podía sentirse estúpido en bucle, alguien que tenía muy poco que ofrecer para lo mucho que le gustaba ese joven músico. -- P-perdón, quisiera ser perfecto para ti. --
-- Ya eres perfecto para mi, lo eres, JiMin. -- Aseguró, abrazando de nuevo al menor sin dejar de estar de rodillas frente a él. Sus cabellos oscuros quedaron pegados al pecho del modelo, escuchando lo rápido que latía su corazón, totalmente al contrario de lo despacio que acariciaban las manos del mismo chico el cabello del rapero. -- Nuestros corazones van al mismo ritmo ahora mismo ¿sabes? -- Murmuró estando también avergonzado.
Lo que recibió de parte del más bajo fue un casi inaudible asentimiento, estaba recordando las charlas que había tenido con su terapeuta ahora mismo; quería hacerle caso a la mujer, quería conseguir ser alguien sano mentalmente. "Cuando hay problemas hay que hablarlos, siempre hablar con respeto, no guardes los problemas en el baúl de tu alma, porque va a llegar un momento en el que no cierre."
El de mejillas abultadas; y ahora coloradas, seguía callado, aferrado completamente al cuerpo de su hyung, con sus manitas acariciando la espalda de este por encima del suave albornoz. Se encontraba en un pequeño trance; el cual YoonGi reconocía bastante bien, JiMin siempre entraba en uno después de un ataque de ansiedad.
Por eso le dejó estar de esa manera, incluso cuando sus piernas dolían por estar de rodillas por tantos minutos, se quedó allí escuchando como el corazón del menor se calmaba y su respiración se volvía más tranquila. -- ¿Quieres algo de comer? -- Preguntó bajito para no interrumpir abruptamente su estado disociación.
-- N-no... agua, quiero agua. -- Dijo igual, soltando poco a poco el cuerpo del joven músico.
YoonGi se movió hacia la mesita donde antes compartía una velada con su amigo, sirviendo un vaso de la jarra de cristal que descansaba en la mesa. -- JiMin... -- Le llamó tras ofrecérselo y que el chico tomase de él.
-- Siéntate, hyung, siéntate conmigo. -- Pidió, queriendo ser él el que hablase primero.
Una vez más el mayor le hizo caso, primero dejando el ramo de flores encima de la mesita de noche de su lado; luego sentándose al lado del jovencito en la orilla del colchón. Park bebió entero el vaso de agua, su cuerpo agradeciendo en demasía la hidratación después de tan mal rato.
Quería huir del momento, decir que le dolía la cabeza (cosa que no era mentira), e irse a descansar. Pero eso no sería lo maduro por su parte, tenía que mejorar, tenía que conversar ahora por mucho miedo que le diese. -- Estos dos días fueron intensos, pensé mucho. Caí en cuenta de varias cosas, la primera es que tengo dos opciones: odiar a TaeHyung de por vida o aprender a verlo con perspectiva; lo de nosotros dos no iba a funcionar y por fin terminó por explotar, aunque fuera de mala manera. Ha sido mi mejor amigo de toda la vida, lo más próximo que tengo a un hermano, no mañana, tampoco esta semana, pero me gustaría escucharle y entender el por qué hizo; o no entenderlo pero disculparle, y también pedir perdón por si alguna vez yo le llegué a ofender de alguna forma. --
-- Bien... eso está bien, cariño. -- Le animó colocando una de sus palmas boca arriba, haciendo un silencioso llamado a que el modelo colocase su mano encima; y así entrelazar sus dedos. JiMin supo leerle, haciendo justo lo que el otro esperaba; quedándose unos segundos callados mientras disfrutaba de la vista de sus manos enlazadas, de lo diferentes que eran entre ellas y lo bonitas que se veían. -- ¿Y sobre JungKook? Yo pude tener con él una charla extensa en el avión, solucionamos nuestras diferencias y estamos volviendo a nuestra rutina y relación pasada. Me contó que... que TaeHyung preguntó por ti el día que fue a verle, él también quiere verte. --
Inevitablemente saber que el de piel canela se preocupó por él le hizo sonreír con suavidad, agradecía no ser el único que extrañase al otro. Ellos siempre habían sido muy unidos; perderse a estas alturas de la vida iba a ser muy doloroso. -- Sobre JungKook-ssi... tengo que volver a hablar con él; entiendo que los sentimientos no se controlan y él no pudo ignorar los suyos ni los de Tae; sino que me lo digan a mi. --
-- ¿A- a ti? -- Inquirió confuso el mayor, inclinando ligeramente su cabeza.
-- A mi; que creía que había encontrado el amor de mi vida en una granja perdida en la mano de Dios, y acabé por enamorarme del chico más molesto y detallista del mundo que reside en un encantador Penthouse. ¿Alguien te dijo por cierto que hablas en sueños y- --
El pálido giró su rostro rápidamente para mirarle al asimilar lo que el otro le estaba diciendo; ya antes entre lágrimas le había confesado que lo amaba, pero con los nervios siquiera le había dado la importancia necesaria. -- ¡Espera! ¡Repítelo! --
-- ¿Q-que? ¿Que hablas en sueños? -- Dijo confundido
-- Lo de antes, bombón. --
-- ¿Que creía que el amor de mi vida era un granjero que llora de emoción cuando le hace trenzas a sus caballos? -- Intentó escapar avergonzado de lo que el otro estaba intentando hacerle decir.
Min le miró con una de sus cejas alzadas, advirtiéndole. -- Park precioso JiMin; dímelo, dímelo, por favor. --
Pidió tras moverse por el colchón, haciendo que el modelo quedase tumbado boca arriba, y él le mirase desde arriba, con sus manos apresadas a cada lado de su cabeza. El menor tuvo que tragar con dificultad, perdido en las sonrisa coqueta y ojos soñadores que ahora el rapero le regalaba >> mierda, es muy guapo, estoy muy pillado. << -- Q-que... uhm... me enamoré de ti, hyung, lo hice. -- Dijo sin apartar la mirada de esos orbes felinos que amaba.
Y vio esa sonrisa en YoonGi que adoró ser capaz de sacar a la luz; esa la cual salía cuando su sobrina decía algo lindo, esa cuando salía cuando tenía a sus fans frente a él, esa que salía cuando HoSeok le hacía un regalo tonto pero personal que solo ellos entenderían; esa que acababa de conseguir dibujar él confesándole sus más profundos sentimientos.
-- T-tú... tú de verdad no creo que logres comprender como de bien me siento ahora mismo. Lo gratificante que se siente ser correspondido por la persona más especial que he conocido. -- Susurró YoonGi agachando su rostro para poder estar más cerca suyo, regalándole un lento más no extenso beso en sus pomposos labios.
Y daba igual si estaban mal cuidados por culpa de los fatídicos días que llevaba el jovencito, sabían mejor que nunca porque ahora ellos dos se amaban y eran conscientes de ello.
-- ¿Cuánto bebiste? Sabes a vino... -- Se burló sobre sus labios el modelo, enrollando sus brazos alrededor de su pálido cuello.
-- No lo sé... lo suficiente como para que el corazón dejara de dolerme de lo mucho que te echaba de menos, mi vida. --
Ambos se miraron a esa corta distancia, regalándose miles de "te amo" escondidos detrás de sus avergonzadas sonrisas y destellantes miradas.
Con cariño, fue JiMin quien volvió a capturar los labios ajenos, siendo él quien llevase las riendas del beso lascivo en el que sus lenguas se entrelazaban con parsimonia, por lo menos hasta que una de sus manitas se deslizó por el torso de YoonGi, acariciando su cálida piel descubierta por el desacomodado albornoz.
Ahí su cabeza hizo click.
Tomando una bocanada de aire que lo desestresase un poco y lo alejase de levantarse de un salto para ir a la habitación de SeokJin; el menor decidió también preguntar por lo que estaba pasando en la habitación antes de su llegada.
-- Hyung es alguien que aprecio mucho, quería rechazarle de una manera que no lo rompiera en pedazos; porque a lo mejor suena egoísta, pero no quiero perderle, realmente lo quiero. Pero a veces hace falta dejar ir a las personas un tiempo ¿no crees? No puedo atarle a mi para que se quede viendo lo de nosotros, cuando tiene ese tipo de sentimientos por mi. --
Fue inevitable no poder recordar esas veces en las que aún JiMin trataba de salvar su relación con TaeHyung; y él se quedaba como idiota expectante, implorando al mismísimo cielo que algún día el corazón del modelo pudiera girarse en su dirección, darle una oportunidad.
Y fue doloroso, así que no podía ser egoísta con el tatuador. Él lo esperaría el tiempo suficiente, para poder seguir disfrutando de tenerle en su vida cuando ya no le dañase tenerle al lado a él.
-- Bueno... espero que hoy le haya quedado claro... -- Refunfuñó frunciendo sus labios, pasando a rodear el cuello y cintura de su mayor con sus extremidades para poder pegarse a él y susurrar en su oído. -- No me gusta que toquen lo que es mío, y YoonGi hyung está próximo a serlo. --
-- Ah, precioso, yo hace mucho que lo soy, créeme. -- Rió el músico tumbándose sobre el cuerpo de Park, con una sonrisa tonta sobre sus labios al escuchar muy de cerca y con voz infantil el berrinche de su chico.
Podría vivir una vida entera al lado de JiMin, y ni aún así le sabría a suficiente.
-- YoonGi-ah ¿podemos tener una cita mañana? --
-- Claro que sí, te llevaré a mi lugar favorito de Los Ángeles. Pero ahora cena algo, por favor, come algo y nos vamos a dormir. -- Concedió, dejando varios besos sobre la piel del cuello ajeno, con todo el amor que tenía para ofrecerle.
-- Bueno... eso si no te pones a conversar dormido con Dios sabe quien... -- Bromeó a media voz, recibiendo una mirada de cejas enarcadas de parte del otro que le hizo estallar en una carcajada. El modelo estiró uno de sus brazos para atrapar una de las almohadas, dándole con esta al pálido. -- Deja de mirarme como si me fueras a atacar, me pone nervioso que la persona que amo me mire así. --
--Dios, podría estar escuchándote decir eso toda la noche. -- Lloriqueó ilusionado, apretando el cuerpo contrario entre sus brazos. -- Venga, chico que amo, a cenar. --
-- Señor sí, señor. -- Contestó el menor, tomando el rostro pálido con una de sus manos para poder regalarle un casto beso antes de exigirle; cual joven caprichoso, que le dejase cenar sobre sus piernas viendo alguna comedia romántica en la televisión.
Pero bueno, si hay algo que hayamos aprendido... es que a YoonGi no había algo que le gustase más que complacer los caprichos de ese precioso chico.
¡Hola, ángelitos míos! Aquí un nuevo capítulo, espero que os haya gustado. uwu
Ahora a felicitar a los cumpleaños correspondientes. <3
¡El pasado 29 de marzo fue el cumple de -mygcore , muchas felicidades!
Y también muchíiiisimas felicidades a JunMinMin que cumplió el 15 de marzo, avisó tarde pero no pasa nada, aquí se celebra absolutamente todo, mis niños.
En el pasado capítulo pedí los cumpleaños de las personas de abril, mayo y junio, si a alguien se le pasó, lo puede dejar por aquí. <3
Ahora... ¡os traigo una cosita que os prometí pero se me olvidó! :( ¡Lo sieeento! *besitos besitos besitos* Anteriormente hice el mbti test de YoonGi, JiMin, JungKook y TaeHyung. Por si alguien quiere verlos están al final del capítulo 29.
Hoy os traigo el test realizado por los personajes de HoSeok, SeokJin y RyeoWook. Allá vamos.
RyeoWook es ESFJ "Cónsul"; me hizo mucha gracia porque justo a coincidido con la que le salió a JungKook en el fic y son los dos mánagers jsjsjs.
SeokJin es ESTJ "Ejecutivo"; Y COINCIDE CON LA DE JIMIN DEL FIC, es que esto es fantástico JAJAJAJA.
Y por último está HoSeok, que es ESFP "Animador"; que para la sorpresa de todos... pues coincide con la de YoonGi del fic JAJAJAJA (Y con la mía)
Bueno, eso es todo, espero que os haya gustado el capítulo, yo no quedé del todo satisfecha con él, pero bueno, algo es algo quería ya traeros contenido.
Voy a decir las palabras que más detesto, pero... creo que a "París" le queda muy poquito. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
La extrañaré mucho. *llora brillitos* ¡Pero bueno! Aún no termina, así que ha disfrutar.
Os quiero mucho, cuidadse ¿si? Kisssuuu~~ 050422.
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