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treinta y nueve


Cualquier persona que escuchase hablar a JiMin pensaría que estaba siendo un exagerado o un loco, que estaba quejándose de problemas de personas ricas que no tenían sentido, pero realmente se sentía cansado. Últimamente había hecho demasiado viajes, en menos de dos meses había estado casi en todos los continentes y no había parado su trabajo, incluso cuando viajaba para acompañar a YoonGi en su tour, aprovechaba para colaborar con alguna marca en el país en el que se encontrase. 

Vaya, no había parado ni un solo segundito. 

El bullicio de las personas de su equipo comentando cosas sobre el trabajo; y el haber llevado horas con los focos apuntando a sus retinas, le hacían tener ligeras punzadas en su sien, pero estaba bien; por lo menos todos parecían muy contentos con su trabajo, él mismo también lo estaba. 

-- JiMinie, aquí tienes. -- Dijo RyeoWook alcanzándole su bata de seda, él siempre tenía cuidado de que el joven no se quedara demasiado tiempo expuesto, más en trabajos como el de hoy en los que las fotografías de promoción eran usando poca ropa. -- ¿Todo bien? -- 

-- Todo perfecto. -- Le contestó con una suave sonrisita. -- ¿Hacen falta más fotos? Puedo seguir, no es problema. -- 

El mayor negó con su cabeza, anudando de manera correcta la bata. -- Has terminado, lo que queda de trabajo ya no te incumbe a ti, ya sabes; editar, enviar el contenido, esperar la aprobación... Cosas aburridas. -- Bromeó, no pudiendo decir algo más cuando alguien del equipo lo llamó para resolver Dios sabría qué cosa. -- Discúlpame, después nos vemos. -- 

Park asintió en un suave murmuro poniéndose en marcha a pasitos cansados, casi arrastrando sus pies. YoonGi por fin había terminado el tour, y a pesar de que había sido un tiempo maravilloso en el que había visto a su novio disfrutar como el que más, se alegraba de poder verle descansar. Casi que podía jurar que el mayor llevaba cuatro días encerrado en casa hibernando. 

Tan solo al recordarle una sonrisita se dibujó sobre sus labios, no pudiendo evitar mirarse la muñeca donde tenía tatuado el número 13, e incluso posando sus labios sobre este para depositar un besito. 

Al abrir la puerta de su camerino se encontró con el lugar vacío, y realmente aunque se encontraba cansado, esto de no tener a WooYoung por ahí merodeando para también desmaquillarle; no le gustaba nada nadita. Pero bueno, el jovencito hoy se encontraba ocupado en una masterclass para aprender nuevas técnicas de maquillaje y tratados de la piel, solo era un día sin él, pero ya estaba tan acostumbrado a tenerle allí antes y después de las sesiones, que ahora se hacía extraño. 

El de mejillas pomposas cerró la puerta al entrar, sintiéndose en la gloria cuando pudo sentarse en el sillón frente al tocador, en el cuál se miró apenas unos efímeros segundos, porque necesitó cerrar sus ojitos en busca de un poquito de paz. 

Sí que escuchó como la puerta era de nuevo abierta, suponiendo que se trataba de RyeoWook ni siquiera se molestó en moverse. -- Wook-ah, vamos a pasar por un italiano antes de que me lleves a casa, quiero llevarle a hyung algo rico para cenar. -- Comentó sin molestarse en abrir sus orbes y echando su cabeza hacia detrás con cansancio. 

-- ¿Así de bonito me quieres cuidar? ¿Cuánto de enamorado me quieres tener?-- Escuchó el modelo, esta vez divisando a la persona que había entrado en la habitación. 

YoonGi lo miraba desde arriba, teniendo sus manos apoyadas en el posabrazos del sillón donde JiMin se encontraba, estando colocado a las espaldas de este. -- ¡Hyung! -- Bueno, el cansancio había desaparecido por completo. Estar con su novio le hacía recargar energías al instante.

El menor se giró, posando sus rodillas sobre el sillón para poder abrazarse al cuerpo ajeno. El rapero se sintió profundamente enternecido ante la imagen, al mirar el espejo frente a él podía verse a si mismo abrazando con delicadeza el cuerpo de su pareja, sus propias manos enroscadas alrededor de su cintura y las del otro en su cuello. -- Hola, bombón. Quería ser yo quien te diera una sorpresa con la cena, pero veo que pensábamos lo mismo. Hemos llegado a ese punto de la relación al parecer. -- 

-- ¿Qué es lo que tú tenías en mente? -- Preguntó JiMin separándose apenas un poquito para poder mirarle a los ojos, y de verdad que a Min le parecía mentira. Recordaba esa mirada que el chico solía tener tiempo atrás al hablar de Tae y juraba que aquella se quedaba en pañales, Dios, cuando Park le miraba parecían que miles de luceros se habían encendido en sus ojitos chiquititos. 

-- Comerte a ti. -- Bromeó mordiendo una de sus mejillas con delicadeza escuchándole reír. -- En realidad, tenía pensado llevarte a algún restaurante, al que más te apetezca. Uno de esos caros en los que hay vinos que no sé pronunciar y a ti te hace tanta gracia escucharme hacer el ridículo. -- 

-- En realidad... ¿Podemos cambiar un poquito el plan? -- Esto si que sorprendió al de ojos felinos. 

¿Su chico no quería ir a un lugar lujoso? ¿Qué habían hecho con su niño mimado? -- Claro que podemos, pero me asusta que no quieras algo como eso, qué pasó contigo, donde está mi bombón. -- 

-- No seas bobo, es que... bueno, estoy un poco cansado y siento que va a ser un poco pesado el arreglarme tanto y aguantar la compostura en un lugar como ese ¡Que normalmente me encanta! Pero hoy solo quiero... hoy solo quiero ser JiMinie, un joven adulto de 22. -- Dijo, temiendo que YoonGi por algún casual estallara en carcajadas ante lo que dijo. Que se burlara de él.

A lo mejor era una tontería. 

-- Bueno, hoy seremos dos jóvenes adultos corrientes haciendo cosas de jóvenes adultos corrientes. Me parece muy buen plan. -- Las grandes manos de YoonGi se posaron sobre su cintura, pudo ver como le sonreía a la corta distancia, aunque no pudo fijarse demasiado en la gummy smile más bonita para él, puesto que la boca del rapero se había adueñado de la propia. 

El modelo fue cerrando paulatinamente sus obres para disfrutar el contacto, sintiendo como la diestra contraria le deshacía el nudo de la bata y se amoldaba a su cadera, moviéndose hacia arriba para pegar más su cuerpo al suyo con tranquilidad, tan apaciguado que le revolucionaba el cerebro. 

Cada uno con sus fetiches, a JiMin le encantaba estar medio desnudo ante un YoonGi completamente vestido. 

-- Si no nos vamos en los próximos dos minutos, no sé que tan temprano vayamos a salir de aquí. -- Avisó el pálido de manera entre cortada por la secuencia de besos, unos pausados e incluso profundos. 

-- ¿Tienes prisa? -- Murmuró como respuesta el menor con sus dos manitas acunando el rostro de su novio, amando el contraste de su calidez y el frío que traía Min por haber estado en la calle pocos minutos atrás. -- Porque yo no tengo ninguna, y eso que estabas haciendo me estaba gustando mucho. -- 

-- Yo la única prisa que tengo en esta vida es terminar cualquier cosa para pasar tiempo contigo, y aquí estamos. -- Aquello fue dicho mientras volvía a depositar un beso sobre su boca, para pasara otro sobre su mentón, cuello, torso y por último ombligo; uno decorado por dos perlitas brillantes que hipnotizaban más al músico más de lo que le gustaría admitir. 

Desde arriba JiMin le miraba apresando su belfo inferior, sintiendo como su corazón se aceleraba con aquella imagen. Veía a ese joven hombre y por mucho que sus ideas se encontraban cegadas por cortos flases llenos de lujuria, todo al final era opacado por el pensamiento de querer envejecer con él. -- ¿Cerraste la puerta? -- 

-- Claro que la cerré. -- Contestó besando la cintura de su chico, quien apenas vestía aquella bata abierta y su ropa interior de alguna marca que pagaba por su promoción. 

Los besos de Min volvieron a ascender hasta volver a su lugar favorito, la boca del modelo la cual sabía a cereza gracias a sus bálsamos. En movimientos torpes y a ciegas JiMin fue removiéndose sobre el sillón, escalando este mismo hasta poder sentir como las manos de su hyung lo sostenían por los muslos. 

La prenda suave que cubría su desnudo se estaba deslizando, dejando que uno de sus hombros se vieran al completo; pero poco importaba que tan poco acomodada tenía su ropa en estos instantes, al final iba a desaparecer en cualquier momento. 

Con suaves tirones y sin querer dejar ir los finos labios por demasiado tiempo, fue que ayudó a YoonGi a deshacerse de su polerón, quedándose en una camiseta de mangas cortas la cual no le iba a dejar pasar demasiada calor. Y la cual también permitía a JiMin clavar sus dedos en su espalda ancha y en sus bíceps. 

Estaban allí comiéndose a besos, llenando la habitación de esos sonidos que ya eran más que habituales, sin embargo no se les hacían monótonos nunca. -- T-tiene que ser rápido, RyeoWook se va a enfadar... -- Jadeó el antiguo rubio sintiendo como el mayor dejaba su cuerpo sobre el amplio tocador, siendo bastante cómodo que estuviera despejado. 

Suerte que WooYoung no había trabajado hoy... sino se habría quedado sin muchas de sus pinturas y cosméticos. -- Hoy de verdad la noche va de ser dos jóvenes normales y corrientes. -- Se burló el mayor dejando un suave mordisco sobre la oreja del chico, donde había susurrado lo anterior y lo siguiente. -- Me siento como si hubiera entrado en casa de mi novio y su padre pudiera entrar en su habitación en cualquier momento. -- 

Park dejó salir una risita ronca, esta terminando por ser interrumpida por los suspiros placenteros provocados por su chico. -- Hace más de una semana que no tenemos sexo ¿Sabes lo sensible que me encuentro? -- Regañó el de mejillas pomposas acorralando al contrario contra su cuerpo al haberle atrapado con sus contorneadas piernas. -- Me descuidaste mientras descansabas como un oso en invierno ¿Acaso estabas hibernando? -- 

-- Perdóname, cariño mío. -- Rió Min a media voz apretando los muslos entre sus manos, sintiendo la piel de JiMin casi quemando la suya. -- Abre las piernas, solucionaremos eso antes de que te des cuenta. --

Park era alguien muy obediente cuando se trataba de YoonGi y ese tono que le hacía temblar hasta el alma. Por suerte, con el pálido la vergüenza era algo que nunca había existido, por lo que desde el día uno había podido disfrutar del sexo en su máximo esplendor. 

Ambos talones del jovencito se apoyaron sobre la mesa del tocador, quedándose totalmente expuesto ante YoonGi, quien se relamió los labios y se permitió apreciar el cuerpo ajeno, ese chico en serio que no podía ser real... y mucho menos ser su pareja. 

Los dedos del mayor se dirigieron hacia esa ropa interior que era lo único que le impedía el acceso a la intimidad del joven modelo, apenas entrometió la punta de sus dedos índice y corazón a través de la liga de la prenda, pero ya sintió el cuerpo de JiMin temblar con suavidad mientras tomaba una respiración profunda. -- Sí que estás sensible, bombón, no mentías. -- 

Sus labios estando completamente curvados hacia arriba se escondieron en la piel de su cuello, mordiendo la zona con lascivia y succionando no por demasiado tiempo para no dejar marcas. Iban a enfadar a RyeoWook, pero no podían pasarse tanto. 

Park ladeó su rostro con la intención de poder dejar más carne al descubierto que YoonGi pudiera atender, sus labios quedándose entreabiertos en busca de aire y esto siendo más que perfecto para el rapero; quien metió con delicadeza sus dedos en la húmeda boca ajena para poder usar su saliva como sustituto del lubricante. 

Ambas manos de JiMin se encontraban sobre la mesa para poder tener su cuerpo ligeramente inclinado hacia detrás, pero por momentos sentía que perdía toda la fuerza, más aún cuando los dígitos largos se habían hecho hueco entre sus ropa interior y uno de ellos se estaba introduciendo en su interior. -- Uh... mi amor... -- Jadeó a media voz el menor, no queriendo ser escuchado por cualquiera en el pasillo, aunque era complicado debido a que su camerino era el último, quien pasara por allí era porque venía expresamente a verle a él, y nadie hacia aquello una vez el trabajo había terminado.

-- ¿Uhm? -- Respondió separándose ligeramente, para encandilarse una vez más en esa mirada que lo tenía totalmente perdido. -- ¿Bien, precioso? -- Inquirió al meter ahora su dedo corazón, y pudo ver a la perfección como los brazos del modelo comenzaban a flaquear y boqueaba en busca de algo de aire. 

-- M-muy bien, muy bien... -- Dijo titubeando no por dudar de lo que sentía, simplemente por no poder pensar de manera correcta en este momento. 

Los dedos de YoonGi hicieron su trabajo mientras él se dedicaba a saborear toda la piel que le era posible, toda parte que se encontrase expuesta y a su alcance era presa para la boca del músico. En algún punto en el que JiMin se sintió demasiado agitado tomó la camiseta del pálido para agarrarse a esta, sujetando la tela con un puño. 

-- Ya... ya, hyung... -- Pidió sintiéndose lo suficientemente preparada para por fin empezar con aquello que llevaba unos días deseando. Emitiendo un ligero jadeo fue que dejó ir los dedos de su mayor, viéndose sorprendido cuando este lo bajó de la mesa con cuidado, encontrándose con su reflejo de cara al ser girado. 

-- ¿Te viste a ti mismo alguna vez teniendo sexo? -- La pregunta había pillado al más joven desprevenido, aunque al final negase con su cabeza, pudiendo ver en el cristal la sonrisa divertida y llena de lascivia en la carita de porcelana de su mayor. -- Vas a ver por qué te considero mi obra de arte favorita. --  

Park tenía ambas palmas sobre el tocador, con la boca del otro recorriendo la mitad de su espalda, justo donde los tatuajes de las lunas se encontraban. Si bien tenían prisa, no podía ni quería pedirle al pálido que aligerase sus movimientos, porque recibir aquellos besos de esa manera en un lugar tan sensible como lo era su espalda... Era una de las tantas formas en las que su novio le hacía sentir que no besaba solo su cuerpo, sino su alma también. 

Disfrutando del momento, apreciando cada chasquido y cada toque a la par que se divisaba la escena en el espejo fue que fue consciente de como YoonGi bajaba sus propios pantalones y ropa interior, lo necesario para se capaz de hacer utilidad de su miembro. Sintió como la punta de su hombría se pegaba a él y entonces le vio escupir con una sonrisa. 

"La puta madre. " Quiso decir el más joven, pero hasta las palabras se le quedaron atascadas en la garganta ante la ardiente imagen. 

-- Agárrate, bombón. -- Avisó, no tardando más en deslizarse con cuidado, no le gustaba cuando lo hacían sin lubricante por el miedo de poder dañar a su chico, pero ahora mismo ni este mismo parecía preocupado por aquello. 

Estando completamente dentro pudo ver a JiMin, sus labios pomposos más abultados de lo común; pidiéndole a gritos ser atendidos a pesar de que se encontrasen ligeramente rojos por el constante contacto anterior. Sus pequeños ojitos chisporroteantes con pupilas dilatas. Su cabello azabache desordenado. Y sus mejillas sonrojadas dándoles una falsa apariencia inocente. 

No había un rostro más idílico antes sus ojos, y más caliente tampoco. 

Min volvió a deslizarse para iniciar con el movimiento, escuchando el suspiro tembloroso de parte del otro. Los labios del modelo se entreabrieron aún más a la par que sus ojitos se entrecerraban, y él lo pudo apreciar porque ambos se aguantaban la mirada a través del espejo. 

A pesar de que YoonGi le había dicho que se mirase, no podía apartar sus ojos del pálido. Ese el cual estaba haciendo que las piernas le tambaleasen y los gemidos no pudieran ser precisamente silenciosos tan silenciosos como le gustaría

Esa sonrisa traviesa que decoraba el rostro de Min tampoco le estaba ayudando a guardar la cordura. -- Hyung- ah, hyung... -- Jadeaba el chico inconscientemente alzando su trasero y abriendo más sus piernas, facilitando al otro el poder encontrar su punto interior más dulce. 

Tanto izquierda como derecha del rapero estaban sujetando con posesión la cintura ajena, ayudándose para poder mantener un buen ritmo, el cual solo hizo aumentar tanto embestidas como gemidos por parte de ambos. -- A ti; mírate a ti. Ni se te ocurra desviar la mirada... -- Ordenó Yoon relamiéndose los labios, deslizando su mano derecha hasta el hombro de Park. 

De esta manera podría entrar mucho más profundo, mucho más certero. 

Los ojitos del nombrado se abrieron al sentirle golpear justo en el lugar correcto, su torso pegándose a la mesa en busca de la estabilidad que le estaba faltando en sus brazos. Aún así, estando en aquella posición, podía mirarse; ahora teniendo su mejilla abultada pegada a la mesa, viéndose a si mismo realmente dominado por las órdenes del chico que tenía entrando y saliendo de la manera más deliciosa. 

No desobedecería a su hyung. 

-- ¿Qué pasa, mi niño? ¿Se siente bien? -- Jadeó áspero en su oído, habiéndose casi echado sobre el cuerpo del chico, la mano que tenía sobre su hombro moviéndose también hasta poder buscar una de las del otro, entrelazando sus dedos. 

-- M-mucho, mucho. -- Contestó a duras penas en medio de su respiración agitada. -- Mierda, hyung, más... -- 

Y a YoonGi no le quedó otra que seguir follándose de esa manera ruda y a prisas que tanto estaban disfrutando ambos, dejando la marca de sus dientes en su nuca y piropeándole al oído como tanto disfrutaba Park. 





TaeHyung se encontraba en estos momentos en una de las noches más felices de todos estos meses atrás. El tener que aceptar haber perdido a tu mejor amigo, la persona de la que se había sentido responsable durante tanto tiempo; y además la partida de su abuelita, quien era la persona que más quería en el mundo, no había sido fácil. 

Todo incluso había sido peor puesto que tampoco había podido apoyarse en la persona de la que estaba enamorado. JungKook llevaba meses más que ocupado con el trabajo, y si algo había aprendido sobre su jovencito, es que era alguien completamente entregado a sus labores.  

Los quehaceres para el chico de dentadura adorable era algo que no podían ponerse en segundo plano. Sin embargo, ya había terminado, sus vacaciones habían empezado hacía unos días ¡Y ni siquiera la propia imaginación de Tae había sido capaz de intuir que tan bonitas iban a ser! 

Ya eran como dos días los que llevaban juntos en la granja, y si bien el menor se encontraba en sus días libres de trabajo, le había pedido a su chico que le enseñara todo lo que debía de hacer allí. Desde como cuidar de los animalitos, de qué manera utilizaba el huerto hasta cómo hacía el queso con los productos que conseguía naturalmente. 

Aquello para Kim había sido emocionante, una nueva experiencia que había conseguido que se enamorara aún más del chico (si es que aquello era humanamente posible). No era cuestión de comparar, pero JiMin siempre había odiado la vida que él llevaba, Dios, nunca le había preguntado por absolutamente nada de lo que tanto le apasionaba. Igual que tampoco podía quitarse culpabilidad, él igual no se interesaba por el mundo de las redes sociales o sus trabajos con marcas.

Por eso mismo ahora se alegraba de que ambos hubieran sido capaces de encontrar a personas capaces de ser parte de su felicidad al completo. 

-- ¿Qué preparas que huele taaaaaaan bien, osito? -- Preguntó Jeon, haciendo que el de piel canela diera un ligero brinco al notarle llegar. 

Tae se había asustado al estar totalmente inmerso en sus pensamientos y su propia felicidad, no había esperado sentir los fuertes brazos ajenos rodearle la cintura y escuchar su dulce voz en su oreja. -- Empanada, koo ¿Quieres rellenarla con algo en concreto? ¡Hoy es nuestra noche especial, así que tú decides! -- 

-- Salmón y verdura del huerto ¿Te apetece? -- Era consciente de que el mayor no le veía, siendo imposible ya que se encontraba aferrado a su espalda, pero aún así le era complicado el no sonreír. -- Déjame terminar la cena a mi, ve tú a darte una ducha, aún queda un poco de agua caliente. Corre. -- 

-- ¿Seguro? -- Preguntó el granjero dándose la vuelta para poder encarar al otro, encontrándose de frente con esa sonrisita que desde el día uno le había recordado a su conejito manchitas, esa por la cuál cayó en lo que las personas solían llamar "Amor a primera vista." -- Debes de estar cansado después todo el día de trabajo que llevamos, yo ya estoy acostumbrado a todo esto. -- 

-- ¿Me harás cargarte hasta el baño? Puedo hacerlo, lo sabes. -- Y ante la advertencia y la amenaza que hacía alusión a la noche anterior... Kim se sonrojó, dejando escapar una de sus risitas nerviosas, la cual chocó de llenó con la piel del cuello de JungKook. 

Flashbacks de hacía poco menos de veinticuatro horas en las que los fuertes brazos del pelinegro lo cargaban de la sala hasta su habitación entre besos llegaban a su mente, y en serio le hacían sentir más vivo que nunca. 

-- ¿En qué piensas? ¿Te voy a tener que meter con los cerditos hoy para que te entiendas con ellos? -- Bromeó inocentemente el mánager, consiguiendo su propósito de escuchar la risa de su enamorado aún más clara. 

-- Es tu culpa, tú me recordaste lo que pasó ayer, Koo. -- Se quejó limpiando sus manos con el paño de la cocina para poder abrazarse al contrario con todo el amor que le tenía. -- Te dejo entonces con la cena, tardaré suuuper poquito en estar listo ¿Si? -- 

Y antes de que JungKook pudiera asentir, ya había recibido uno de los encantadores besos ajenos en su nariz; la cuál nunca le había gustado demasiado pero a Kim parecía encantarle. -- ¿Te he dicho alguna vez cuanto me gustan tus lunares? -- Dijo de repente, embelesado con ese rostro que TaeHyung tenía y que dudaba que alguna vez le hubiera dado el suficiente valor. 

Realmente como persona que trabaja con artistas, Kook pensaba que en otra vida su chico había tenido que ser un idol o embajador de Celine; mínimo. 

-- ¿Si? Apuesto que no te los sabes de memoria. -- Tae alzó ambas manos para colocarlas sobre los ojos del menor, riendo como un niño pequeño en el proceso. 

-- Oh, Kim, perdiste esto, osito. -- La seguridad se apreciaba a la perfección en su voz. -- Mi favorito es el de la nariz; te hace ver completamente adorable. Tienes otro en tu ojito, en la línea de agua; me parece super especial. También en tu mejilla, ese te hace ver precioso. Ah, no se me olvida los de tus labios, me gusta besarlos constantemente. Uh, también en tu cuello; ese me parece muy sex- -- 

-- ¡Kook! Me quedó clarito, eres mi fan número uno. Ganaste, ganaste. --  Dijo, no pudiendo ocultar lo feliz que estaba porque el otro chico realmente fuera tan atento con aquellos pequeños detalles. Se sentía tontamente avergonzado, preguntándose si JungKook acaso le miraba y memorizaba esos lunares mientras que él dormía pacíficamente a su ladito. 

Porque era exactamente lo que él hacía cuando despertaba primero. 

Las manos del tímido granjero se quedaron jugueteando con la cadenita de plata que decoraba el cuello de su enamorado, mientras este sujetaba su estrecha cintura como si no quisiera dejarlo escapar, a pesar de que había sido él quien le había mandado a la ducha. --  Yo nunca pierdo, aunque creo que toda mi suerte la gasté al encontrarte a ti y que me escogieras. -- Murmuró, volviendo entonces a tener la mirada del de piel canela sobre él, sobre sus propios ojos. 

-- Te escogería cada día, Koo. -- Susurró también, como si alguien más pudiera escucharle en esa granja solitaria perdida de la mano de Dios. Como si Nancy pudiera contar el chisme entre TaeHyung y JungKook... y ella apenas era una gallina. 

El pelinegro se limitó en sonreír en pequeñito, sintiendo que ninguna de las palabras que pudiera decir fueran suficientes para responder. Se sentía ahogado en amor, y la culpa la tenía ese adorable chico amante de los animalitos y vida campestre. 

Con delicadeza, toda la que el castaño requería y se merecía, tomó sus labios con los suyos. Perdiéndose en su sabor, perdiéndose en como las manos ásperas por el duro trabajo se metían debajo de su polera para acariciarle la espalda con amor, perdiéndose en lo calentita que se ponía su carita cuando lo besaba y acariciaba sus mejillas como justo ahora. 

TaeHyung no lo sabía, pero esta misma noche bajo la luz de la luna y la decoración de un cielo completamente estrellado y despejado... JungKook le iba a pedir de rodillas poder hacer su relación algo oficial y serio, porque habían conseguido recuperarse, porque habían sanado después de haberse tropezado, porque no le cabía en el cuerpo lo mucho que le quería. 

Y por fin, de manera correcta, la historia de ellos dos podía dar el siguiente pasito. 










































































































¡Hola, angelitos míos! Aquí nuevo capítulo de "París", ya queda super, super poquito. Apenas dos capítulos más como mucho (si es que no es uno). Una personita me pidió un capítulo sobre el Kookv, pero bueno, aquí os traigo un pedacito de ellos dos y su relación tan soft. uwu 

He de deciros que he publicado una nueva historia "Kitty wants, Kitty gets". Es Agust D x Kitty Gang. Tenía muchas ganas de hacer una historia de ellos dos, para quien ande un poco perdido, es una historia Yoonmin. 

Muchas gracias por siempre apoyarme y hacerme sentir querida, si habéis leído mi tablón, hace aproximadamente una semana me pasó algo bastante desagradable en mi vida y los mensajitos de apoyo los agradecí de todo corazón, sois lo mejorcito que tengo. 

Una vez más, muchas gracias por leer mis tonterías. 

Cuidadse mucho ¿Si? Kissuuu~. 190723.

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