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quince




Hacía un tiempo desde que YoonGi no despertaba a la hora que su cuerpo le pedía, esos días en los que lograbas abrir los ojos por voluntad propia y no porque el despertador hiciera su maldito trabajo,  eso se sentía malditamente bien. 

Aún con sus ojos cerrados se estiró sobre el colchón, entonces dándose cuenta de que estaba solo en el lugar, JiMin ya no se encontraba allí con él ¿Dónde se habría ido el modelo caprichoso? 

Un poco desorientado se sentó en la cama, permitiéndose estar unos segundos quieto mirando a su alrededor, bien, se encontraba en la habitación del hotel del Malta; casi lo había olvidado. Cuando giró su cabeza hacia la derecha pudo encontrar al joven que estaba buscando desde que había despertado. 

JiMin estaba tumbado en una camilla en la amplia terraza de la habitación, un empleado estaba haciéndole un masaje en la espalda, desde la cama, YoonGi era capaz de distinguir la sonrisa de placer del rubio. Ese chico de verdad había nacido para disfrutar de los lujos y privilegios. 

Estirándose un poco por el camino, el pálido se levantó para acercarse hacia él, recibiendo un rápido saludo de parte del chico que trabajaba, moviendo sus manos por la espalda desnuda del modelo. -- Buenos días, bombón, veo que no has desaprovechado la mañana ¿No tienes dolor de cabeza? Ayer llegaste muy contento con el vino. -- Bromeó el más mayor apoyándose de espaldas al barandal, así pudiendo mirar a su pareja. 

-- A ti te gusta mucho dormir, a mi no, me agobia cuando me paso demasiado tiempo en la cama, así que decidí dejarte descansar y ponerme a disfrutar un poco, en cuanto supe que hacían masajes no tarde ni un segundo en llamar... deberías de probarlos, hyung... -- Explicó con sus ojos cerrados, disfrutando plácidamente de como las fuertes manos del desconocido hacían lo que tenían que hacer sobre sus músculos. -- Y no, me desperté a la perfección, la verdad que soy alguien de difícil resaca. -- 

-- Uhm, que suerte... -- Murmuró el azabache, girando su rostro hacia detrás para poder ver las preciosas vistas al mar. Desde luego cualquier cosa era mejor que seguir viendo al masajista tocando lo que él debería; y además manteniendo una conversación incómoda ya que no sabía del todo como hablar con ese desconocido delante de ambos. 

Aún así, para su suerte, el muchacho no tardó en terminar, yéndose de la habitación unos diez minutos después de que el rapero despertase. -- ¿Qué quieres hacer hoy? Estamos aquí celebrando tu cumpleaños, eres quien decides. -- 

-- El paseo en auto del que hablamos ayer me encantaría. -- 

-- Ya te aviso que no conozco las carreteras o calles de Malta, vamos a acabar perdidos. -- Aseguró YoonGi con una sonrisa divertida, no por su propio comentario, si no por ver al rubio reír. 

-- Bueno, una aventura es más divertida si huele a peligro, o eso dicen. -- 

Fue lo último que el joven dijo antes de entrar de nuevo a la habitación apenas vistiendo sus boxers, puesto que así se había dado el masaje. El chico de ojos gatunos se permitió quedarse allí unos largos segundos más para admirar tras el cristal el redondo trasero que se cargaba su chico, y sus muslos, no nos olvidemos de sus muslos. 

Totalmente inconsciente de sus actos, Yoon tomó su belfo inferior entre sus incisivos, si no conseguía pronto comerse ese culo iba a tener hasta pesadillas. 

-- Min idiota YoonGi ¿Se está bien en la terraza, o qué? -- Le gritó el pequeño desde dentro, quien por supuesto se había dado cuenta de la mirada que le estaba echando; y bueno, le gustaba, adoraba que lo mirase de esa forma, pero ahora quería ir al viaje auto y él era un chico caprichoso, nada que ya no sepamos ¿cierto? 

-- La verdad es que sí, pero estaría mejor si estuvieras aquí chupándomela con vistas al mar. -- Respondió desde fuera, recibiendo una mirada asesina de su parte y entonces decidiéndose a entrar en la habitación para arreglarse y salir.

Una vez más, iba a consentir a JiMin. 





El lamborghini iba descapotado, YoonGi manejando con una de sus manos en el volante y la otra relajada en su propia pierna. Una divertida sonrisa estaba pintada en su rostro, tenía a su lado a JiMin con los brazos hacia arriba gritando con todo el viento despeinando sus cabellos gracias a la alta velocidad a la que iban. 

Ver al modelo de aquella forma le hacía sentir victorioso, había logrado su cometido por el que había planeado el viaje.

Primero, estaba consiguiendo hacer mínimamente feliz al chico, en segundo lugar había podido conocerlo más, bastante más de hecho, y además entablar un nuevo nivel de confianza; y por último, TaeHyung no había sido nombrado, no por lo menos cuando habían estado juntos. No es como si él tuviera algo en contra de la relación de esos dos, pero vivía en primera persona lo mucho que el de mejillas regordetas sufría por su culpa, así que si podía hacer que el dolor fuera menor, estaría bien. 

-- ¡Hyung! ¡Para allí! -- Exclamó el joven sacándolo de sus pensamientos, el dedito índice apuntaba hacia una pequeña playa en la que no se veía a gente. Lo que JiMin quiere, JiMin tiene. 

En un instante el pálido había aparcado el vehículo, siendo el rubio quien primero saliera disparado hacía la arena. -- Bombón, te vas a cae- -- La advertencia no había sido finalizada cuando el joven terminó con todo el cuerpo en la arena. 

YoonGi ya podía imaginar todo el berrinche que Park iba a comenzar a emitir, sin embargo, muy lejos de aquello, escuchó su melodiosa carcajada. JiMin se tumbó boca arriba, dándole igual si la arena se colaba por su ropa o le ensuciaba el cabello. Fue una total sorpresa, pero una bonita desde luego. 

-- Extrañaba la playa... -- Murmuró cerrando sus ojitos, tomando una gran bocanada de aire. Posiblemente fuera lo único que echaba de menos de su ciudad natal, porque el amaba vivir en la capital, pero... el mar era el mar, lo adoraba. 

-- Si me lo hubieras dicho antes, te hubiera llevado varias veces a ciudades costeras en Corea, ya lo sé para más adelante. A mi no me apasiona... pero bueno, creo que por ti iré haciendo excepciones. -- 

El mayor se sentó con cuidado sobre la arena, teniendo sus piernas extendidas en su totalidad y estando con sus dos manos apoyadas para poder mantenerse erguido. -- Apuesto que no te gusta porque eras el típico niño fantasma que se quemaba con el sol cada vez que ibas, y ya le tomaste tirria. -- Se burló y el rapero rodó los ojos, no lo diría en alto, pero, sí, era precisamente por eso. -- YoonGi ¿Por qué estás haciendo todo esto por mi? -- 

La pregunta lo había tomado bastante desprevenido, así que lo primero que hizo fue encogerse de hombros. -- Tenemos un contrato firmado que nos une durante bastante tiempo... mi intención desde el inicio fue llevarme bien contigo; pero tú nunca has estado por la labor, bebé llorón. -- 

--  Oh vamos, di la verdad, desde el principio fue porque quisiste tener sexo conmigo. -- 

-- También, también ¿Qué comes que adivinas? ¡Auch! ¡Bombón, eso dolió! -- Se quejó ante el pellizco que el nombrado había dejado sobre su muslo. -- A ver, eres el chico más atractivo que mis ojos han presenciado, te gusta el sexo, tu novio no te lo da y estoy empezando a pensar que es porque es de eyaculación precoz o tiene disfunción eréctil. Y- -- 

-- ¡A TaeHyung le funciona perfectamente, deja de decir gilipolleces! -- Había sonado muy agresivo, pero a la vista de YoonGi la escena era totalmente contraria a aquello. El rubio se había sentado para poder mirarlo cara a cara mejor, con su ceño fruncido pareciendo muy ofendido, cosa que le causaba más gracia. 

Min, no perdiendo la oportunidad, acercó su rostro al ajeno con cuidado, quedando tan cerca que podía sentir como la respiración del muchacho se había cortado ante la cercanía. -- Bebé, en serio, replanteate lo de una relación altamente beneficiosa... ayer si no hubieras bebido tanto hubiéramos acabado en la cama. Lo quieres tanto como yo. -- 

Y JiMin no lo iba a aceptar en alto, porque el pálido lo sacaba de quicio... pero también le sabía calentar como un mismísimo volcán a punto de erupcionar. -- ¿Cómo estás tan seguro de eso? -- Susurro frunciendo sus gorditos labios. 

-- Porque te encanto, y no lo sabes disimular en absoluto. -- Soltó totalmente convencido y cuando el de mejillas adorables fue a replicar, no le dejó. -- Sé como te gusta que te hablen, y lo mejor, no debo siquiera esforzarme en inventar algo, porque te digo lo que pienso sinceramente. Te gusta escuchar que me muero por tocarte, porque en realidad lo hago, te gusta cuando me pillas admirándote como si fueras lo más etéreo del mundo, porque lo eres, te gusta cuando te toco porque pareciera que lo hiciera con afán, porque realmente es así. -- 

Carajo, si YoonGi no se callaba le iba a pedir que se lo comiera ahí mismo. 

El azabache se dio cuenta de que ya, con esas palabras, JiMin había caído embelesado. Tenía sus ojitos perdidos sobre los finos labios del músico, por lo menos hasta que este mismo acaricio su barbilla haciéndole levantar la mirada. -- Precioso, me da igual si tu corazón sigue perteneciéndole a él, no te voy a reclamar nunca eso, como ya te dije no busco el amor en ti; pero la tensión sexual entre ambos es innegable. Disfrutamos de lo nuestro, y tú disfrutas de lo tuyo con el cuida vacas eyaculador precoz. -- 

Park estaba jodido, se estaba regañando a si mismo por tan solo estar planteándoselo, pero es que sonaba tan... bien. El solo había tenido sexo con TaeHyung en su vida, y el pálido, solo con un par de besos acalorados que habían tenido le había hecho sentir que alcanzaba a rozar el cielo con la punta de sus deditos... a lo mejor no debería nunca haberlo siquiera probado, así no tendría aún más curiosidad de como sería el contrario en las relaciones sexuales. 

Amaba a TaeHyung, pero podía contar con sus dedos las veces que habían hecho algo en la cama, y eso lo tenía estresado por muchas razones; tal vez descargándose con este idiota que no le pedía nada a cambio, la relación con el granjero mejoraba. 

A lo mejor Kim pasaba a sentirse menos presionado por su parte y lo buscaba más, a lo mejor por no ser tan pesado en cuanto follar, TaeHyung decidía pasar más tiempo con él o mostrar un poco más de interés, algún mensaje, algún te quiero de vuelta... algo. 

-- ¿En qué piensas tanto? ¿Tan mal te suena la propuesta? -- Dijo YoonGi en una pequeña risa. 

-- N-no... yo... -- Para cuando el menor alzó de nuevo sus ojitos, el contrario se sorprendió en demasía. 

El precioso modelo tenía sus orbes cristalizados y ni siquiera era consciente, se había sumido tanto en los pensamientos de TaeHyung, de como hacerle sentir cómodo, como hacer que lo quiera de nuevo... era un tema sensible para su corazón. -- Bebé, sea lo que sea que estás pensando, páralo. Frena en seco tu cabeza y tus pensamientos. -- 

Aunque la playa estaba vacía y no había quien pudiera enterarse de lo que hablaban, ellos seguían emitiendo sus voces en susurros. -- Eso intento... -- Y sin esperarlo, YoonGi puso la mano sobre su nuca para atraerlo hacia a él y dejar que su frente se apoyase sobre el hombro del pálido. 

JiMin hubiera espero que a lo mejor hubiera iniciado un beso, pero no, ese hombre una vez más le estaba demostrando su gran empatía, arropándole entre sus brazos y acariciándole el cabello mientras él se esforzaba en no dejar salir alguna lágrima por el inesperado consuelo que nunca antes solía tener. -- Ya está, príncipe, no estás solo, ya no. --

Y era difícil de creer, pero a lo mejor YoonGi no estaba mintiendo en sus palabras. 

Además, la idea de que TaeHyung pudiera quererle de vuelta gracias a calmar sus impulsos menos inocentes lo tentaban demasiado; con ganas de comprobarlo y dejar de pensar en cosas negativas, alzó su mirada, colocando ambas manos sobre el rostro ajeno.

No fue demasiado suave, pero nada entre ellos lo era en realidad, JiMin pegó ambas bocas en un desesperado e inesperado beso para el de cabellos carbón. Era la primera vez que el modelo iniciaba este tipo de contacto; o cualquiera en realidad.

 Obvio que YoonGi no pensaba interrumpirle, muy al contrario, quería incitarlo a más; el hecho de estar en un playa en Malta era lo de menos. La vergüenza o prudencia no era lo suyo de todas formas. 

Las dos manos del músico aprisionaron la estrecha cintura del contrario, atrayéndolo hacia él para dejar que el chico acabase sentado encima suyo. La cercanía con JiMin era extrañamente placentera. Sus lenguas no estaban por la labor de rendirse, seguían luchando entre ellas por ver quien manejaba la situación, aunque ambos tuvieran presente quien dominaba el momento. 

Si sus bocas lograron separarse, fue porque Min había deslizado una de sus manos por dentro de la camisa holgada del otro; pasando con suavidad su pulgar por encima de su pezón y por consecuente, logrando escuchar un tembloroso jadeo salir de sus labios. -- ¿A ver? ¿Me jadeas otra vez así? -- 

-- YoonG- u-uhm... -- La misma mano traviesa había retorcido con cuidado aquella zona de su pecho; no dejándolo ahí, sino que también alzando su pelvis hacia arriba con tranquilidad, sintiendo como su principio de erección se acoplaba la perfección entre el esponjoso trasero de su acompañante. 

Benditos pantalones holgados y de tela fina que JiMin había decidido usar. -- Me gusta escucharte, me gusta tu voz, es preciosa. -- Susurró tras haber recibido otro jadeo más sobre sus labios. 

-- Hasta la voz de JungKook es más bonita en realidad... mi voz es demasiado aguda. -- 

-- Para mi no, bombón, en serio me encanta tu voz. -- Repitió, deslizando su boca por el cuello del rubio para chupar y absorber la suave piel de la zona, sintiendo como JiMin de forma instintiva se pegaba más a él; ladeando su rostro por supuesto. 

Los pensamientos de su cabeza estaban dejando de tener sentido, era imposible pensar teniendo una de las manos de YoonGi amasando su trasero y otra estimulando su pezón, sin hablar del maravilloso trabajo que estaba haciendo en su cuello. 

Se iba a meter en problemas, RyeoWook iba a regañarle por llegar a Corea con marcas ¿Pero qué más daba? Esto se sentía demasiado bien. -- Hyung, al auto... al auto; s-si alguien aparece nos vamos a meter en un problema. -- Pidió a media voz el pequeño, teniendo su respiración pesada. 

¿Y quién era él para no cumplir lo que el precioso chico le pedía? Aparte tenía razón. 

Lo único que YoonGi no tenía muy claro era como iba a conseguir conducir hasta el hotel con aquella molestia en sus pantalones. 




Bueno, algo más que Min YoonGi podía apuntar en su currículum como trabajador; también sabía conducir y concentrarse en la carretera con una erección que dolía como mil demonios. 

Seguramente la situación iba a ser una de la que irían a reírse más tarde, habían entrado con prisa al hotel; el recepcionista tuvo que quedarse con la mitad del saludo atascado en su garganta, porque la pareja había comenzado a comerse la boca mientras iban a pasos torpes hasta el ascensor. 

Apenas podían hacer eso porque eran dos famosos y no les convenía que estos pusieran una mala crítica; porque si se hubiera tratado de dos personas corrientes posiblemente hubieran sido amonestados por actos indebidos en el vestíbulo. 

Dentro del ascensor, el azabache no perdió el tiempo tomando esos muslos por los que tenían obsesión, pegando la espalda del dueño de estos contra la pared. -- ¿Un pequeño espectáculo para quien revise las cámaras del ascensor? -- Bromeó, tomando el belfo inferior del chico entre sus incisivos para después succionarlo. 

JiMin siquiera dudó en estirar una de sus manos, sacando el dedo de en medio hacia la cámara; la sorpresa hizo que YoonGi estallara en una ronca carcajada. -- Como me encantas... -- Le murmuró mirándole a los ojos a la más corta de las distancias.

El camino del elevador a la habitación tampoco fue demasiado distinto.

Park podía sentir hasta como sus labios ya comenzaba a hormiguear por el constante rudo contacto, pero es que era imposible el hecho de parar, los besos de YoonGi tenían algo que le hacían no querer detenerse. 

Algo que el modelo agradecía era tener una gran autoestima y escasa vergüenza, le hacían poder disfrutar de estas situaciones mucho más. Sin querer que la demora se extendiese, el de mejillas abultadas sacó su camisa; la cual le quedaba tan holgada que quisiera tuvo que desabotonar para sacarla por su cabeza. -- Tus pezones están erectos, bebé. -- Rió el pálido relamiéndose los labios a la par que iba desabrochándose el cinturón. 

-- Por qué será, hay alguien que se ha entretenido tocarlos. -- 

-- Culpa mía, no puedo tener mis manos quietas si te tengo delante. -- YoonGi, que se había quitado también la camiseta y tenía el pantalón desabrochado, se acercó al cuerpo definido de su pareja; pegando sus caderas y así poder sentir ambos la erección del otro. -- ¿Dónde quieres? Lo podemos hacer donde quieras, pide por esa boquita. -- 

En estos instantes cualquier cosa podría servir para JiMin, por lo que no se demoró en empujar el cuerpo pálido al sillón color vino que estaba en una de las esquinas de la habitación. El músico le miraba con una sonrisa lasciva desde su posición; casi que no podía creer haber podido convencer al rubio, pero sí; no parecía que algo lo fuera a detener. 

Una vez más, Park acabó sobre las piernas de su hyung, encargándose de arrimarse a él y a su pelvis. Aunque su intención era juntar de nuevo su boca con la del contrario, no salió así; sin esperarlo los labios de YoonGi rodearon uno de sus pezones. -- ¡Yoon! N-no dejes marcas... tengo sesiones de fotos al volver... -- Advirtió el modelo moviéndose sobre el regazo ajeno. 

Mierda, en serio le prendía demasiado sentir la dura erección debajo suyo, sabiendo perfectamente que se debía a él, por su culpa, porque el azabache le adoraba, porque era precioso y le tenía a sus merced; sí, definitivamente le encantaba. -- Cállate... -- Murmuró haciendo lo que quiso al final... puesto que absorbió la piel suavemente bronceada dejando pequeñas marcas. 

JiMin podría haberse quejado de nuevo, pero simplemente lo estaba disfrutando demasiado como para pedirle que dejase de hacerlo otra vez. De cualquier forma, en un ágil movimiento se vio a él sentado en el mullido mueble, ahora con el contrario encima suyo. -- ¿A dónde vas? -- Inquirió con ojos brillantes, unos en los que YoonGi era capaz de leer lujuria. 

-- A hacerte gemir, bonito, a eso voy. -- Rió apoyando sus manos de largos dedos en los antebrazos del sillón para no dejarse caer en el cuerpo del modelo. Los finos pero suaves belfos se deslizaron por la caliente pie del JiMin haciéndole suspirar, un camino dulce que casi hacía que el chico perdiese la cordura. 

Las vistas de Park eran envidiables, era consciente, tener el rostro de Min Suga pegado a su entrepierna no era algo de lo que mucha gente pudiera presumir. El rubio se encontraba perdido en la sonrisa coqueta de su acompañante, totalmente atento a sus movimientos con el corazón latiéndole a mil por hora. Porque estaba haciendo algo malo, pero se sentía tan bien. 

La diestra del rapero se encargó de desabrochar el pantalón holgado del más joven, permitiéndole esto bajar la prenda y tirarla por al suelo. Tal y como había soñado muchísimas veces, tenía esas piernas desnudas a su disposición. -- Agh, necesito que me ahogues con estos muslos, Minie... -- Bromeó deslizando su boca por el lugar nombrado. 

Pudo sentir como los músculos del susodicho se tensaban ante la estimulante sensación de tener una boca cerca de la zona más íntima, además de que para mucha gente el interior de las piernas eran una zona erógena, YoonGi pudo comprobar que para el chico que adoraba, también. 

El pálido más pronto que tarde estuvo pasando su lengua por la pelvis ajena; y cuando sintió que JiMin se encontraba apenas más tranquilo con sus movimientos, no dudó en meterse en la boca aquella erección que tanto parecía pedirle atención. -- Au-uhm... -- Jadeó el menor llevando su mano hacia los cabellos negros del otro. 

Tenía a YoonGi arrodillado ante él haciéndole una felación, oh Dios, no se trataba de TaeHyung pero se sentía jodidamente bien. Bueno, espera ¿Alguna vez Tae había hecho algo como eso? 

Cualquier pensamiento referente al granjero de sonrisa dulce se esfumó en cuanto los movimientos de cabeza de Min se repitieron cada vez con más intensidad, aquella boca era el paraíso. 

La habitación estaba ocupaba por los sonidos húmedos que la boca del mayor hacía al estar ahuecando sus mejillas; acompañados por supuesto por los gemidos de joven que se encontraba casi delirando, tironeando de los cabellos ajenos. -- ¡Más, más...! C-cas- ¡¿Por qué paras?!-- Inquirió cuando de forma inesperada YoonGi frenó sus movimientos en seco. 

No había sacado el pene contrario de su boca, solo se había quedado quieto, con una de sus cejas alzadas ante el reproche infantil de su chico. JiMin se encontraba tan sensible ante la estimulación que juraría que si Min no seguía, iba a echarse a llorar. 

Para su mala suerte el rapero incluso dejó de tener su boca ocupada; aunque no por mucho tiempo. -- No te desesperes, bombón, puedo comerte cuantas veces quieras... pero me muero por estar dentro ahora mismo; discúlpame esta vez... Después, haremos todo lo que desees. -- 

Y YoonGi no mentía, su entrepierna dolía demasiado, llevaba con una erección desde los besos en la playa; y encima la fantasía de poder hundirse en el interior de Park llevaba rondando por su cabeza desde la primera vez que tuvo ese culo paseándose frente a él; así que estaba impaciente. 

Aún así no haría las cosas de forma apresurada, su lengua no tardo en ocuparse de otro lugar que hizo que el de mejillas abultadas emitiera un suave chillido ante la sorpresa. Totalmente de forma involuntaria, JiMin abrió más sus piernas, dejándole un mejor acceso al maestro en el arte del uso de la lengua; así es como llamaría a YoonGi a partir de ahora para sus adentros; porque lo último que quería es alimentarle el ego. 

El modelo echó su cabeza hacia detrás con los ojos cerrados, disfrutando de aquello que estaba siendo una total nueva experiencia para él, nunca había experimentado que alguien se molestase en su placer; y era demasiado bueno para ser real. 

La boca de Min no dejaba de humedecer aquel orificio en el que tantas ganas tenía de entrometerse, y no tendría por qué haberlo hecho de esa forma, pero él en serio buscaba la satisfacción de JiMin. Escucharle gemir estaba siendo apoteósico, que le jodan al cuida vacas, él iba a disfrutar de la fantasía erótica que era Park. 

Teniendo sus ojos medio cerrados y la respiración agitada; haciendo una buena combinación con sus mejillas sonrojadas y aleatorias gotitas de sudor por su frente, el modelo miró como su hyung se levantaba del suelo para acercarse a la maleta después de haber jugado con su boca en una zona demasiado íntima y sensible. Podría quejarse de nuevo, pero había comprobado que cada que YoonGi paraba, era para hacer algo aún más placentero, así que se quedó con sus piernas abiertas esperando al pálido. 

-- Que bueno eres Minie, que rápido aprendiste a cerrar tu bonita boquita, bebé. -- Halagó el azabache dirigiéndose hacia a él de nuevo, con un bote de lubricante y condones en sus manos. 

Vale, puede, y solo puede, que a JiMin le encendiera aún más esa forma en la que YoonGi le hablaba degradándole; a la vez que halagándole de alguna forma. -- E-entra ya... duele... -- Susurró, refiriéndose a su goteante erección. 

-- A ver, ruégame un poco. -- Pidió con una sonrisa arrogante que en cualquier momento hubiera hecho que JiMin le golpease, en cualquiera menos ahora. -- Vamos, quiero escuchar que me desea la misma boquita que me ha rechazado tantas veces... -- 

-- YoonGi, n-no seas así. -- Lloriqueó estirando sus brazos para rodear el cuello del nombrado, de esa forma atrayéndole hacia él. 

Una de las manos del pálido acabó en la cima del respaldo del sillón y la otra en el muslo del rubio; la situación no podía estar gustándole más, tener a JiMin de aquella forma superaba sus propias expectativas; y si quiera lo mejor se había dado. -- Uhm, soy demasiado bueno contigo cariño... Dime ¿es aquí donde querías que te tocase? -- Susurró sobre los labios abultados, deslizando la mano de su muslo hacia el interior de sus piernas, pronto sus dedos acariciando el húmedo orificio que se había encargado de degustar con anterioridad.

-- Por favor... -- Jadeó en respuesta, pegando sus labios a los del mayor con cierta desesperación. 

Durante aquel sucio beso YoonGi sonrió, deslizando sin pudor dos de sus dedos hacia el cálido interior del modelo. Y todo estaba siendo una experiencia increíble para el rapero, pero ni hablar las cosquillas que recorrieron su cuerpo al sentir los gemidos de Park perdiéndose en su boca, magia de la más real forma. 

Bueno, el joven iba a tener que editar el apodo; ahora YoonGi era el maestro en el arte del uso de la lengua; y dedos también. -- N-no te entretengas demasiado... me voy a adaptar bien. --  

Eran pocas veces en las que YoonGi perdía la paciencia en estos casos, era consciente de lo importante que era preparar bien todo para la ausencia de dolor, pero no podía, simplemente no podía seguir alargando el momento. 

La mano del artista salió de aquel lugar para poder quitarse sus pantalones y ropa interior; llevándose la sorpresa de tener frente al chico rubio siguiendo con la tarea de prepararse con su propios dígitos. Joder, ese chico se iba a llevar el poco juicio que le quedaba en este mundo. -- Podría admirarte haciendo eso durante una tarde entera... pero hoy lo vamos a dejar pasar. -- 

Mientras el modelo seguía preparando su interior con cierta ansia, el pálido se encargó de bañar su erección -ya con el preservativo- en lubricante. Los pequeños ojitos de JiMin no dejaron de prestarle atención a aquello que iba a entrar en él; y a lo que estaba seguro que se iba a volver adicto de alguna forma. 

No esperaba menos del chico que le había hecho ver las estrellas en unos pocos minutos gracias a su lengua. 

-- ¿Cómo lo quieres, bonito? ¿Tú encima? ¿Te agarro en peso? ¿Cómo lo prefieres? -- Preguntó con voz gruesa relamiéndose los labios, teniendo la mano del de mejillas abultadas acariciando su abdomen, no por mucho tiempo; puesto que este no tardó en colocarse de espaldas a YoonGi. 

Park había apoyado sus rodillas en el sillón, apoyando sus manos en el respaldo del mismo. -- Así está bien... -- Murmuró mirando hacia detrás con su labio inferior atrapado entre sus incisivos. 

-- Así está más que perfecto, precioso. -- YoonGi se acercó a él, alineando su erección con el orificio ya preparado ajeno. -- Respira con tranquilidad... -- Susurró en la oreja del joven, acariciando con su zurda su espalda baja con cierta delicadeza, que sirvió para que los pocos nervios que JiMin sentía en ese momento, se disipasen. 

Con cuidado; y además permitiéndose sentir la deliciosa bienvenida que el interior del contrario le estaba dando, Yoon se deslizó hasta pegar su torso con la espalda del otro, quedándose en esa posición unos segundos. 

-- Tú me dices cuando me muevo, tú mandas, bebé. -- La voz seguía saliendo en aquel tono que hacía que los vellos del rubio se erizasen. 

-- Y-ya... Hazlo. -- Pidió con sus ojos cerrados, hundiendo la yema de sus dedos en el sillón tras unos pocos segundos. 

Era la primera vez que lo hacía con alguien más que no era TaeHyung, y estaba intentando evitar pensar en aquello; aunque cabía destacar que YoonGi se lo ponía fácil, él en serio sabía como hacer que su cabeza dejase de pensar por culpa del placer. 

El de ojos felinos inició con su vaivén de caderas con parsimonia, con sus ojos puestos en como su miembro se perdía entre aquellas dos abultadas mejillas traseras que lo traían loco desde hacía un tiempo. 

Con la intención de hacer todo el movimiento más fácil, YoonGi tenía sus manos sujetando la estrecha cintura ajena con posesión. La realidad superaba a la imaginación; el pálido lo afirmaba en ese mismo instante. 

Desde le minuto uno había sido fascinante; pero no podía pensar en ese instante en algo mejor que tener la imagen que ahora disfrutaba. JiMin tenía apoyado su rostro en el respaldo del asiento, gimiendo con ese tono de voz que solo conseguía encenderle aún más. -- ¡YoonGi, YoonGi, YoonGi! -- Lloriqueó el rubio haciendo que el nombrado alzase la mirada de su abultado y delicioso trasero. 

-- ¿Qué pasa, bebé? ¿Me detengo? -- La pregunta salió de lo labios del músico con cierta preocupación, disminuyendo considerablemente sus embestidas mientras acariciaba con sus pulgares las caderas ajenas. Era la primera vez que hacía esto con JiMin, aún no sabía como de brusco podría gustarle al chico; considerando el novio tan blando que tenía; a lo mejor le iba el sexo suave, vanilla. 

El de mejillas adorables giró su rostro, regalándole una mirada de ojos cristalinos pero llena de deseo al chico que estaba dentro suyo; haciéndole sentir de la mejor de las maneras. -- N-no, que más, más fuerte, hyung. -- Murmuró alzando un poco más su trasero. 

Min lo podía creer. 

Ante la situación, el de ojos felinos rió relamiendo sus labios. -- La puta madre, bombón ¿Dónde has estado toda mi vida? -- Bromeó deslizándose de manera ruda de nuevo hacia dentro; escuchando el agudo gemido que se escapó de la boca ajena ante la inesperada acción. 

No hacía falta alguna que JiMin lo repitiera dos veces, él se lo iría a dar tal y como ese chico parecía querer. 

YoonGi tenía una de sus manos ocupadas en amasar a su gusto los glúteos contraros, tanto como para dejarlos rojos y con sus dedos marcados tras aleatorios azotes; su otra mano estando sobre el hombro del chico para ayudarse a impulsarse hacia dentro. 

-- ¡A-ah! ¡Hyung, no pares, no pares, por favor! -- 

-- Ni en sueños, precioso, agh... --  Gimió de vuelta el azabache echándose hacia delante para poder morder y besar la nuca del modelo. 

Daba igual si los gemidos de ambos estaban siendo demasiados altos, si las ventanas de la habitación estaban abiertas o si el sonido de sus pieles chocando era elevado por culpa de la rudeza de sus actos; ellos en serio solo podían concentrarse en el placer desmesurado. La poca vergüenza de ambos ayudaba bastante.

Sintiendo como su vientre se contraía, JiMin no tardó en llevar su izquierda a su propio miembro para masturbarse, en serio estaba a punto de correrse, lo necesitaba. Ante las olas prolongadas de placer, el interior del precioso joven se contraía; y Yoon podía jurar que ningún culo le había hecho sentir tales cosas antes. 

Tal vez porque se hiciera el difícil con anterioridad; y no estaba acostumbrado a ello. 

Tal vez porque lo había soñado mucho. 

O tal vez, porque era Park JiMin y parecía haber sido creado para saciar cualquiera de sus fantasías sexuales.

-- ¡Hmmp! Ah...ah... -- Pudo sentir a la perfección como el chico de debajo suyo llegaba a su orgasmo; todo el cuerpo se le había tensado para luego temblar un poco con la respiración irregular. -- Hy...hyung... termina tú también... -- Jadeó intentando calmarse un poco, obviamente dándole permiso al mayor para que siguiera. 

Y eso hizo. 

Al azabache no le quedaba demasiado, el cálido interior del modelo lo acogía tan bien que era indescriptible. Vaya gilipollas el cuida vacas. Volvió a pensar mientras se movía con su labio inferior retenido entre sus dientes. -- C-casi... casi estoy bebé... -- Avisó entrecerrando los ojos ante la sensación de placer elevada. 

Con rapidez salió de su interior para poder quitarse el preservativo, no quería correrse dentro de este, así que se masturbó con ansias así terminando sobre la espalda baja ajena. 

YoonGi se permitió apoyar su mentón sobre el hombro del rubio para destensar sus músculos aunque fuera por unos instantes. -- Te acabas de hacer un diez porciento más soportable... -- Dijo el pequeño haciéndole reír. 

-- Bueno... podemos follar cuantas veces quieras para que me aprendas a soportar... --

-- Uhm... ahora mejor consiénteme y llévame al jacuzzi. -- Mandó Park; por no decirle que sí, que en cuanto sus piernas dejasen de temblar necesitaba otra ronda de eso que acaba de pasar. 

Todo iba a ser bueno ¿No? 

Él iba a obtener mucho placer; y al saciar sus deseos sexuales iba a agradar más a TaeHyung. 

Sí, todo iba a salir bien. 



.

.

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Perdón por tardar tantísimo en actualizar; pero es que me costó muchísimo escribir el lemon; y de hecho no he acabado ni de cerca satisfecha con él... pero no quería dejar más tiempo pasar, tengo muchas ganas de seguir con la historia. 

Lo siento por el nefasto lemon. :(

Ojalá os haya gustado aunque sea un poquito. 

Os quiero, cuidadse mucho. 

Kisssuuu.~~

070821

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