nueve
El piar de los pajaritos constantemente fue lo que le hizo abrir los ojitos avellanas que poseía, no sabía qué hora podría ser, pero estaba seguro que mucho más tarde de lo que estaba acostumbrado a despertar. Fue algo que afirmó en su totalidad cuando giró el rostro y miró por la ventana, el sol estaba en un ángulo demasiado alto, y él normalmente lo veía incluso salir.
Con cuidado talló uno de sus ojos, moviéndose entre las suaves sábanas, en ese momento dándose cuenta de que estaba completamente desnudo. Oh, madre mía, se acababa de acordar de todo lo pasado en la noche anterior. De manera automática sus mejillas se sonrojaron, no podía ser cierto.
" TaeHyung, sigue, así, ¡mgh! E-eso... es tan bueno... " podía recordar a la perfección los gemidos del modelo con quien salía, y se sentía demasiado avergonzado. -- ¡Buenos días mi amor! -- El inesperado y efusivo saludo le hizo dar un suave brinco en el colchón.
Ahí delante suya ahora estaba JiMin con una bata de seda color vino con detalles de encaje ¿Cómo era posible que con tan poca ropa y sin maquillaje se viera tan estupendo? Tae estaba seguro de que él no parecería siquiera de la misma especie que ese joven recién despierto. -- H-Hola... -- Saludó de vuelta frunciendo sus labios al sentirse nervioso, con sus mejillas tan encendidas como dos luceros.
-- ¿Por qué tan tímido TaeHungie? ¿Es por lo de ayer? -- El rubio, sin poder borrar su sonrisa del rostro, se acercó a la cama donde su novio descansaba, sentándose a su lado. -- Somos novios, es normal que hagamos estas cosas si a ambos nos gusta y nos parece bien, no seas tan tímido conmigo, cariño. -- Dijo el más mayor, apenas por meses, moviéndose para quedar sentado encima del chico de piel canela.
Park había quedado sobre él a horcajadas, lo único que los separaba era una fina sábana color celeste, pero esto no era suficiente para el rubio, este no se cohibió en tomar la cara de su chico para hacer que lo mirase. -- ¿No te gusta cuando estamos así de cerca? Yo te echaba demasiado de menos... ¿No te apetece otra ronda? -- El más bajo tomó su propio labio inferior entre sus incisivos, tirando de este de forma lasciva.
Teniendo una expresión totalmente contraria, TaeHyung tenía sus orbes totalmente abiertos por la sorpresa, soltando tontos balbuceos. -- E-es que... Minie, yo- bueno, sabes que, u-uh... -- El más joven tragó saliva, al sentir como el de mejillas abultadas se comenzaba a mover en su regazo, llevando la boca a su oído para gemirle de esa forma que haría a cualquiera que la piel se le erizase.
-- ¡TaeHyung-ah, jovencito, traigo las vitaminas que me pediste para la comida de las vaquitas! -- Gritó una mujer desde fuera del hogar, sin saber qué estaría pasando en una de las habitaciones.
-- ¡V-voy HaNeul ajumma. -- Exclamó de vuelta Kim, viendo así su más preciada oportunidad para quitarse a su novio de encima sin que este se molestase, por lo menos no demasiado.
La cara de JiMin obviamente mostraba cuan enojado se estaba sintiendo por momentos, no se podía creer ni por asomo que TaeHyung lo hubiera quitado de encima como si nada, que lo hubiera dejado a un lado y se estuviera colocando ahora ropa decente a toda prisa para atender a la señora mayor. -- ¿Es en serio, Tae? --
-- M-Minie, ajumma me ha hecho el favor de venir hasta aquí para traerme una cosa que le pedí, debo de bajar. -- Explico relamiendo sus labios una vez que se vistió, y le dio bastante igual si no se había peinado, en seguida corrió hacia la entrada de su humilde casita en la granja, donde la mujer se encontraba.
En cuanto el granjero salió de la habitación, JiMin se tiró hacia detrás en el colchón, pues muy bien, ahora se encontraba con una erección que le iría a doler como mil demonios si no solucionaba. Un puchero disconforme se dibujó en sus labios. -- ¡Ash, este novio que tengo es un bobo! -- Se quejó ahogando el grito en la almohada.
Bueno, la segunda ronda no había podido ser, pero por lo menos la noche fue fantástica, mucho más de lo que JiMin pudiera haber imaginado. No sabía qué había sido lo que había hecho que el chico de ojos avellanas estuviera tan fogoso, pero estaba seguro de que había sido la mejor noche de sexo junto a él.
-- Tal vez... estaba celoso porque ahora estoy viviendo con YoonGi... a lo mejor me echaba demasiado de menos. -- Murmuró y una sonrisa se dibujó en ese mismo instante sobre sus labios. -- ¡Yah, le quiero tanto...! Es tan lindo. -- Los abultados labios del modelo se estiraban sin poder evitarlo, solo pensar que TaeHyung le miraba con deseo le era extremadamente satisfactorio.
Las horas de la mañana que quedaban habían pasado casi volando. JiMin había podido deshacerse de su pequeño inconveniente en la ducha y luego se había quedado leyendo uno de los tantos libros de poesías que su novio tenía allí, después de todo esta semana también era de vacaciones para el rubio, debía de relajarse. Mientras, el más joven se había dedicado al cuidado y mantenimiento de sus animalitos, le encantaba tenerlo todo en orden para ellos.
Incluso hoy había estado jugando con los potrillos, esto definitivamente le encantaba. Las crías de su yegua estaban comenzando a correr, y le parecía de los más tierno como a veces se acababan tropezando.
Después de aquello, llegó la hora del almuerzo, donde ambos chicos se pusieron a cocinar. Ese día Park iría a saltarse un poquitito la dieta, no demasiado, puesto que era pizza casera, pero bueno, seguía siendo pizza. Se habían divertido haciendo la masa y colocando los ingredientes, aquello les había hecho reír y acordarse de cuando de pequeños el padre de TaeHyung siempre les enseñaba a cocinar algo nuevo cada fin de semana.
-- ¿Está rica, Minie? -- Inquirió el de piel canela mientras metía un trozo a su boca.
-- Diez de diez, TaeHyungie, sin duda echarle cebolla ha sido la mejor de las opciones, está deliciosisisima. --
Ante esto, el nombrado sonrió, adoraba ver a JiMin comer, por suerte no tenía que preocuparse de la alimentación del más bajo, siempre había adorado comer y su peso nunca había sido una preocupación para él, algo que era extraño puesto que era modelo, y por lo que Tae tenía entendido, en esa profesión mucha gente sufría de problemas alimenticios.
Pero no, su novio comía tanto como debía y además gustoso.
Kim abrió la boca para iniciar una nueva conversación, pero de forma inesperada el teléfono del rubio comenzó a sonar, y por supuesto este mismo tomó la llamada en seguida. -- ¿JungKook-ssi? ¡Hola! -- En el momento que TaeHyung escuchó ese nombre, agachó su rostro ¿Estaba sonrojado? Seguro que si.
Ese chico, ese chico había hecho algo malo en su cabeza, desde la vez que había hablado con él escasos segundos por videollamada, había pensado alguna vez en él porque vamos, esa cara que tenía tan linda era difícil de olvidar. Pero después de verlo cara a cara hace algunos días, todo había ido a peor, tan a peor, que incluso teniendo sexo con JiMin solo había podido imaginar las manos de ese joven ser las que recorrían su cuerpo de tez canela.
El granjero se agobió aún más cuando su pareja había puesto el teléfono en altavoz, ay no, su voz le encantaba, era preciosa. -- Hola, JiMin-ssi ¿Cómo estás hace días que no sé de ti? Te llamaba para bueno, para que me contases cómo vas. --
-- Todo bien ¿Verdad, Taetae? -- Los pequeños deditos de JiMin buscaron por encima de la mesa los del contrario, entrelazando estos al instante, Tae se sentía tan nervioso que sin pensar asintió con la cabeza energéticamente, haciendo en seguida reír al modelo. -- No lo puedes ver, pero mi novio está asintiendo con efusividad ¿Cómo están las cosas por ahí? --
-- Ah, TaeHyung-ssi es tan lindo. -- Murmuró el mánager, sin siquiera saber qué estaba provocando con esas palabras inocentes. El corazón del nombrado se había acelerado de mala manera, sentía el calor en su rostro ¿Cómo iba ese chico a llamarle lindo? Por Dios, él era alguien que cada día acababa manchado de excrementos de animales, era un simple chico, nadie especial. -- Y bueno, por aquí, bien, pero... uhm, te llamaba para preguntarte si estuviste viendo las redes sociales o algo. --
-- Negativo, JungKook-ssi, aquí en la granja no hay línea de internet, apenas hay cobertura de hecho, a lo mejor nos escuchas un poco mal. ¿Pasó algo? -- Explicó el rubio moviendo sus pies por debajo de la mesa de delante hacia detrás mientras daba otro bocado.
Desde el otro lado de la línea se pudo apreciar un suspiro de parte de JungKook. -- Bueno, eso explica la situación. Es solo que, como sabrás, YoonGi acaba de sacar disco ayer, y claro, la gente está un poco revolucionada puesto que no hay algún mensaje tuyo de apoyo o lo que sea, creo que hasta hyung esperaba algo de alguna manera. --
Los pies habían dejado de balancearse en seco ¿Cómo había podido olvidarse de algo tan importante? O sea, sí, YoonGi era irritante, pero él siempre lo animaba con el trabajo, qué menos que hacer lo mismo por él, algo que simples compañeros de piso harían. -- U-uh, yo... no puedo enviar nada, no hay internet como dije. -- Dijo para seguido relamerse sus abultados labios. -- En cuanto llegue a la ciudad lo solucionaré, JungKook- ssi. --
-- Vale, tranquilo, es totalmente entendible, tú disfruta mucho con TaeHyung-ssi ¿Vale? Nos vemos en una semana, descansa. -- Y el más joven terminó la llamada.
JiMin tenía demasiados sentimientos encontrados, no sabía si hacía bien en sentirse aunque sea un poco mal, o si debería de pasar sin más, vamos, él mismo ignoraba a YoonGi cada día, que más daba que lo ignorase en esto también. Sí que por contrato deberá subir algo a sus redes sociales, pero en lo personal ¿Por qué el pálido había esperado algo de su parte?
YoonGi había perdido la cuenta de cuantos días llevaba sin Park en casa ¿tal vez era el séptimo día ya? No lo sabía, lo único en lo que había podido concentrarse era en la de tiempo que hacía que no podía disfrutar de esta forma. -- SeokJin hyung... ¿También hacía mucho tiempo que no te encontrabas con nadie? Pareces no tener fin... -- Se burló el rapero sonriendo de forma lasciva mientras pasaba la mano por los cabellos castaños de su mayor.
El tatuador se encontraba de rodillas entre sus piernas, haciéndole un muy buen trabajo con su boca. Min no podía parar de centrar su mirada en esos abultados que lo estaban llevando al mismísimo paraíso; eran parecidos a los de JiMin, ambos tan gorditos y rosados...
Y como si aquel pensamiento lo invocase, el teléfono del azabache comenzó a sonar. Kim estuvo a punto de apartarse para dejar que el más joven contestase a la llamada, pero no le fue posible, puesto que la mano de YoonGi volvió a empujar su cabeza para meter el miembro de nuevo en su boca. -- Tú sigue ahí, hyung, estás haciéndolo genial... -- Sin mirar el nombre en la pantalla descolgó, dejando salir un suspiro placentero de sus labios. -- ¿Hola? --
-- H-Hola, YoonGi-ssi. -- El nombrado quiso abrir sus ojos por la sorpresa de escuchar esa dulce voz que hacía días no escuchaba, pero que ahora mismo le hacía sentir enojo más que gratificación. -- Te llamo para felicitarte por el disc- --
-- No puedo hablar ahora, JiMin. -- Dijo con voz ronca, cortando lo que ese chico estaba a punto de decirle.
La línea se había quedado unos segundos en silencio, porque el modelo había esperado cualquier cosa, menos que ese chico que normalmente era tan molesto con él, le hablase de esa forma, algo no era como normalmente. -- Bueno, perdón por no hacerlo antes, es que aquí no hay internet y- --
-- Deja de excusarte, te estoy... agh, sigue así, hyung... Te estoy diciendo que ahora mismo no puedo hablar. Ya nos veremos. -- Y colgó, soltando el teléfono de mala manera en alguna parte del sofá.
Sintiendo como su orgasmo se aproximaba echó su cabeza hacia detrás, cerrando los ojos y entreabriendo sus labios para seguir gimiendo; cosa que prendía aún más al chico que estaba otorgándole placer. Los dedos del más joven estaban enredados entre las hebras castañas contrarias, manejando un poco el ritmo.
No es como si a SeokJin le gustase en demasía que lo tratasen rudo, pero llevaba tantos meses sin sexo, que le daba igual, todo le venía estupendamente; y sabía que con YoonGi era perfecto porque ambos buscaban exactamente lo mismo, placer a secas.
El pálido no supo cuento tiempo más había durado con su vientre en tensión, avisándole que iría a terminar, cosa que acabó pasando. Fue SeokJin quien había decidido dejar que terminase en su boca, aunque después lo escupiese porque ni muerto se tragaba aquello.
-- Fue maravilloso... -- Susurró agotado el rapero, tirándose en el sofá con una gran sonrisa en sus labios, que bien sentaba un buen orgasmo.
-- Bueno, ni se te ocurra dormirte ahora, me duele la boca y espero que a ti te duele ahora. De rodillas que te toca a ti, Yoon. --
El azabache rió, su hyung era tan mandón, le parecía divertido. Por supuesto, iba a cumplir con lo dicho, así que en un instante ya se encontró el castaño con sus rodillas abiertas, y ese chico que sabía usar tan bien su lengua entre estas, dispuesto a hacerle ver el sol, la luna y todo el firmamento.
YoonGi no pensó que fuera a pasarlo tan bien esos días en ausencia de Park. Aunque en realidad, no estuviera siendo honesto consigo mismo, puesto que aún había algo en su interior que no estaría a gusto ni con cien rondas del mejor sexo.
¡Hola angelitos míos! ¿Estáis bien? Ojalá que sí. He recortado las capturas de los tweets ya que algunos me dijisteis el pasado capítulo que los comentarios se veían un poco mal ¿Se ven así mejor? :(
Espero que el capítulo os haya gustado y no haya sido decepcionante. Estoy muy agradecida de que me dediquéis unos minutos de vuestro valioso tiempo en leer lo que escribo. <3 :(
Os quiero mucho, cuidadse, porfi.
Kisssuuuu.~~
010321
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