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doce



-- ¿Alguna última pregunta? -- Inquirió HaeBom admirando todo el trabajo que habían hecho las modistas de su propia empresa, todo era justo lo que había imaginado. Como cabeza de proyecto, estaba bastante orgulloso, todo estaba saliendo a la perfección. 

JiMin vestía unos pantalones azul marino con una comisa blanca con detalles de encaje y un corset del mismo tono de azul en su cintura,  todo se ajustaba totalmente a su cuerpo; al cual YoonGi no le quitaba los ojos de encima, si quiera intentaba esconder sus sonrisa ladeada. -- Por lo menos disimula, idiota pervertido. -- Murmuró el modelo hacia su supuesta pareja. -- Ninguna pregunta, señor Jung. -- Respondió hacia el empresario, quien asintió contento. 

El rapero portaba un traje de tercio pelo, este siendo de color blanco. Una costurera estaba agachada tomando el bajo del pantalón. Sabía que aunque el rubio se le hubiera quejado de las miradas que le echaba, era una falsa queja, solo había que conocer mínimamente a JiMin para saber cuanto le gustaba que le alimentaran el ego, algo en lo que YoonGi era experto por cierto, puesto que nunca tenía filtro en comentarle lo bien que se veía. 

-- Me gusta el traje de JiMinie, luce a la perfección sus curvas... -- Dijo en alto, viendo con detenimiento el corset que decoraba la cintura del nombrado; por supuesto acercándose por detrás para poder abrazarlo desde allí, apoyando su mentón en el hombro del menor. 

Cada vello corporal del chico se erizó al sentir el repentino acercamiento, quiso quejarse, pero no podía al estar en un sitio público, donde eran una pareja. -- Cierto, se ve precioso. -- Asintió HaeBom, y a JiMin se le escapó una pequeña sonrisa. 

Ya sabía que era bonito, pero que bien sentaba que se lo repitiesen a cada rato. 

-- ¡Bueno! Chicos debemos de irnos ya. -- Anunció JungKook, quien por supuesto había llevado a YoonGi y JiMin a la última reunión del proyecto. 

El anuncio publicitario en colaboración con la línea de ropa para bodas sería dentro de un par de días, y la sesión fotográfica; al día siguiente.  El modelo tenía muchas ganas de terminar con el proyecto, aquello significaba que pronto podría ver a TaeHyung, del cual no sabía absolutamente nada desde que se fue la última vez de la granja. 

Suponía que estaba ocupado y no tendría tiempo de contestar al teléfono. 

La joven pareja se desnudó, dándole los trajes a los trabajadores de la empresa para que los guardasen hasta el día del rodaje. El proyecto era de sumo agrado de JiMin, esperaba que fuera bien aceptado por la sociedad surcoreana, donde todavía no estaba legaizado el matrimonio homosexual; pero bueno, a pequeños pasos se consiguieron grandes cosas. 

Solo había una cosa que aún le tenía martilleando la cabeza. El beso, no, el no, los besos; porque debían de darse más de uno. 

Según lo que había podido leer por encima en el guión del anuncio publicitario, constaría de varias escenas contando la historia de dos chicos que se conocen desde pequeños y luego acaban enamorándose hasta casarse. Escenas cortas, pero lindas. Entre ellas, había un beso bajo las sábanas, un beso que entendía que no tenía que quedarse en apenas un roce de labios. Los otros eran más superficiales. 

-- Bombón, ven aquí. -- Dijo el pálido y JiMin no tuvo otra que rodar los ojos con disimulo. 

-- Estás muy mandón hoy... -- Susurró haciendo lo que el mayor le había pedido, tomándole totalmente desprevenido el hecho de que YoonGi se dedicase a cerrarle el abrigo de la forma correcta, incluso colocándole el gorro de este.

 -- Está lloviendo fuera, no quiero que te resfríes. -- Murmuró el azabache una vez que el más joven estaba totalmente abrigado, apenas viéndose sus abultadas mejillas y ojitos pequeños. 

Park quiso quejarse ¿por qué lo trataba de esa forma absurda como si tuviera cinco años? No le gustaba, la forma en la que su corazón parecía volverse loco por un momento era una sensación asquerosa. Sin decir algo más, se separó del pálido para quedarse callado. Yoon simplemente le miró con la misma sonrisa divertida, el modelo era alguien tan complicado... pero tan interesante. 

Después de una breve despedida, los tres chicos se encontraron pronto dentro del vehículo de JungKook, quien estaba dispuesto a llevarles a casa. -- ¿Necesitáis ir a algún lugar antes de que os deje en el departamento? Es tarde ya, necesitáis descansar. JiMin, mañana tienes una sesión de fotos con una línea de ropa poco conocida. -- Recordó el más joven mientras conducía, y el modelo asintió sonriente. 

Esas sesiones de fotos eran sus favoritas, sentir que podía estar ayudando a personas a poder expandir sus proyectos y que sean más conocidos le era gratificante. Tenía una actitud muy complicada y a veces era insoportable, peeero, tenía su corazoncito. -- Lo sé, JungKook-ssi, dile a RyeoWook que estaré a las nueve esperándole abajo del edificio. -- 

La relación con su propio mánager no es que hubiera mejorado en demasía, cada vez que pasaban demasiado tiempo juntos acababan discutiendo, por eso es que Jeon se ocupaba de ser entermidiario entre ambos, aunque eso supusiera más tarea para él, pero bueno, lo último que quería es que cualquier cosa pudiera repercutir en el carrera de YoonGi, por eso es que se hacía cargo. 

-- Hyung, tú mañana no tienes demasiado que hacer ¿A qué hora quieres que te busque para llevarte al estudio? -- 

-- A las once, quiero dormir bien. -- Y el azabache menor asintió ante el pedido. -- Oye, JungKook-ah, quiero ir a comprar algunas cosas, ve a cualquier tienda, será rápido. -- 





Tal y como YoonGi había dicho, había sido rápido, pero JiMin había estado deseando llegar a casa. Llevaba todo el día trabajando y le dolía incluso la cabeza de estar frente a los focos durante largos periodos de tiempo. En cuanto había llegado se había ido directo a su habitación, para poder meterse en su propio baño y disfrutar un buen rato de estar tumbado en la bañera con algunas sales y bombas aromáticas. 

En aquel momento que debería de ser para relajarse al máximo, tenía algunas preocupaciones rondando por su cabecita. Obviamente por encima de todo era cómo se encontraría TaeHyung; no sabía de él y eso lo tenía angustiado, aunque quería creer que era por saber como le estaba yendo allí en la granja... había un por qué con más peso, y es que en apenas cuatro días era su propio cumpleaños; trece de octubre. 

Kim no le había dicho nada aún, había esperado que el chico le preguntase por pasar su cumpleaños o ese fin de semana juntos, pero aún no llegaba nada. -- ¿Estará esperando al día para darme una sorpresa? -- Murmuró para si mismo, acabando por suspirar y escurrirse en el agua caliente, metiendo su cabeza también bajo el agua. 

No quería seguir preguntándose cosas de las que no obtendría respuesta, así que salió de la bañera algunos minutos después, colocándose su pijama de seda color azul antes de salir de su habitación. Un momento ¿Por qué olía tan bien? 

Arrastrando sus pies por el cansancio, JiMin llegó hasta la cocina, donde se encontraba el pálido cocinando. En los dos meses y medio que llevaba conviviendo con él era la primera vez que le veía hacerlo. Normalmente era él mismo quien cocinaba ahora que estaban comenzando a convivir un poco más, pero antes literalmente el modelo se hacía la cena y se encerraba en su habitación, por lo que nunca tuvo la oportunidad de ver a YoonGi hacerlo. 

-- ¿Desde cuando te manejas con las sartenes? -- Dijo el chico de abultadas mejillas acercándose a él, fijándose en la buena pinta que tenía aquello, fuera lo que fuese.  

-- Desde que me independicé, bombón ¿Cómo te crees que subsistí? Pero últimamente le había tomado el gusto a lo que cocinabas, por eso te dejaba hacerlo; hoy te sentí especialmente cansado, por eso lo estoy haciendo yo. -- 

El más joven se atrevió a tomar con el cucharón de madera un poco, soplando antes de meter entre sus labios la comida, mirándolo inmediatamente con sorpresa al músico. -- Está muy rico... -- 

-- ¿Qué te esperabas, precioso? Tengo muchas buenas cualidades. -- Se halagó a si mismo, recibiendo un golpe en su hombro de parte del otro. -- Ouch ¿Ahora qué hice, cariño? -- 

-- ¡Eso! Para ya con los apodos cariñosos,  ya estamos en casa, llámame JiMin, sin más. -- Ni viéndole con el ceño fruncido y labios apretados podía el pálido tomárselo en serio. 

YoonGi lo miraba con esa sonrisa divertida que al modelo le daban ganas de patear demasiadas veces, ante los ojos felinos del mayor era tan malditamente entretenido molestarle de manera inocente... -- Pides demasiado, bebé. -- Dijo al final, y tuvo que corretear un poco alrededor de la isla de la cocina para no recibir otro golpe de pare del precioso joven. 

Lo que les hizo parar de comportarse como dos niños fue el oler a quemado, en ese momento a JiMin incluso se le olvidó que quería matarle, pasando a ayudarle a servir la comida en dos platos. 

Desde el pasado día donde YoonGi había cuidado de él después del altercado en la calle con un hater, puede que el modelo hubiera bajado un poquito la guardia, apenas un poco. Había pasado de estar todo el día encerrado en su habitación a cenar junto al rapero, que era el único momento en el que se encontraban juntos allí en realidad, puesto que el resto del día estaban trabajando. 

Ahora la nueva rutina era cenar en compañía del músico en el salón, viendo algo en la televisión; así es como había descubierto que a YoonGi le gustaba mucho el beisball y el basketball; y bueno, él había aprendido un poco gracias a eso. -- Entonces... ese se llama... como era... ¡LeBron James! -- 

-- Bombón, lo acabas de leer en su camiseta. -- Dijo el pálido antes de estallar en una carcajada. 

-- Es complicado... deja de burlarte, idiota. -- 

Sintiéndose mínimamente avergonzado el modelo llevó un poco de la comida hacia sus gorditos labios con los palillos de madera. De forma inesperada sintió como la mano de su compañero se posaba sobre su muslo mientras los ojos de este estaban puestos sobre el partido americano. -- No me burlo, me parece lindo. -- 

Otra vez, una vez más Min diciendo cosas bonitas y haciendo cosas que no tendría que hacer. Rápidamente JiMin apartó la mano de su hyung, haciendo que el mismo sonriese aún más sin mirarle. -- Lindo mis huevos, Min Suga. Te ríes de mi. --

-- Sabes que no, pero si te hace feliz sigue intentando convencerte a ti mismo de que sí, preciosura. -- 

-- Sigui intintindi cinvincirti i ti mismi di qui si, priciisiri. -- Dijo de forma infantil como respuesta, pudiendo escuchar la risa de Yoon. 

Esta vez, en vez de golpearlo o quejarse de nuevo, le miró con detenimiento, prestándole atención por primera vez como los finos labios de Yoongi se estiraban hacia arriba y lucía sus rosadas encías. Le parecía lind- -- ¿Te doy una servilleta? Digo, vas a llenar el sofá de babas. -- Le parecía horrible, el ser más repugnante del planeta. 

-- En tus más mojados sueños estaría yo babeando por ti. Soy Park JiMin ¿Qué te crees? ¿Alguien como yo fijándose en ti? Más quisieras, tonto. -- 

-- Bueno, si hace falta que me presente de nuevo soy Min YoonGi, alguien que con la lengua te haría ver las estrellas más de lo que tu novio el amante de las vacas hará en su vida. -- Soltó burlón, provocando que el rubio dejase el plato de comida en la mesa, donde ya se encontraba el del otro ya que había terminado. 

El joven le miraba con el ceño fruncido y él; como siempre, con una sonrisa burlesca. -- No me mires así, sabes que sí. -- 

-- Mi novio me hace sentir muy bien, no hables de lo que no sabes. -- 

-- O no lo hagas tú, por lo que sé solo has hecho cosas con él, ni has mantenido relaciones con nadie más y tampoco has besado a otra persona ¿Cómo sabes que él es lo que te gusta? Para escoger y tener claro lo que quieres hay que conocer, si no, no sabes si hay algo que te gusta aún más. -- Las palabras de YoonGi lo estaban poniendo extremadamente nervioso, quería enterrarle el puño en la cara, pero qué decirle cuando no encontraba nada que objetar.  

De repente el partido de Los Ángeles Lakers contra Phoenix Suns había dejado de ser interesante. -- Eres tan... -- 

-- Oye ¿Tú y yo no tenemos algo pendiente? -- Interrumpió el azabache, viendo como la expresión del de mejillas abultadas se relajaba al instante al intentar recordar el qué, aunque no por mucho tiempo permaneció así. -- En el anuncio hay un beso subido de tono ¿No tenemos que practicarlo? Sabes bien que sí, necesitamos conocernos en ese sentido. -- 

-- Min Suga... no, mil veces no. Se hará el mismo día del anuncio y será la primera y última vez que acerques tu boca a la mía. -- Aseguró apretando la mandíbula con tensión, sabía que él tenía razón, son cosas que se necesitaban preparar, pero no, se negaba. 

-- JiMin, se va a notar que es la primera vez que nos besamos, no seas testarudo. --

Park tomó lo primero que pudo, para la suerte del más mayor fue un cojín. Con este no dudó en darle con cierta fuera en el torso al rapero que a veces, como esta, lo sacaba de quicio. -- Si fuera trabajo estaría bien ¡Pero sé que lo vas a disfrutar y no quiero! -- 

-- Hablas como si tú no fueras a hacerlo, bombón, no sabes lo que te estoy ofreciendo. -- ¿Cómo el universo había sido capaz de juntar a dos personas con tan alto ego? 

-- No voy a disfrutarlo, no eres TaeHyung, si quiera voy a sentirlo placen- -- 

Sin esperarlo, el modelo sintió como su muñeca era sujetada y tirada con cuidado, en un ágil movimiento de parte de YoonGi, se vio a si mismo pegado al cuerpo del nombrado. El pálido estaba recostado en el sofá, con el rubio casi que sobre él, lo estaría si su cuerpo no estuviera en tensión mirándole desde arriba. -- Uno, uno solo y si no lo disfrutas no insisto más. -- Pidió; y YoonGi pudo jurar ver como los ojos del chico brillaron por un instante, lo estaba haciendo dudar tal y  como quería. 

-- Min... -- Advirtió, repitiéndose a si mismo que esto no era bueno, que su lívido de niño hormonal tenía que descender, la situación no podía estar pareciéndole caliente, no, no y no. Pero qué pensar con el pálido mirándole de aquella manera como si fuera capaz de manejarle, dominar al mismísimo Park JiMin. 

-- Tú darás el alto, tú eres el que  maneja la situación. -- Susurró apretando la muñeca del muchacho con suavidad, luego acariciándola. 

Posiblemente JiMin luego se torturaría a si mismo, posiblemente se convencería diciendo que YoonGi le había echado algo a la comida o que estaba usando brujería con él; porque era como se sentía. Min siquiera le había besado, pero ya estaba con una erección en su pijama de seda ¿Qué carajo había hecho con él ese rapero orgulloso? 

Ante el lento acercamiento, YoonGi sonrió para sus adentros, terminando en un momento en tener tomado entre sus labios los mullidos ajenos. Bendito contacto con esos belfos creados por el mismísimo Michelangelo Buonarroti. 

Con cuidado en sus movimientos para no asustar al joven de piel ligeramente bronceada, el músico acarició su cintura por encima de las prendas, besándole con una pausada pasión que estaba haciendo que el chico se derritiera sobre él. Sus lenguas en contacto se sentía tan bien como estar haciendo aquello por lo que habías nacido.  

Sus grandes manos no tardaron en adentrarse por dentro de la tela de seda, no tocando algún lugar demasiado íntimo, pero apretando entre sus manos la estrecha cintura del modelo, sintiendo como este se pegaba a él apresando la polera de su pijama entre sus manos. 

YoonGi, teniendo ansias de tener más poder en el momento, dio la vuelta a sus cuerpos, dejando esta vez al rubio debajo suyo; aún con sus bocas juntas en un beso húmedo que llenaba de chasquidos el salón. Con lentitud se separó de la boca que parecía abrirle las puertas al mismísimo infiero, escuchando como un jadeó salía de esta. -- ¿Alto? ¿Paramos? ¿Quieres eso? -- Inquirió el azabache mirándole desde arriba, pudiendo observar con adoración al chico de belfos brillantes y rojizos y camisa de seda desacomodada, quien negó con su cabeza rápidamente, rodeando el cuello del rapero con sus brazos. -- Eso creía... bonito e inteligente, bombón. -- 

Susurró cerca de su boca mientras tomaba los muslos del chico con sus manos, así separando más sus piernas, pudiéndose meter con más comodidad entre estas. JiMin era la lujuria personificada, y si TaeHyung no iba a pecar; él si lo haría. 

-- A-ah, hyung... --  Jadeó en el nuevo beso, nada de lento como el anterior dado. El chico de hebras doradas rodeaba la cintura del mayor para pegarlo a él, disfrutando del calor que este le ofrecía con su cuerpo. 

-- ¿Ahora me vas a tener respeto, modelo malcriado? Eres impresionante... -- 

Park volvió a emitir un sonido obsceno contra la boca del artista, ya tendría tiempo de torturarse, ahora solo podía pensar en lo bien que se estaba sintiendo que YoonGi le estuviera hablando en ese tonto de voz mientras a veces buscaba algo de aire entre los desesperados besos. El modelo podía sentir como algo duro estaba pegado a su trasero, y no hacía falta que el pálido fuera quien se lo ordenase, él solito se movía en busca de contacto entre ambas intimidades. -- Mng-uhm... YoonGi... -- 

-- Para quejarte tanto antes, ahora pareciera que llevases esperando doce capítulos de una novela para que esto pasase. -- Se burló el azabache pegando aún más el cuerpo de JiMin al suyo haciendo presión con su pelvis.

Bueno, tendrían que ver el partido de basketball en otro momento; porque la noche de ensayo de besos pareció tomar el lugar de mayor importancia en ese momento. 































¡Hola! Me sentí muy apoyada en el anterior capítulo así que no me pude aguantar. TT-TT 

Espero que os haya gustado. Por fin han pasado... cositas . 

 Os quiero mucho, gracias por darme siempre razones para sonreír y querer estar con vosotros mucho más tiempo. 

Cuidadse, por favor. 

Kissuuu.~~

250521

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