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Diez



-- ¿Y si llamo a JungKook y le digo que enfermé? Tal vez así pueda quedarme un día más aquí contigo. -- 

-- No, JiMinie, debes de ser responsable, además JungKook-ssi ya está de camino, sería muy feo que ahora de la nada le digas que se diera la vuelta. -- Además de que tengo muchas ganas de verle, pensó. 

Bastante disconforme el rubio abultó su labio inferior, esas casi dos semanas de vacaciones le habían sabido demasiado a poco, además de que la idea de volver a YoonGi no le hacía especial gracia, desde el día que le colgó la llamada estaba resentido. 

¿Quién se creía ese rapero idiota para callarle de esa forma? 

-- TaeHyungie, no es justo, el día en el que me voy te pones tan lindo... -- Reprochó una vez más, JiMin era alguien que se quejaba de absolutamente todo si podía, alguien disconforme y un poco; demasiado, mimado. 

Ante la frase, las mejillas del granjero se encendieron. -- ¿E-en serio? No me di cuenta de que fuera así... -- Mintió, mintió severamente. -- Después tengo que ir andando al pueblo de al lado, quiero comprar algunas cosas. -- Y volvió a mentir. 

Si se había puesto su suéter amarillo de margaritas y sus tejanos holgados; siendo su conjunto más bonito, era por la necesidad de que a lo mejor cierto chico parecido a Manchitas le dijera algo lindo... 

TaeHyung estaba haciendo tantas cosas mal. 

-- Bueno, en realidad tú te ves guapo siempre, pero ese suéter especialmente te sienta bien. -- Halagó el más mayor por meses con una sonrisa decorando su rostro. Ambos estaban en la entrada de la granja, con las dos maletas del modelo allí preparadas, en cualquier momento llegaría Jeon.

En esos momentos en los que JiMin deseaba poder para el tiempo para quedarse allí junto al chico que más quería, se estaba entreteniendo en juguetear con la mano del mismo. La piel de Tae estaba bronceada comparada con la suya al trabajar al sol, sus grandes manos tenían algunas cicatrices y callos, pero el rubio sentía que quería tomar estas para siempre. -- Hasta el mes que viene, no nos veremos, no? -- Inquirió el más alto. 

-- No lo creo, Tae. Pero intentaré estar aquí lo antes posible ¡Te lo super prometo! -- Park se apoyó sobre la punta de sus pies para poder alzarse y así llegar a robarle un beso a los labios ajenos, luego regalándole una preciosa sonrisa. 

Sin poder evitarlo, TaeHyung sonrió enternecido, llevando su mano libre a pellizcar la mejilla del más bajo. Era consciente de que esta faceta de JiMin apenas era conocida por él, y aunque a cualquiera podría parecerle un privilegio, eso le asustaba. Le daba miedo romperle en pedazos en cualquier momento. 

Amaba a JiMin, lo hacía de verdad, pero últimamente se sentía extraño. Quería creer que era algo pasajero, porque definitivamente, el rubio no se merecía nada malo de su parte. 

El auto que Tae ya había memorizado como el de JungKook apareció, y entonces todo su cuerpo se tensó; y cualquier pensamiento de un futuro junto al chico que le estaba dando la mano de repente se le olvidó. Podía escuchar a su propio corazón bombear en su interior con fuerza ¿Podía parar de comportarse como un joven adolescente?

-- Buenos días ¿Fueron buenas las vacaciones? -- Preguntó el azabache saliendo del auto con sus labios estirados hacia arriba, quitándose las gafas de sol mientras se acercaba a los dos mayores. 

-- Lo único malo de las vacaciones es que han acabado... -- Fue lo que murmuró el más bajo como respuesta, restregando su mejilla en el torso de su pareja, realmente no quería irse de allí y llevarse de nuevo tantísimo tiempo sin ver a Tae. 

Este último asintió energéticamente de forma involuntaria ante la pregunta de Jeon, siquiera sabiendo el qué estaba afirmando. -- J-JungKook-ssi. -- Llamó el de piel canela haciendo que los ojos del nombrado se centraran en él, aquellos dos orbes brillantes y negros que tanto llamaban su atención. -- ¿Podrías darme tu número de teléfono? Por favor... E-es por si alguna vez surge una emergencia o algo así. -- Se excusó relamiendo sus labios. 

-- Ah, claro, toma el mío y agéndate mientras meto las maletas de JiMin-ssi en el maletero. -- 

El más joven le dio al granjero el aparato ya desbloqueado con total confianza; para el chico fue imposible no sonreír enternecido al ver el fondo de pantalla de un JungKook bastante más pequeño con un chaleco rojo en las piernas del que parecía ser su padre. Era una linda foto. Sin más rodeo se agendó colocando el nombre de "TaeHyung-ssi" y el emoji de una vaquita, porque a él le encantaban las vaquitas. 

-- Bueeeeno... -- Expiró el modelo al sentirse mínimamente incómodo, le gustaría que Kim estuviera ahí llenándole de besos diciendo que le extrañaría, pero no, estaba atento a el estúpido teléfono. -- Taetae ¿me extrañarás? -- 

-- Claro, jugar al parchís solo es bastante aburrido, cuando estás aquí es más entretenido. -- 

Y ante la contestación JiMin quiso ponerse en mitad de la carretera y que algún tractor lo atropellase sin miramiento ¿le extrañaría para jugar al parchís? Era una broma ¿Verdad? -- Uhm, yo también te voy a extrañar. -- Fue lo único que dijo, ya teniendo que despedirse definitivamente, por mucho que no quisiera.



Lo primero que hizo JiMin al llegar a la ciudad fue ir a su empresa, tenía demasiadas cosas que hacer; aunque lo que le urgía era una reunión con una empresa de diseño que estaba dispuesta a proponerle un proyecto. JungKook le había hecho el favor de llevar sus pertenencias a su dulce hogar. 

A decir verdad, el modelo venía rebosante de energía, como pocas veces la gente le habían visto por allí, al venir de estar tantísimos días con TaeHyung, sentía que se podría comer el mundo si quisiera. -- ¡Buenos días! -- Dijo al entrar en la sala de reuniones, donde ya lo esperaban su mánager y el director de la empresa interesada en él. 

-- Buenos, joven Park. ¿Sus vacaciones bien? Mi nombre es Jung HaeBom. -- Se presentó el mayor, poniéndose de pie y extendiendo su mano, la cual tomó el rubio para saludar; añadiéndole una pequeña reverencia. 

-- Bien, señor Jung. Es un placer que pensaran en mi para el proyecto. -- 

-- Sí, bueno, estaba hablando aquí con tu mánager y es que hace poco que has desvelado tu relación con el joven Min ¿no? -- 

Oh Dios, estaban tardando en recordarle la existencia del tonto ese. -- Sí, YoonGi y yo hace poco que decidimos hacerlo público. -- Dijo sentándose junto a su mánager, cruzando sus piernas al igual que brazos sobre su torso.  

-- Eso está bien ¿Cómo ves una campaña publicitaria con ambos? -- 

Mal, fatal, horrible, nefasto, un esperpento de idea. -- Genial, señor Jung, todo lo que ustedes pidan o ideen está genial, yo cobro por lo que ustedes me mandéis a hacer. -- Fue lo que respondió y de verdad, nadie se imagina la tranquilidad que invadió el cuerpo de Ryeowook al escuchar la pacífica contestación de parte de su modelo. 

Sabía a la perfección que el más joven no tenía como ilusión de vida pasar aún más tiempo con el artista, pero bueno, que se tomase así de en serio su trabajo le llenaba de paz el alma. 

-- Que bien que esté de acuerdo, joven Park... Cómo usted sabrá estamos especializados en el diseño de trajes para hombres, al contar con usted como nuevo modelo para la publicidad hemos pensado en adaptarnos a su reivindicación, es decir, usted siempre dice que cada uno es libre de vestir y llevar la vida que quiera, siendo públicamente homosexual. -- Mientras el hombre hablaba sacaba un portafolios de su maletín. -- Por eso mismo, pensamos que qué mejor anuncio con usted que una boda homosexual. -- 

-- Una boda homosexual ¿En Corea? -- Inquirió extrañado el rubio, recibiendo un asentimiento de parte del director. 

-- Exacto, así promovemos el cambio a una ideología que progrese, que avance; como el resto del mundo. -- 

Bueno, la idea era bastante tentadora y además se ajustaba precisamente a todos los ideales por los que JiMin luchaba como artista. Hubiera preferido hacer la campaña con otra persona, pero era obvio que aprovecharían la salida del armario de YoonGi y él como pareja. -- Sí, bien, me parece bien. -- Terminó por aceptar, tomando la carpeta que se le ofrecía.

Allí dentro habían algunos bocetos de los diseños de trajes de la nueva colección, esa que ellos promocionarían, eran bastante lindos. -- Entonces, Ryeowook-ssi ¿Llama usted al joven Min para que venga, si es que puede? -- 

-- Claro, le llamaré en seguida. -- Contestó levantándose de su asiento para poder hablar por teléfono sin interrumpir lo que el modelo y director hablaban.

JiMin estaba preguntándole al mayor sobre las telas que se usarían, algunos retoques que él sugería en ciertos trajes y el uso de algunos accesorios. Para la suerte del director, YoonGi había aceptado ir, a pesar de que se encontraba en su estudio componiendo letras. 

El hecho de saber que en cualquier momento el pálido iba a aparecer por la puerta de la sala de reuniones lo tenía nervioso, hacía casi dos semanas que no lo veía, y la última vez que lo había llamado le terminó la llamada como si nada; hiriendo fuertemente el orgullo del modelo, quien estaba cabreado con el azabache por lo mismo. 

-- Joven Park ¿Ha pensado en tintar tu cabello o- -- 

-- Buenos días, disculpen la tardanza, había un poco de tráfico. -- Se excusó el rapero entrando en el lugar, haciendo una reverencia antes de sentarse, por supuesto en la silla junto al rubio, sin mirarse el uno al otro ni un segundo. 

Aquello extrañó demasiado al director ¿Cómo podía ser que te llevarás tantos días sin ver a tu pareja y siquiera reaccionar al tenerlo al lado de nuevo? -- ¿Todo bien? -- Inquirió el más mayor sin entender demasiado, y entonces los dos jóvenes entendieron. 

-- ¡Sí! Es solo que somos una pareja un tanto reservada a veces, que bueno verte, YoonGi hyung. -- Exclamó el más pequeño sonriendo, sus mejillas doliendo al instante por estar forzando tantísimo aquella acción.

-- Sí, que bueno tenerte en casa otra vez; bebé. -- No sobreactuando para nada por lo cansado que se sentía, el rapero simplemente colocó su brazo por encima de los hombros de su compañero. Llevaba dos días metido dentro de su estudio, creando, creando y más creando. Obviamente se sentía casi sin energía. 

-- Entiendo, supongo que ustedes no pueden demostrar su amor libremente en esta sociedad retrógrada... bueno, intentemos cambiarlo poco a poco. -- Y JiMin quiso alegrarse por aquel comentario, es que sabía que si ese hombre estaba haciendo un anuncio homosexual era porque sabía que tendría grandes ganancias, es decir, pura conveniencia, no es como si lo fuera a ver en manifestaciones a favor del matrimonio homosexual. 

Pura palabrería barata. 

HaeBom se encargó de explicarle de nuevo todo el pálido, quien dio todo su esfuerzo en parecer más que despierto, aunque a veces cabecease un poco y JiMin le pellizcase el brazo; la verdad dando un buen resultado ya que no acababa por dormirse. 

-- En el contrato se firmará una sesión fotográfica para nuestro catálogo y además un anuncio para las plataformas digitales. Además con vuestra firma nos estáis otorgando vuestros derechos de imagen de este contenido para colocarlo en carteles publicitarios; bueno, leed el contrario y si no estáis de acuerdo con algo, negociemos simplemente. -- 

A ambos se les ofreció sobre la mesa aquellos papeles que aclaraban que irían a hacer con todo el proyecto, Ryeowook también teniendo una copia de estos para asegurarse del bienestar de los dos artistas. Ahora que era pareja, JungKook y él de alguna forma cuidaban de ambos, no de uno solo. 

El rubio estaba concentrado, tomando toda la información y estando de acuerdo, por lo menos hasta que llegó al apartado sobre el anuncio de las plataformas digitales. Se tenían que besar, debían de hacerlo. El cuerpo del modelo se tensó al instante, no quería besarse con el idiota que tenía como compañero; demasiado era ya soportarle con pequeñas muestras de afecto, no quería más. 

-- Por mi está todo correcto, señor Jung. -- Espetó el pálido y para JiMin fue casi imposible aguantar sus ganas de abrir sus ojos por la sorpresa y golpearle en el hombro, por suerte se contuvo bien.

-- Que bien, joven Min, es un honor trabajar con usted. ¿Joven Park, también bien? -- 

No podía quejarse sobre la escena, supuestamente debería de ser algo natural entre ambos, así que para su propia desgracia no le quedó otra que no fuera asentir con su cabeza, terminando por firmar al final de todos aquellos papeles. En qué se estaba metiendo... 



Después de un buen rato solucionando cosas del contrato, explicaciones y entrega de guion para el corto anuncio; los dos artistas pudieron salir de la empresa. JungKook los estaba esperando en a la vuelta de la esquina con el auto encendido para llevarlos a casa, era la hora del almuerzo. 

-- ¿Estás loco? ¿Cómo aceptaste tan rápido? Tenemos que besarnos, idiota. -- Susurró el más bajo, que iba con el ceño fruncido y labios apretados. No podía hablar demasiado alto ya que se encontraban en la calle. 

-- ¿Tal vez porque de eso se trata? ¿Hace falta que recuerde qué somos? -- El azabache le devolvió la misma mirada seria, aunque llevaba gorra y esta lo ayudaba a tapar su expresión agria.

Lo que somos no, lo que aparentamos ser; corrigió mentalmente JiMin, en una lucha de miradas con el contrario. Estaban fulminándose con los ojos hasta que la voz de un chico llamándole lo sacó de sus pensamientos.

-- ¡JiMin-ssi! Es la primera vez que me encuentro con un artista... ¿podemos hacernos una foto? -- 

Por supuesto, la situación hizo que en seguida el de pomposas mejillas sonriera a lo grande, le gustaba cuando le alimentaban el ego, y que le pidieran una foto le hacía sentir extremadamente bien. Ser famoso era algo que le proporcionaba infinita felicidad; y qué decir, él era así, un poco ególatra. Un poco bastante. -- ¡Claro que sí! Ven aquí. -- 

El modelo fue quien tomó el teléfono para hacerse un selfie con el desconocido, colocando su más preciosa expresión y luego devolviéndole el aparato al chico. -- Gracias. Mucha suerte con él, YoonGi-ssi. Tener de novio a este modelo debe de ser complicado. -- Dijo, y entonces ninguno de los dos pareció entender nada. 

-- ¿Cómo? -- Inquirió el pálido enarcando una de sus cejas, teniendo ambas manos metidas en los bolsillos de su chaqueta. 

-- Ya sabe lo que se va diciendo de JiMin, que se aprovechó de ese ulzzang, se llamaba... ash no me acuerd- ¡Ah, si! YeonGin, ese era su nombre. Lo jodió bien jodido. -- Comentó luego riendo, y el rubio sintió como que el alma se le iba del cuerpo por un momento. 

¿Por qué le había pedido una foto si siquiera parecía caerle bien? -- B-bueno, en realidad no es así... la historia con YeonGin no es como él la contó. -- Intentó explicar JiMin.

-- Obviamente, qué vas a decir tú JiMin-ssi. Solo procura que con YoonGi -ssi no sea tan evidente. Te gusta tanto sentirte deseado y tener dinero que te da igual ser la puta barata de cualquier otro famoso, por lo único que puedes sentirte orgulloso es por tu culo y cara, y siquiera los tienes por ti, solo fue suerte en el azar. -- El desconocido estaba sonriendo de forma cínica, acercándose cada vez más al joven de labios abultados. -- Acabaste con la vida de YeonGin y estoy seguro de que el Karma te lo devolve- -- 

-- Suficiente. -- Espetó el rapero, quien había tomado la mano del chico de mejillas abultadas para acercarlo a él, protegiéndole de ese otro que lo estaba acusando de la manera más horrible.  YoonGi tenía a Park pegado a su cuerpo, dejando que este escondiera su bonito rostro en su cuello mientras él se encargaba de acariciar su cintura. -- Borra la puta foto y vete por donde has venido si no quieres recibir una denuncia de parte de la empresa. -- 

-- Oh, no quise enfadarte... yo te admiro Sug- -- 

-- Deja de decir gilipolleces, y si me admiras deja de hacerlo, no quiero tener un seguidor como tú. Te lo he dicho, borra la foto y vete al jodido carajo. Asegúrate de no volver a decir algo más de mi novio, porque en serio si vamos a tener problemas. -- 

JiMin siquiera sacó el rostro de aquel lugar, tenía unas ganas de vomitar horribles por la ansiedad que le provocaba este tema, odiaba no saber qué hacer, y por eso se había dejado en las manos de YoonGi. Había pasado de querer estrangularlo a protegerse entre sus brazos en un solo segundo. 

Él no había hecho nada malo, menos a ese ulzzang a quien tanto quiso en el pasado; y que a día de hoy a pesar de que tan mal lo había dejado públicamente, seguía teniendo cariño. Al rubio le encantaría haber podido arreglar las cosas de la mejor forma, pero YeonGin siempre se negó, prefirió divulgar mil mentiras y quedar como una perfecta víctima. 

Park no sabía ni qué estaba pasando, él solo se quedó allí, abrazado al rapero, como si aquello fuera solucionar algo. 

-- Ya... se ha ido, bebé ¿Estás bien? -- Preguntó en voz baja deslizando una de sus manos hasta la nuca del chico, dejando algunas caricias en este lugar, por esto sintiendo perfectamente como negaba con su cabeza sin separarse. -- Vale... le diré a JungKook que venga aquí directamente, solo espera un momento y ya estaremos en casa. --Dijo llamando a su mánager sin soltar al joven. 

Cualquier enfado entre ellos pareció desaparecer en ese momento, YoonGi olvidándose del cabreo que había tenido por no haber tenido algún signo de apoyo de parte del modelo, y este olvidando cuanto había dañado su orgullo colgándole la llamada días atrás.

Ahora solo importaba mantenerse a su lado, porque por alguna razón sabía que Min no abriría sus brazos para dejarlo caer. 







¡Hola, angelitos míos! ¿Cómo estáis? Espero que super super super bien. Perdón por tardar en actualizar, pero los estudios me tienen bastante ocupada :( ojalá os haya gustado el capítulo. Tengo la sensación de que hay personas que realmente disfrutan esta obra y me hace mucha ilusión. TT-TT

Cuidadse, porfi. 

Os quiero. 

230321.

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