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diecisiete



No era muy común para TaeHyung poder dormir hasta tarde, él tenía que despertar temprano para poder dar de comer a todos su animalitos, limpiar sus respectivos lugares y además preparar lo que más tarde sus clientas venían a comprar; leche, huevos... 

La granja de Tae daba mucho trabajo, ya que a él no le gustaba tratar de cualquier forma a los animales; no era ningún explotador y tampoco era una persona que les criase de mala manera para aprovecharse de ellos. 

Él tenía a sus gallinas correteando por donde querían en un amplio espacio, al igual que sus vacas y algunas ovejas, paseaba a sus caballos y jugaba con los potrillos cada que tenía tiempo, adoraba comprar premios a sus conejitos... Habían demasiadas cosas que hacer para sostener una granja adecuada para los seres vivos de los que sacaba algún tipo de beneficio. Y eso sin hablar de su huerto.  

No tenía demasiados compradores, pero los que tenía eran clientes muy fieles que dejaban una gran cantidad de dinero para mantenerlo todo sin problema. Sus productos estaban elaborados sin crueldad animal de por medio; así que eran más costosos. 

Todo esto se resume en un cansancio arrastrado para el chico, quien no pudo creer abrir los ojos sin escuchar su pedante alarma, cosa que le hizo sentarse sobresaltado en el colchón ¿¡Se había dormido?! No podía haberse dormido, que alguien le dijera que no. 

Con prisa quiso salir de debajo de las sábanas, enredándose con las mismas y acabando en el suelo. -- ¡Ouch! -- Jadeó; y justo en el momento en el que su mejilla chocó con la peludita alfombra del suelo; y no con la madera de su habitación, Tae se dio cuenta de que no se encontraba en la granja. 

-- ¿TaeHyungie? ¿Estás bien? -- Escuchó, esa la voz provenía del baño. Oh, cierto, estaba en casa de JiMin, por eso no había puesto alarma. 

-- S-sí, ¡No te preocupes! -- 

Ya más tranquilo Kim se sentó en la cama de su pareja, mirando a su alrededor con atención; pocas veces había estado en el apartamento del chico de mejillas abultadas, él odiaba salir de su granja así que siempre era el mayor quien iba a visitarle. 

Una pequeña sonrisita se escapó de sus labios al recordar la noche pasada, había sido estupenda, una que se parecía a las de hace años. Los dos habían estado jugando a videojuegos hasta tarde, no sabe a qué hora se habían ido a dormir, pero era de madrugada seguro. Se la habían pasado entre risas y bromas; y JiMin no había insinuado nada obsceno. 

Después a la hora de irse a dormir, Tae debía de admitir que había entrado a la cama incómodo; pensaba que probablemente el rubio iba a hacer lo de siempre, acostarse a su lado y pasar su muslo por su entrepierna para intentar excitarlo, tal vez iba a llenarle el cuello de besos, cualquier cosa de las que él no tenía ganas; pero no, no pasó. 

El modelo se había metido en las sábanas junto a él y le había abrazado con cariño, solo eso, nada de segundas intenciones ¡Siquiera le pidió un beso de buenas noches! Él solo le deseo dulces sueños y lo siguiente fue dormir abrazados. 

Aquello tenía a Kim feliz, demasiado. 

-- ¿Seguro que estás bien, Tete? -- Inquirió de nuevo el precioso joven, que acababa de abrir la puerta del baño. 

TaeHyung tragó con esfuerzo al tener esa imagen frente a él: JiMin con un albornoz corto que tapaba hasta la mitad de sus muslos, sus mejillas sonrojadas por el vapor y el cabello mojado. Oh no, ahí vamos de nuevo. 

Bastante avergonzado, agachó su cabeza, seguro que estaba rojo hasta la orejas. -- Estoy... estoy bien, lo p-prometo. -- 

-- Bien, si lo prometes te creeré. -- Canturreó el contrario en una risilla mientras tomaba una toalla pequeña para su cabello, luego dirigiéndose hacia el colchón. 

<< Viene para acá, alerta, se está acercando. >> Sonaba dentro de la cabeza del chico de campo. Estaba seguro de que en unos segundos iba a tener a Park trepando por sus piernas para sentarse sobre estas; es lo que siempre solía suceder, intentaba seducirlo después de la ducha. 

Y TaeHyung admitía que su chico era astuto; la piel de JiMin era muy suave y con una fragancia a leche de coco, especialmente cuando salía de ducharse daban ganas de mantenerlo entre tus brazos. 

Esperando el incómodo escenario, Tae se quedó con la cabeza agachada y ojos apretados; aunque se vio obligados a abrirlos cuando sintió una de las manitas pequeñas ajenas revolver sus cabellos oscuros. -- Tete ¿Qué haces? -- Se burló -sin maldad- el más bajo. -- ¿Me secas el cabello? -- 

Vale, TaeHyung se encontraba muy confuso, el coqueto chico se había sentado a su lado ¡no encima! y le había pedido ayuda en algo  totalmente inocente ¿Quién era ese chico que habían hecho con su JiMin... este le gustaba mucho más. -- Sí, claro que sí, Mimi. -- Respondió sonriente, tomando la pequeña toalla y posicionándose detrás del modelo para quitar la humedad de su cabello. 

Deseaba poder pasar muchos más días así junto a JiMin. 



-- Ojalá no tuvieras que irte tan rápido, Tete. -- Se quejó el más bajo abultando su labio inferior; cosa que hizo que el nombrado riera. Aquel infantil puchero no iba nada con la imagen del joven famoso. 

JiMin llevaba sus gafas de sol y una abrigo de pelo -por supuesto sintético-, habían personas que le miraban con curiosidad, porque su atuendo gritaba desde lejos "hola, soy una persona con dinero", pero al ir tapado era dificil reconocerle. -- Lo siento, JiMinie... debo de hacerlo. --

El menor se estaba esforzando por no sentirse incómodo, que la gente lo mirase por ir junto a JiMin no le gustaba en absoluto, él quería ser alguien con una imagen totalmente privada, y salir con el joven modelo con más influencia en el país, iba un poco en desacorde con sus deseos. 

Por eso siempre quiso llevar la relación en secreto y nunca venir a la ciudad. 

Por lo menos no se encontraban en un lugar demasiado concurrido. Ambos se encontraban sentados en la estación de buses del centro de Seoul, donde Tae tomaría uno que le dejase en su hogar en aproximadamente tres horas. -- Ten cuidado ¿sí? No hables con extraños, cuando llegues a casa envíame un mensaje ¿vale? -- 

-- Mimi, estaré bien, soy un joven adulto. -- Rió el más alto, rodeando los hombros del rubio para atraerlo hacia su cuerpo; dándole un abrazo que hizo que el corazón del chico se acelerase sin remedio. Hacía demasiado tiempo que Tae era el que decidía darle cariño físico; nunca daba el primer paso, y que ahora se hubiera dado la ocasión le hacía muy feliz. -- Pero lo haré... ¡Puse wifi en la granja! Ahora puedo enviar mensajes mejor. -- 

-- Eso es genial, Tae... -- Susurró con los ojitos cerrados, disfrutando de la calidez que le transmitía estar entre los brazos de la única persona que le hacía sentir seguro. -- Venga, tienes que irte, al bus le falta un minuto para salir. -- 

Aunque JiMin dijo aquello, no fue capaz de deshacer el agarre que tenía alrededor de la cintura de su chico, deseaba poder tener mucho más contacto con Tae, una relación de dos personas en la misma ciudad... -- Mimi, escúchame... -- Sin esperarlo, las grandes manos ajenas tomaron sus abultadas mejillas, haciendo que ambas miradas se conectasen -porque Kim se había molestado también en colocar las gafas de sol sobre la cabeza del chico- -- Ven a verme pronto ¿si? No te demores demasiado. -- 

Las pomposas mejillas del pequeño se sonrojaron y sus ojos se cristalizaron sin remedio << él me acaba de decir que quiere verme lo más pronto posible... >> Pensó antes de asentir energéticamente con una gran sonrisa. -- ¡Lo haré! Aún no te has ido, pero ya te extraño. -- Confesó. 

-- Gracias, JiMinie, pronto nos vemos entonces. --Fue lo último que dijo antes de escabullirse de los brazos del modelo, quien movía su manita para despedirse. 

<< Cuanto antes venga él, antes vendrá JungKook. >>




Después de haber dejado a TaeHyung rumbo a la granja, el rubio tuvo que dirigirse hacia su agencia; era el primer día desde las vacaciones que iría a trabajar, la realidad es que tenía ganas e iba cargado de energía. Como buena noticia, hoy ya su espalda baja no era tan molesta, podía moverse sin creer que la cadera se le fuer a desencajar. 

Cuando entró en el edificio, RyeoWook se encontraba en la entrada hablando con alguien más; aunque no tardó en interrumpir la conversación para saludar a su modelo. -- JiMin, buenos días. Espérame dentro, en seguida voy y vemos tu agenda. -- 

El rubio asintió, no pudiendo evitar fijarse en la mirada del desconocido hombre, estaba buscando compasión; lo podía leer en sus ojos. -- ¿Quién es él? -- Inquirió, y RyeoWook tuvo que reprimir un suspiro, todo lo que había querido evitar, estaba sucediendo. 

-- Nadie, JiMin, pasa hacia dentro por fav- --

-- S-soy Sòng Jian... me gustaría poder hablar con usted, JiM- -- 

El mánager del modelo frunció su ceño colocando su mano en el torso del hombre chino para evitar que se acercase a su artista. -- Sòng, ya le he dicho que JiMin no tiene tiempo. -- Interrumpió al mayor con voz dura. -- Ahora márchese. -- 

Park frunció sus labios, colocándose sus gafas de sol sobre su cabeza para después ser él mismo quien se acercase al desconocido. -- Dígame, qué puedo hacer por usted, cinco minutos siempre tengo. -- En ese momento, recibió una mirada de reprimenda de parte de su mánager; pero también pudo ver como los ojos brillantes del chino le expresaban un gran agradecimiento. 

-- Toda mi familia y yo nos hemos tenido que mudar aquí a Corea, llevamos unos meses aquí y no conseguimos trabajo; nos resulta difícil toda esta situación de venir a un país nuevo y... B-bueno, mi hija siempre ha sido una gran admiradora suya, JiMin-ssi. -- Explicó ofreciéndole el teléfono al nombrado con una foto de la muchacha en la pantalla, era muy linda. -- Ella acaba de abrir una tienda online hace un mes, me encantaría poder ayudarla en esto, su sueño es que tú modeles cualquiera de sus prendas y... -- 

-- Sòng, ya le he dicho que JiMin no tiene más tiempo para marcas pequeñas, él tiene que crecer como modelo. -- Volvió a explicar RyeoWook, quien estaba perdiendo la paciencia que le quedaba. 

-- No se preocupe, Sòng. Dígame el correo electrónico de su hija y en cuanto pueda me pondré en contacto con ella. -- A JiMin le hubiera encantado tener un padre así, que le ayudase a luchar por sus sueños, que le amase de aquella manera. -- No llore... -- Advirtió en una pequeña risa cuando vio como los orbes ajenos se cristalizaban. -- No siempre tuve dinero... sé hacia donde quiero llegar, pero nunca olvidaré de donde vengo, le ayudaré, Sòng, no se preocupe. -- 

El mánager tomó aire para calmar sus nervios, cruzándose de brazos y ya preparando en su cabeza el discurso que le daría al irresponsable modelo al que era imposible controlar, estaba sumamente harto de que Park JiMin fuera indomable. -- Gracias, gracias, gracias. Tome, aquí tiene su correo, ya dejo de molestarle, de verdad, gracias de corazón... -- 

JiMin tomó la tarjeta con las redes sociales de la chica que se le estaba ofreciendo, no tardando en guardarla en el bolsillo de su abrigo. -- Nada, ya le he dicho que no hay de qué preocuparse, ahora debo de entrar para trabajar; ojalá la suerte se tope con usted y su familia. -- Dijo antes de entrar hacia dentro, directo a la oficina de RyeoWook, donde sabía que le esperaba una discusión. 

Cinco, cuatro, tres,  dos, uno... la puerta se cerró. -- ¡Harto, harto me tienes! ¿Te gusta llevarme la contraria, es eso? JiMin, eres un modelo que muchas marcas tienen en el punto de mira, no puedes solo colaborar con tiendas pequeñas, eso da una mala imagen qu- -- 

-- ¿Cómo te explico que soy artista para transmitir un mensaje? Me gusta el dinero, me gustan los lujos, pero haciendo lo que hago ya los tengo; si Luis Vuitton no querrá colaborar conmigo por ser solidario y darle la mano a quienes lo necesitan ¡Me da igual! Si Gucci no me va a buscar; pero consigo que diez adolescentes se pongan una falda porque les gusta ¡entonces será más que suficiente! ¡Si consigo que la gente sea quienes son sin sentir vergüenza o miedo, entonces estaré satisfecho! -- 

Ambos se miraban con el ceño fruncido, en cualquier momento el rubio pareciera que iba a soltar humo por su orejas. Con respiraciones profundas, sus orificios nasales dilatados por el enfado; Wook se dio por vencido una vez más... No sabía cuantos años llevaba discutiendo con el modelo por cualquier cosa, pero había aprendido que no iba a llegar a ningún lado. -- Me agotas, en serio lo haces. -- 

-- ¿Entonces por qué decidiste hacerte cargo de mi? Cuando nos conocimos te advertí de como era, me gusta ser libre, tomar mis propias decisiones, odio cuando me mandan y tengo que evitar hacer cosas que me hacen ser quien soy; eres lo más cercano a un padre que tengo y he tenido en toda mi vida, RyeoWook, para mi eres eso y sin embargo nos pasamos el jodido día discutiendo. Si tan carga soy para ti, solo busca a otra persona para que ocupe tu puesto y deshazte de mi. -- 

Lo último que el mayor pudo ver, era como el de mejillas abultadas se colocaba de nuevo sus gafas, tomaba la agenda que descansaba sobre el escritorio de su oficina y salía por la puerta sin decir alguna palabra más. "Eres lo más cercano a un padre que tengo y he tenido en toda mi vida. " Eso era algo que nunca antes le había confesado. 

La primera vez que vio a JiMin era un chiquillo, acababa de cumplir sus dieciocho y se ganaba la vida haciéndose fotos en ropa interior en revistas para adultos. Justo el día que lo conoció iba borracho, estaba solo en un banco de uno de los tantos parques de Seoul; y aunque su rostro estaba empapado por las lágrimas, RyeoWook supo apreciar su bello rostro. 

Tal vez la forma en la que se había planteado llevar la carrera artística de JiMin no era la correcta, a lo mejor simplemente debería de dejarle ser y apoyarle. Siempre había intentado mandar por encima de la opinión del chico, incluso le había metido en una relación arreglada a la fuerza; y aunque JiMin parecía estar adaptándose a esto, sabía que no era nada fácil para él. 

Dejando salir un gran suspiro que llevaba contigo toda su angustia, se sentó en el sillón giratorio del despacho; puede que le debiera una gran disculpa. 



A pesar de que la mañana había iniciado de la mejor de las maneras junto al chico que amaba, la tarde había estado sumida en tensión; solía discutir mucho con su mánager, pero esta última vez, aunque no había sido la más grave, si que había sido la que había sido la gota que ha colmado el vaso. No sabía que iría a hacer RyeoWook, después de todo le había dicho que podía deshacerse de él, dejarle en otras manos... ¿Él iría a hacer eso? ¿Le abandonaría? 

Con ese pensamiento provocando un martilleo incómodo dentro de su pecho, JiMin puso la clave del hogar que compartía con YoonGi. -- Ya estoy aquí... -- Susurró sin levantar la mirada, solo quería quitarse sus botas y darse una ducha. 

Estaba agachado quitándose el calzado cuando escuchó los pies de YoonGi moverse por el pasillo, sorprendiéndose cuando al levantarse sintió que su rostro era sujetado por el mismo, con la intención de juntar sus labios. -- ¿Qué haces, pervertido? -- Inquirió dándole un golpe en el hombro al azabache, así impidiendo que sus bocas terminasen por juntarse. 

-- Oh, vamos, bebé, era un besito de bienvenida, que poco romántico eres ¡vas a conseguir que nuestra relación se apague! -- 

-- ¿Que nuestra relación qué? Nuestra relación romántica no existe, Min tonto YoonGi. -- Advirtió alzando una de sus pequeñas manitas para pellizcar el brazo del nombrado. -- ¿Qué haces así vestido? ¿Aún no te has puesto cómodo? ¿Acabas de llegar del estudio? -- 

Justo en ese momento es cuando Park se había dado cuenta del atuendo del más mayor. No iba demasiado formal, pero no es como si estuviera vestido como para estar una noche en su hogar. -- No, cariño, nos vamos a cenar por ahí. -- 

-- ¿Perdón? -- El rubio arrugó su nariz, siendo como una advertencia por como el azabache había formulado la pregunta ¿Cómo que vamos? ¿En qué momento él había aceptado? -- Querrás decir "voy". --

-- Bombón, Hope me ha estado preguntando mucho por ti, nos ha invitado a una pequeña fiesta a su casa. -- Explicó desabotonándose la camisa, ya que se la había puesto de la mala manera, quedando los botones dispares. -- Obviamente siempre puedes ausentarte y yo decir que estabas demasiado cansado, Hoseok es muy comprensivo, pero ha hecho una reunión de amigos para festejar la salida de su nuevo tema y él pensó en ti, no como mi pareja, sino como su nuevo amigo. --

Su nuevo amigo... ¿Estaba JiMin preparado para ello? De forma automática se le vino a la cabeza todo lo vivido con su antiguo amigo, esa persona que le había hecho estar ahora dentro de una masa de odio; YeonGin. ¿Podía ir tranquilo a conocer a más personas? -- Yo... no sé, YoonGi, en serio no sé. -- 

-- Voy a estar contigo, no te voy a dejar solo, no tienes que hablar con nadie que no quieras y vas a despejarte; tus ojos hinchados me dicen que no ha sido un grandioso día. -- Tras decir aquello, se atrevió a acariciar la piel rojiza que había debajo de los ojos del modelo, y este se permitió cerrar sus orbes aunque fueran dos segundos. -- ¿Problemas en el paraíso con el cuida vacas? -- 

-- N-no... ha estado muy bien de hecho. -- Murmuró aún sin abrir sus ojos, apretando sus labios por querer soltar lo que llevaba todo el día pensando, pero no se atrevía por miedo a hacerlo un poco más real. -- Hyung... -- Llamó a media voz, y el mayor supo que era serio, puesto que había utilizado un honorífico. -- Creo que Tete es asexual. -- 

Min tuvo que parpadear un par de veces para ubicarse en la conversación. -- ¿Crees que tu novio es asexual? -- Y el rubio asintió, ya si abriendo sus pequeños ojitos.

-- Él nunca parece disfrutar lo que es el contacto demasiado lascivo, ni besos profundos, ni sexo, ni nada de eso. Sin embargo parece disfrutar cuando estamos juntos... tal vez es de esas personas las cuales no tienen necesidades sexuales... pero les gusta mantener una relación sentimental. -- 

Ambos se quedaron callados durante nos segundos ¿Qué podía decir YoonGi? Él en serio disfrutaba de mantener relaciones carnales, pero entendía que no todo el mundo funcionaba de la misma manera,  el problema es que JiMin era igual que él ¿Podrían mantener esos dos su relación si a uno le gustaba el sexo y al otro no, sin ser una relación basada en mentiras? Lo veía complicado. 

Aún así, no creía que fuera el momento de decirle al rubio que desde su punto de vista, la relación la cual mantenía desde hacía tanto tiempo, no iba a ningún lado. -- Bien, bombón, vamos a hacer una cosa. Vamos a intentar tirar a la mierda el día de hoy y todo lo que haya pasado, vas a ponerte más guapo de lo que ya estás y te voy a presumir en la fiesta. Cenaremos algo delicioso que Hope haya preparado, y en cuanto tú me des la señal de que quieres irte, volveremos a casa, pero creo que salir podrá ayudarte a desconectar un poco ¿Aceptas? -- 

-- ¿Estás seguro de que me ayudará y no me destruirá aún más? La gente no suele tomarme como alguien demasiado agradable... -- 

-- Tan seguro como que me muero por estar entre tus muslos otra vez, bonito, así que venga, te espero en la sala mientras te arreglas. --

El músico estuvo a punto de darse la vuelta para irse a esperar, tal y como había prometido al modelo, sin embargo la mano de este le interrumpió el paso. -- Espera, aún llevas la camisa mal abrochada. -- 

Y en un momento tuvo los deditos de JiMin abrochando cada uno de sus botones de la manera correcta. << Jovencito adorable. >> Pensó el azabache con una sonrisa de pura diversión sobre sus labios.  





El hogar de Hoseok estaba un poco más lejos de lo que JiMin hubiera imaginado; a diferencia de YoonGi que tenía su ático en un barrio lujoso en el centro de Seoul, el otro rapero vivía casi en las afueras en una casa grande de una sola planta y jardín con piscina. La pareja había llegado hasta allí en taxi. 

Estando un tanto alerta, el rubio miraba todo con detenimiento, siquiera siendo consciente el momento en el que su manita había tomado la del más mayor. Ninguno dijo algo cuando sus dedos se entrelazaron reforzando el agarre, pareciera lo más normal del mundo; o simplemente costumbre.

-- No somos demasiada gente, así que no te preocupes. -- Susurró el pálido antes de llamar a la puerta de fuera, la que daba al amplio jardín. 

Esta fue abierta rápidamente por la dama de llaves de HoSeok, quien recibió a YoonGi con una sonrisa de comisuras arrugaditas por la edad. -- YoonGi-ah, que bonito es verte dos días seguidos. -- Dijo ella acariciando el brazo del nombrado, pronto llevando sus ojos hacia el chico de su lado. 

-- Hola, HyunMi ajumma, él es JiMin, mi chico. -- Aunque pareciera lo más tonto del mundo, el pálido estaba contento de poder presentarle a la mujer a Park. 

Ella llevaba trabajando para HoSeok desde el segundo año de la carrera del chico, sus padres no estaban del todo convencidos de que su hijo se fuera a vivir a la capital solo; sin nadie que lo ayudase y sin nadie al que acudir, así que habían ahorrado para contratar a una persona cuidase de él, después de todo, salió de su hogar con dieciséis años, era muy joven. 

Teniendo esto en cuenta,  y sabiendo que los dos chicos son amigos desde su primer año de carrera musical, entonces es fácil deducir que HyunMi también conoce a YoonGi desde entonces. Para ella era un joven al que miraba con tanto cariño como si de su nieto se tratase, al igual que HoSeok. --Es un placer, JiMin-ssi. -- Saludó ella haciendo una reverencia, cosa que el rubio imitó al instante. -- Es muy bonito ¿Seguro que no lo tienes amenazado para que esté contigo? -- Bromeó ella, sacándole una pequeña sonrisa el más joven. 

-- ¡Ajumma!~ Soy un novio maravilloso, díselo, bombón. --  Las grandes manos del azabache se colocaron sobre su estrecha cintura, quedándose detrás suyo para poder apoyar su mentón en el hombro del más bajo. 

-- Bueno, no me puedo quejar, por lo menos le gusta mimarme. -- Dijo, en realidad siendo sincero. 

La mujer rió comenzando a andar por el camino del jardín, el cual iba señalizado con luces en el suelo hasta la puerta principal de la casa. No es como si YoonGi se fuera a perder, había pisado tantas veces el hogar de HoSeok que ya es como si fuera uno más en aquella vivienda, pero era parte del trabajo de HyunMi hacerlo. -- Pasadlo bien, cualquier cosa podéis decirme. -- 

-- Lo sé, ajumma, cuídate.-- 

Desde el primero momento en el que los dos jóvenes entraron en el amplio lugar ya podían escuchar las risas de HoSeok con algunas personas más, las cuales JiMin no podía reconocer por las voces. La mano izquierda de YoonGi no se apartaba de su cintura, dándole una seguridad a la que necesitaba aferrarse en realidad. 

A pesar de que la casa desde fuera se veía increíblemente lujosa, por dentro estaba decorada de forma totalmente hogareña, nada de demasiados lujos innecesarios, no parecía que fuera a salir en una revista; pero sin duda se ajustaba a lo que Hoseok le hacía sentir cómodo. 

El pálido, después de recorrer el pasillo de la entrada, le abrió la puerta del salón a su chico, dejando que este entrase primero y que los ojos de los invitados se posasen en él. -- ¡JiMin-ssi! ¡Has venido! -- Festejó en un grito Jung, que como si dos muelles en sus pies tuviera, se levantó del sofá rápidamente para acercarse a los dos invitados que acababan de llegar. -- Que bien tenerte aquí. -- 

-- No podía negarme, HoSeok hyung, usted me invitó y yo se lo agradezco mucho. -- 

Aunque aún la tensión le estaba comiendo por dentro, fue imposible no ser contagiado por la sonrisita de hoyuelos del anfitrión, así que ahí se encontraba también el rubio sonriendo sinceramente. Vale, posiblemente debería de relajarse un poco, Jung parecía alguien en quien podía confiar, tenía que aprender que a pesar de haber tenido una nefasta experiencia con una persona; no todo el mundo iba a ser igual. 

Su vida no era la mejor, después de lo de YeonGin se le hizo aún más complicado de lo que siempre le había sido el relacionarse, y es por eso mismo que a día de hoy no tenía amigos más allá de TaeHyung; y YoonGi, si es que podía considerarlo uno.

Hope podía ser alguien bueno con quien comenzar a perder el miedo. 

-- Yoon ¿Qué queréis de beber? Iré a buscarlo por ustedes, por favor sentaos tranquilos. -- 

-- Gracias, Hope, yo quiero una copa de Château Cheval Blanc ¿Tú qué quieres, bombón? -- 

YoonGi movió sus dedos con delicadeza sobre su cintura cuando se dirigió a él; en serio en aquel instante el rubio apreciaba lo mucho que se estaba preocupando por mantenerlo relajado. La gran mayoría de veces ese rapero era un dolor de cabeza, pero JiMin podía jurar que en los peores momentos, siempre había parecido ser como un bote salvavidas. -- Cualquier champagne estará bien, hyung. --

-- Si es uno afrutado, mejor, a JiMin le gustan esos. -- 

Jung asintió dejando un amistoso apretón en el hombro del joven de ojos felinos, quien se movió hasta el sofá amplio de cuero blanco con la intención de sentarse allí con JiMin. Había música puesta; y era gracioso, porque a pesar de que los invitados que ya se encontraban allí estaban más bien formales vestidos, ninguna melodía refinada sonaba, a través del tocadiscos de HoSeok se emitía el primer disco de 50cent.

Ambos se sentaron uno cerca del otro, puesto que en el sofá también habían tres personas más que ninguno de los dos conocían; y tampoco estaban en ese momento por la labor de conocer. 

-- ¿Desde cuando eres tan atento conmigo como para darte cuenta de que el champagne afrutado es mi favorito? -- Susurró en una pequeña risa el de mejillas pomposas, la cual fue la causante de la sonrisa divertida en el rostro ajeno. 

Min tomó una de las piernas del rubio para dejarla sobre las suyas, así estando aún más cerca. -- Supongo que es desde que me hice aficionado a mimarte, modelo caprichoso. -- YoonGi echó su cabeza hacia detrás para dejarla posada sobre el sofá, con sus ojos puestos sobre los del menor. 

A pesar de que JiMin se había maquillado, él aún recordaba como había llegado a casa, con sus ojeras marcadas y ojos hinchados por el llanto. -- ¿En qué piensas tanto mirándome? -- 

-- En qué te habrá pasado esta tarde para que tu carita preciosa se viera tan horribl- ¡ouch! -- Se quejó cuando recibió un golpe en el estómago de parte del modelo. 

-- Mi cara siempre está preciosa, no sé de qué carajos hablas, Min. -- Dijo apretando sus gorditos labios; y siendo algo totalmente sorprendente, recargándose en el cuerpo del pálido. Aquella acción había sido un asombro para el rapero, quien ahora tenía una de las pomposas mejillas de JiMin apoyadas en su hombro, sintiendo como la respiración del chico chocaba contra su cuello haciéndole unas agradables cosquillas. -- Hoy discutí con RyeoWook, otra vez. -- Susurró rompiendo el silencio entre ambos. 

-- ¿No es eso algo común? No entiendo como puedes discutir tanto con él, es tu mánager, para mi sería insufrible. JungKook y yo tenemos una muy buena relación por suerte. -- 

Por un momento ambos se habían olvidado incluso de donde se encontraban, aparentemente estaban en su mundo; el más joven con una de sus piernas encima de las del otro, que acariaba esta dejando ligeros apretones; teniendo su otra mano puesta alrededor de los hombros del pequeño. -- Es complicado, hyung... -- Como si fuera algo acordado, ambos giraron sus rostros a la vez para poder mirarse; estando demasiado cerca por la posición.

Los orbes felinos sintieron perderse en la brillante mirada de ojitos pequeños. -- Bueno, estamos juntos en algo complicado en sí, vamos a ayudarnos un poco ¿no? -- 

Con sus abultados labios estirados hacia arriba, JiMin alzó su mano por el toso ajeno, acariciando hasta su cuello con toda la delicadeza que sus dedos eran capaces de ofrecer. A lo mejor eran imaginaciones suyas, pero el rostro del azabache se estaba acercando al suyo; y él no parecía que fuera a quitarse. 

Park había colocado su mano justo en la nuca de su hyung, dispuesto a sentir como sus bocas se juntaban después de días, porque sí, llevaban de sin darse un beso desde la última vez que estuvieron encerrados en la habitación de Malta; demasiado tiempo para el gusto de YoonGi. 

Sus bocas se rozaron en un coqueto juego de parte del pálido, quien no terminaba de inclinarse hacia delante para que el contacto se hiciera. -- ¿Vas a jugar así conmigo teniendo el riesgo de que haga un berrinche y no quiera besarte después? -- Murmuró el pequeño enredando sus dedos en el cabello negro del otro. 

-- Me gusta en realidad verte haciendo berrinche, eres insoportablemente lindo. -- Respondió en el mismo tono de voz. 

-- Tú eres insoportable, a secas. -- La acusación hizo que YoonGi riera exalando por su nariz, apretando además su mano en el muslo del más bajo. -- Si no me besas ahora te juro que t- -- 

-- ¡Hyung, JiMin-ssi! Aquí tenéis vuestras bebidas. -- Un emocionado HoSeok había hecho acto de presencia alrededor de ellos, dejando las dos copas con el alcohol en la mesita baja que había frente al sofá. 

El azabache fue el primero en separarse, por supuesto con una sonrisa divertida en el rostro. Era la primera vez que sabía que JiMin quería recibir un beso de su parte; pero le dejaba con las ganas, no porque él quisiera, más bien por la llegada de su mejor amigo. 

Aún así, la situación le era demasiado divertida. -- Gracias, Hope. -- Agradeció tomando su copa para darle un sorbo, mirando de reojo a su pareja. 

Park tenía su mandíbula tensa, no dudando en también tomar su copa y beber varios tragos seguidos. -- ¡Pero- JiMin-ssi! -- Exclamó asombrado Jung, después riendo mientras daba varias palmadas. -- Si que tienes ganas de fiesta, esto va a ser genial, ya verás. Sana está a punto de lleg-  -- dingdong. -- Ahí está, iré a recibirle y a darle su bebida ¡en cinco minutos os presento a los demás y comienza la fiesta! -- 

HoSeok salió de allí corriendo en busca de su amiga; definitivamente JiMin se alegró de saber que la chica iría a estar allí también. Había conocido a Sana en las premiaciones a las que fue acompañando a YoonGi, desde entonces habían intercambiado algún que otro mensaje, como con Hope. 

Tal vez también podría hacerse cercano a ella. 

-- Bombón. -- Llamó el rapero, y el nombrado se limitó a pellizcarle el abdomen, haciéndole saber que estaba molesto, aunque con aquello solo consiguiera que Yoon estallase en una carcajada. 

-- Una vez más, Min Suga siendo un dolor en el trasero. -- Susurró queriendo sonar duro, aunque realidad tuviera que llevar la copa de cristal hacia sus labios y beber para ocultar su sonrisa. 

Esta noche JiMin iba a intentar vencer su miedo a socializar con más personas, y tal vez, solo tal vez, se atreviera porque sabía que YoonGi no iría a dejar que algo malo pasase. 































¡Hola, angelitos míos!  Espero que hayáis disfrutado el capítulo. 

¿Estáis bien? Espero que sí; sino, estoy aquí para ustedes, para lo que necesitéis. 

Os quiero mucho. Cuidadse, sois lxs mejores. 

Kisssuuu.~~

180821.


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