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dieciséis



JungKook había tenido una mañana ajetreada, demasiado para su gusto, pero tampoco demasiado diferente a todas las demás, así era su vida después de todo. Trabajar, trabajar y más trabajar. Lo único que le tranquilizaba es que YoonGi y JiMin se encontrarían en muy pocas horas ya allí en Corea. 

No más hablar a través de llamadas o mensajes con los dos artistas; estos se habían pasado los cuatro días de vacaciones sin apenas contestar; y el pobre azabache se preguntaba qué sería tan interesante del viaje a Malta como para desaparecer completamente. 

Solo faltaban dos horas para que RyeoWook les llevase a su departamento; Gracias Dios, gracias. 

Jeon se encontraba sentado en su escritorio revisando la bandeja de entrada del correo electrónico de Min Suga, el artista al que él representaba; aunque por alguna razón ahora que también se hacía cargo de JiMin a veces de manera indirecta ¿Por qué de repente su trabajo había aumentado pero seguía cobrando lo mismo? 

Si su abuelo siguiera vivo seguro que le llamaría estúpido y se reiría de él en su cara; y con razón. 

Bibibi bibibi bibibi. Sonó haciendo que el joven alzase su mirada hacia el teléfono que estaba en una esquina de la amplia mesa de cristal. -- Dime, JinMyung. -- 

-- Hay aquí un chico un tanto... extraño. Dice que te conoce ¿Le dejo pasar? No tiene cita concertada. -- 

¿Un chico un tanto extraño? JungKook tuvo que quedarse unos segundos pensando; él no tenía una gran lista de amistades por su limitado tiempo libre; y cualquiera de sus amistades ya conocían a su secretario JinMyung. -- Espera, voy para allá, dame dos minutos. -- 

Así fue, el ocupado chico se levantó de su silla para mirarse un instante al espejo, comprobando en este que su imagen se veía impecable. Sus pantalones perfectamente planchados y su camisa metida hacia dentro de la forma correcta; su vena perfeccionista quiso atacar sobre su peinado, así que se arregló -si es que había algo mal- el cabello con sus dedos; y por fin salió de su oficina. 

En el camino de los dos pasillos que lo separaban de la entrada del edificio se preguntó quien podría ser; y cuando sus orbes tuvieron el gusto de poder presenciar aquella misteriosa persona, su expresión de sorpresa no tardó en hacer presencia. -- ¿TaeHyung-ssi? ¿Qué le trae por aquí? Si vienes a ver a JiMin-ssi n- -- 

-- No vengo por Mimi, vengo a traerte una cosita a ti, b-bueno "cosita", no sé si se pueda llamar así... -- Murmuró rascando su nuca después de haber terminado la frase. 

Había practicado mucho para poder hablar de manera fluida con JungKook ¡Pero era imposible no ponerse nervioso ante su presencia! Ese muchacho de tierna sonrisa le llenaba el estómago de maripositas. -- ¿A mi? -- Preguntó para luego reír de forma suave. -- Oh, disculpa mis modales, pasemos a la oficina. -- 

Bastante emocionado por poder conocer un poco más del contrario, aunque solo fuera su lugar de trabajo, Tae tomó sus pertenencias y anduvo detrás del elegante mánager, no olvidándose de agradecer a JinMyung por haber llamado a JungKook anunciándole de su visita.

No había estado en un edificio así en su corta vida, de hecho le parecía agobiante lo serio que se veía todo y la responsabilidad que se respiraba... nunca podría ser un chico de ciudad, a él le gustaba la tranquilidad y simpleza de su granja. 

-- Siéntese aquí, TaeHyung-ssi, y cuénteme ¿Cómo has llegado hasta aquí? -- 

-- N-no tienes por qué llamarme de usted... nos llevamos solo meses aunque seamos de años diferentes; me sentiría más cómodo si m-me tuteases ¡C-como a tus amigos! -- 

Kim se había sentado en uno de los sillones que quedaban al otro lado de la mesa de JungKook, ambos uno frente al otro. Ante los notables nervios con los que el castaño estaba hablando, el menor no pudo evitar reír un poco de nuevo, desde luego el granjero era como una caja de sorpresas. -- Vale, bien, TaeHyung, te llamaré de forma informal; ahora dime ¿Cómo llegaste aquí? -- 

-- P-pues... -- "Me moría por tenerte enfrente por fin y entonces busqué la más tonta excusa." -- El otro día cuando hablamos me dijiste lo mucho que te gustaba cuidar tu dieta y lo que te gustaban las verduras así que... -- El castaño alzó una de las bolsas que había traído consigo, colocándosela sobre sus piernas y abriéndola para que el contrario mirase. -- ¡Tadah! Traje muchas verduritas de mi huerto, para que te alimentes bien. -- 

La sonrisita con la que TaeHyung había estado soñando estas noches atrás salió a la luz. -- ¿En serio viajaste hasta la ciudad para traerme todo eso? -- Inquirió el más joven permitiéndose tomar la bolsa para poder apreciar el contenido, recibiendo un asentimiento energético de cabeza de parte del contrario. -- Gracias... lo agradezco mucho, TaeHyung. -- 

Solo por eso las tres horas en bus merecían la pena, por poder presenciar en primera persona como la naricita del mánager se arrugaba y sus incisivos sobresalían en su sonrisita. Ash, es demasiado lindo. -- D-debía de hacerlo, quería hacerlo. -- Admitió jugueteando con sus deditos. 

No lo diría en alto, pero se había intentado poner bonito -otra vez- para ver a JungKook. Él definitivamente no era alguien interesado en los cánones de belleza y además solía siempre estar sucio por todo lo que requería su trabajo, por algún casual, cuando se trataba de Kook, temía que el chico le viera con malos ojos, así que se preocupó en su imagen. 

Había usado uno peto de mezclilla y una camisa blanca debajo. 

-- ¿Por qué no esperaste a dármelo un día que fuera a dejar a JiMin-ssi allí a la granja? -- 

"Porque no podía esperar tanto para verte." -- Aigoo, JungKook-ah, se echarían a perder, debía de venir. -- 

-- Entonces gracias por tomarte tan grandes molestias. --Volvió a agradecer de forma sincera. 

Él no estaba acostumbrado a que alguien llegase con una sorpresa para él, estaba acostumbrado a lidiar con las fans de YoonGi, sus regalos y sorpresas ¡Las entendía y agradecía porque su artista tuviera tan generosa fanbase! Pero a él no le pasaban esas cosas; así que le hacía especial ilusión. 

Llevaba apenas unas dos semanas hablando a veces con TaeHyung por mensaje; no se esperaba que el de piel canela fuera a hacer un gesto tan bonito; había convertido su día en uno muy agradable. Podía entender por qué JiMin parecía tan enamorado de él, tenía puntos encantadores.

-- ¿Quieres comer en algún lugar? Casi es la hora del almuerzo, no puedo dejar que vuelvas a tomar el bus sin que comas algo; son horas de viaje. Aunque no puedo tardar mucho, debo de volver y terminar el trabajo de hoy. -- 

No podía creerlo, cuando estaba a punto de ponerse triste porque tenía que despedirse del azabache ¡Este le invitaba a pasar más tiempo juntos! -- ¡Super sí!- ¡Qui-quiero decir! Está bien... está bien, vayamos a almorzar... -- "Tonto, TaeHyung" Se regañó a si mismo, y sus mejillas no pudieron evitar sonrojarse -aún más de lo que se encontraban ya- cuando sus ojos chocaron con la alegre expresión ajena. 

Había conseguido hacer sonreír a JungKook, en serio él lo había hecho. 




-- Bombón, vamos a salir ¿Listo? -- Inquirió YoonGi mirando hacia fuera por las ventanas del aereopuerto; tal y como esperaba, todo estaba lleno de paparazzis otra vez. 

-- Listo, a mi no me asustan esos idiotas. -- 

-- ¿A ti qué te asusta, precioso? -- Bromeó el azabache buscando la mano libre del modelo; ahí iban una vez más a aparentar ser una preciosa pareja. 

Los primeros en salir del establecimiento fueron los guardias del lugar, que estaba velando por la seguridad de ambos artistas hasta el auto. Iban apartando a las personas y ellos intentaban de manera incómoda avanzar por el estrecho hueco que se les dejaba. -- ¡Park! ¡Park! ¿Hay algo que quieras decir a tus fans? -- Preguntó uno de los tantos acercando tanto el micrófono al rostro del nombrado que casi choca con su nariz. 

-- ¿A ellos? Que les adoro, pero a ti te odio, así que quítate y déjame en paz. -- 

YoonGi rió debajo de su mascarilla, el temperamento del rubio le hacía tanta gracia... era algo inevitable. Aunque él también tuviera ganas de mandar al cuerno a todos aquellos reporteros que intentaban meterse en su vida privada, él cuidaba algo más su imagen; no demasiado, en vez de hablarles mal simplemente pasaba de ellos. 

Una ola de preguntas se les había venido encima hasta que pudieron meterse en el auto donde se encontraba RyeoWook -representante de JiMin- esperándoles. -- ¿Tenéis puestos los cinturones de seguridad? -- Inquirió antes de prender el motor. 

-- Joder, Wook, pisa el puto acelerador, esto parece una invasión zombie. -- Se quejó su artista viendo como aún los reporteros daban golpes en los cristales tintados, exigiendo algunas respuestas para sus revistas. 

El mayor rodó los ojos acatando la orden del modelo.-- Veo que ni Malta te ha quitado el mal humor... -- 

-- También veo que estos cuatro días sin mi no te han quitado las arrugas, así que no vuelvas a decir que te has vuelto feo por mi culpa ¿Si? -- El rubio suspiró cruzándose de brazos, apenas separándolos para dar un par de golpes en el cristal; con la intención de que los reporteros se apartasen. 

-- Tan amable como siempre... -- Susurró el mánager apretando su mandíbula, ojalá pudiera volver hacia atrás en el tiempo para advertirse a si mismo de lo que sería bregar con alguien del palo de Park JiMin: meramente insoportable. -- ¿Os dejo en casa? --

-- Oh, necesito pasar antes por mi agencia... JungKook debe de darme un par de cosas; así que primero haremos allí la parada. -- Dijo YoonGi, mirando de reojo al berrinchudo joven que tenía al lado; sonriendo ante su expresión de enfado infantil por supuesto. 

Su diestra se atrevió a pellizcar una de las pomposas mejillas, haciéndole enfadar más. -- ¡Quita, tonto! -- Se quejó el pequeño. 

No es como si el mal humor de JiMin hubiera aparecido de repente... más bien fue justo al despertar; su trasero dolía a horrores. Podía admitir que era en parte su culpa, él mismo había pedido a YoonGi que fuera más rudo; y encima el haber tenido aún más sexo en los otros dos días que les quedaba de viaje, no había ayudado en absoluto. Era la primera vez que tenía relaciones tan intensas, y no se habían estado quietos.

Así que sí, tenía dolor en toda su espalda baja y trasero, no dudando en culpar en voz alta a Min YoonGi, a quien no le importaba en absoluto ser acusado de aquello, lo había disfrutado como un condenado. -- Bonito, no te enojes, te van a salir arrugas pronto; y no creo que sea lo óptimo para un modelo, vas a tener una carrera corta. -- 

-- Te voy a cortar los huevos y se los voy a dar de comer a los cerdos de la granja de TaeHyungie... -- Murmuró en respuesta, girando su cabeza para concentrarse en la carretera; aún les quedaba un rato para llegar a la ciudad, y no quería escuchar ni una palabra. 

Fue algo que el pálido supo detectar, este tiempo que llevaba conviviendo con él había aprendido varias cosas sobre ese arrollador carácter que poseía; y lo mejor en estos casos era dejarle tranquilo. Eso hizo, revisando sus redes sociales, ya que estos días no les había dedicado ni un solo instante. 

Así fue por lo menos hasta que media hora después el auto se estacionó frente al gran edificio, << AKW. Music >>; lucía en la fachada de la agencia en letras color azul. -- ¿Vienes conmigo, bombón? ¿O esperas aquí? -- 

-- Voy, quiero ir al baño. -- 

No es como si su mal humor se hubiera disipado por arte de magia, pero estaba más calmado, tal y como Min predijo. Ese pollito enojón era pan comido para él. -- Vamos pues. -- Había esperado a que el más bajo se encontrase a su lado para colocar su brazo por encima de sus hombros, así entrando los dos en el edificio mientras RyeoWook les esperaba fuera. 

Tan pronto como pusieron un pie dentro, ya tenían demasiadas personas saludándoles e indicándoles que JungKook se encontraba en su despacho; como siempre en realidad, nada nuevo. -- ¿Qué se supone que vienes a buscar? -- Inquirió el rubio andando por el solitario pasillo junto al rapero. 

-- El nuevo merchandising del disco sale la semana que viene, así que tengo que recoger los nuevos productos y promocionarlos en estos días en un directo, bebé. -- 

JiMin asintió sin más, siendo él quien diera dos golpecitos en la puerta de la oficina de Jeon antes de entrar. -- Ya estamos aquí... JungKook-ssi... ¡Tete! -- Exclamó deshaciéndose del brazo del azabache y olvidándose del dolor de trasero que se cargaba. -- ¡Estás aquí! ¡Estás aquí! ¡Estás aquí! -- 

Park no tardó un solo instante en estar pegado al cuerpo del granjero; se había acercado a él como si de dos imanes se tratasen. Sus brazos habían rodeado la cintura del castaño para luego colocarse de puntillas con la intención de besar los labios del mismo; cosa que a TaeHyung le pilló totalmente desprevenido, no había esperado encontrarse con JiMin. 

Hacía unos segundos se encontraba despidiéndose con JungKook; el chico que parecía su conejito "Manchitas" después de haber almorzado con él, y ahora sin esperarlo JiMin estaba allí interrumpiendo su momento. 

Espera. ¿Interrumpiendo? ¿Cómo podía pensar de aquella forma sobre él? 

El modelo le miraba con ojitos brillantes sin soltarle. -- Es una sorpresa por mi cumpleaños ¿Verdad? Fue hace cinco días ¡pero sabía que no te podías haber olvidado! Seguro estabas ocupado ¡Pero estás aquí! --

Oh, Dios, el cumpleaños de JiMin... sí, se había olvidado por completo. -- A-Aquí estoy, Mimi, aquí estoy por tu cumpleaños. -- Y solo eso bastó para que el nombrado chillase de pura emoción, abrazando al más alto con efusividad. 

YoonGi miró la escena con una de sus cejas alzadas, no por celos; no lo malinterpreten, él era muy, muy consciente de los sentimientos de Park y sabía que lo que había pasado los pasados días no significaba absolutamente nada. Tampoco es como si él quisiera que significase algo; apenas unos buenos polvos...  que se repetirían, estaba seguro. 

¿Era el único que pensaba que la situación era un tanto extraña? No había que ser adivino para darse cuenta de que ese chico -que era la primera vez que veía en persona- se había olvidado del cumpleaños de JiMin; pero entonces ¿Qué carajos hacía allí, con JungKook? -- Como sea... vengo a por la caja que me tengo que llevar. -- Dijo mirando hacia su mánager. 

-- Sí, claro, claro. -- Comentó este mismo, carraspeando luego dejando salir un poco de su nerviosismo. -- Un momento, YoonGi-ah, no lo tengo aquí.-- 

-- Voy contigo a buscarlo. -- 

Ambos salieron por la puerta del despacho; por supuesto con la mirada de Tae puesta sobre la JungKook; mierda, querría haber estado más tiempo con él. -- Tete ¿Qué tenías pensado? ¿Te quedarás en la ciudad unos días? -- La voz de su pareja -y mejor amigo desde que tenía memoria- llamó su atención de nuevo. 

-- N-no puedo quedarme tanto tiempo... Ya sabes, mi trabajo no me permite estar fuera de la granja durante mucho tiempo. -- 

-- ¡Quédate en mi casa! Esta noche solo, estemos juntos en mi departamento. -- 

A decir verdad, hacía mucho tiempo, como un mes y algo más que JiMin no pisaba lo que solía ser su hogar; obviamente desde que tuvo que mudarse con YoonGi, pero ahora que su chico estaba allí quería un poco más de privacidad. No para hacer nada indecente, al contrario, quería demostrarle que podía ser ese novio bueno e inocente que TaeHyung parecía estar buscando. 

Ya le dolía el culo lo suficiente para quedarse quieto. 

En realidad... el castaño quiso rechazar la oferta, pero ¿Cómo podría? Se había olvidado de su cumpleaños, siquiera le había mandando un mensaje, y ahora le estaba engañando colocándose la placa de "novio del año" diciéndole que había venido a verle de sorpresa; cuando la realidad era más cruel que aquello, debía de concederle el deseo, estaba obligado por su propia moral. -- Está bien, Mimi, durmamos juntos hoy. -- 

Y JiMin volvió a chillar de felicidad, tomando las manos de TaeHyung para dar vueltas entre saltitos. Quien diría que aquel era Park JiMin, el malhumorado chico de hacía treinta minutos. 





Había sido un plan improvisado; de hecho fue una gran sorpresa para RyeoWook ver como de repente en el auto se adentraban no solo la "pareja" ; sino que también TaeHyung. JiMin quisiera haber podido hacerle una foto a su rostro; porque fue demasiado cómico. 

El pálido ya se encontraba en su apartamento; y los dos chicos más jóvenes en el de Park también desde hacía un par de horas. 

Muy diferente a lo que Tae había imaginado; creyendo que el rubio estaría a cada instante encima suyo para pedirle una atención que... le era un poco incómoda, el modelo se estaba comportando de lo más amigable con él; en todo el sentido de la palabra, puesto que parecían más amigos que pareja. 

-- ¡Vamos, Tete, tienes que aprender  tomar las curvas! -- Bromeó el mayor de ambos, sacando la puntita de su lengua a través de sus labios mientras movía sus dedos encima del pequeño mando de la Nintendo Switch

-- Ash, Mimi... Volviste a ganar. -- 

-- ¡Sí! ¡Sí! ¡Síii! Soy el mejor del mundo. -- Festejó Park una vez que había cruzado la meta en la última vuelta en la posición número uno, Baby Peach festejaba en la pantalla su primer puesto a la vez que JiMin. 

Aquello le hizo especial gracia a TaeHyung, quien asintió dándole la razón al de mejillas adorables. -- Ya lo sabes, siempre vas a ser el mejor para mi. --Dijo sin titubear, repitiendo lo que llevaba diciendo una vida entera. 

La frase hizo que de forma automática JiMin sintiera miles de fuegos artificiales explotar dentro suyo; hacía bastante que no escuchaba aquella frase provenir de los labios de TaeHyung; el hecho de que el chico se lo volviera a repetir después de tanto tiempo le hizo tan feliz... -- Gracias, TaeHyung, gracias de verdad. Te amo, que estés aquí aunque sea un tiempo después de mi cumpleaños me hace muy feliz. A-al principio me molesté, pensé que lo olvidaste, pero es imposible que eso sucediese, perdón por pensar así. -- Dijo sincerándose. 

El de piel canela sintió como si se cayesen encima suyo rocas con la palabra "culpabilidad" grabadas en ellas. -- Tranquilo, JiMinie... yo también pude haber enviado un mensaje para no dejar que te sintieras mal, lo siento. -- Ser consciente de que las mejillas del chico se encontraban sonrojadas por su culpa y que su sonrisita dejaba ver un poco de culpabilidad por malpensar en vano, hacía que Tae se sintiese aún peor. 

Aunque no era lo que especialmente le apetecía, soltó su mando de la consola y  tomó las mejillas regordetas del pequeño para depositar un besito sobre sus cuidados labios; a diferencia de los suyos. -- Te amo, te amo, te amo. -- Murmuró el rubio sobre los labios ajenos; sin saberlo, clavándole una estaca emocional en el corazón al castaño. 

TaeHyung se sentía la peor persona del mundo, si quiera en este momento podía parar de pensar que querría haber estado más tiempo conociendo a JungKook. 


















































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¡Hola, angelitos míos! Espero que os haya gustado el capítulo aunque no haya pasado algo demasiado intenso... pero era necesario para el desarrollo de la historia. 

He intentado tardar bastante menos en actualizar.

Os quiero muchísimo, cuidadse ¿Si? 

Kisssuuuu.~~

110821.

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