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dieciocho

-- Solo dos fotos más y... ¡Listo! Terminamos el reportaje. -- Festejó la chica que llevaba más de dos horas fotografiando a JiMin, de verdad no lograba entender como el modelo había podido soportar tanto tiempo concentrado en su trabajo. 

El rubio hizo una reverencia una vez que todo el equipo había comenzado a aplaudir por el fin de la jornada. Todos hablaban entre ellos felices, ya hablando de la ronda de soju que más tarde irían a tomar. Ninguno de los presentes se acercó al modelo para invitarle, siquiera se les pasaba por la cabeza, y en parte era culpa del joven; puesto que todos conocían de su personalidad fría y cortante, egocéntrico y además arrogante. O eso aparentaba. 

Park abandonó el set fotográfico, dirigiéndose directamente a su camerino, donde podría deshacerse de las prendas de la sesión fotográfica y además remover el maquillaje de su rostro. 

Al abrir la puerta, su corazón se paró por un momento; manifestándolo con un suave saltito agarrándose al marco de la puerta para no caer. -- ¡RyeoWook! ¡Qué susto! -- Exclamó llevándose una de sus manos al corazón antes de suspirar. 

-- ¿Susto? ¿No es como si siempre después de cada sesión de fotos no te esperase en tu camerino? -- El mayor sonrió con todas sus fuerzas para que pareciera real, pero no dejaba de estar preocupado. 

Un par de días habían pasado desde la discusión que tuvo con JiMin; y sabía que tenía que disculparse con él. Si antes el modelo era alguien distante y con afán de creer que podía solo con todo, ahora se había vuelto aún más de ese modo; y Wook no lo llevaba bien, necesitaba que el joven se apoyase en él, que le buscase como su mánager que era. 

-- Puedes irte si lo necesitas, RyeoWook, no quiero molestarte, puedo tomar un taxi cuando salga de aquí. -- Una vez más, le estaba intentando evitar. 

-- JiMin... -- Llamó el más mayor, siguiendo con la mirada al nombrado, que acabó por sentarse en el sillón frente al tocador de luces, mirándole a través del espejo. -- Eres mi responsabilidad, estoy a cargo de tu cuidado; y aunque me dejasen de pagar por ello, seguiría velando por ti ¿Entiendes eso? -- 

Park entreabrió sus abultados labios sorprendido por las palabras de su representante ¿Estaba diciendo la verdad? De pronto sintió las manos del mayor posarse en sus hombros, nunca apartando su mirada a través del espejo. -- Gracias entonces... -- Susurró. -- Siento ser una carga tan grande. -- Dijo en un tono aún más bajo que hizo que el corazón se le estrujase. 

-- Siento tener mano dura incluso cuando no haces algo malo... -- Se sinceró el mayor esta vez, apretando con suavidad los hombros de JiMin; viendo como los ojos del mismo se cristalizaban; era la primera vez que RyeoWook se disculpaba con él. -- Mañana por la mañana; a las diez, tienes una cita programada con Yuqi, la hija del hombre con el que hablaste la última vez. Me encargué de organizarlo todo ¿está bien para ti? -- 

-- Está perfecto, RyeoWook-ssi. -- 

Ambos se sonrieron a través del cristal, el mánager juraba poder haber visto a ese JiMin de dieciocho años recién cumplidos que conoció un día, uno al que todavía no habían terminado de romper el corazón y aún creía que la vida podía a llegar ser completamente justa y bonita. 



Llegar a su hogar después de un duro día de trabajo era una de sus sensaciones favoritas. Hogar; estaba acostumbrándose por fin a llamar de esa forma al apartamento que compartía con el pálido. Le había costado bastante sentirse en casa en ese edificio, pero bueno, el estar rodeado de lujos y tener unas preciosas vistas la verdad es que ayudaron bastante. 

El tener habitación propia también, para qué mentir. Al principio, e incluso ahora, la privacidad era algo que agradecía.

JiMin puso la clave del ático con una pequeña sonrisa, deseando ponerse cómodo y servirse una copa del champagne que YoonGi le había comprado expresamente para él. Así que hizo todo a media prisa y en pequeños brincos. 

Dejó las llaves sobre el mueble blanco de la entrada y luego se dirigió hacia su habitación para quitarse la ropa; ducharse y colocarse su pijama de seda que consistía en una camisa de mangas largas en cuello de v y unos shorts holgados de la misma tela, el conjunto siendo color rojo granate -que según YoonGi iban a  juego con sus labios de cereza.-

Como se había retirado el maquillaje en el estudio, ya solo le quedaba disfrutar. -- Ah... a estos pequeños momentos en la vida les llamó plena felicidad. -- Aseguró estando en posición de indio sentado en el amplio sofá, sus ojitos puestos en el gran ventanal de su lado deleitándose con la fabulosa vista de Seoul brillando; sin olvidar darle un sorbo a la copa. 

Con una gran sonrisita tiró su cabeza hacia detrás, dispuesto a inhalar una gran cantidad de aire y después expulsarlo; como la abuelita de Tae le había enseñado de pequeño para entrar en completa paz. 

Y de verdad JiMin estaba disfrutando mucho el momento, en su mente se encontraba en medio de la nada en completo silencio, con el sol brillando y otorgándole calidez... Aunque no tardó en diluviar y que rayos cayesen a su alrededor. -- ¡Ya te digo yo que no, Hope! -- Se escuchó. 

El rubio lloriqueó con sus ojitos cerrados, desde el salón podía escuchar como YoonGi reía y hablaba a gritos de emoción siendo acompañado por HoSeok y SeokJin por lo que podía escuchar. Su ratito de paz había terminado. 

En menos de un minuto tuvo allí en el salón a los otros tres, quienes acababan de llegar y no tardaron en saludar. 

Min siquiera dudó un instante en acercarse al sofá por la espalda de este, agachando su espalda para poder dejar un beso sobre los labios de JiMin, que seguía con su rostro echado hacia detrás apoyado en el respaldo del mueble. -- Hola, bombón, perdón por la intromisión inesperada, pero hay partido de la NBA y hemos decidido verlo aquí de imprevisto. -- 

-- Si molestamos nos podemos ir, JiMin-ah, después de todo hemos venido sin avisar y YoonGi nos dijo que trabajaste hoy. -- Dijo HoSeok sonriendo con un poco de timidez, él en serio no quería molestar. 

-- Ah, claro que no, Hope hyung; estáis en vuestra casa... -- Se apresuró a hablar el pequeño rubio, mirando disimuladamente hacia SeokJin, que no le había quitado de encima la mirada. 

Kim SeokJin era la única persona además de sus mánagers que sabían sobre la realidad de la relación que tenían ambos, que no era más que un contrato. Eso en parte asustaba al de mejillas abultadas. -- Gracias entonces, JiMin-ssi. -- Habló esta vez el tatuador acercándose a YoonGi. -- ¿Tienes cerveza en la nevera? -- 

-- Ah, sí. Voy a por ellas, hyung. -- Se ofreció en seguida el pálido, deslizando su mano hasta los preciosos labios del modelo para acariciar estos con su pulgar. -- ¿Tú quieres también, bebé? ¿O estás bien con el champagne? -- 

-- Estoy bien, Yoon-ah, gracias. -- 

-- ¡Yo quiero algo de comer mientras! ¿Qué tienes por ahí? -- Dijo HoSeok siguiendo hasta la cocina al otro músico.  

En un instante se encontró a solas con SeokJin; y cuando pensó que el momento no podía ser más incómodo, este habló. -- Veo que os va de maravilla con la relación arreglada. Pensé que tú o Yoon acabaríais desistiendo. -- Canturreó sentándose en el otro extremo del sofá. 

-- Pues creías mal, SeokJin-ssi. -- Respondió con una gran sonrisa JiMin, una que se podía detectar a la perfección que era tan falsa como el rostro de Oli London. -- Tampoco es como si mi relación con YoonGi debiera de estar en tu boca; no te incumbe. -- 

Kim estalló en una carcajada luego rodando los ojos. -- ¿Por qué estás a la defensiva? ¿Crees que soy una amenaza? ¿No que no te importa lo que YoonGi haga en su intimidad? -- La situación le parecía sumamente divertida; él siquiera quería algo serio con su amigo, pero ver a JiMin en un ataque de celos que ni él mismo asimilaba era gracioso. 

El modelo le miró con sus pequeños ojos entrecerrados, le estaba molestando de sobremanera verle reír. -- No estoy a la defensiva, solo te estoy diciendo que no pases la línea de lo que no es tu problema, quédate alejadito mejor. -- 

-- ¡Hay nachos y guacamole! Gracias, JiMinie. Antes YoonGi nunca los compraba. -- Agradeció el rapero más joven sentándose al lado de SeokJin mientras colocaba las cosas en la mesa baja que había frente al sofá. -- La casa en realidad se siente diferente a la última vez que vine, cuando aún no estabas aquí. -- 

-- Eso es porque tengo a una belleza cada día aquí conmigo, es imposible que el apartamento no se vea más bonito con la presencia de mi bombón por aquí. -- Argumentó esta vez YoonGi ofreciéndoles a sus dos amigos sus botellines de cerveza y él quedándose con el suyo.  

El pálido se sentó entre HoSeok y JiMin; o mejor dicho, al lado de HoSeok y debajo de JiMin. 

Park se acurrucó sobre las piernas del músico, estando recostado de lado sobre él. No es como si alguna vez antes hubiera estado en aquella posición junto a YoonGi, pero teniendo la presencia del precioso HoSeok y el... el... maldito tatuador pues debía de esforzarse en aparentar. 

Eso, esforzarse, un suuuper esfuerzo. Apenas parecía un gatito a punto de ronronear con los ojitos cerrados por tenerla barbilla de Min apoyada con suavidad sobre su cabeza mientras recibía bien a gusto las caricias que este le propinaba en su cintura y espalda. 

-- ¿Te aburre el baloncesto, JiMinie? -- Inquirió el chico de hoyuelos y sonrisa radiante al verle con los orbes cerrados mientras colocaban el partido en la gran pantalla de salón. 

-- No del todo. Antes no llamaba en absoluto mi atención, pero más bien creo que era porque no lo entendía. Ahora con YoonGi vemos muchos partidos a la hora de la cena, así que ya no me parece tan pesado ¿Quiénes juegan hoy? -- 

-- Memphis Grizzlies vs Utah Jazz. -- Dijo YoonGi después de beber de su cerveza. Pronto se pudieron escuchar los comentaristas hablar de las analíticas que se estaban haciendo mientras los jugadores se preparaban. -- Los Grizzlies están jugando con la equipación que te gusta, la azul turquesa. -- 

-- Cierto... -- Murmuró el pequeño dejando que su mejilla se aplastase contra el torso del azabache por estar acurrucado entre sus brazos. 

El partido estaba siendo entretenido, era imposible no reír en algún momento con los comentarios de HoSeok; como se emocionaba junto a YoonGi o cuando alguno de los jugadores hacía una celebración graciosa al anotar puntos a su equipo. 

Aún así, para JiMin parecía ser mucho más entretenida la piel del mayor, la cual besaba de vez en cuando y no paraba de acariciar con la yema de sus dedos. Tal vez esa noche se encontraba más sensible de lo normal y el champagne solo hacía sentirse aún más así.

-- Precioso ¿Todo bien? -- Acabó preguntando en un susurro el de cabellos oscuros, apretando con suavidad el agarre en la cintura del joven. 

No hubo alguna respuesta verbal de parte del contrario, básicamente el rubio se vio llamado por los ojos felinos del rapero; terminando por acercar su boca a la ajena. YoonGi lo recibió tan bien como siempre, tomando sus labios gorditos entre los suyos y adentrando su lengua de una forma que se sentía tan agradable que rozaba lo adictivo. -- A ustedes en serio os gusta presumir de lo vuestro enfrente de los solteros... -- Bromeó Hope después de tener más de cuatro minutos a aquellos dos en su mundo de besos lascivos en el sofá.

Y eso fue lo único que les hizo parar, por respeto, solo por eso. 

Las botellas de cervezas de repente se multiplicaron en la mesa, habían bebido más de una y además los nachos se habían acabado junto al guacamole; muy a pesar de HoSeok porque les encantaban. 

Todo había acabado con un 112-109 a favor de los Grizzlies; cosa que contentó a YoonGi, pero no tanto a HoSeok, que iba con los Utah Jazz. 

-- Yah, Hope, te tocó perder hoy. -- Se burló el pálido, riéndose un poco de su mejor amigo.

Los tres más jóvenes estaban riéndose, HoSeok incluso también a pesar de que estuviera recibiendo burlas de parte del otro músico. Fue así hasta que SeokJin se levantó del sofá moviendo su cuello de un lado hacia otro para tronarlo. -- Debo de irme ya, mañana temprano tengo un cliente a quien tatuar, no puedo llegar cansado. -- El castaño mayor habló mientras se colocaba su abrigo; mirando en cuanto terminó a Jung, que siquiera se había puesto de pie. -- ¿Vienes conmigo? -- 

-- Yo, uhm... ¿Puedo quedarme aquí a dormir? Bebí demasiado como para querer ir hasta las afueras de la ciudad en taxi, me voy a quedar dormido por el camino. -- 

El rubio no lo manifestó prácticamente, pero YoonGi si pudo sentir como su cuerpo se tensaba minimamente entre sus brazos. Si Hope se quedaba, eso significaba que ellos dos tenían que dormir juntos. Y que por supuesto la habitación de JiMin es donde dormitaría el rapero más joven. -- Claro, Hope, la habitación de invitados actualmente está siendo usada por JiMin para tener sus cosas allí, pero la cama está libre, toda tuya. -- Dijo rápidamente para evitar generar alguna sospecha. 

-- ¡Yay! Me quedo entonces aquí, SeokJinie hyung, ten cuidado en el taxi. Avísanos cuando llegues a casa, por favor. -- Pidió Jung, recibiendo unas caricias en el cabello de parte del nombrado. 

-- Lo haré, descansad mucho. Os veo mañana. -- Kim lanzó un besito desde el marco de la puerta del salón, provocando que el modelo rodase los ojos y estuviera a punto de sacar el dedo de en medio. La primera vez que conoció a SeokJin no le pareció tan irritante. 

Por qué sería que ahora le molestaba. 

-- Bien, levántate Jung Esperancita, JiMin te llevará a la habitación y te dará algún pijama mientras me doy una rápida ducha ¿Te importa, precioso? -- 

-- No, está bien, hyung. -- Asintió el rubio levantándose de su regazo.

Ya ordenarían todo el desorden del salón mañana, ahora solo querían ir a descansar tranquilos. 

Tal y como YoonGi lo había pedido, JiMin acompañó al chico de sonrisa radiante hacia la que era su habitación, aunque no por esta noche. HoSeok no paró de halagar el buen gusto que el chico tenía, haciéndole reír en seguida por lo sincero que hablaba el rapero al ir un poco bebido. -- No sabes lo que se nota que estás aquí. YoonGi hyung siempre ha sido super desorganizado, se nota que le has ayudado con eso, JiMinie, le haces bien a hyung. -- 

¿En serio él le hace bien a alguien?, fue lo que pensó el modelo con una muy pequeña sonrisa mientras dejaba al más mayor sentado en el colchón. -- Gracias, Hobi hyung, me alegra que me veas de esa forma. Le voy a dar su pijama, un segundo. -- 

Park salió su habitación para adentrarse en la de el pálido. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había entrado en esta, a pesar de que le parecía bastante acogedora. La puerta que daba al baño estaba entreabierta y el agua se escuchaba siendo acompañada de un suave tarareo por parte de YoonGi; bien, no se había quedado dormido debajo de la lluvia artificial. 

Del armario del azabache, JiMin sacó un pijama limpio y se volvió a dirigir a su habitación, encontrándose con HoSeok de nuevo de pie, mirando unos de los marcos de fotos que estaban en el escritorio. -- ¿Quién es él, JiMinie? Tu sonrisa a su lado es deslumbrante... -- Murmuró sin apartar la vista de la fotografía.  

-- Es mi mejor amigo. -- Medio mintió el nombrado, a quien no le hacía falta siquiera comprobar a qué foto se refería Jung; era obvio que era una foto con TaeHyung. -- Aquí tienes la ropa para dormir; espero que descanse muy bien, hyung. --

-- Gracias, JiMinie. Descansad ustedes también; y no os preocupéis por el ruido, soy de sueño profundo. -- Bromeó tirándose boca arriba en la cama, con sus brazos totalmente extendidos. 

El rubio  quiso ignorar el tonto revoltijo de emociones que sintió en su pecho ante la frase, por lo que acabó cerrando la puerta con cuidado haciendo como el que no había escuchado. Hacía no demasiado había estado besándose con YoonGi en el sofá; y aunque ahora se sintiera raro por ello, en ese momento había deseado no tener que parar. 

Sintiendo sus mejillas calientes, el pequeño arrastró sus pies hasta la habitación del pálido, abriendo la puerta aún hundido en sus pensamientos. Fue una verdadera sorpresa encontrarse con YoonGi en medio del lugar, mirándole como si del lobo más hambriento se tratase. 

El mayor apenas portaba su ropa de interior color negra, la cual hacía juego con sus ojos oscuros y cabello del mismo color; y además, contrastaba a la perfección con su piel pálida. No es como si Min fuera alguien que tuviera sus músculos excesivamente marcados por el gimnasio, como se podía notar que era JungKook; sin embargo, había algo en YoonGi que encendía el cuerpo del modelo hasta niveles insospechados. 

Tal vez era la forma en la que le miraba con adoración; o como siempre parecía desearlo con todo su ser. 

Sin decir algo, JiMin se acercó a él despacio, teniendo los orbes felinos y brillantes puestos sobre sus muslos, posiblemente la perdición más grande de YoonGi. -- ¿Qué te pasa hoy? Estás mimoso. -- Susurró el rapero una vez que tuvo el cuerpo ajeno frente al suyo, con una de las manos de Park posada en su abdomen. 

-- ¿No se supone que estamos en una relación en la que obtenemos beneficios físicos? -- 

-- Ash, casi me imagino que estabas comenzando a sentirte enamorado del partidazo que soy... -- Bromeó deslizando sus grandes hasta las nalgas ajenas, apretándolas a su gusto a la par que sentía como sus respiraciones se mezclaban por la cercanía. 

-- En tus mejores sueños, Min. -- Susurró con una sonrisa coqueta en su boca, acariciando el abdomen de su mayor de tal forma que conseguía ponerle los vellos de punta ante la lasciva sensación. -- Me gusta un idiota al que no tengo muy claro si le gusto a pesar de que es mi novio...--

YoonGi relamió sus labios, estando tan cerca del pequeño que consiguió rozar con su lengua los voluminosos labios del mismo. -- Me besas... te beso... ¿Qué es lo que quieres? Antes de que se me agote la paciencia y te devore por mi cuenta. -- Dijo con intención de hacer que el pequeño se olvidase de el granjero.

-- Uh... qué miedo, que demandante... -- Se burló en voz baja el rubio con una de sus cejas enarcadas. 

-- No estoy bromeando, bombón. -- 

La izquierda de Min se había posicionado en la estrecha cintura del más joven, asegurándose con esta de pegarle a su cuerpo para que pudiera sentir su erección ya formada; aunque tampoco había que esforzarse mucho para notar aquel duro bulto haciendo presión contra su pelvis, mientras su derecha viajó hasta su garganta, colocándose alrededor de esta haciendo una suave presión con su pulgar. 

A JiMin se le cortó el aliento bajo el tacto de esas manos y de los incisivos del rapero tomando su labio inferior tirando de él. -- ¿Ya no te ríes? -- Fue esta vez YoonGi el que se río de él en su cara. Siempre siendo tan astuto. -- Abre esa boquita que tienes para mi, hermosura. -- 

Y por supuesto que el chico de rostro precioso no dudó en acatar la orden entreabriendo sus labios para recibir gustoso la boca del otro. YoonGi le besaba con toda la experiencia y lascivia que tenía, chupando su lengua y entrelazando ambas sin dejar libre el cuello del chico; quien arañaba con suavidad los costados del pálido. 

Los besos al parecer se habían hecho más costumbre de lo que tenían planeado. El contacto no fue en ningún momento llevado con parsimonia; se volvía más hambriento a cada instante si es que aquello era humanamente posible. Aunque no es como si Min creyera que el modelo fuera algo mundano, siempre lo había dicho, JiMin estaba creado para ser el pecado más perfecto que haya sido creado para que todos los simples mortales cayesen. 

 Ambos iban dando pasos ciegos -y torpes- buscando poder caer sobre el acolchado colchón; separándose entonces para tomar un poco de aire. El azabache estaba posicionado entre sus piernas, apoyado sobre sus propias rodillas mientras que el modelo se encontraba totalmente tumbado. -- No imaginas lo maravilloso que te ves cuando te excitas, bebé. -- Murmuró el mayor agazapándose sobre la cama para tomar la pierna ajena, dejando besos desde su tobillo, pasando por su rodilla para dejar suaves mordiscos y lamidas hasta el interior de sus muslos. 

Los ojos color avellanas del más joven se cerraron dejándose llevar por todas las gustosas sensaciones, las palabras provocativas, la boca de YoonGi en zonas que lo encendían; y haber bebido tres copas de su champagne lo tenían ahí en el séptimo cielo. -- Hyung, cómeme, me gusta tu boca... --

-- ¿Mi boca? Me halagas. Soy rapero por algo, cariño. -- Dijo el mayor entre risas, deslizando su nariz por los muslos perfectos contrarios, podía morir feliz si eran estos los que le asfixiaban. 

Park no quería parecer peor que un gato en celo, sabía que meterle prisa al pálido por sentir ya su boca en sitios poco inocentes significaría recibir sus burlas durante mucho tiempo; además, que el tiempo que YoonGi estaba tardando en besar su abdomen, acariciarle por encima de sus shorts... tampoco estaba tan mal. 

Era solo que no estaba acostumbrado a que TaeHyung lo tratase con tanta adoración. 

Con sus dientes YoonGi bajó la prenda de su parte inferior, terminando de apartarla con sus manos, esta junto a la ropa interior del rubio no tardaron en estar en los pies de la cama, totalmente olvidadas. Con sus ojos felinos puestos sobre el rostro de JiMin, Min acercó sus labios al glande ajeno, dejando un beso en la punta de este y sintiendo como inmediatamente el cuerpo del joven reaccionaba. -- Date la vuelta, bombón. Pienso comerme ese culo que te cargas; no todos los días tengo la oportunidad de enterrarme en uno tan perfecto. -- 

Dios, JiMin llevaba pensando en que quería esto desde que en la habitación de hotel el músico le dio un pequeño adelanto de su majestuoso arte en la práctica del sexo oral, necesitaba, en serio, requería que le diera ese tipo de atención. 

El pálido se encargó de colocar una de las tantas almohadas que tenía en la cama debajo de la pelvis del modelo, de esa forma estaría más cómodo, su culo más alzado y su próstata mejor expuesto para ser maltratada. 

-- Ahm... -- Jadeó el de mejillas regordetas -no solo las de la cara- una vez que sintió como sus nalgas eran rudamente amasadas entre las manos de su pareja y separadas dejándole totalmente expuesto. Gracias al mundo por hacerle carente vergüenza.  

 Fue apenas sentir el aliento de YoonGi cerca de su abertura y ya tuvo que apretar las sábanas entre sus dedos gorditos; ni hablar cuando los finos labios del mismo se movieron sobre su orificio dando un par de besos para adentrar después su lengua. 

Los dedos de sus pies se encogieron ante la electrizante sensación. -- Oh Dios... Esto es tan bueno, hyung. -- Gimió alzando su trasero sin alguna timidez, con su respiración irregular y mejilla aplastada contra al colchón, atreviéndose a echar una de sus manos hacia detrás para acariciar los cabellos oscuros contrarios, como si tuviera miedo a que Min fuera capaz de apartar su rostro. 

La calidez de la boca ajena lo estaba llevando a ver más allá de las malditas estrellas, aquella lengua entrando y saliendo de su interior haciendo sonidos obscenos que acompañaban a sus gemidos ahogados. JiMin estaba seguro de que al día siguiente iba a tener los largos dedos del azabache marcados en sus nalgas por el afán con el que Min las apretaba pero no le molestaba en absoluto; al contrario. 

-- M-más... más... cómeme más... -- Imploraba JiMin después de unos minutos siendo maravillosamente estimulado. El chico tenía sus orbes cerrados con fuerza y su boquita de cereza abierta para dejar salir sus sonidos menos angelicales.

Pronto sus caderas se movieron de forma involuntaria, rozando el éxtasis cuando su miembro hizo contacto con la almohada que había bajo su pelvis. Park no se reprimió en moverse más sobre esta, haciendo una gustosa fricción que lo estaba llevando al orgasmo. 

La palma derecha de YoonGi se vio abruptamente estrellada contra una de sus nalgas provocando que un chillido saliera de sus labios. -- Deja de moverte, bonito... ¿Quién te dio permiso? -- Murmuró desde detrás el mayor, volviendo en seguida a su trabajo de saborearse aquella puerta al cielo que su chico tenía. 

El modelo no paró, y no tenía muy claro si no pudo cesar sus movimientos por la exquisita sensación de su pene siendo estimulado contra la almohada; o porque aquellas nalgadas que estaban viniendo una tras otra le estaban pareciendo de los más placentero que alguna vez experimentó. 

A este punto, el chico de cabellos dorados no podía parar de gemir, teniendo la sensación del orgasmo viajar por su cuerpo a toda velocidad. -- ¡A-Ah! Hyung, hyung, hyung... -- Lloriqueó varias veces, terminando por esconder su rostro entre las sábanas cuando sintió que el clímax lo golpeó. 

Su cuerpo tembló y se puso rígido al terminar por correrse sobre la ropa de la cama; fue entonces cuando YoonGi se permitió bajar el ritmo, dejando cada vez besos más lentos y caricias en esas dos abultadas mejillas traseras que se encontraban enrojecidas. 

Sí, no es que JiMin fuera a tener sus dedos marcados en aquella zona, sino su mano entera.

-- ¿Bombón? ¿Sigues vivo? -- Susurró con voz ronca el músico al ver que JiMin no alzaba su rostro, aunque su respiración acelerada por la reciente experiencia le asegurase que sí. 

YoonGi levantó la camisa de pijama del rubio, ascendiendo a través de besos por la espalda baja del nombrado y por su columna vertebral. -- Yoon, te vuelves tan soportable en estos momentos... no te lo imaginas. -- 

-- Ya te lo he dicho, soy todo un cien de diez; cuando quieras te enamoras. -- 

El rapero dejó un último beso detrás de la oreja del modelo, dando una suave nalgada antes de levantarse de la cama. Su erección dolía, en serio que lo hacía. Pero ver a JiMin tirado en mitad del colchón con sus ojitos cerrándose de forma involuntaria; le hacía sentir por momentos más ternura que excitación.

>> Me debes una muy grande para la próxima, hermosura. << Pensó el pálido mientras se dirigía al baño en busca de alguna crema que colocar en la piel maltratada del precioso culo que acababa de comerse, y además una toalla húmeda con la que limpiar al bello durmiente.

Nunca antes había cuidado de alguien más, menos aún una vez que la otra persona estuviera dormida -como ahora JiMin-. YoonGi paso la crema con cuidado por sus nalgas, asegurándose de que quedasen cubiertas de la loción. No se le olvidó quitar las sábanas manchadas -que por suerte eran las que usaban para taparse- así que fueron fáciles de cambiar. 

En menos de diez minutos el azabache ya se encontró lavándose los dientes frente al amplio espejo de su baño. Viéndose en esa situación le fue imposible no reír con el cepillo en su boca, echándose el cabello hacia detrás con su mano libre. Debería de haber apostado con JiMin el primer día en el que se conocieron cuando decía que no le iría a tocar ni con un palo y no quería ni cenar en su compañía. 

Sintiendo como el cansancio le ganaba cada vez más, Yoon terminó por colocarle una ropa interior limpia al menor antes de meterse con él en la cama, encargándose de tapar a ambos con las nuevas sábanas -- Descansa, bombón. -- Murmuró a media voz colocándose detrás del joven haciendo la cucharita. 

Esa noche fue la primera vez que los dos acababan dormidos en una posición que podía considerarse íntima, siquiera en Malta se habían tocado a la hora de dormir. Y bueno, no era lo único que pasaba por primera vez; también era la primera noche desde que JiMin se había mudado allí con YoonGi que no le enviaba un mensaje de buenas noches a TaeHyung; uno que como todos los demás no tendría alguna respuesta.























































¡Hola, angelitos! Espero que hayáis disfrutado el capítulo. 

¿Estáis bien? Espero que sí. 

Os quiero. 

Kisssuuu~~

030921.

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