⸺No te quiero molestar, chiquillo, pero, definitivamente, unos aros, unas argollas no más, se te verían geniales⸺ comentó Braulio con la cara colorada por la cerveza.

          ⸺Tuve un aro cuando chico, se me perdió y nunca más me puse otro.

          ⸺Pff, no, yo te compro uno y te lo pones y tss, vas a tirar cualquier pinta, loco, ¿sí o no, compañera?⸺ estaba tan ebrio que había comenzado a arrastrar las palabras, asumí que mi cama sería cedida una vez más a los invitados; en ese estado, era imposible echarlos.

          ⸺Con tanta weed vamos a quedar en la luna⸺ le comenté a Rebe que estaba prendiendo un pito, el infinito a esas alturas.

          ⸺Loco, estos cabros son de temer.

          ⸺Tss, ¿y tú? No te descartes, mujer.

          ⸺No tengo vergüenza⸺ rio ella y sus ojos, achicados por la hierba, se encogieron todavía más.

          ⸺¿Y tú no tomas chelita, cabro?⸺ me preguntó Braulio sosteniéndose torpemente de mi hombro para sentarse en el suelo.

          ⸺No me gusta.

          ⸺No le gusta⸺ respondió un segundo después que yo Rebe.

          ⸺Déjalo, mamá, si él sabe hablar⸺ ella sonrió, había vuelto a viajar al espacio y ya no podía articular a una velocidad normal.

          ⸺Creo que están tocando, esperen, deben ser los cabros de Cameron. Vengo al toque⸺ el más sobrio debía atender la puerta, era lo justo. Me paré sin reclamar.

          ⸺Hola. ¡Ay, me dijeron que te habían renovado el look, pero nunca creí que te fueras a ver tan mino!⸺ Paris estaba muy efusivo⸺ Qué pavo yo. No te ofendas, Javi, antes del verde no eras feo⸺ comentó y se acercó a saludar al resto, estirando de inmediato la mano para recibir el pito que le ofrecía Rebe.

          ⸺Hola, otra vez.

          ⸺Hola, otra vez.

          Agustín pasó haciendo un gesto con su cabeza sin interrumpir la atmósfera repentinamente amorosa que se instaló en la entrada cuando Camila y yo hicimos contacto visual. Bueno, estaba claro que ya no cedería mi cama.

          Y así fue como mi tiempo de descanso prolongado se volvió rutinario, pero en el buen sentido. Incluso cuando Rebe volvió al trabajo o cuando nadie podía salir a beber o si Camila estaba demasiado agotada por culpa de Cameron, me entretenía en la casa o paseando solo. Era otra cosa tener dinero y no depender de un horario laboral.

          Respiraba profundo cuando iba a la playa, dejaba que los pulmones se me llenaran esperando poder acumular paz para cuando volviera a la asfixiante realidad. De sólo pensar en eso, se me revolvía el estómago. Suerte la mía que Paris siempre me apañaba a todo y que le encantaba hablar de la vida sobre la arena, sin importar si hacía frío o calor.

          Paris, además, me había dado libros de sudokus y mandalas y hasta lápices para colorearlos. Yo me había quejado poco antes de lo triste de mi pieza, entonces dijo él, cuando me entregó su regalo, "esto para que te distraigas y esto para que decores". Increíblemente, funcionó a la perfección.

          Tenía recortes de mandalas pintados con toda la minuciosidad del mundo. Fumaba un poco de hierba para pintar, otro poco para admirar. ¿Qué más podía pedirle a la vida? Bueno, una cama, pero ya la había encargado, aunque el pedido había tenido algunos inconvenientes que lo retrasaron.

⸺Me gusta el colchón. Lo voy a extrañar⸺ Camila hizo un puchero.

          ⸺Es porque no tienes que dormir aquí todos los días⸺ dije recorriendo su figura con mi mano, pero sin tocarla.

          ⸺Me gusta tu pelo. Deberías mantener ese estilo más tiempo y, tal vez, candidatearte para modelo⸺ mi cabeza, hasta entonces apoyada en su espalda, tembló con el movimiento de su cuerpo. Me pasé a una almohada para que pudiera estar más cómoda.

          ⸺Me gusta tu piel.

          ⸺Me gustan tus uñas.

          ⸺¿En serio?⸺ arrugué la nariz⸺ Qué extraño.

          ⸺Es que, no sé, conocí a hombres con uñas muy feas, creo yo. Las tuyas son bonitas. Tienes bonitas manos y como eres lampiño, son como para hacer publicidad con ellas. Tus manos son como esa clase de manos que dan ganas de tener encima.

          ⸺Me gustan tus lunares.

          ⸺¿Cuáles?⸺ sonrió juguetona.

          ⸺Los que tienes aquí⸺ acaricié suavemente su espalda baja y luego seguí más al sur⸺. Y los que tienes aquí.

          ⸺Me encanta tu cara durante el sexo⸺ arrugué el entrecejo⸺. ¡Es que los hombres son muy reprimidos!⸺ se apresuró a decir, noté que se le coloreaba el rostro⸺ Pero tú, no sé, como que expresas. Y eso es tan bacán. Me hace sentir, no sé, que soy una diosa del placer, ¿cachai? Y me encanta que me hagas sentir deseada y amada a la vez, porque esa es la sensación que transmites. Y como que, no sé, te juro que me volví adicta a eso, por eso seguí acostándome contigo.

         ⸺¿Por mi cara?⸺ reí.

         ⸺Claro⸺ dijo divertida⸺, por tu cara y nada más. Sí, soy ese tipo de persona⸺ rio.

          ⸺¿Cuánto te queda? El tiempo pasa volando. Te voy a extrañar⸺ besé su cuello y luego su pecho cuando se dio vuelta.

          ⸺Pucha, yo igual⸺ dijo y me sujetó el rostro para devorarme el alma con un beso enorme⸺. Me voy en dos semanas, pero tal vez sea menos, o sea, por cosas de la U.

          ⸺Entiendo.

          ⸺Y tú, más encima, no tienes ni Facebook. Me da rabia pensar en eso.

          ⸺Sigo teniendo celular.

          ⸺Pero igual⸺ hizo pucheros otra vez, luego cambió de tema abruptamente⸺. ¿Paris y Ciro están saliendo?⸺ me encogí de hombros⸺ Creo que le gustas a mis compañeras de trabajo.

          ⸺Es porque soy bonito⸺ comenté sin sentirme alagado.

          ⸺¿Rebeca y Agustín andan o no? ¿Le preguntaste a ella al final? Cada vez que los veo juntos es como, no sé, raro. Como que tuvieron onda, están teniendo onda o la van a tener.

          ⸺No sé. Desde que me lo comentaste que me fijo en ellos. Y sí, caché que Rebe se emociona hasta cuando lo nombran, pero por más que le tiro palos para que me cuente qué onda, ella, así, toda ninja, me esquiva. Así que, no sé, tal vez le pregunte directamente no más.

          ⸺Igual el jefe es mino.

          ⸺Sí.

          ⸺Me encanta que no le des color para hablar de la belleza de otros hombres. He conocido a puros machitos reprimidos, la pulenta. Me cargan. Deberían extinguirse y sólo prosperar gente como tú.

          ⸺Tonta⸺ sonreí.

          ⸺Es que es cierto. Tal vez tú no te das cuenta de cómo eres, pero eres bacán.

          ⸺Gracias⸺ dejé salir, demasiado avergonzado, y besé su mejilla.

⸺¿Y si jugamos a la botellita?⸺ preguntó Braulio con malicia en una noche de carrete.

          ⸺¡Jamás!⸺ se apresuró a decir Paris y Braulio bajó la cabeza, decepcionado.

          ⸺¿Por qué?

          ⸺Estamos viejos para ese juego, ¿o no?⸺ lo apoyó Rebe.

          ⸺Además, es asqueroso⸺ me reí por la cara de infinito desagrado que hizo Paris al hablar.

          ⸺Entonces, la razón por la que no quieres jugar es porque tendrías que besar mujeres, Paris. ¿Es eso?⸺ dedujo Rebe, aunque seguro ya todos lo habíamos pensado.

          ⸺Sí. Qué asco⸺ fingió vomitar⸺. Fuchi, fuchi.

          ⸺¿Y si jugamos al nunca-nunca?⸺ propuso Braulio encogiéndose de hombros

          ⸺¡Ese es un buen juego e implica beber y beber! ¡Yo me apunto!⸺ Cami había revivido la emoción en el estilista.

          ⸺¡Esperen!

          ⸺Uy, el alma de la fiesta⸺ se quejó Braulio cuando Paris levantó el brazo para tomar la palabra.

          ⸺Es que tengo que dejar clara una cosa: si vamos a jugar al nunca-nunca no podemos hacer preguntas personales. Nada de "yo nunca-nunca me he acostado con Paris" o cosas por el estilo⸺ me reí a carcajadas.

          ⸺Está bien. El hombre es muy sensato.

          ⸺Oye, esto va a estar muy bueno. Estamos todos reunidos hoy⸺ Rebe fingió cara de bruja y con las manos revolvió un caldero imaginario, el resto de nosotros nos apuramos a acomodarnos por alguna tonta razón. Con todos en el depto, el espacio se redujo sofocantemente.

          ⸺Ya, yo empiezo⸺ dijo Braulio, hizo una observación grupal para avivar la tensión y molestar un poco⸺. Yo nunca-nunca he hecho un trío.

          Todos soltamos una risotada cuando Paris bebió con el ceño fruncido y refunfuñando.

          ⸺¡No te quejes Paris, no fue personal!

          ⸺Maldito⸺ gruñó él y volvió a beber.

          ⸺Yo nunca-nunca he vomitado en una cita.

          ⸺¡Los detesto infinitamente!⸺ rugió Paris mientras tomaba otro sorbo entre las risas de todos.

          ⸺¡Que cuente, que cuente!⸺ gritó Rebe soltando carcajadas.

          ⸺¡Jamás!⸺ fue todo lo que dijo Paris y se ganó un abucheo.

          ⸺Yo nunca-nunca usé un disfraz sexy.

          ⸺¿Saben qué? Todos ustedes tienen poca chispa⸺ volvió a reclamar Paris cuando fue el único que bebió⸺. Son aburridos, eso, y celosos. Claro que sí. Ya, me toca⸺ se limpió el roncola que le quedó en los labios con su mano y prosiguió exagerando enfado⸺. Yo nunca-nunca he tenido sexo... el día de hoy. Chan-chan⸺ su mirada coqueta era macabra. Por fin obtenía su venganza.

          Bebí yo, bebió Camila, Teresa, quien también trabajaba en Cameron, y al final Agustín y eso causó una sutil mueca en el rostro de Rebe, pero ella supo disimular bien e hizo comentarios burlescos con el resto al final, si yo no hubiera estado tan atento o tenido mis sospechas previas, jamás hubiera tomado en cuenta el gesto que ensució su alegría por una fracción de segundo.

          ⸺Yo nunca-nunca me he acostado con alguien de este grupo⸺ dijo César cuando fue su turno, él estaba aguardando a su novia fielmente, porque ella había viajado por vacaciones con sus padres, y llevaban mil años juntos, así que le era fácil librarse.

          ⸺Maldito⸺ su hermano le dio un codazo y bebió, se le unió Paris, Agustín, Rebe, Teresa, Samuel, Santiago, Sabina, también del restaurante, Braulio, Camila y yo.

          ⸺Chan-chan⸺ chilló Paris y el juego siguió.

          ⸺Yo nunca-nunca he eyaculado en la cara de alguien.

          ⸺Yo nunca-nunca tuve fantasías sexuales con algún profe.

          ⸺Yo nunca-nunca lo hice con alguien mayor.

          ⸺Yo nunca-nunca lo he hecho en un auto.

          ⸺Yo nunca-nunca lo he hecho por atrás⸺ dije yo en alguna ronda.

          ⸺¿En serio?⸺ se sorprendió Cami y eso desató otra vez risas descontroladas.

          ⸺¿Por qué te sorprendes tanto, chiquilla?⸺ Paris casi lloraba, a esas alturas ya habíamos bebido y fumado demasiado.

          ⸺No sé⸺ respondió ella avergonzada y bebió al igual que Paris, Agustín, Ciro y la gran mayoría.

          ⸺Yo nunca-nunca he acabado en la boca de alguien⸺ dijo Rebe y yo fui el único que no bebió.

          ⸺¿Es una broma? Rebe, somos unos anormales⸺ le hablé, tal vez demasiado alto, porque ya no podía controlar el volumen de mi voz, cuando todos los demás ingerían sus tragos.

          ⸺¿De verdad?⸺ volvió a preguntar con insólita sorpresa Camila y todos se burlaron sonoramente de ella.

          ⸺Yo nunca-nunca he hecho el 69.

          ⸺Yo nunca-nunca lo he hecho en una plaza.

          ⸺Yo nunca-nunca lo he hecho en mis días.

          ⸺Yo nunca-nunca lo hice en un baño.