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(3) R E F U E R Z O S

⸺Bueno, Javier.

          ⸺¡Ay, Javier, el señor formal!

          ⸺¡Es que lo estoy recién conociendo, mujer!

          ⸺Está bien si me dices Javi⸺ sonreí. El vinito ya se me había subido.

          ⸺Bueno, bueno, ah, yo soy César, para que no nos confundas. Dicen que nos parecemos un poco, pero Ciro es más feo y más chico y más gordo.

          ⸺Qué mentira⸺ su hermano lo golpeó en el vientre.

          ⸺Ya, ya, ya. Quiero hablar.

          ⸺¡Discurso!⸺ gritó Rebe y luego se metió el pito en la boca para aspirar una vez más antes de pasarlo a Paris.

          ⸺Ya, yo quiero saber, porque soy curioso, ¿por qué razón alguien con buena pega como tú se viene a Valpo a hacer nada? Es que más o menos eso fue lo que dijo esta cabra. Qué eres peladora, Rebe⸺ César entrecerró los ojos que tenía rojos por la weed, como todos.

          ⸺Qué mala onda tú⸺ Rebe le sacó la lengua teñida por el vino.

          ⸺Bueno, tenía ganas de hacer nada. Es simple en realidad. Quería descansar. Estaba chato de mi casa, de la universidad, de la pega. Así que apenas pude empecé a juntar plata, me la gasté varias veces en todo caso, pero creo que ahora lo hice bien y podré vivir cómodamente con mis ahorros.

          ⸺¿Y esto es como un año sabático entonces?⸺ preguntó Braulio, era el más llamativo de todos por sus tatuajes, aros y pelo colorido, aunque Paris no se quedaba atrás.

          ⸺Sí, o sea, sí, pero espero que sea más que un año. Mientras más lo pueda prolongar, mejor, y yo creo que fácil pueden ser dos. Aunque depende de cuánto fume y tome y coma⸺ reí.

          ⸺Oye, qué bacán. ¿Y cuánta plata tuviste que juntar?

          ⸺No exageradamente tanto, pero me tomó harto igual. Ahora tengo como un sueldo piola mensual y si no me rindiera, no sé, por último, me podría buscar un trabajo esporádico... eh... gracias⸺ el pito ahora era mío⸺, para mantenerme hasta que me den ganas de volver a la patética realidad⸺ fumé y se lo pasé a Braulio⸺. Tengo un depto igual, me aconsejaron arrendarlo, pero si me da la hueá lo quiero disponible para mí, así que no me va a generar ingresos, al menos no por el momento.

          ⸺Me gusta caleta tu volá.

          ⸺Sí, es bacán.

          ⸺En verdad, es algo que yo cacho que todos queremos hacer alguna vez. Mandar a la mierda todo. Descansar. Chao⸺ encendí otro pucho, el número mil.

          ⸺¿Y qué estudiaste?⸺ me preguntó Braulio.

          ⸺¿En la universidad?

          ⸺Ajá.

          ⸺Ingeniería Civil Industrial.

          ⸺Ah, igual eso te ayudó a juntar plata.

          ⸺Sí, demás. Así que sí. Además, allá en Santiago no pagaba arriendo, eso igual ayudó; claro que siempre tuve gastos y algunos extraordinarios, no crean que pude llegar y ahorrar.

          ⸺Oye y el depto, ¿qué onda?⸺ preguntó Rebe.

          ⸺Nada, como dije⸺ obvio que con tanta hierba en el cuerpo no iba a entenderme del todo, sonreí⸺. O sea, se lo dejé a una prima que dijo que iba a estar viéndolo, quedándose, ahí ella verá. Pero está disponible 24/7 para mí. No hay drama.

          ⸺¿Y ese depto es tuyo?⸺ preguntó Diego que indiscutidamente era el más piola de todos.

          ⸺Sí. Mío. Herencia sí, no mérito propio⸺ reconocí.

          ⸺Qué bacán igual. Me gusta, me gusta caleta.


⸺Holo.

          ⸺Hola.

          ⸺¿Tienes puchito? Se me quedaron los míos adentro. ¿No tienes frío? Está helado⸺ Rebe se frotó los brazos y sacudió la cabeza, parecía un perrito.

          ⸺Un poco, sí. Toma⸺ salir al balcón era humanamente necesario, porque, si seguíamos fumando adentro, aparecería Carlos Pinto.

          ⸺Gracias. Pucha, ¿tienes encendedor?⸺ negué con la cabeza después de que ella buscara fuego en sus bolsillos⸺. Ya, bésame⸺ me acerqué y encendió su cigarro pegándolo al que yo tenía en la boca⸺. Oye, sé sincero. No me mientas⸺ recalcó.

          ⸺Bueno. ¿Qué?

          ⸺¿Te cayeron bien los cabros? Si me dices que no, no los traeré, en serio⸺ promesa de ebria valía por mil.

          ⸺Qué tonta eres. Sí, me cayeron bien. De verdad, no te aflijas.

          ⸺Uf, qué alivio. Ya estaba planeando excusas para no prestar más la casa.

          ⸺Oye, pregunta seria⸺ mi turno.

          ⸺Di-dime⸺ Rebe temblaba.

          ⸺¿Son todos homo?

          ⸺Ja⸺ el humo salió disparado graciosamente⸺. No sé, César no, los demás tal vez. Paris sí.

          ⸺Está claro.

          ⸺Nadie lo duda. Sí. Pero los demás no sé, no sé si todos. O sea, tal vez sean bi. No sé. César no, tiene polola.

          ⸺¿Y tú te has metido con alguno? Chan-chan.

          ⸺No. Con ninguno de ellos. Me gusta ser amiga de mis amigos, no llevarlos a la cama y arañarles el cuello.

          ⸺Deja que olvide eso⸺ fingí estremecerme.

          ⸺¿No te duele?⸺ se rio.

          ⸺Me pica un poco⸺ lamenté.

          ⸺Me gusta cuando tomas, porque estás como alegre⸺ me dijo Rebe cariñosamente, pasando su mano fría por mi mejilla.

          ⸺Ella, la poeta.

          ⸺Pero es la verdad.

          ⸺Oye, Javi⸺ Braulio salió al balcón colorado y con un vaso.

          ⸺¿Qué?

          ⸺Tengo una petición que hacerte.

          ⸺Dime.

          ⸺Tengo un salón, una pelu⸺ aclaró como si no fuera a entender⸺, aquí cerca y me encantaría pintarte el pelo. Necesito modelos para cortar y teñir y promocionar looks más atrevidos en hombres y tu pelo está perfecto. Si vas a tomarte un año sabático o más, ¿me dejarías? Prometo no dejarte la cagá⸺ juntó sus manos y bajó la cabeza, ¿en qué momento se deshizo de su vaso? Maldito alcohol mi cerebro comenzaba a hacer cortocircuito.

          ⸺Oye, qué bacán. Si Javi acepta, me regalas un corte⸺ sonrió Rebe y me sentí obligado.

          ⸺Bueno⸺ dije sin ánimo.

          ⸺¡Sí!

          ⸺Ella siempre es la más feliz⸺ comentó Braulio.

          ⸺¡Mis amigos me dan comida y me cortan el pelo!⸺ cantó Rebe.


⸺Au⸺ la espalda me mataba, no podía ser menos y es que en vez de dormir en mi cuarto, me había acostado sobre un par de almohadas en el suelo de la sala.

          ⸺Hola⸺ dijo aturdido Braulio⸺. Buenos días⸺ arrastraba las palabras, se escuchaba gracioso.

          ⸺Buenos días. Oye, voy a abrir la ventana un poco. Hay que ventilar acá⸺ susurré.

          ⸺Dale. Es tu casa.

          ⸺¿Dormiste bien?

          ⸺Este sofá ya tiene mi forma, así que muy bien. Gracias.

          ⸺Voy a ver a Rebe.

          ⸺Dale. Voy a dor... mir...⸺ probablemente ya estaba durmiendo mientras hablaba. Nos habíamos acostado pasadas las cinco de la mañana y eran las siete apenas. Mi horario de oficina me liberaría pronto, eso esperaba.

          Me asomé al cuarto de Rebe, César y Diego dormían con ella. Miré con cuidado hacia mi habitación y descubrí a Paris y Ciro, su desnudez activó mi sentido detectivesco: lo habían hecho en mi cama seguro. Esperaba que Rebe tuviera sábanas limpias, no quería cubrirme luego con sábanas duras.

          La otra habitación, que era pequeñita y que Rebe ocupaba para guardar cosas, estaba casi vacía y ahí me refugié un rato hasta que el movimiento empezó afuera. Primero Rebeca, luego César y ellos acabaron por despertar al resto. Escuché también a Rebe retar a Paris por haber usado mi pieza como motel sin permiso. La verdad, no podía recordar cómo acabó la noche ni la razón por la cual dormí yo en el suelo y ellos en mi colchón.

          ⸺Bueno, me voy a disculpar. Me aproveché de tu borrachera y me fui a tu pieza. En lugar de llevarte, te dejé acostado en el suelo⸺ Paris estaba rojo como tomate y Rebe estaba detrás de él como la mamá que obliga a su hijo malcriado a pedir perdón.

          ⸺Tranqui, pusiste almohadas, eso fue considerado⸺ no me importaba honestamente.

          ⸺Sí... Usualmente soy más prudente. Lo siento⸺ no le creí la prudencia, pero sí la disculpa.

          ⸺Qué chistoso te ves. Estás todo colorado. Pareces un cabro chico⸺ sonreí, eso lo avergonzó más.

          A los pocos días celebramos Navidad con los mismos cabros y luego Año Nuevo. Todos se lamentaron por la ausencia de Agustín y Paris lo llamó ebrio deseándole felicidad a gritos cerca de las dos de la mañana, era su intento número un millón, porque durante las fiestas o después de un temblor, era muy difícil concretar una llamada.

          Algunas veces hablaban tanto de Agustín que me llenaban de expectativas; de todos modos, sabía yo que volvería muy pronto, lo había dejado claro Paris entre gemidos de dolor exagerados por el alcohol que colapsaba su cuerpo ante la ausencia de su mejor amigo.


⸺Hola, chicos. Bueno, primer día de trabajo de este mes de enero, así que traje refuerzos. Rebe, ¿tú qué haces aquí?⸺ la mirada de Agustín se centró en mi amiga con fastidio. No sabía si lo que expresaba era real o actuado.

          ⸺Yo soy tu amiga, trátame con amor o me pierdes⸺ Rebe chasqueó los dedos, soltando risas del personal. Nos habíamos colado tras bambalinas, pero no me sentía incómodo, si ella decía que estaba bien, yo le creía.

          ⸺Es una reunión de trabajo, por favor⸺ Agustín puso los ojos en blanco, había vuelto de Santiago y era el dueño de Cameron, estaba claro que no era un dictador, así que era fácil entender la razón por la que Rebe se sentía tan en confianza⸺. ¿Y tú quién eres?⸺ no habló con la misma hostilidad que antes cuando se dirigió a mí, sentí que me ruborizaba.

          ⸺Es mi amigo y también se queda. Estamos esperándolos. No creo que vayas a decir tus recetas secretas.

          ⸺No, no lo haré debido a ustedes. Paris, deja de tomarte licencias e invitar a las reuniones a gente que no⸺ recalcó⸺ pertenece a Cameron⸺ Paris contuvo pésimamente su risa y Rebe arrugó la nariz.

          No conocía de nada al dueño, pero estaba claro que su presencia no pasaba desapercibida. En mi vida, muy escasas veces, había visto a alguien tan atractivo como él. Mi autoestima flaqueó. Y, bueno, habló sobre el nuevo menú, ofertas y turnos. Paris, que parecía ser el segundo al mando, reclamó sobre un montón de cosas y discutieron escandalosa, aunque amistosamente, sobre servilletas. Era mi primera vez en una reunión así y supuse que lo que para mí era gracioso, para ellos era de vida o muerte. Para el final, Agustín presentó a tres trabajadores de apoyo. Pero yo sólo tuve ojos para una persona.

          ⸺Ellos son Samuel y Santiago y ella es Camila⸺ dijo mientras los señalaba de a uno⸺. Se integrarán a partir del lunes. Ya queda poco. Pórtense bien con ellos y no los estén acosando, hablo de ti en particular, Paris.

          ⸺¡Tss, me dejas mal con ese comentario! ¡No le crean nada de lo que diga!

          Eso desató risas generalizadas. Camila sonrió y me quedó viendo, bastó con eso. Esa noche hubo una fiesta de bienvenida en casa de Rebeca, ocupé mi cama y Camila me acompañó.

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