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4

Sus manos sudan, y le avergüenza el sostener la de Frank, aun sin reaccionar y aun estando consciente de que se ha paralizado. Pestañea varias veces. ¡¿Ese era el padre de Lily y Cherry?! ¡¿El fortachón que rompería todos sus huesos?! Claramente recuerda el haberlo mandado a la mierda cuando su hija mencionó el que fácilmente podría irse con él ya que cumplía con todos los requisitos de un "papá genial". Cuando se lo imaginó, pudo verlo desde un acento similar al de James Corden hasta el claro estereotipo de Machine Gun Kelly.

Ni idea de quién lo escuchó, pero agradece que Frank no luzca como ninguno de los dos. Aun así, tampoco comprende el por qué ha quedado atónito ante él. Pero no sería difícil de creer, de eso podía estar seguro.

— ¿Señor Way? —vuelve a escucharlo decir. Intentará responder cuando la puerta se abre con brusquedad a sus espaldas, da un respingón.

— ¡Papá! —exclama la muchacha que viene con Bandit. Por su cuenta sigue sin saber quién es Lily o quién es Cherry, tampoco tiene la certeza de si Bandit conoce la diferencia, pero al menos eso le hace salir de su extraño trance y soltar la mano de Frank.

—Cherry —la sonrisa se borra del rostro del tatuado, adoptando una expresión preocupada. Oh, así que la de lentes y pantalones rasgados es Cherry, ¿quiere decir que la que entró a la cocina con la camisa de Guns N' Roses diciendo que Bandit había llegado es Lily? De acuerdo, al menos podría diferenciarlas por el resto de la noche—. ¿Para qué llamaron? Estaba preocupado.

—La pista de patinaje en el centro comercial está libre hasta las diez y media —explica la que ahora puede reconocer como Lily, ha llegado a un lado de Bandit.

—Papá, hablé con Bert... —comienza explicando Bandit, pero desde la parte de la cochera ve a Mikey y a Ray cargar el pastel hacia el auto mientras Kristin cuida que ninguno tropiece. Bert guía al montón de gente por el camino que da hacia el centro comercial, y puede apreciar el rostro de Frank: está tan confundido como él.

— ¿En qué momento planearon todo esto? —pregunta con su ceño fruncido hacia el trío de ojos cafés—. Creí que la fiesta sería aquí.

—Igual yo —se le une Frank cruzando los brazos—. No recuerdo haber autorizado esto.

—Y yo tampoco, Bandit —imita su posición, dando un paso hasta estar a su lado. Las tres chicas bajan sus hombros con desgano. Ahora ellos se unirían y actuarían en su contra. Qué genial, ¿no?

—Papá —suspira Bandit—, es un regalo de Bronx, sería vergonzoso rechazarlo.

Gerard alza sus cejas. Ciertamente había olvidado la existencia de ese niño, incluso cuando habló con Kurt en la tarde sobre los gustos de Frances.

— ¿Bronx? —baja una ceja, Bandit asiente tolerante, ahora hay un silencio y se está tornando incómodo—. ¿Bronx Wentz? —la castaña vuelve a asentir. Genial, Gerard no puede debatir eso, al menos no en este momento.

— ¡Eh! —oye a Bert llamar—. ¡¿Vendrán?! ¡Band, tenemos una fiesta que continuar! —y lo ve adentrarse al auto. Es cuando las tres castañas se desesperan.

— ¡Por favor, por favor, por favor! —las gemelas tiran de la camisa de Frank. Quiere reír ante la escena, pero es Bandit la que se aferra a él lanzando el "sólo se cumplen dieciséis una vez", y eso lo tiene más que claro, ¡era lo que estaba dispuesto a decirle a Frank antes de caer hipnotizado!

—Yo acepto si tú aceptas —ríe el tatuado por sobre las suplicas de sus hija y su amiga, entonces parece que todo el peso cae sobre él, al igual que la mirada esperanzada del trío. No tiene más opción que desistir, de todas formas ya se han llevado el pastel y a las personas. Y más que sólo Bandit, algo del papá de las gemelas ha influido.

—Todos al auto, rápido

Ambos se sobresaltan bajo los gritos de sus hijas y las ven correr hasta el que parece ser el auto de Frank.

— ¿En serio no sabías nada de esto? —le pregunta con voz divertida, Gerard bota aire alzando sus dejas con ironía.

—Ojalá. Eh, es... tu auto, ¿pero te parece si conduzco?

—Todo tuyo —Frank hace sonar sus llaves antes de lanzarlas por el aire, Gerard consigue atraparlas—. De todas formas no tengo ni puta idea de dónde queda ese centro comercial.

Gerard ríe ante su elección de palabras rodeando el auto.

—Algo de eso supuse. Arriba.

*

La pista de patinaje parece estar llena sólo con los invitados de Bandit. Desde la parte de arriba, a través de uno de los grandes cristales, la observa movilizarse de un lado a otro, sin dejar a Lily o a Cherry de un lado. Es como si en todo el tiempo que las gemelas han estado en Summit, Bandit ha sido con la primera que se han enganchado. Eso le alegra.

—Bandit hace amigos con facilidad, ¿no es así? —pregunta Frank a un lado suyo, sus manos en los bolsillos. Casi olvida que el avellana está ahí con él.

La luz blanca le permite verlo con claridad, y es mil veces mejor que verlo a penumbras. Ha descubierto que sus ojos poseen esa tonalidad entre verde y marrón, y no sabe qué lo ha llevado hasta ahí, pero también descubre que le gusta.

—Bueno, eso quiero creer —ladea—. Está en la misma secundaria desde el primer año. En casi cinco años no puedes permanecer siempre solo, ¿o sí?

—Puede que coincida —encoje su hombro, ambos regresan la mirada al cristal—. Para algunos no es tan fácil como parece, lo he visto. Cherry y Lily suelen adaptarse. Nunca he visto que hicieran amigos tan rápido, usualmente se tienen la una a la otra.

—Creo que a Bandit siempre le ha hecho falta alguien con quien pasar el rato de vez en cuando, hace mucho que no la veo tan apegada a sus amistades. Esto es agradable.

—Ya lo creo —le regala una sonrisa, su nariz se expande un poco. Resulta adorable a simple vista, Gerard no lo pasa desapercibido. Frank luce bastante joven para tener dos hijas de dieciséis—. Hay una cafetería bajando, permíteme invitarte un café... —se calla, ladeando su cabeza. Gerard frunce el ceño—. Por favor, ayúdame aquí, luces de mi edad, no quiero tener que llamarte "señor Way" otra vez —su mueca de terror lo hace reír, Frank ríe a su par.

—Gerard. Llámame Gerard, uhm...

—Frank —completa el avellana, comenzado a caminar hacia las escaleras. Gerard chasquea con sus dedos y repite el nombre por lo bajo, pero claramente lo ha hecho a propósito. Su mente maquina su nombre desde que se presentó a sí mismo—. Sí tomas café, Gerard, ¿cierto?

—Y bastante cargado. Creo que lo necesito —resopla tomando asiento en una de las mesas—. Negro.

—Enseguida vuelvo —da otra sonrisa y se aleja a la barra. Decide desviar la mirada del tatuado. Mirar mucho a una persona crea sospechas, incluso para uno mismo. Gira cuando llega con ambos cafés y le agradece dando el primer sorbo. Frank se sienta frente a él. Santo Dios, realmente parece tener muchos tatuajes. El solo imaginar a la aguja penetrar su piel lo hace estremecer.

—Creí que no conocías el centro comercial —comenta bajando el vaso.

—Yo no, pero tu hija fue lo suficientemente amable como para informarme sobre este lugar —alza su vaso en un brindis, bajándolo al instante—, así que gracias.

—De nada —el pelirrojo suelta una risita—. Eh... Bandit me comentó que hace poco se mudaron acá.

—Oh, ¿ya lo sabes? —de una mueca de asombro pasa a una de fastidio—. Vaya que en este lugar las noticias corren rápido.

— ¿Siempre andan mudándose?

—No todo el tiempo, es la segunda vez que nos mudamos en tres años. Por ahora no pienso en mudarnos de nuevo. Al menos de Belleville a Summit sólo son cuarenta minutos de diferencia, pero el cambiar de colegio, de casa, es tedioso. Mi trabajo lo requería y siento que Cherry y Lily acaban de ajustarse, ¿sabes? Es... genial. Fue como quitarme algo de ese peso de encima.

—Es genial, sí. De hecho es genial que Bandit ahora esté con ellas, una manera de hacerlas sentir cómodas en su nuevo hogar. Son bienvenidos cuando quieran.

Frank sonríe deliberadamente.

—Gracias, de verdad.

—No es nada. ¿Cuál es tu trabajo?

Frank ni siquiera parece molestarle que Gerard pregunte algo como eso tan directamente.

—Soy publicista. Acaban de inaugurar esta nueva sede en el centro, a un lado del banco, necesitaban personal acá y es claro que nos hemos tenido que mudar si es que no quería perder mi preciado trabajo. ¿Qué hay de ti?

Gerard alza sus cejas a medida que lo escucha hablar. El café ahora está tibio, pero sin importarle lo toma de una sentada. Frank lo mira, aun esperando su respuesta.

—Soy gerente del banco central, a un lado de la nueva sede de publicidad.

Ambos lanzan una carcajada. ¿Podría llamarle a eso un "golpe de suerte"? No sólo sus hijas lograron llevarse bien, sino que ahora también trabajan uno al lado del otro. Le jode darle la razón a Kurt. ¿Hace cuánto que no actuaba tan gay?

El cristal a su izquierda que da hacia la pista de patinaje suena, llamando sus atenciones. Una sonrisa se expande por su rostro al ver a Mikey y Ray, Ray sujeta a Bandit desde su espalda al igual que su hermano, pero con Lily. Y bien sabe que esa es Lily.

Tanto él como Frank regresan el saludo y luego ellas se bajan de sus espaldas, entonces vuelven a la pista. Va a girar hacia Frank nuevamente cuando el cristal suena otra vez, observa a Mikey tomar a Ray del rostro y luego plantar un beso sobre los labios de este, haciéndole entender su reconciliación. Le da por aplaudir la escena con otra sonrisa. Sabe que no pueden estar enojados el uno con el otro por tanto tiempo.

Ellos vuelven a la pista y es cuando puede volver a Frank. Tiene una expresión divertida postrada en el rostro.

—Tengo una pregunta —dice el tatuado entrecerrando sus ojos—. Más bien, dos.

—Yo también tengo una pregunta. Tú primero.

—Bien. ¿Ese es tu hermano, cierto?

—Mi hermano y mi cuñado, sí.

—Oh, excelente. La segunda pregunta era si es gay o si lo hacían por bromear, pero al parecer es bastante obvio —ambos ríen—. ¿Cuál era tu pregunta?

—Claro. ¿Cómo diferencias a Lily y a Cherry? No me digas que es algún poder parental, o que simplemente lo sabes. Me gustaría saber diferenciarlas.

—Sabía que en algún momento preguntarías —ríe el avellana—. Cherry utiliza lentes, son permanentes así que siempre los tendrá encima, su cabello es algo ondulado, no demasiado, pero se nota la diferencia, y Lily tiene el cabello mucho más lacio, ojos más oscuros que Cherry y en ocasiones se le complica pronunciar la "R", sabe ocultarlo bien, pero no es muy importante.

—Lentes, cabello ondulado, ojos claros. Cabello lacio, ojos oscuros y dificultades para pronunciar una letra. Anotado.

Con una sonrisa, Frank acaba con su café frío. Le ha gustado que se interesara en sus hijas de esa manera, después de todo, nadie nunca lo había hecho. Gerard le sonríe de igual forma, y no le toma nada llegar a una conclusión. Eso de las conclusiones es lo suyo, podría decir. No está en contra de los homosexuales, Kurt lo dijo; en secundaria era molestado por tener cierto interés en los hombres.

Cuando conoció a Lindsey pensó que todo había acabado, que había sido una fase y que ya no volvería a tener ese tipo de pensamientos. Pero Frank le ha embelesado, y el tatuado no se queda atrás. No teme hacer cualquier cosa que pueda llevar al pelirrojo al borde de la locura.

Y quisiera decirlo con tal exactitud; pero al parecer le gusta Frank. Y desearía que Frank gustase de él también.



GERARD, MIKEY Y RAY FUERON AL CONCIERTO DE FRANK AYER EN LOS ANGELES, LO QUE QUIERE DECIR QUE MCR SE REUNIONÓ, SI LES DEJO DE SUBIR FICS YA SABEN DE QUÉ ME MORÍ AHRE

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