03 | Destino
Do Young se abraza con más fuerza a Jung Woo, intentado contener el llanto. Pero simplemente no puede. Siente mucho dolor.
—Ya no puedo, Wooie —solloza las palabras, haciendo sus manos un puño sobre el pecho del Beta.
Jung Woo no responde, solo lo acerca más a su pecho y le da un beso en su cabellera azabache, rogando a la Diosa Luna que pronto el sufrimiento de Do Young tenga un fin.
El Omega solloza con más fuerza, buscando consuelo, pero él sabe perfectamente que el único consuelo se lo podría dar el mismo Alfa que lo ha rechazado. Y eso, esa casi imposible.
Después de que Do Young haya dejado a solas a Tae Yong, caminó sin destino hasta que encontró al Beta, quien lo recibió en un abrazo y sin preguntas, lo ayudó a llegar a su departamento. Ahora los dos están sentados en el sofá, con Do Young sentado en el regazo del Beta, sosteniendo las piezas de su corazón roto, mientras sigue con su llanto.
—Quiero que esto se solucione, pero no sé cómo terminarlo, Jung Woo —admite el Omega con la voz ahogada.
—Tal vez le podrías pedir ayuda a Tae Yong hyung. Él es tu mejor amigo y lo haría sin dudar, hyung —susurra Jung Woo cerca de su oído.
—No, é-él... —Do Young levanta la mirada, viendo con sus ojos rojos al Beta— Es de quien Jae Hyun está enamorado. No quisiera meterlo en esto, sería muy doloroso para él.
—Omega tonto —susurra entre dientes y frunce el entrecejo para evitar llorar, abrazando con más fuerza al mayor—. Bien, hyung, sea lo que sea que pase, sabes que siempre contarás conmigo.
Do Young solloza y cierra los ojos con fuerza, colocando su rostro entre el cuello y el hombro del menor. Temiendo que quizá la respuesta de todo, sea lo que estuvo pensando por largas noches que no pudo dormir, pero que ahora le queda bastante claro que es su única salida.
.
.
Cuando conoció a Tae Yong, nunca imaginó que sería la persona de la cual se enamoraría. Y mucho menos, que en futuro habría un gran caos por esto.
Al entrar a la universidad, tuvo un pequeño roce con un profesor, lo cual lo llevó a un examen final, donde si reprobaba, tenía que pasar de nuevo la materia. Por suerte, Jae Hyun encontró un tutor temporal y pudo pasar el examen.
El nombre de quien fue su tutor es Lee Tae Yong, un chico de linda sonrisa, mirada hermosa y... Que es un Alfa.
La primera vez que lo vio, pensó que era un Omega, inclusive un Beta. Pero todo pensamiento estaba completamente alejado de la realidad. Lee Tae Yong es un Alfa fuera de lo común, siendo de una estatura un poco baja, tranquilo y casi inofensivo.
Jae Hyun quedó flechado desde un principio; y aunque su Alfa nunca se negó a aquella atracción, tampoco la aceptó. Pero eso a Jae Hyun le importaba poco, con el simple hecho de estar cerca del mayor, era suficiente para él.
Sin embargo, su atracción se convirtió en genuino enamoramiento.
¡Y cómo evitarlo! Tae Yong tiene un encanto único, que solo hizo que cayera por él. ¿Acaso estaba mal enamorarse?
Él creía que no; aunque, en realidad, el destino le tenía preparado otra cosa.
Un día saliendo de clases, vio a lo lejos a Tae Yong, por lo que sonrió y caminó hacia él con la intención de saludarlo.
—Hola, hyung —Pero no fue hasta llegar con el mayor, que se dio cuenta de una presencia junto a Tae Yong.
—Hola, Jae —Tae Yong le sonrió, para después ver el reloj en su muñeca—. Recuerda que la asesoría de hoy será a la 6 p.m..
—Sí, hyung. Solo saludé para confirmar la hora. Nos vemos después —Se despidió con un asentimiento de cabeza, viendo por primera vez al chico junto a Tae Yong, sintiendo una extraña sensación por todo su cuerpo.
Sin embargo, cuando estuvo alejado de ellos, detuvo sus pasos y su Alfa se removió con emoción. En cambio, su respiración y los latidos de su corazón se hicieron un poco lentos, al darse cuenta que había encontrado a su destinado.
De pronto, una gran tristeza lo invadió, porque él no quería dejar de amar a Tae Yong para ser la pareja de alguien más. La Diosa Luna debería de escuchar sus plegarías y su sincero amor por Tae Yong para concederle el capricho de ser su pareja.
Pero sucedió lo inevitable.
Conforme se fue haciendo amigo de Tae Yong, también conoció a su destinado. Kim Do Young es el nombre del hermoso Omega que el destino los unió en un hilo. Y aunque en un principio resistió el impulso de conocerlo, su Alfa lo orilló a ceder. Pero en ningún momento tuvo la intención de enamorarse de él, porque su corazón ya le pertenecía a alguien.
Pasaron los meses y Jae Hyun fingía no sentir conexión alguna, creyendo que con ello, podría evitar lo que el destino quería que pasara. Pero las peleas entre su Alfa y él, lo agotaban de sobremanera, provocando que todo fuera tedioso y estresante.
Hasta que llegó su punto de quiebre.
Fue en la noche que Tae Yong los dejó a solas en su departamento a Do Young y a él. Porque todo ese momento solo fue la reacción de todo lo que contuvo por todo ese tiempo. Mirar la película de esa pareja destinada, sus pensamientos, su Alfa ordenándole que aceptara ya a Do Young como su pareja y el agrio aroma que de pronto soltó Do Young. Todo hizo que Jae Hyun explotara.
—Sé lo que estás pensando, hyung —dijo Jae Hyun, volteándolo a ver—. Yo también siento esa conexión.
—¿D-de verdad?
—Sí... Lo siento, hyung, pero no quiero ser tu pareja.
Lo dijo. Por fin pudo sacar eso que tanto lo atormentaba. Aunque duele.
—¿P-por qué?
¡No lo digas!
¡Pide perdón!
¡Es tu destinado!
Fue lo que gritó su Alfa, pero Jae Hyun lo ignoró. Ya no había marcha atrás.
—Estoy enamorado de otra persona.
Su Alfa paró de gritarle, perdió.
Y se levantó del sofá cuando vio como el Omega caminaba hacia la puerta, intentando no llorar.
—M-me tengo que i-ir. Por favor dile a Tae Yong que lo llamo después.
—Hyung... —intentó llamarlo Jae Hyun, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas.
Pero ese llamado no fue suficiente para que Do Young lo volteara a ver.
—No, Jae Hyun... Lo siento, pero necesito estar solo.
Y salió del departamento.
Jae Hyun se quedó ahí de pie, con sus lágrimas escurriendo por su rostro y sintiendo como si una daga le atravesara el pecho. Poco después, también salió del departamento, porque no podía arriesgarse a que Tae Yong lo viera en ese estado.
En el presente, su Alfa parece como si no existiera. Ya no habla con él, ya no gruñe, ya no aúlla, ya nada. Simplemente es Jae Hyun y sus pensamientos.
Ahora mismo está en su departamento, acostado en su cama y viendo hacia el techo, pensando que sí él lo está pasando mal, de seguro Do Young lo estará pasando peor. Llora sin darse cuenta, pero esto es lo que eligió.
El destino no es algo que esté escrito y se deba seguir al pie de la letra. El destino se construye con las acciones y el camino que uno decida tomar. Y Jae Hyun quiere que Tae Yong sea su pareja, no Do Young; por muy cruel que suene, él lo eligió así.
Se limpia las lágrimas. Ya no llorará por actos ya hechos, simplemente mirará hacia al frente y enfrentará todo lo que venga.
De pronto, cuando está a punto de quedarse dormido, su teléfono recibe un mensaje. Jae Hyun lo toma deprisa, pensando que es Tae Yong, pero su aliento se corta al ver que es un mensaje de su destinado.
Doyoung hyung
Quiero terminar con esto.
Por favor ven a mi departamento mañana a las 7 p.m.
Sí, el destino es lo que uno construye en el presente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro