37
NICOLAS
Mi madre ha hablado con mi padre y ambos me pedido que fuera a ver a Hannah.
—Sea lo que sea que le pase a esa muchacha, la llevas a casa— me dice mi mamá cuando camino junto ellos directo al auto— No quiero que corra peligro junto con su hermana.
—Cualquier cosa que suceda me mandas mensaje— habla mi padre del otro lado— Maneja con cuidado y te llevas a tus hermanos.
—¿¡Que?!— exclamó eso último y lo miro— No, no, no— niego con la cabeza— Yo lo haré solo, no quiero que vayan conmigo.
La puerta trasera el vehículo se abre y me giro, mi hermano entra al lugar del copiloto y me sonríe, mi hermana por su parte entra a la parte de atrás, miro a mis padres
—Ay no, no los quiero llevar—me quejo y golpeo el pavimento con mi pie izquierdo como cuando era un niño.
Mi padre no me dice nada y da media vuelta regresando al interior de la empresa, veo a mi madre quien solo me sonrie y sigue a mi padre. Suelto un suspiro y me encaminó al auto, al subir cierro la puerta y mi hermano me sonríe.
—¿Por qué sonríes así?— le pregunto porque cuando Nathaniel sonríe significa que va hacer o ya hizo algo malo.
—Estoy sintiendo un deja vú— me dice, enciendo el auto y alzó una ceja— ¿Recuerdas la última vez que los tres nos subimos a un auto?
Me quedo pensándolo, eso sucedió hace un año porque después de ello jamás le permiti subir al mío. Miro a los dos.
—Quiero sus manos a la vista, no toquen nada, no vean nada y tampoco respiren.
Nathaly se ríe detrás mío y me giro a verla.
—Muy tarde— me dice y me enseña el cinturón roto en la parte de atrás.
Negó con la cabeza y coloco mi vista en el camino. Hace un año nuestro padre nos presto un vehículo de la empresa que recién había comprado, no se que tienen mis hermanos en sus manos pero todo lo que tocan lo destruyen y sin aún entenderlo destruyeron el auto, nos dejó varados en una carretera.
—Solo no toquen nada— les pido sin apartar la vista del camino.
Nathaniel solo me sonrie y coloca la vista hacia el frente, Natalie esta en su celular y sonríe de vez en cuando
¿Con quien hablara tanto?
—¿Recuerdas cuando eramos niños y jugábamos corriendo en la empresa mientras nuestra padre estaba en junta y lo que más queríamos es crecer?— me pregunta y lo miro esperando que el semáforo se ponga en verde para seguir avanzando, se gira al verme— Nos escondiamos bajo la mesa mientras el daba junta y nadie se daba cuenta gracias al mantel negro, mamá siempre nos ocultaba para que papá no se diera cuenta.
Sonrió un poco al recordarlo. Siempre vivimos en la empresa cuando eramos niños, la niñera se encargaba de ir por nosotros al colegio y después pasaba a dejarnos.
—También cuando le arruinamos su croquis de la empresa pegado en la sala de juntas con las crayolas de colores porque creímos que era un laberinto— habla atrás de nosotros Natalie y yo sonrio y suelto una pequeña risa.
—Se enojo mucho— recuerdo y miro el semáforo que sigue en rojo— También cuando le arrojamos el teléfono a papá por la ventana porque creímos que por ponerle "modo avion" volaría.
Natalie y Nathaniel rieron y su risa me contagio, sonreí mirandolos de reojo. Hacia tantos años que no reía con ellos o que hablaba con ellos sin un insulto de por medio.
—Oh, mira que esta ahi— Deja de reír Natalie y señala al vendedor ambulante de manzanas que está pasando entre los carros— Siemore la comida de la calle es la mejor
La miro y regreso la vista al señor que se aproxima al vehiculo asomándose preguntando a todos si quieren una manzana.
—Compra una— le siguiero.
—Mamá nos mataría por comer en la calle— me dice y hace una mueca.
—No si no se entera— decimos al mismo tiempo Nathaniel y yo.
El me sonrie.
—Como en los viejos tiempo, siempre unidos.
—Nunca inunidos— dice detrás de nosotros Natalie.
La miramos
—Eso no existe— le dice Nathaniel.
—Cierra la boca y cómprame una manzana— señala la ventana cuando el señor llega a nosotros.
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