07
HANNAH
Mis piernas tiemblan en todo el camino mientras camino de regreso a mi casa, al llegar abro la puerta con mano temblorosa y cuando cierro me recuesto sobre la puerta, suelto un suspiro mirando hacia el techo.
-¿Nuevo cliente?- pregunta mi hermana menor Alice desde la mesa del comedor y me sonríe.
Le devuelvo la sonrisa y me quito mi saco negro dejándolo al lado de Malvavisco, mi gato blanco y camino hacia ella.
-Si, nuevo cliente.
Mi hermana me sonríe.
-¿Es guapo?
Hago una mueca, luego niego con la cabeza, saco mi celular y le muestro la foto.
-No tanto.
Alice me arrebata el teléfono y veo como abre su boca de forma dramática.
-Hannah, esto es hermoso.
Sonrió ante ello.
-Es solo un cliente mas- contesto y me dirijo al refrigerador, tomó la leche y la sirvo sobre un vaso.
Alice me sonríe y deja el celular sobre la pequeña mesa, se pasa una mano sobre su cabello y una gran masa de cabello se deprende de su cabeza, veo como mira su cabello.
-Volverá a crecer- le habló intentando sonar animada y ella me sonríe.
Hace tan solo seis meses mi hermana acaba de ser diagnosticada con cáncer, mi madre había ya fallecido varios años a causa del alcohol y mi padre nos abandono cuando tenía diez años y mi hermana era una bebe, terminé mi carrera universitaria pero no ganaba lo suficiente para comprar el medicamento y los tratamientos de mi hermana hasta que una ex amiga me hablo de la página de citas y lo bien que ganaban. Me adentre a la página y mis citas funcionaban bien para pagar todo lo que mi hermana requería.
-¿Cuál es el caso esta vez?
-Un ex quiere recuperar a su novia que está a punto de casarse- explicó mirandola- Es un niño rico, se nota, me ha pagado ya todo.
-Jamas habías subido tanto de nivel. Un niño rico- me sonrie.
Desbloquea mi celular, abre la página de citas y vuelve a mostrarme el teléfono.
-Es guapo.
-Y más en persona- le guiño un ojo y ella se rie- Me iré el Domingo. Te pasaré a dejar el sábado con la tía Gertrudis.
-Oh, sobre la tía Gertrudis...
Me giro a verla y alzó una ceja.
-¿Que sucede?
-Bueno... ella estará ocupada.
Frunzo el ceño.
-¿Por qué? ¿Que hará?
-Veraz, entro a tu página de citas...
Coloco una mano sobre mi rostro ante aquello, más de diez veces le dije a mi hermana que jamás le comentara sobre la página de citas, no por pena o porque no quisiera que se enterara de lo que hago extra para ganar dinero sino que ella es una mujer que le gusta tener novios y una página de citas es perfecta para ella.
-Y encontró una cita en New York, partió ayer, me comentó que quien la contrato quiere que ambos arruinen...- se queda pensando y luego niego con la cabeza- No lo recuerdo bien, pero no esta en la ciudad.
Maldición.
Sin mi tía Gertrudis en la ciudad no tengo a nadie que cuide de mi hermana menor mientras no estoy en casa y eso implica a mi gato Malvavisco.
-No puedo dejarte sola- niego con la cabeza- Lo más prudente sería sería cancele la cita, le regresaré el dinero.
-No- exclama mi hermana y la miro-Tu quieres el dinero y lo deseas, tu sueño es conocer algún día la playa, no lo dejes por mi.
Le sonrio un poco. Jamás he salido de la ciudad y mi gran sueño es llevar a mi hermana a una playa del pais y que disfrute algo más que cuatro paredes de nuestra casa.
-Pero no puedo llevarte Ali.
Alice se sienta frente a mi y me sonríe.
-¿Y si le dices que me tienes que llevar contigo? Juro que no molestare mientras trabajas.
La observo y desbloqueo el celular, hago una mueca y comienzo a escribir. Si logra aceptar, mataría dos pájaros de un tiro, trabajo y mi hermana conoce la playa.
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