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Ángeles Traviesos - Drabble 1

Ángeles Traviesos 』


   Era una noche fría y de cielos estrellados. Javier estaba dormido en su cama mientras que Julián, sin pode pegar el ojo, veía la luna desde el gran balcón de la habitación. Soñaba despierto mientras escuchaba los sonidos de la noche y se dejaba cubrir por el frío, Julián veía aquella noche como una oportunidad maravillosa para dibujar a los hermosos búhos del bosque. 

   En silencio, tomó su morral y sacó su linterna de él. Arropó con cuidado a su hermano y salió al balcón para saltar sobre la barandilla. Julián tenía ya su estrategia para escabullirse sin ser visto, pero primero tenía que bajar con ayuda de las lianas que él mismo había puesto. Al verse en el suelo, el resto del camino era sencillo para el niño de 8 años.

   Quizá el bosque parecía lejano para ir a pie, pero Julián sabía de otro camino para llegar a otras zonas del bosque mucho más rápido de lo esperado. El aventurado Bellamont caminaba entre rocas resbaladizas, ruidosos ríos y oscuros árboles, con la finalidad de llegar a esa zona del bosque donde los búhos salían a apreciar la noche.

   Mientras Julián caminaba con precaución, Javier estaba aún en el castillo en medio de terribles pesadillas donde su hermano desaaprecía. No pasó mucho hasta que Javier se despertó atemorizado por las malas bromas de su mente, estaba sudado y tenía frío, pues la puerta del balcón estaba abierta.

   Fue en ese momento que Javier, ya acostumbrado a las escapadas de su hermano, temió por su bienestar. Javier siempre cubría a Julián, sabía que su hermano no haría nada tonto, pero luego de un sueño tan terrible, quería dormir cerca de su hermano. Javier, tras ponerse sus botas, salió al balcón a apreciar la noche que a Julián tanto le gustaba, y no se podía negar que era hermoso el centenar de estrellas en el cielo. 

   Pero a pesar de tanta belleza, copos de nieve empezaron a caer del cielo. Javier se vio impresionado por lo mágico que se veía la nieve cayendo, pero ésta pronto empezó a caer con más continuidad, llegando a volver el paisaje casi borroso. Javier no dudó en correr a la habitación de sus padres en busca de ayuda y tras verlos despiertos, el pequeño de 8 años tomó sus cosas para ir a buscar a su hermano. 

   Maximiliano y Felipe, sin tiempo de hacer mucho, tomaron igual sus chaquetas para perseguir al apresurado Javier que tomó un camino muy peligroso para él. La nieve cada vez era más espesa, y por ello Javier no podía esperar mucho para buscar a su hermano Julián. 

   Javier pocas veces había ido al bosque, pero se sabía el camino al área de los búhos y sus nidos. Sabía que Julián estaría allí, así que no dudó en cruzar el río casi congelado y la maleza cubierta de nieve para llegar a su destino lo antes posible. El frío era más intenso, la brisa más fría y Javier alumbraba con cuidado el lugar en busca de su hermano. 

   Fue entonces que Javier, tras limpiar sus cabellos de la nieve que caía, logró ver una luz en un hueco de un enorme árbol viejo. El niño no tardó en correr allí y, como esperaba, encontró a Julián con su linterna a un lado de su cuerpo temblando de frío. 

—¡Julián!— Javier se abalanzó sobre su gemelo y éste, adormilado, se vio impresionado por la presencia de su hermano—. Eres un bobo, no trajiste tu chaqueta. ¡Está nevando! Los búhos no merecen tanta atención, tonto hermano. 

   Julián se sintió aliviado y Javier se apresuró en ponerle la chaqueta extra que llevaba. Sin embargo, Julián no tenía las fuerzas para levantarse, y temió que su hermano Javier se quedara allí a cogelarse a su lado, porque sabía que el gemelo sería capaz de tal tontería.

—Finalmente...— una voz cariñosa y preocupada se fue acercando a ellos y Julián se vio intrigado. Era Max, su madre—. Qué susto no has dado, Julián. Vengan los dos, es hora de volver a casa. 

   Felipe cargó entonces a Julián entre su chaqueta, le cubrió de la nieve lo mejor que pudo y los cuatro volvieron a casa, siendo guiados por el muy despierto Javier, que ya se sentía tranquilo con haber encontrado a su gemelo. Gracias a la exposición al gélido clima, Julián terminó por enfermarse y obtuvo la plena atención de sus padres durante lo que quedó de la noche.

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