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Capítulo 1: Wenn nichts mehr geht

-¿Un día cansado cierto?.-

-Como todos, creo que ya es costumbre.-

-Vamos Dr. Trüper nadie puede acostumbrarse a no dormir, yo extraño mi almohada más que al sexo, y eso créeme que es bastante al decir verdad.

-Oh Dr. Listing siempre ha sido un vago.-

-Jajaja vamos sabes que odio que me llamen así siento que aún estoy en el colegio a punto de ser regañado, además nos conocemos de toda la vida Tom.-

-Tú iniciaste idiota, dime ¿A qué has venido? Tu solo vienes a distraerme.-Tom se levantó  de la posición sobre la mesa, sonriendo cansadamente a su colega.-

-Jooo ¿Es que uno ya no puede venir a ver a sus amigos sin pretender algo? Toma esto te quitara la cara de muerto que traes.- Listing le tendió una lata de bebida energizante bastante fría, esperando que espabilase un poco.-

Tom la abrió y enseguida dio un gran sorbo cerrando los ojos ante el contacto de las burbujas carbonatadas en su garganta.- Bueno gracias, ahora si me vas a decir ¿Porque estás aquí en vez de estar acosando a las enfermeras? Pensé que la rubia de obstetricia ya estaba rendida a tus encantos Georg.-

Georg dio un sonoro bostezo desperezándose con los brazos extendidos, sonrió y se sentó junto Tom.- Si, ella ya se rindió a mis encantos, pero yo no, está muy guapa y es buena en la cama, pero ya sabes, es de esas mujeres que después de una noche ya quieren boda, y no, no es de ese tipo para mí... Pero he escuchado algo interesante, alguien me dijo que tendremos a dos personas que se transfieren, dime ¿Sabes algo?- 

Tom le miró con una sonrisa, Georg era curioso, quizá estaba pensando en las nuevas formas de disfrutar de "la carne fresca".-¿Porque tendría yo que saberlo? Soy doctor, no el de recursos humanos.-

-No, pero tu madre dirige este hospital, lo más seguro es que ya te haya contado de los nuevos, ¿No?.-

-Uhh, eres peor que las de recepción, si, se presentan hoy dos nuevos, se acaban de transferir, uno de ellos llega del Hospital General de Mosku, al parecer se ha mudado y pidió la permuta para estar aquí. De la otra persona no sé mucho, mi madre dijo que era uno de los mejores, que llegaba de Boston y al parecer es bastante bueno según mencionó, logró impresionarla y eso ya es mérito.- Tom se echó de nuevo sobre sus manos tratando de dormitar, habían tenido guardia aquella noche y mentiría si dijera que no estaba cansado.-

-¿Y te has guardado esa información para ti solo? Eres de lo peor, yo que soy tu mejor amigo, tu hermano.- Georg dramatizaba mientras caminaba a los casilleros, sonriendo ante la idea de haberle sacado la información a Tom.-

-Vamos hombre, mi madre me pidió que te lo dijera hoy, ayer que me mandó llamar me ha dicho que quiere que seamos nosotros quienes 'ayudemos' a los nuevos a familiarizarse con el lugar, al parecer los de la novatada seremos nosotros, no ellos, de igual forma los ibas a conocer.-

-¿Que? Espera ¿La tirana de tu madre quiere que andemos de las niñeras de los nuevos? ¿Es broma verdad?.-

-No, no es broma, según me 'pidió el favor' para compensar el hecho de haberme saltado las conferencias que dio el mes pasado, y recuerda que quien me acompañó en aquel bar eras tú, y por supuesto, si no quieres que te transfiera a Berlín con tu padre mañana mismo, tenemos que hacerle caso.-

-Tu madre es un ogro, mira que cobrarse con esto, pensé que sería suficiente con las horas muertas en consulta, pero veo que ella es mala hasta la médula.- Georg se quitó la bata cansado, tomaría sus tres horas correspondientes de sueño antes de que la mañana entrara.-

Tom sonrió, su madre era el ser más estricto que jamás hubiese conocido, ella era magnifica en su trabajo, sola pudo ascender a la jefatura del hospital, siendo una madre soltera que se dividía entre el hospital y el, era sin duda una de las mejores en su campo, reconocida en el ámbito de la neurocirugía, y aunque ninguno de los dos lo dijese, la admiraban. Por ello Georg decidió permanecer  Hanover en vez de seguir a su padre a Berlín, ahí él estaba bajo la tutela de Simone Trümper, y nada ni nadie lo movería de ahí a pesar de que era increíblemente flojo y todo lo tomaba al son de la fiesta.- Lo es, ella es la mujer más vengativa que he conocido, tal vez aún está enfadada porque sabe que no me especializare en neuro, por otro lado creo que se lo debemos, vaya que irnos de fiesta en vez de escucharla hablar por horas sobre lo bien que lleva las cosas, como si no lo supiéramos.-

-Bah ella disfruta haciéndonos sufrir, de eso no tengo duda, uhhhhgg estoy durmiendo casi de pie, me tomare las tres horas antes de conocer a los nuevos, deberías dormir también Tom, te ves fatal.- Ya estirado en la litera de arriba Georg peleaba con sus párpados para mantenerlos abiertos, fallando miserablemente cuando medio minuto después roncaba como un auto descompuesto.-

-Idiota.- Rendido también Tom se arrastró a la cama, un par de horas y estaría como nuevo.-

La vibración de su celular en el bolsillo de su pantalón lo despertó de un salto, nadie más que su madre podía llamarle con tanta urgencia, sin con los ojos entrecerrados se colocó el teléfono al oído con testando con un gruñido.

*¿Thomas porqué no están en mi oficina? Creí haberte dicho que Georg y tu debían estar a las 7:00, los quiero aquí en cinco minutos ¡Despierten lo quiero aquí ya!.*

Sin darle tiempo de contestar, Tom guardo el móvil en su bolsa, miro a Georg y suspiró, si querían llegar en cinco minutos a la oficina debía tomar medidas drásticas. Con un poco de agua que había en una botella, despertó a su amigo de un bote que casi lo hace caerse de lo alto de la cama.

-¿Pero qué demonios... Joder Tom que estás loco?.-

-Mi madre nos quiere en su oficina, creo que se nos fue la hora.-

La cara del mayor se puso blanca como la cera, estaban jodidos.

Corriendo por los pasillos y subiendo escaleras casi sin respirar llegaron a la enorme oficina que ocupaba su pesadilla. Georg miro con apuro a Tom, en su carrera había tirado a la recepcionista con archivos esparciendo hojas por todos lados.

Tom se ajusto el guardapolvo y acomodó el pañuelo en su cabeza, respiro un par de veces recuperando el aliento, e ingresó al lugar. Le tomo algunos instantes percatarse de que la oficina estaba vacía, seguramente su madre lo enviaría a dar consultas una semana más por no llegar a tiempo, eso era seguro.- Y la bruja me matará por esto.-

-...-

De no ser porque era imposible Tom habría jurado que habría saltado al techo, la oficina no estaba sola, en ella había una chica, una chica vestida con unos pantalones blancos ajustados y una cazadora, las botas de caña alta sobresaliendo impecablemente lustradas, el cabello oscuro y rebelde enmarcando un rostro fino, de ojos ahumados y finamente maquillados, una mujer que lo miraba seriamente desde el sofá en donde se hallaba sentada cruzada de brazos y piernas.

Disculpe creí que la habitación se encontraba sola, espera a la doctora Trümper ¿Cierto?

-...-

Justo cuando iba a volver a hablar, entro su madre seguida de Georg con cara de circunstancia y de alguien a quien no supo identificar.

-Vaya éstas aquí, creí que tendría que ir por ti.- Simone se sentó tras su escritorio observando a los presentes.- Creo que ya has visto al Dr. Kaulitz que es quien junto al Dr. Schäfer ha pedido una transferencia. El Dr. Kaulitz ha llegado de un hospital estatal en Boston y el Dr. Schäfer ha llegado del Hospital General de Moskú.- Los miro por algunos segundos esperando alguna respuesta o replica.-Bien, pueden retirarse.- Pronto apunto su mirada hacia la puerta.-

Tom no asimilaba el hecho de saber que aquellas dos personas eran ' los nuevos' el chico ruso de pantalones cortos parecía incluso peor que su madre, su semblante estoico le confirmo los rumores que alguna vez escuchó... "Los rusos son tan fríos como la primer nevada en invierno" mientras que por otro lado no cabía en la sorpresa, al saber que no solo el Dr. Kaulitz era un hombre, si no que era también igual de serio que el otro.

Georg fue el primero en salir, indicando por donde debían ir a la sala de descanso.- Disculpen si mi ruso es malo, y mi inglés pésimo trataré de...-

-Yo hablo perfectamente alemán, no hay problema.-

-Es mi lengua materna.-

-Oh...- Entonces bien, es por aquí, -¿Tom te quedarás ahí parado o vienes?.-

-Sí, ahora voy.- Siguiendo los pasos del mayor Tom se dedicó a mirar a ambas personas concretamente a la delgada figura vestida de negro. ¿Qué clase de doctor era que parecía más un rockstar que un médico? ¿A caso era uno de esos locos que están metidos en la morgue con tendencias a la necrofilia? No lo sabía, y en cuanto se vio atrapado husmeando en la cara ajena continuó caminando, aquella mirada profunda e intensa le tomó por sorpresa. El tal Kaulitz podía bien ser llamado 'Ángel de la muerte' no solo por ser un doctor, sino también porque eso parecía a simple vista.

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