Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Atravesamos la salida del gimnasio en fila con intenciones de retomar las clases, pero me siento repentinamente cansada. No logro recuperarme por completo cuando los soñadores tienen pesadillas, ya que tengo que trabajar para ayudarlos. Esas noches con Jordan comienzan a pasarme la cuenta y no puedo dejar de bostezar.

Siento un cosquilleo en la nuca y sé que alguien mira fijamente. Giro mi cuello para encontrarme con los ojos oscuros del chico de antes pegados a mí, quien camina unos metros más allá. April tiene razón, pero ¿qué tiene conmigo ese tipo? ¿Acaso le hice algo? ¿Por qué tendría que preguntarme eso si es primera vez que lo veo? La paranoia que me está dando no debe ser sana, es mejor ignorarlo. Pero no puedo evitarlo.

Bufo, hastiada, y me acerco más a mis amigos, pero sin dejar de dar pequeños vistazos. No estoy tranquila hasta que lo veo entrar a la clase contigua a la mía, a la que también va mi buen amigo Jordan y Sam. No me gusta ser el centro de atención de nadie, estoy bien pasando desapercibida en la sombra de April.

Sigo a mi amiga dentro de nuestra sala y nos dejamos caer en nuestros asientos en la segunda fila. La profesora entra de última y cierra la puerta, dando por iniciada la clase de lengua.

—Por lo menos ya es viernes —susurra April, garabateando cosas en el cuaderno que acaba de sacar de su mochila—. Podríamos ir a comer algo al centro comercial o ver una película. No soporto este calor.

Hago una mueca y me concentro en lo que la profesora comienza a decir, esquivando su pregunta. No quiero ir, prefiero estar en casa y aprovechar que mamá no va a estar hasta tarde. Podré comer lo que quiero y poner películas a un alto volumen, todo mientras espero a que lleguen los sueños de Sam.

April no intenta convencerme el resto de la clase y yo lo agradezco. Esta sigue con normalidad, al igual que las demás, y soy feliz de no encontrarme con Jordan a la salida, como tampoco con ese chico que mira demasiado. Todo va bien, hasta que April le dice a Sam que me convenza de ir a tomar helado, a lo que termino por aceptar para que deje de poner caras de perrito abandonado.

—No-me-jodas —suelta April cuando llegamos al lugar.

—¿Qué pasa? —pregunto, adelantándola para ver lo que pasa.

Mi mala suerte se ha terminado y es que Jordan está sentado coqueteando con un montón de chicas. A su lado, el mirón conversa animadamente. Mi problema no es que sean amigos o que Jordan intente serle infiel a su novia, mi problema está en que realmente quería un poco de paz luego de una semana tan pesada.

—Creo que vi unos waffles a la entrada, podríamos... —comienza Sam, pero me siento sin darle oportunidad de huir.

—No voy a escapar de él, no tengo cinco años. Podemos convivir en el mismo espacio físico sin tener que ponerle atención.

Ambos se miran, pero finalmente se sientan en la mesa. Sam y April al otro lado de la mesa. No tardamos en buscar en la carta algo interesante que pedir.

Siento muchos ojos pegados a mí y se siente como una mochila de piedras en mi espalda, pero hago como que no lo sé y ordenamos al chico que trabaja ahí sin ningún problema. Eso hasta que Jordan decide acercarse.

—Sienna...

—Déjalo, Sam.

—Mira a quien trajo la corriente —dice, sentándose a mi lado con una enorme sonrisa en su rostro.

—¿A una ballena muerta? Porque apestas. ¿Acaso conoces lo que es una ducha? —inquiero, sin siquiera mirarle. No quiero hacer contacto visual o convocaré al mismo Satán a sus sueños—. ¿Vienes aquí por qué esas chicas decidieron que ya tuvieron su dosis anual de idiotez o por qué no tienes nada mejor que hacer?

Ríe con fuerza y carga su pesado brazo en mis hombros, el cual realmente apesta a sudor. Lo miro asqueada y me fijo en que se ha acercado el chico a nuestra mesa y está parado a su lado, mirándome con genuina curiosidad.

—Vinimos con Adrien a invitar a April a una fiesta que hará Juliette en la noche en su casa —explica, con una enorme sonrisa que me provoca ganas de buscar el alicate para arrancarle los dientes, pero me contengo y lo empujo para que se despegue de mí—. Ya sabes, una bienvenida al último año.

—Lo que a mí me sorprende es que hayas pasado siquiera el jardín infantil —mascullo.

La risa de Adrien como respuesta me sorprende. Yo que pensaba que era como un muñeco de acción articulado; más decorativo que inteligente.

Jordan le sigue con una risa fingida y se levanta, notoriamente irritado. Se supone que era su momento de mostrar ingenio y dejar impresionado a su nuevo amigo, pero no me ha pillado con ganas de aguantarlo y le ha salido el tiro por la culata. Puntos para mí.

—Lo pensaremos —responde April, mirándolo con fastidio—. Quizás tengamos ganas de ver una buena función de circo —aclara, con sorna.

Jordan hace como que no ha escuchado ese comentario y sonríe, guiñándole un ojo. Lo veo alejarse con su andar de gallito y lanzo el aire de mis pulmones en un suspiro.

—Voy si van ustedes —se apresura a aclarar, recibiendo los helados que ha traído el mesero en este momento.

¿Ir? ¿Por qué no? El alcohol me ayuda a descansar mejor, logrando incluso inhibir mis habilidades un par de veces. Debe ser algo de como funciona mi cerebro o todo mi organismo.

—Yo me apunto —dice Sam, con una sonrisa y yo me uno.

Por un momento, logro olvidarme de todo; de la ventana abierta en mi cuarto y la horrible personalidad de Jordan. Me permito sentir como una chica normal planeando una fiesta con sus amigos y se siente demasiado bien como para pensar en lo que podría salir mal.

☽☽☽☽☽

Mamá responde mi mensaje con el permiso explicito para que salgo con April y Sam a divertirme, lo que prefiere mil veces antes de dejarme sola hasta tarde. Además, no le comenté sobre la ventana para no tenerla preocupada.

Ahora estamos en casa de April, quien me ha prestado de su ropa y me ha maquillado un poco, lo que me hace sentir extraña. Ella ha insistido en que debo verme linda y que tengo que resaltar el violeta anormal de mis ojos, lo que no me parece una buena idea si Jordan va a estar ahí.

Lanzo un largo suspiro y me veo al espejo de cuerpo completo por centésima vez. Sam se para a mi lado y sonríe cálidamente.

—Te ves preciosa —admite, pasando un brazo por sobre mis hombros a lo que yo desvío la mirada a su rostro.

—¿Seguro? Digo, no es como si no tenga ganas de ir a dar dulces para Halloween tan temprano en el año —digo, señalando la blusa, y vuelvo a mirar al espejo—. Tampoco es que importe mucho.

—Yo secundo a Sam —interviene April, entrando a la habitación con un vestido ajustado que marca sus elegantes curvas.

Lanzo un silbido y me dejo caer junto a Sam, quien levanta dos dedos en señal de completa aprobación. Ella rueda los ojos y se encarga de peinar su cabello, mientras con reímos por lo bajo.

—Puedes quedarte a dormir y así no tienes que conducir —ofrece con una sonrisa radiante.

Ella sabe que no puedo decirle que no cuando hace eso. April siempre consigue lo que quiere con ese tipo de sonrisas radiantes o con pucheros infantiles, cosa que utiliza en nuestra contra muchas veces.

Quedamos en pasar la noche los tres en su casa y partimos a la fiesta, la cual me está poniendo muy nerviosa a cada minuto que pasa. Sólo puedo concentrarme en el revoltijo de mi estómago. Nunca he sido de las que van a muchas fiestas o de disfrutarlas, mucho menos a beber en ellas. Pero les prometí que lo haríamos y no voy a romper mi palabra, nunca lo hago.

Cuando llegamos, me fijo en el patio delantero lleno de personas bebiendo, fumando y charlando animadamente. No es muy tarde, por lo que el descontrol es muy poco aún y logramos pasar por la puerta delantera. En el interior, en cambio, hay mucha gente y no tardamos en perder a April cuando un grupo de chicas se la llevan. Con Sam decidimos acercarnos a la barra improvisada y no tardamos en tener vasos llenos de alcohol oloroso.

Entre conversaciones y risas, no tardo en comenzar a sentir el alcohol invadir mi sistema con una velocidad anormal para los humanos normales. Él, que se ha apresurado más en beber, está en un estado parecido al mío y me arrastra a la pista de baile, donde una pegajosa canción pop se escucha por los parlantes. Disfruto el ritmo medianamente lento mientras rio como Sam intenta hacer pasos extraños. Ríe conmigo y dejamos pasar el tiempo a una velocidad vertiginosa.

Tengo que admitir que estoy pasando un momento de ensueño. Hace mucho que no me divertía tanto y realmente no quiero que se termine nunca.

Unas manos me jalan hacia atrás con violencia y estoy a punto de caer al suelo, pero estas me sujetan para ayudarme a mantener el equilibrio y me giran. Me encuentro con el rostro de Jordan tan cerca que tengo que ahogar un chillido indecoroso.

—Veo que viniste, aún cuando no fuiste invitada —dice, sonriendo.

Unas ganas de llorar impropias de mí me asaltan, pero las reprimo concentrándome en el asco que me da su cercanía. Me obligo a sonreír burlonamente y alzo una ceja.

—¿Tanto me extrañaste? —cuestiono, sintiendo la lengua pesada por el alcohol.

—Es una sorpresa que vinieras, venía a saludar —aclara, ensombreciendo su expresión. Siento un escalofrío recorrer mi espalda al sentir su aliento a alcohol tan fuerte. ¿Cuánto ha bebido?—. Ahora vamos a bailar.

¿Bailar? ¿Con él? Creo que definitivamente ha bebido demasiado esta noche. No pienso siquiera caminar a la esquina con alguien como Jordan O'Neill, mucho menos bailar con él en este estado.

—Creo que te equivocaste de chica, las populares están por allá —digo, señalando donde está el grupo de las chicas que estaban en la heladería, bailando entre ellas provocativamente.

—Vamos —balbucea, sosteniéndome por el brazo con fuerza para jalarme en dirección al centro de la pista.

No, no y no. Ni muerta voy a seguirlo. Hago un esfuerzo sobrehumano para intentar detenerlo, pero no puedo llevarlo en la dirección contraria. Tiene demasiada fuerza, mi única opción es pedir ayuda. Busco a Sam con la mirada, pero veo que lo están entreteniendo un par de metros más allá. Un par de chicas lo mantienen distraído y no dejan que se acerque, tirando de su brazo.

Estoy muerta, debí de haber dejado escrito mi testamento.

La música continúa sonando con fuerza, ahogando mis quejas para que se detenga. Me atrapa entre sus brazos con una presión que me provoca dolor y me obliga a moverme a su ritmo espantoso. Cada parte de mí quiere huir y cada célula grita cada vez que me obliga a moverme tan fuerte que de seguro me provocará moretones.

Siento como la adrenalina lucha con el alcohol en mi sangre para poder pensar con claridad, pero no lo logra. Mi sistema es distinto, maldición. Se supone que, ante una situación de peligro, el cuerpo humano es capaz de recuperar la sobriedad en un segundo, cuando gracias a esta hormona se pone en alerta. En mi caso, mi cerebro es demasiado sensible o algo así, por lo que el efecto de la intoxicación no quiere irse.

Creo que voy a soltarme, cuando me da un pequeño giro y hace lo impensable: meter su lengua hasta el fondo de mi garganta. Mi cuerpo reacciona instantáneamente y muerdo con fuerza, lo que logra que se aparte mientras grita. Va a golpearme, lo veo en sus ojos y como levanta el puño, a lo que yo cierro los míos con fuerza y me cubre con los brazos. Pero el impacto nunca llega. Miro con cautela al tiempo que el lugar se queda en un silencio repentino y escalofriante. Frente a mí, Adrien ha detenido el golpe con su mano.

Dios mío, ¿este chico acaba de firmar su sentencia de muerte?

Los amigos de Jordan aparecen a su lado, como también April y Sam. El segundo se apresura a envolverme en sus brazos y protegerme.

—Creo que ya es suficiente —dice Adrien, con una voz que me pone la piel de gallina.

—¿Qué demonios crees que haces? —ladra Jordan, escupiendo saliva.

El chico se acerca hasta estar a pocos centímetros de Jordan, provocando que solo nosotros podamos escuchar lo que dice. Yo me separo levemente de Sam para escuchar mejor.

—No creo que Olive quiera enterarse de lo que acabas de hacer, ¿me equivoco? —dice, con una voz tan amenazadora que me pone la piel de gallina.

Miro directamente a los ojos de Jordan y él me devuelve la mirada. Hacemos contacto visual por un segundo y veo en ellos arrepentimiento, culpa. Es verdad que el alcohol nos hace hacer cosas que no pensamos antes de realizar, pero nunca pensé ver culpa en los ojos de la persona que me ha atormentado por largos años.

April se mete entre ambos chicos y golpea tan fuerte el rostro de Jordan que el ruido se escucha en toda la habitación. Veo el rojo de su rostro por la ira y la otra mano apretada en un puño.

—Me das asco —escupe, con veneno en sus palabras. No suena a April, ella nunca se había enojado tanto antes—. Vuelve a acercarte a Sienna y lo vas a lamentar, escoria.

Yo sigo en un estupor extraño. Nunca había pasado algo como esto. Los golpes habían quedado atrás y las palabras eran solo eso, palabras. Nunca había llegado a este tipo de violencia, al abuso y eso es muy... extraño.

Llevo una mano a mi boca, procesando lo que acaba de ocurrir. Mis ojos se encuentran con los de Sam y me siento protegida otra vez, en casa. Y, aun así, tengo unas horribles ganas de llorar, ¿por qué?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro