Chanyeol cumplió su promesa de identidades nuevas y matrimonio. Estaban viviendo en Chicago, el menor como instructor de baile y profesor de coreano y el mayor tenían una tienda de electrónica. Era una vida normal para un asesino retirado y su hermoso esposo.

Cuando les preguntaban su historia, omitían ciertos datos, todo para que su vida fuera calmada.

No pedían ser entendidos, ni siquiera ellos lo hacían, Chanyeol mató a su prometido, a su novio y a sus amigos, pero le podía encontrar una justificación, eran piedras en el camino que estaba construyendo para llegar a él y obviamente tenía que quitarlas.

Sí, era un asesino, pero ¿no aquellos que fabrican armas, también lo son? Las producen, las venden y causan muertes.

La iglesia está manchada de sangre y nadie exige que sean arrestados.

¿Acaso sólo Chanyeol tiene que ser juzgado?

SeHun no lo creía, leyó en internet sobre el Estocolmo, ¿lo tenía? No lo sabía a ciencia cierta, pero sentía que no, sabe de lo que su esposo es capaz de hacer, sabe que ha matado a muchas personas, de la peor manera, pero ahora sólo le interesa la persona que es con él.

—Amor, ¿podrías pasarme ese líquido? — Chanyeol le señaló una botella color azul.

—Sip.

Su esposo estaba limpiando el teclado de una computadora de escritorio.

—Chanyeol— le llamó.

—¿Hmm?

—Te amo.

—Yo también te amo— se giró en su silla y lo atrajo por la cintura—Demasiado mi amor.

Se besaron con dulzura, hasta que un cliente entró a la tienda.

Pero no importaba, porque ahora de verdad que tenían mucho tiempo para amarse y darse besos.

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Ahora sí es el fin.

Les dejo el nuevo ChanHun en el que estoy trabajando.

Es de temática sobrenatural (véanlo en el sentido amplio de lo que la palabra significa)

Y sí es lo que ganó en la encuesta.