TaeYong estaba muy emocionado, preparó una pequeña mochila con bocadillos por si les daba hambre en el camino de regreso a casa, se le hizo raro cuando bajó y no encontró a SeHun, pero creyó que tal vez subió a su habitación para acostarse y dormitar un rato. Tocaron en la puerta, supo que era hora, abrió, había hombre vestido de negro con lentes de sol.

—Vine para llevarlos al barco de escape—TaeYong le sonrió con emoción y le pidió que esperara con la mano.

Subió casi corriendo las escaleras, entró de golpe a la habitación que pertenecía a SeHun y Chanyeol, pero dentro no había nadie, revisó el baño, la biblioteca, el estudio y el patio, SeHun no estaba por ningún lado. Sólo en ese momento cayó en cuenta que al no decirle nada del plan, Chanyeol pudo haberlo llevado con él al almacén. Golpeó su cabeza repetidas veces.

—¿Puedes comunicarme con tu jefe? — no sabía si le estaba mirando, pero parecía pensar.

—Sí—metió la mano al bolsillo de su pantalón, sacó un teléfono desechable y movió sus dedos por las teclas- aquí está.

TaeYong tomó el teléfono, los pitidos de espera parecían eternos, nadie contestaba.

—Llévame al almacén, tengo que decirle que la otra víctima está allí.

—No puedo hacer eso, usted es nuestro sujeto de interés, su amigo venía como un extra, pero no vamos a responder por él— lo tomó del brazo y jaló de él con fuerza hasta la salida y luego lo obligó a entrar en un auto negro de vidrios polarizados—Mejor despídase de su amigo, nadie que sea un cabo suelto puede escapar-Puso los seguros desde el lado del piloto y dio marcha. —Ni lo intente, soy el doble de fuerte, rápido y la puerta tiene seguro para niños, sólo se abrirá por fuera.

TaeYong sintió sus ojos picar, sin quererlo había condenado a muerte a su amado SeHun.

(...)

Chanyeol apretaba a SeHun contra su pecho, estar en el medio de los estantes era una medida temporal, en algún punto tendría que buscar una salida, pero no sabía exactamente como escapar.

—Cuando el niño me pidió que viniera, los rescatara y matara al loco, creí que sería aburrido, pero espero que no me decepciones, el preludio se ve interesante—no escuchaban sus pasos pero su voz provenía del lado derecho del almacén. —¿Por qué tanto silencio?

Chanyeol no se iba a dejar provocar, tenía al mundo en sus brazos y no iba a permitir que le pasara algo, tenía que pensar en salir de ahí sin poner en riesgo a SeHun. Por su lado su menor lo miraba expectante, esperaba a que le dijera que hacer, confiaba su vida en el hombre que le tomaba con tanta firmeza.

—Creo que hay una salida para trabajadores del lado derecho, al lado de los refrigeradores de carnes—le susurró—vamos a tener que salir lo más silenciosos posibles.

SeHun asintió y de apoco comenzaron a salir, con lentitud y pasos ligeros que no sonaran en el piso, entrelazaron sus manos, Chanyeol caminaba al frente, escuchando alerta a la vez que apretaba de vez en vez la suave mano que sostenía con amor. El almacén era grande para el pueblo pequeño en el que estaba, los estantes y anaqueles eran muy altos, había muchas cosas, pero justo en ese momento no podía pensar en cómo aprovecharlo. Estaban en el pasillo del papel higiénico, lo sabían porque las yemas de sus dedos rozaron los empaques y los cilindros esponjosos que tenían dentro. Calculó la distancia que les restaba para llegar al refrigerador de carnes, pero al parecer les quedaba un largo y medio enredado camino. Lo más preocupante era que el hombre ya no hacía ruido tampoco.

Escucharon como crujía algo al final del pasillo, por lo que se apresuraron a esconderse detrás de una de las pequeñas grúas que había para acomodar las cosas hasta la cima de los anaqueles, vigilaban el lugar del que había venido aquel sonido, pero nada parecía venir, hasta que un ruido metálico les hizo sobresaltarse, luego el peso del cuerpo de Chanyeol cayó sobre el suyo, se asustó creyó que lo habían matado, estuvo por gritar pero la mano ajena le tapó la boca.

—Me dio en el hombro— le dijo.

Otro disparo vino y está vez los dos casi terminan en el suelo por el peso añadido.

Los pasos se hicieron más notorios, SeHun juraba que colapsaría, pero no podía permitírselo, tomó a Chanyeol por las axilas, con algo de dificultad lo levantó lo suficiente para no dejar un rastro de sangre y corrió tanto como el peso, sus piernas y el miedo se lo permitían, buscó desesperadamente el lugar en el medio de los estantes donde habían estado antes y cuando lo encontró los escondió antes de ser vistos. Chanyeol estaba mareado por la repentina pérdida de sangre

—Dime qué debo hacer para ayudarte— le susurró con miedo—Vas a desangrarte, vas a morir. — su voz se rompió y sintió las lágrimas venir, el mayor estiró su mano y apretó su mejilla.

—Estamos en el pasillo de herramientas, tendrás que ser muy discreto, traer un encendedor y algo de metal ¿Crees poder?

Se talló los ojos, con firmeza asintió, se arrastró en el hueco, con cuidado fue donde más herramientas estaban y tomó un desarmador plano, luego tanteó para encontrar los encendedores pequeños, esos no hacían ruido, los encontró y se dio la vuelta para regresar, pero al final del pasillo estaba el hombre, todavía no lo había visto porque miraba hacia el otro lado, pero antes de ser visto corrió a esconderse en una cada de despensa que se exhibía contra la pared, lo espió por las ventanas de plástico y esperó hasta que el hombre giró su cabeza y caminó por el pasillo de herramientas. Sus manos comenzaron a sudar y temblar, esperaba que no lo encontrara. Algo se cayó en alguna parte del almacén por lo que el hombre se puso alerta como perro y corrió en esa dirección, sólo hasta que estuvo fuera de su limitado campo de visión respiró con alivio, salió de la casa y corrió a su escondite, Chanyeol seguía allí, por lo que la causa del ruido era desconocido.

—El desarmador sirve ¿cierto?—Chanyeol tomó las cosas y asintió.

Calentó la punta del desarmador muy bien, y la presionó contra la herida de su hombro, ambos podían percibir el olor a carne quemada, pero eso ayudaría a que dejara de sangrar, repitió el proceso un par de veces más y luego lo hizo en la herida de la pierna, se quedaron un rato sin decir nada, el mayor cerró sus ojos para ver si se le ocurría algo y el comprobaba con la miraba sus heridas buscando alguna fuga.

—No sé cómo sacarte sin que acabes muerto también—admitió—yo creo que si me entrego él va a dejarte salir, sólo fingiré que te tenía de rehén, va a matarme y tú vas a vivir.

—No—se molestó mucho ante aquella insinuación— Vamos a salir juntos de aquí, nos vas a entregarte.

—No puedo sacarte de aquí, muñequito es lo mejor. Te prometí que ya no iba a matar a nadie.

—Rompe esa promesa ahora, mátalo si así es como vamos a salir de aquí—apretó entre sus manos el rostro ajeno y chocó sus frentes— vamos a salir juntos.

Los ojos de Chanyeol brillaron, jamás se había sentido así de motivado, se besaron en silencio, con fuerza, como pacto de salir como entraron, juntos.

Chanyeol se levantó y asentó el pie de la pierna herida, no le dolía.

—Necesito que te quedes aquí, si sales voy a tener un constante miedo de que te dañe y así no me concentraré y sí que terminaremos muertos.

—De acuerdo.

Le dio un beso más y salió del escondite.

Chanyeol no tenía un arma, pero cuando estaba en el bosque jamás lo necesitó, de la sección de herramientas tomó una pistola de clavos inalámbrica y un repuesto de clavos por si se le acababa la carga que tenía, salió de aquella zona y fue a la de cocina, guardó en la bolsa de su chaqueta un cuchillo por si acaso, siguió caminando con la pistola de clavos lista.

Una patada impactó contra sus manos, la pistola de clavos cayó al suelo, pero no se dejó golpear de nuevo, cuando ubicó al hombre se puso en guardia y el siguiente golpe fue parado con rapidez, sin parar aquel desconocido siguió tirando golpes, una vez descansó, Chan los devolvió, le dio un puñetazo que acertó en la mejilla y una patada que lo derribó, estuvo por patearlo pero los pies contrarios se enredaron con los suyos y lo inmovilizaron durante un tiempo hasta que giró su cadera que lo derribó también, el sujeto se puso en pie y tronó sus dedos.

—No eres tan débil como pareces.

Chanyeol no le contestó, necesitaba estar sereno, necesitaba ser mejor que él. Le vio moverse para tirarle un puñetazo por lo que se tiró hacia atrás, pero fue tomado por la cabeza y le dio un rodillazo en la cara que le hizo sangrar la nariz, el hombre no le soltaba por lo que otro rodillazo vino en el estómago, tosió sin aire, pero aún de pie. Mientras el otro se regocijaba por haberlo golpeado fuerte, él acomodó el cuchillo en su mano y son que el contrario lo esperará, lo sacó y le hirió la mejilla, muy profundo, sacando sangre al momento. Ambos se miraron, eran como dos alfas tratando de imponerse el uno contra el otro, ya había herido a Chanyeol en el hombro y pierna, pero seguía de pie sin importar.

—Eso no es justo, yo sólo tengo una pistola—dijo con falsa tristeza.

Se encogió de hombros y le tiró un golpe en la garganta con la mano libre, el otro trastabilló hacia atrás, tosía con fuerza, Chan se lamentó, no le dio en el lugar correcto para matarlo.

Cuando se recuperó, se lanzó contra Chan, lo estrelló contra un estante con zapatos el mueble se vino abajo junto al cuerpo. Se acercó para dispararle, ha harto por verse casi humillado, pero no contaba con que su presa se movía más rápido y le lanzó el cuchillo con fuerza, el filoso objeto se clavó con fuerza en el brazo ajeno, soltó la pistola y se recargó en una columna, así el otro aprovechó para levantarse, com rapidez enterró el cuchillo con profundidad en el brazo, los gritos no se hicieron esperar, era como música para sus oídos. Luego tomó su cabeza y comenzó a estrellarme contra la columna, manchándola de sangre, hasta que dejó de moverse. Lo soltó y se dirigió a donde estaba su pistola de clavos por si afuera había más hombres de aquel sujeto, la recogió y antes de volver con SeHun, le dispararon en el muslo de la otra pierna, cayó al suelo.

—No soy tan fácil, sólo fingí.

Ya estaba harto, se giró, le disparó, el clavo se enterró en su hombro, volvió a dispararle y el otro clavó se enterró en su mano libre, pero el desconocido no iba detenerse, le disparó en la mano, no fue una herida grande pero le hizo soltar la pistola de clavos.

—Llegó tu hora, Jerry.

Le apuntó en la cabeza, Chanyeol cerró los ojos, pensó en su amado que esperaba que regresara y que iba a fallarle, pero la bala jamás llegó. Abrió los ojos, el hombre cayó sobre él y allí parado, con las manos temblando y una cubierta de sangre, estaba SeHun. Miró el cuerpo inerte sobre el suyo y descubrió el desarmador clavado en su cabeza.

—Tenemos que salir de aquí—le dijo con la voz temblorosa.

Se sacó el cuerpo de encima, abrazó a SeHun y le dejó llorar contra su pecho.

—Tenemos que regresar a casa para tratar mi muslo—le besó la frente y acarició los brazos.

Salieron del almacén, juntos tal como lo prometieron, robaron un auto y el menos condujo de prisa, ya en casa se dio cuenta que Chanyeol tenía razón, había sido TaeYong, el menor no estaba. Asistió a su amor en el proceso de curación y lo dejó descansar durante una hora, pero ambos tenían claro que tenían que mudarse, porque ahora había alguien que sabía su ubicación.

Y sin duda no querían ser separados.

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¿Qué tal?