No estaba muy seguro de lo que harían, YiFan la pasaba de ventana en ventana, vigilando los alrededores, esperaban al psicólogo Kim.

—Creo que esto no va a funcionar— YiFan lo miró ante aquella declaración—Tú viste como el papel se deshizo en mis manos, no podemos demostrar nada sin pruebas físicas. Las cámaras ni siquiera lo muestran.

—No hay que rendirse, vamos atraparlo— se arrodilló frente a él y frotó sus rodillas— Él también me quitó algo, quiero atraparlo tanto como tú, vamos a lograrlo.

—Está bien— colocó su mano sobre la de YiFan y la frotó suavemente.

Tocaron en su puerta, YiFan abrió y JunMyeon entró.

—Lamento la tardanza, tuve un paciente de último momento.

—Está bien, no tienes que descuidar tu trabajo— SeHun le sonrió.

Los tres se sentaron en la sala, se miraron el uno al otro, JunMyeon abrió la boca y en ese momento se escuchó el tema principal de Candyman, muy alto, fuera de la casa, los tres se pusieron de pie, casi corriendo se pegaron a la ventana, fuera en el primer escalón del pórtico había una cajita color negro y una bocina pequeña del mismo color.

—Esperen aquí— YiFan salió y abrió la caja, JunMyeon y SeHun observaban todo desde la ventana, lo vieron fruncir el entrecejo, apagar la bocina y entrar con la caja.

—Es una nota, pero es mejor leerla aquí, por si el papel vuelve a deshacerse— YiFan lo sacó y leyó en voz alta. —Deberías considerar tus opciones, la policía y el escape no son una de ellas, ¿recuerdas que tengo a TaeYong? No creo que quieras que visite a los peces— SeHun entendió aquella referencia— Búscame hoy, sin policías, en el medio del bosque donde nuestro amor comenzó.

—Déjame ver — leyó la nota y un nudo se formó en su garganta— Por el bien de TaeYong tengo que verlo yo solo.

—No puedes ir solo, voy a acompañarte y no puede ser malo, porque me quitaron la placa, no soy policía de momento— tomó su chaqueta y se preparó para el viaje.

—Mi ética me dice que los acompañe— palmeó sus muslos como una especie de seña de entusiasmo.

—No tengo un buen presentimiento.

—SeHun, no creo que debas pensar así, somos tres, podremos, no te preocupes.

—No lo minimice— JunMyeon le sonrió con una especie de sentimiento que no lograba decifrar.

—Seguro, perdón— se giró para salir de la casa—Tu novio psicópata no merece ser minimizado— susurró para sí mismo.

Viajaron en el auto de YiFan con una velocidad moderada, frotando sus manos y el sudor frío recorriendo sus cuerpos. Al ver los imponentes árboles del bosque, SeHun viajó inevitablemente al pasado, recordó a DongHae, a sus amigos, recordó todo, se pegó al asiento y encogió los dedos de sus pies, jamás creyó que odiaría verse rodeado de árboles, su respiración se quiso cortar pero YiFan le dio un suave puñetazo en el hombro, aquello le ayudó lo suficiente como para traerlo a la realidad.

—No te preocupes, estoy bien— le dijo.

YiFan le sonrió y siguió por el camino. Llegaron frente a la cabaña donde solía vivir SeHun, se estacionaron y los llevó a través del bosque, hasta donde recordaba haber sido elevado por una cuerda, se giró en su talones, mirando el bosque a su alrededor.

—Es majestuoso— JunMyeon sonrió viendo las copas de los árboles. —La inmensidad del bosque siempre es placentera.

—Este lugar está manchado de sangre de inocentes— SeHun comenzaba a irritarse ante aquella actitud.

Se miraron fijamente, hasta que los ojos contrarios bailaron un poco antes de cerrar los ojos y caer al suelo.

—Ju...JunMyeon— intentó caminar a él, pero sus piernas flaquearon, cayó de frente, giró su cabeza, su visión borrosa se enfocó en YiFan, trató de pedir ayuda, pero él también cayó de golpe al suelo, entonces todo se volvió negro.